VIRUS CHIKUNGUNYA



 

La infección por el virus Chikungunya (CHIKV) es una enfermedad viral endémica en países del sudeste de Asia, África y Oceanía, mientras que representa una enfermedad emergente para la región de las Américas. El virus chikungunya (CHIKV), es un virus ARN monocatenario que pertenece al género Alfavirus de la familia togaviridae, produce una enfermedad febril aguda que se transmite al hombre por la picadura de un vector -mosquito del género Aedes, especies aegypti y albopictus, las mismas especies involucradas en la transmisión del virus del dengue. La especie Aedes Aegypti está confinada a las zonas tropicales y subtropicales, mientras que la especie Aedes albopictus está presente en regiones templadas e incluso templadas-frías

Investigaciones recientes, señalan que el virus ha sufrido una mutación en un gen de la envoltura viral llamado E1 (E1-Alanina226Valina) que lo ha hecho susceptible a ser transmitido por el vector Aedes albopictus (mosquito tigre asiático), el cual es un mosquito más agresivo, activo a lo largo del día y con una vida media más larga.

 

En comparación con Ae. aegypti, la especie Ae. Albopictus prospera en una variedad más amplia de acumulaciones de agua que le sirven de criaderos, tales como cáscaras de coco, vainas de cacao, huecos de árboles, charcos en rocas, además de depósitos artificiales tales como neumáticos de vehículos o platos bajo macetas. Esta diversidad de hábitats explica la abundancia de Ae. albopictus en zonas rurales y periurbanas, así como en parques urbanos sombreados. Por otra parte, Ae. aegypti está más estrechamente asociado a las viviendas y tiene criaderos en espacios interiores, por ejemplo en floreros, recipientes de agua y tanques de agua en baños, además de los mismos hábitats exteriores artificiales que Ae. albopictus.

Dada la amplia distribución de estos vectores en las Américas, toda la región es susceptible a la invasión y la diseminación del virus. Durante los períodos epidémicos, el principal reservorio es el hombre. En los periodos interepidémicos se identificaron como reservorios primates no humanos, roedores, aves y mamíferos pequeños. Estos mosquitos, suelen picar durante todo el periodo diurno, aunque su actividad puede ser máxima por la mañana y al final de la tarde. Ambas especies pican al aire libre, pero Ae. aegypti también puede hacerlo en ambientes interiores.

 

Durante la fase virémica el humano es un reservorio del CHIKV (primeros 5 días de inicio de los síntomas). Los mosquitos adquieren el virus a partir de un huésped virémico y a los 10 días puede transmitirlo a una persona susceptible. Una vez que la persona es inoculada con el virus, la enfermedad comprende tres etapas: aguda, subaguda y crónica y, tiene un periodo de incubación de entre 3 a 7 días (rango: 1-12 días). En la fase aguda (3 a 10 días) hay un inicio súbito de los síntomas: fiebre (por lo general ≥ 39°C), artralgia grave, cefalea, lumbalgia, náuseas, mialgias, vómitos, exantema y conjuntivitis, sintomatología que es muy similar a la que presenta el dengue. La artritis presenta un patrón poliarticular simétrico y distal, con o sin patrón migratorio, que involucra manos, carpos y tobillos. Menos frecuentemente, afecta a codos, rodillas, hombros, caderas y también temporomandibulares.

 

El eritema aparece generalmente entre dos a cinco días después del inicio de la fiebre en aproximadamente la mitad de los pacientes. Es típicamente maculopapular e incluye tronco y extremidades, puede afectar palmas, plantas y rostro. La erupción cutánea también puede presentarse como un eritema difuso que palidece con la presión. En los niños pequeños, las lesiones vesiculobulosas son las manifestaciones cutáneas más comunes. Cabe destacar, que no se observan hallazgos hematológicos patognomónicos significativos en las infecciones por CHIKV. Los hallazgos de laboratorio anormales pueden incluir ligera trombocitopenia (>100,000/mm3), leucopenia, linfopenia y pruebas de función hepática elevadas. La velocidad de sedimentación globular y la proteína C reactiva están generalmente elevadas.

 

 En la fase subaguda (2 a 3 meses postinfección) los pacientes continúan con poliartritis distal, el dolor se exacerba en las articulaciones donde se tenían lesiones previas y se presenta tenosinovitis hipertrófica subaguda en muñecas y tobillos. La fase crónica se presenta después de tres meses postinfección y puede persistir entre 18 meses y 3 años, con artralgias, fatiga y depresión

 

La presentación clínica varía con la edad, siendo más frecuentes las complicaciones y las formas graves en niños menores de 1 año, en adultos mayores de 65 años con enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, etc.) y en mujeres embarazadas. En la mayoría de las infecciones por CHIKV que ocurren durante el embarazo, el virus no se transmite al feto. El riesgo más alto de transmisión es cuando la mujer está infectada en el periodo intraparto, momento en el que la tasa de transmisión vertical puede alcanzar un 49%. La cesárea no parece prevenir esta transmisión. Los niños generalmente nacen asintomáticos y pueden desarrollar fiebre, pérdida del apetito, dolor, edema periférico; diversas manifestaciones de la piel (erupción maculopapular, vesículas o bulas). Aquellos que se infectan en el periodo intraparto también pueden desarrollar enfermedad neurológica (meningoencefalitis, lesiones de la sustancia blanca, edema cerebral y hemorragia intracraneana), síntomas hemorrágicos y enfermedad del miocardio

 

La enfermedad rara vez puede causar la muerte, entre las principales complicaciones asociadas a CHIKV se describen falla respiratoria, descompensación cardiovascular, meningoencefalitis, hepatitis aguda y manifestaciones cutáneas graves (descamación y lesiones bullosas).

 

 Entre los grupos de riesgo grave se encuentran:

a) neonatos (de madres virémicas con o sin síntomas) durante el parto o en los últimos 4 días antes del parto

 b) menores de 1 año

c) mayores de 65 años

d) personas con comorbilidad (diabetes, hipertensión, insuficiencia renal crónica, o enfermedades cardiovasculares, así como personas que viven con el VIH-SIDA, tuberculosis, pacientes con cáncer, o con enfermedades hematológicas).

 

Se han descrito casos atípicos (alrededor del 0.3% de los casos) con manifestaciones clínicas específicas a nivel neurológico (meningoencefalitis, encefalopatía, convulsiones, síndrome de Guillaín-Barré, síndrome cerebeloso, paresia, parálisis, neuropatía), ocular (neuritis óptica, iridociclitis, epiescleritis, retinitis, uveítis), cardiovascular (miocarditis, pericarditis, insuficiencia cardíaca, arritmias, inestabilidad hemodinámica), dermatológico (hiperpigmentación fotosensible, úlceras intertriginosas similares a úlceras aftosas, dermatosis vesiculobulosas) y otros (discrasias sangrantes, neumonía, insuficiencia respiratoria, hepatitis, pancreatitis, síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) e hipoadrenalismo.

 

El diagnóstico de la infección por CHIKV, es clínico, de laboratorio y epidemiológico. En la actualidad, se utilizan principalmente tres tipos de pruebas diagnósticas: serología (método indirecto), el aislamiento viral y la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa reversa (RT-PCR), denominados métodos directos. La detección del anticuerpo IgM, es detectable 5 días posterior al inicio de la fiebre y puede persistir hasta 3 a 6 meses, mientras que el isotipo IgG es detectable de 10 a 14 días. Cabe destacar, que el aislamiento viral es la prueba diagnóstica estándar de oro

 

En México, el diagnostico se realiza en casos con cuadro clínico y muestras de suero en dos escenarios:

a) dentro de los primeros cinco días de inicio del cuadro se analizarán mediante pruebas moleculares RT-PCR en tiempo real

b) a partir del 6º hasta el 12º día se analizarán mediante pruebas serológicas (ELISA IgM).

En las zonas donde no se ha identificado la circulación del virus de Chikungunya, los casos que tengan cuadro clínico sospechoso de CHIK se tomará muestra al 100% de los casos (las muestras que no cumplan con esta criterio no serán procesadas). Una vez identificada la circulación del virus se procederá a muestrear solamente el 5% de los casos sospechosos de CHIK.

 

El diagnóstico diferencial de CHIK, debe tener en cuenta las características epidemiológicas como lugar de residencia, historia de viajes y exposición. Clínicamente es difícil su diferenciación con dengue, sin embargo en la infección por CHIKV el dolor es mucho más intenso y localizado en las articulaciones y tendones, y en algunos casos puede ser incapacitante. Es importante destacar, que ambas enfermedades son transmitidas por el mismo vector, tienen manifestaciones clínicas similares e incluso pueden ocurrir al mismo tiempo en un mismo paciente. Es fundamental, distinguir la infección por el virus CHIK del dengue, que puede tener una evolución más tórpida, ocasionando inclusive la muerte. En CHIK, rara vez se observa choque o hemorragia grave; el inicio es más agudo y la duración de la fiebre es mucho menor. En la enfermedad CHIK la erupción maculopapular también es más frecuente que en el dengue. Si bien en ambas enfermedades los pacientes pueden padecer mialgias y artralgias, el dolor articular es más intenso y localizado en CHIK. Otras enfermedades a considerar en el diagnóstico diferencial son leptospirosis, malaria, enfermedades exantemáticas de la infancia, primoinfección por VIH, mononucleosis infecciosa, artritis idiopática juvenil y artritis postinfecciosa

 

El tratamiento de la fiebre por chikungunya es fundamentalmente sintomático. No existe un tratamiento farmacológico antiviral específico para la CHIK. Se recomienda el tratamiento sintomático luego de excluir enfermedades más graves tales como malaria, dengue e infecciones bacterianas. Se debe ser cauto en el uso de esteroides dado el riesgo de reactivación de las manifestaciones reumatológicas tras su retiro, evitar el uso de ácido acetilsalicílico por riesgo para el desarrollo de síndrome de Reye en niños menores de 12 años y realizar la identificación oportuna de las formas atípicas y graves. En el paciente con enfermedad subaguda y crónica, si bien la recuperación es el resultado esperado, el período de convalecencia puede ser prolongado (en ocasiones hasta un año o más) y el dolor articular persistente puede requerir tratamiento analgésico, incluyendo terapia antiinflamatoria prolongada. La respuesta al tratamiento sintomático es lenta, presentando una elevada tendencia a la recurrencia y cronicidad a nivel articular. Se ha sugerido que la cloroquina, al ser capaz de reducir la replicación viral, podría ser eficaz en la profilaxis y el tratamiento de la etapa temprana de la enfermedad, no habiéndose demostrado su eficacia en la fase crónica



La infección por el virus CHIK es una enfermedad febril, causada por un alfavirus ARN de la familia togaviridae. Se transmite al hombre por un vector: el mosquito del género Aedes, especies A. aegypti y A. albopictus. Afecta a todos los grupos de edad y de ambos sexos. Representa una enfermedad endémica en paises del sudeste de Asia, África y Oceanía, mientras que constituye una enfermedad emergente en América. Se manifiesta de forma aguda con fiebre, rash cutáneo y poliartritis. La mortalidad es baja, pero un porcentaje elevado de enfermos desarrollan una fase crónica definida por poliartritis persistente durante meses e incluso años.



Neonatos, adultos y

embarazadas

 La infección por el virus CHIK es típicamente una enfermedad febril de inicio súbito (por lo general ≥ 39oC) dura entre tres y 10 días. Se acompaña de poliartralgia, mialgia, cefalea, eritema maculopapular (predominante en el tórax) náusea, vómito, conjuntivitis y astenia, que produce importante limitación funcional.


 



El mosquito adquiere el virus a partir de un huesped viremico y después de un periodo de incubacion promedio extrínseco de 10 dias, el mosquito puede transmitir el virus a un huesped susceptible. En los humanos picados por un mosquito infectado, los sintomas de enfermedad aparecen generalmente despues de un periodo de incubacion intrínseco de tres a siete dias (rango: 1−12 dias). Los hallazgos de una revisión sistemática, señalan que el período de incubación de esta enfermedad, es de tres días

 

El CHIKV puede causar enfermedad aguda, subaguda y crónica. El período agudo de la enfermedad (7 a 10 días), coincide con la máxima viremia (la carga viral puede alcanzar rápidamente hasta 109 copias de genoma viral por mililitro de sangre). 

 

Los signos y síntomas agudos por la infección del CHIKV usualmente se resuelven dentro 7 a 14 días. Poco después del inicio de la fiebre, se presentan mialgias y artralgias intensas que limitan los cambios de postura en el paciente. En términos generales, la fiebre usualmente dura una semana (90% de los casos) y las mialgias entre 7 a 10 días (90% de los casos). (ver cuadro 2)


 


Las manifestaciones articulares en la fase aguda de la enfermedad se caracterizan por un patrón poliarticular simétrico y distal (pueden durar de semanas a meses, en el 95% de los casos). El dolor articular es de intensidad variable y ocurre con mayor frecuencia en manos, muñecas, codos, rodillas, tobillos y pies Con menor frecuencia involucra hombros, cadera y articulación temporomandibular.

 

La artralgia/artritis crónica es variable, se ha descrito como migratoria y no migratoria, mientras que el dolor articular puede ser constante e intermitente. La proporción de articulaciones afectadas disminuye con el tiempo, siendo del 88 - 100% durante las primeras 6 semanas después de la infección y se reduce al 12% entre los 3-5 años.

 

Otros síntomas que pueden aparecer en la fase aguda y crónica de la enfermedad son: dolor axial, fenómeno de Raynaud y astenia. Generalmente, todos los signos y síntomas agudos se resuelven dentro de los 14 días, pero la artritis/artralgia puede persistir entre meses y años.

 

El exantema aparece entre dos y cinco días, después del inicio de la fiebre, en aproximadamente el 35 - 50% de los pacientes. Es típicamente maculopapular en tronco y extremidades; puede afectar palmas, plantas y cara. La erupción cutánea también puede presentarse como un eritema difuso que palidece con la presión. En ocasiones, también puede aparecer edema facial y dermatitis ampollosa sobre todo en niños.

 

Entre las manifestaciones oculares se describen uveítis anterior, uveítis posterior y vasculitis retiniana de curso benigno con resolución entre 6 y 8 semanas. Otras manifestaciones incluyen: panuveitis, neuritis óptica, queratitis, epiescleritis y neuroretinitis

 

La mayoría de los pacientes a los 10 días evolucionan a la mejoría clínica. Sin embargo, a los dos o tres meses, en algunos pacientes reaparecen síntomas (fase subaguda), entre ellos, poliartritis distal de cursos persistente o intermitente y tenosinovitis hipertrófica subaguda de muñecas y tobillos. Algunos pacientes desarrollan trastornos vasculares periféricos transitorios (síndrome de Raynaud), así como síntomas depresivos y fatiga general.

 

La fase crónica de la enfermedad está presente cuando los síntomas se mantienen por más de tres meses y pueden permanecer durante un año o más. El síntoma más frecuente es artralgia/artritis persistente en las articulaciones afectadas en la etapa aguda. Entre los factores de riesgo para las formas crónicas de la enfermedad, se incluyen: edad < 5 años y > 65 años, cuadro agudo grave y antecedente personal de enfermedad articular previa. Estudios realizados en Sudáfrica, reportan que 12 a 18% de los pacientes infectados persisten con síntomas hasta tres años después de contraer la enfermedad.

 

Los pacientes infectados por CHIKV tienen mayor riesgo de manifestaciones reumáticas, deterioro en la calidad de vida e incremento en el uso de los servicios de salud.

 

La presentación clínica varía con la edad y son más frecuentes las complicaciones y las formas graves en los siguientes grupos de riesgo: neonatos (con o sin síntomas de madres virémicas) durante el parto o en los últimos 4 días antes del parto, niños < 1año, adultos > 65 años y personas con comorbilidad (diabetes, hipertensión, insuficiencia renal crónica, o enfermedades cardiovasculares, personas que viven con el VIH-SIDA, con tuberculosis, pacientes con cáncer, pacientes con enfermedades hematológicas). 

 

Los niños generalmente nacen asintomáticos y posteriormente desarrollan fiebre, pérdida del apetito, dolor, edema periférico y erupción maculopapular, vesículas o bulas. Entre las complicaciones que se describen en aquellos que se infectan en el periodo intraparto, destacan: enfermedad neurológica (meningoencefalitis, lesiones de la sustancia blanca, edema cerebral y hemorragia intracraneana), síntomas hemorrágicos y enfermedad del miocardio.

 

Entre las manifestaciones clínicas graves de la enfermedad destacan: insuficiencia respiratoria, miopericarditis, meningoencefalitis, hepatitis tóxica masiva y manifestaciones cutáneas graves (descamación y lesiones bullosas).

 

Entre las manifestaciones atípicas se describen alteraciones neurológicas (meningoencefalitis, encefalopatía, convulsiones, síndrome de GuillanBarré, síndrome cerebeloso, paresia, parálisis, neuropatía), oculares (neuritis óptica, iridociclitis, epiescleritis, retinitis, uveítis), cardiovasculares (miocarditis, pericarditis, insuficiencia cardiaca, arritmias, inestabilidad hemodinámica), dermatológicas (hiperpigmentación fotosensible, úlceras intertriginosas similares a úlceras aftosas, dermatosis vesiculobullosa) y otras (discrasias sanguíneas, neumonía, insuficiencia respiratoria, hepatitis, pancreatitis, síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) e hipoadrenalismo).

 

Se sugiere sospechar la infección por el virus Chikungunya en el paciente con fiebre ≥ 39oC de inició súbito, asociado a poliartralgia, mialgia, erupción maculopapular, cefalea, náusea, conjuntivitis y astenia

 

En los niños pequeños, con respecto a las manifestaciones cutáneas, se sugiere investigar lesiones vesiculobulosas. 



Pruebas diagnósticas: Sensibilidad y especificidad

 

Los hallazgos de laboratorio en los niños incluyen: pruebas de función hepática elevadas, trombocitopenia, linfopenia y disminución de los niveles de protrombina.

 

El diagnóstico de CHIK es clínico, de laboratorio y epidemiológico.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, por lo que se sugiere considerar los criterios clínicos de laboratorio y epidemiológicos. 

 

La confirmación de CHIK es absolutamente necesaria para poder establecer el diagnóstico diferencial con otras enfermedades transmitidas por mosquitos, particularmente del género Aedes, como el dengue

 

Para establecer el diagnóstico de CHIK existen pruebas de: 

1. aislamiento viral. Se realiza en muestras de suero en fase aguda o en mosquitos de campo, antes de los ocho días del inicio de la enfermedad.

2. RT- PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa reversa), para detección del ARN del CHIKV (dentro de los primeros 5 días de inicio de la enfermedad) 

 3. Pruebas serológicas (ELISA de captura del anticuerpo IgM (MAC-ELISA), es detectable entre los 2 y 7 días de la enfermedad y persiste durante dos meses; posteriormente cae a niveles no detectables. La sensibilidad es de 93% y la especificidad de 95%. El anticuerpo IgG permanece detectable durante toda la vida.

 

Con relación al diagnóstico serológico, los anticuerpos contra IgM son detectables dentro de dos a seis días del inicio de los síntomas y persisten durante semanas o meses, mientras que los anticuerpos IgG aparecen por primera vez durante la convalecencia y pueden persistir durante años. (ver cuadro 5)




 

Se sugiere establecer el diagnóstico de CHIK considerando criterios clínicos de laboratorio y epidemiológicos.

 

La elección de la prueba de laboratorio apropiada debe considerar el origen de la muestra (humano o mosquitos recogidos en campo) y, el momento de recolección de la muestra con relación al comienzo de los síntomas (en el caso de muestras de origen humano).

 

Los resultados que confirmarían una infección reciente por CHIKV. son:

  •  Aislamiento de CHIKV, incluyendo identificación confirmatoria (ya sea por inmunofluorescencia, RT-PCR, o secuenciación).
  •  Detección de ARN del CHIKV mediante RTPCR en tiempo real.
  •  Identificación de un resultado positivo de IgM en un paciente con síntomas agudos de CHIK, seguido por la demostración del anticuerpo específico para CHIKV por PRNT con virus del serogrupo SFV.
  •  Demostración de seroconversión o incremento de cuatro veces en los títulos de PRNT, inhibición de la hemaglutinación (HI) o ELISA (nuevamente usando otros virus del serogrupo SFV) entre las muestras obtenidas en fase aguda y convaleciente.

 

La identificación de caso sospechoso se realiza ante paciente con fiebre súbita (≥ 39oC) más la presencia de poliartralgias graves o artritis de comienzo agudo y en el que se identifique asociación epidemiológica (presencia del vector Aedes aegypti o Aedes albopictus, antecedente de visita o residencia en áreas de transmisión en las dos semanas previas al inicio del cuadro clínico o existencia de casos confirmados en la localidad)

 

Se sugiere realizar la toma de muestras de suero en dos escenarios: a) dentro de los primeros cinco días de inicio del cuadro se analizarán mediante pruebas moleculares RT-PCR en tiempo real y b) a partir del 6º hasta el 12º día se analizarán mediante pruebas serológicas (ELISA IgM). 



Principales características clínico-epidemiológicas

 

Dengue y chikungunya, son enfermedades transmitidas por el mismo vector, pueden cocircular en una misma región e incluso pueden coexistir en un mismo paciente.

 

El diagnóstico diferencial de la infección por el virus CHIK, debe tener en cuenta las características epidemiológicas, el lugar de residencia, la historia de viajes y los factores de exposición. (ver cuadro 3)


 


La gravedad y la cronicidad de los síntomas articulares, incluyendo artritis y artralgia, constituyen una característica importante de la infección por el virus Chikungunya. 

 

El dolor retro-orbital y los hallazgos hemorrágicos típicos del dengue y la fiebre hemorrágica por dengue, son raros en la infección CHIKV.

 

Las manifestaciones oculares en dengue son bilaterales y destacan la visión borrosa, escotoma central, hemorragia conjuntival y maculopatia. En CHIK, las manifestaciones oculares tienden a ser unilateral y se refiere dolor, fotofobia, irritación, diplopía y retinitis.

 

En CHIK, la fiebre es ≥ 39 oC y de menor duración, mientras que en dengue la fiebre es de mayor duración y con mayor frecuencia se encuentran síntomas gastrointestinales (anorexia y vómito).

 

Se sugiere realizar el diagnóstico diferencial principalmente con las enfermedades prevalentes en el país, particularmente, el dengue, debido a que esta enfermedad viral se transmite por el mismo vector y las manifestaciones clínicas son similares. (ver cuadro 4) 


 



Entre las enfermedades a ser consideradas en el diagnóstico diferencial, se sugiere considerar hallazgos clínicos y características epidemiológicas relevantes, tales como el lugar de residencia, antecedentes de viajes y exposición.

 

Entre los signos de alarma de Dengue se deben investigar: dolor abdominal, vómitos peristentes, edema, sangrado por mucosas, letargia o irritabilidad, hepatmegalia > 2 cm, elevación del hematócrito simultáneao a la disminución del recuento plaquetario. 




Eficacia y seguridad de Cloroquina

En la fase aguda en adultos se sugiere reposo en cama, dieta normal, líquidos abundantes y antipiréticos, como paracetamol en dosis de acuerdo a la edad y el peso del paciente. (ver cuadro 6 y 7)

 



Para el tratamiento de la fiebre en la fase aguda, se sugiere el uso de paracetamol 500 mg cada 6 horas, con dosis máxima de cuatro gramos por día, mientras que en los niños menores de 5 años la dosis es de 10 a 15 mg/kg/dosis cada 6 horas.

 

El médico de primer contacto, otorgará manejo ambulatorio para los casos típicos sin signos de alarma, informará a la población sobre signos de alarma e indicará las medidas de prevención y cuidados en el hogar y en la comunidad.

 

En los niños, durante la fase aguda de la enfermedad, se sugiere dieta normal, reposo en cama, líquidos abundantes por vía oral (leche, jugos de frutas naturales, con precaución en diabéticos) y suero oral. Se sugiere tener precaución con el uso exclusivo de agua, ya que puede causas desequilibrio hidroelectrolítico.

 

No se recomienda prescribir rutinariamente un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), durante los 3 primeros días de fiebre, incluso en los pacientes con recuento de plaquetas normal. (ver cuadro 8)


 



No se sugiere el uso de ácido acetil salicílico debido al riesgo de sangrado y la presentación de Síndrome de Reye en niños menores de 12 años.

Para el tratamiento de la erupción cutánea y el prurito, en la fase aguda, se sugiere el uso de lociones a base de óxido de zinc y lociones refrescantes y humectantes con aloe vera, mentol y alcanfor, así como antihistamínicos, entre ellos difenhidramina o loratadina. (ver cuadro 9)


 


Para el tratamiento del dolor que persiste después del séptimo día de iniciada la enfermedad, se sugiere el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) (diclofenaco, ibuprofeno o naproxeno).

 

Se sugiere prescribir AINE, sólo en pacientes con CHIK que tienen artritis grave o crónica con recuento normal de plaquetas

 

Ante el paciente con infección por CHIKV, se deben investigar signos de alarma, entre ellos: dolor persistente, mareo postural, hipotermia, oliguria, vomito constante, hipotensión arterial, alteración del estado de conciencia, irritabilidad e insuficiencia respiratoria.

 

Se debe asegurar la separación estricta de los recién nacidos en observación de las salas de infectología o aislamiento. Así como también, mantener al recién nacido sin signos y síntomas sin canalización de vía endovenosa (solo observación), mientras no presente manifestaciones clínicas y la misma no sea necesaria. Se debe preferir la vía oral.

 

Se sugiere identificar a los pacientes con alteraciones neurológicas, insuficiencia renal, insuficiencia hepática, enfermedad cardiaca. Si se sospecha una posible meningitis valorar realizar punción lumbar, así como considerar el ingreso y manejo en la unidad de cuidados intensivos.


Prevención y control en el paciente con fiebre Chikungunya

 

Existen dos vectores principales para el CHIKV, Aedes aegypti y Aedes albopictus. Ambas especies de mosquitos estan ampliamente distribuidas en los trópicos y, Aedes albopictus también está presente en latitudes más templadas.

 

El clima tropical favorece la reproducción de mosquitos, de manera especial durante la estación lluviosa en la que incrementa la probabilidad de multiplicar los criaderos. Otros factores relacionados son: urbanización, y el acceso deficiente a fuentes de agua continua que obliga a las familias a almacenar agua en recipientes y otros objetos, mal tapados o dejados a la intemperie.

 

Los mosquitos adquieren el virus a partir de un huésped virémico. Después de un período promedio de incubación extrínseca de 10 días, el mosquito es capaz de transmitir el virus a un huésped susceptible.

En los humanos que sufren la picadura por el mosquito infectado, los síntomas de enfermedad aparecen generalmente después de un período de incubación intrínseca de tres a siete días

 

Las medidas preventivas consisten en la protección del individuo contra la transmisión del mosquito con el uso de ropa de manga larga, el uso de mosquiteros y esfuerzos para eliminar posibles criaderos de mosquitos, como los embalses que contienen agua.

Para el control de los mosquitos, es recomendable el uso de insecticidas para el tratamiento de los sitios de reproducción.

 

Se sugiere lavar tanques y albercas que almacenen agua de uso doméstico y aplicar cloro con una esponja en las paredes de los tanques y albercas por encima del nivel del agua, dejar actuar por 15 minutos y posteriormente, lavar con cepillo de cerda dura para desprender los huevos del vector.

 

Todos los casos sospechosos y confirmados, deben mantenerse bajo un área con mosquiteros durante el período febril.

La prevención primaria a través de las acciones de modificación de los factores de riesgo como medidas de protección particulares para toda la población y la eliminación de los mosquitos reduciendo sus áreas de reproducción, deberán de ser permanentes y con el apoyo de los gobiernos locales y las organizaciones comunitarias.

 

Una vez detectado un caso autóctono de CHIK, se debe llevar a cabo una investigación epidemiológica exhaustiva para:

• Rastrear la diseminación del virus.

• Monitorear la posible introducción del virus en las áreas circundantes.

• Describir las características epidemiológicas y clínicas clave.

• Evaluar la gravedad clínica.

• Identificar los factores de riesgo de infección o enfermedad grave.

 

Se debe utilizar la vigilancia activa, pasiva y de laboratorio para calcular y monitorear indicadores tales como: incidencia, índice de diseminación, índice de hospitalización (por infecciones), proporción de enfermedad grave e incluso tasas de mortalidad.





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