Paciente con infección por VIH
El virus de inmunodeficiencia
humana pertenece a la familia retroviridae y a la subfamilia lentivirus que
causa infecciones con largos períodos de incubación. Infecta a los linfocitos T
auxiliares (CD4), macrófagos y monocitos, dando como resultado la pérdida de la
inmunidad mediada por células y alta probabilidad de que el huésped desarrolle
infecciones oportunistas. Este virus es la causa del Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida
Se han identificado dos tipos
de VIH: VIH-1 y VIH-2 los cuales comparten propiedades epidemiológicas, pero
desde el punto de vista serológico y geográfico son relativamente diferentes:
al parecer la patogenicidad del VIH-2 es menor a la del VIH-1.
En su estructura sobresalen
antígenos importantes: gp120 y gp41 que son glicoproteínas de envoltura y el
antigeno específico del grupo p24, que se localiza en el núcleo de la
nucleocápside.
La infección por VIH-1 y VIH-2,
se caracteriza por deterioro progresivo del sistema inmune, clínicamente por
infección asintomática o con poca sintomatología durante un período de 8 años a
10 años, debido al equilibrio entre la replicación viral y la respuesta
inmunológica del paciente.
Más adelante se rompe este
equilibrio aumentando la carga viral y deteriorándose la función inmune, lo que
permite la aparición de diversas infecciones clásicas, oportunistas y tumores
con lo que se llega a la etapa de SIDA.
El SIDA es un término que se aplica a los
estadios más avanzados de la infección por VIH, se define por la presencia de
más de 20 infecciones oportunistas o cánceres relacionados con el VIH.
Los factores de riesgo son
aquellas variables que incrementan la probabilidad de adquirir la infección por
VIH (Cuadro 2 y 3)
Las pruebas diagnosticas para infección por VIH son aquellas que tienen la capacidad de separar adecuadamente las personas sanas de las infectadas y de no producir falsos positivos o negativos. Las propiedades de las pruebas diagnósticas se describen tradicionalmente como sensibilidad y especificidad, en este contexto aplica para el diagnóstico, seguimiento clínico y de laboratorio de las personas infectadas por el VIH
La infección por el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH) y su consecuencia el Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), son problemas de salud pública en México y
en el mundo incluso llegándose a considerar una pandemia que es un desafío para
los sistemas de salud de todo el planeta
El autoconocimiento del estado
serológico del VIH es el paso fundamental para dirigir las intervenciones y
prevenir su infección.
La profilaxis posexposición,
debe ofrecerse a todas las personas que tuvieron contacto sostenido con mucosas
o por vía parenteral de alguna fuente de infección a VIH, la cual se debe
otorgar tan rápido como sea posible o al menos dentro de las 72 h posteriores a
la exposición
La profilaxis con el uso del
condón durante las relaciones sexuales es la forma más efectiva para prevenir
las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y del VIH entre personas que viven
con una pareja sexual portadora de VIH
CONDUCTAS DE RIESGO
Se recomienda usar la
referencia por contrato para realizar estudios de detección e integración
diagnóstica temprana, así como para iniciar el tratamiento oportuno en caso de
resultar positivos para el VIH.(Cuadro 5)
De igual forma se recomienda
buscar de manera intencionada al Pl para obtener el número de parejas sexuales
con las que ha tenido contacto, y de este modo, detectar a las personas en
riesgo de contraer el VIH, (Algoritmo 1 y 2)
La terapia antirretroviral
puede prevenir la transmisión del VIH. Sin embargo, a pesar de que el riesgo de
transmisión de un individuo infectado por el VIH que ha alcanzado la supresión
de la replicación viral es bajo, no se recomienda la TAR como única medida para
prevenir la infección por el VIH, ya que se deben asociar las intervenciones
conductuales para reducir las actividades de riesgo y motivar la adhesión al
tratamiento.
Se recomienda el uso del condón
de forma rutinaria en parejas heterosexuales serodiscordantes como método de
prevención para transmisión del VIH, sin embargo, se debe tomar en cuenta que
la eficacia de este método para prevenir Weller no es del 100%.
Se sugiere realizar campañas
educativas sobre el uso adecuado del condón masculino en la población
sexualmente activa, haciendo hincapié en el uso correcto, así de como detectar
la ruptura del mismo, pues pueden ser factores importantes para reducir la
efectividad del condón.
Aunque la circuncisión como
medida para reducir la transmisión del VIH en hombres con relaciones
heterosexuales, tiene un buen perfil de seguridad, esta evidencia deberá
tomarse con cautela, pues pese a que los grados de heterogeneidad son
aceptables, no son directamente aplicables a nuestra población; por otro lado,
no debe tomarse como única medida, dado que se deja descubierta una buena
proporción de pacientes que pueden adquirir la infección por el VIH por el bajo
efecto y alto NNT para obtenerlo, y no es ético dejar como único manejo por ser
hasta el momento una enfermedad incurable. A pesar del beneficio de dicho
procedimiento, se debe informar a los pacientes del riesgo de infectarse con el
VIH, por lo que no se recomienda usar como única medida.
Se recomienda implementar
campañas de salud con difusión de las medidas preventivas, haciendo énfasis en
reducir las prácticas sexuales de riesgo, así como realizar pruebas de
detección oportuna en los sitios de consejería.
Aunque no existe evidencia que
demuestre la efectividad de las intervenciones para modificar las conductas de
riesgo en jóvenes sin hogar, se recomienda que el personal de salud otorgue
información sobre las medidas preventivas para evitar la infección por el VIH y
que se ofrezca en todo momento que exista contacto con esta población.
No existe evidencia de que la
consejería para prevenir la infección reduzca la morbimortalidad asociada al
VIH en pacientes con problemas mentales, sin embargo recomendamos que la
consejería se otorgue de la misma manera como se hace con la población de
riesgo.
Se recomienda asesorar sobre el
uso del condón masculino en las relaciones sexuales con penetración anal y
vaginal.
¿Cómo se reduce la transmisibilidad en
un paciente con infección por el VIH?
Se recomienda implementar
programas que promuevan la educación, así como la asesoría sobre el uso del
condón masculino en la población sexualmente activa, con la finalidad de
prevenir la transmisión del VIH.
Si bien, las intervenciones
conductuales por si solas no incrementaron el uso del condón masculino entre
parejas serodiscordantes, se recomienda asociar esta intervención a otras de
eficacia demostrada para prevenir la infección por el VIH en este tipo de
parejas.
Hasta el momento, no hay
suficientes pruebas para determinar si el tratamiento curativo de la úlcera
genital reduce el riesgo de adquisición del VIH. La calidad de la evidencia es muy baja. Por lo anterior, no se
recomienda utilizar el tratamiento de estas lesiones como exclusiva y única medida
preventiva para reducir la transmisibilidad del VIH.
Se recomienda implementar
intervenciones cognitivas sociales en trabajadoras sexuales para fortalecer el
uso del condón masculino y reducir el consumo de drogas, así como establecer el
seguimiento trimestral.
Se recomienda que el equipo
multidisciplinario de primer nivel de atención fomente el uso sistemático del
condón en las prácticas sexuales consideradas de alto riesgo, todo ello a
través de la información, orientación y educación de la población en general,
mediante la implementación de estrategias bajo un enfoque constructivista.
Se recomienda usar las
intervenciones de educación estándar para reducir las conductas sexuales de
riesgo.
La evidencia limitada y el alto
sesgo de los estudios realizados en los países desarrollados que promueven a través
de los medios de comunicación la realización de la prueba para detectar el VIH
entre los HSH, no aplica directamente a nuestra población, por lo que no se
recomienda su uso hasta no contar con nueva evidencia que lo sustente.
Según las circunstancias y
dependiendo de la prueba utilizada, las personas en riesgo de adquirir el
VIH/SIDA deben recibir información sobre la posibilidad de un resultado falso
negativo durante el periodo de ventana (por falta de anticuerpos detectables),
por lo que se debe alentar a repetir las pruebas en un momento apropiado.
Se recomienda usar la terapia profiláctica
postexposición ante el contacto con el VIH, ya que su uso ha demostrado que
disminuye la tasa de contagio, preferentemente debe usarse en las primeras 72
horas.
El uso de TDF o de TDF más FTC
como profilaxis preexposición, reduce el riesgo de contraer el VIH en
individuos de alto riesgo, por lo que se
recomienda la evaluación médica que pondere el riesgo/beneficio de esta
profilaxis anterretroviral.
Las personas que reciben
profilaxis preexposición basada en TDF deben tener una tasa de depuración de
creatinina de al menos 60 ml/min. No se dispone de datos para informar una
recomendación de profilaxis preexposición para personas con una tasa de
depuración de creatinina inferior a 60 ml/min
Se recomienda que las mujeres
que reciben profilaxis postexposición deben recibir a la par anticoncepción
para prevenir el embarazo.
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