HIPERTENSION ARTERIAL

 



La Hipertensión Arterial Sistémica (HAS) es un síndrome de etiología múltiple caracterizado por la elevación persistente de las cifras de presión arterial a cifras ≥ 140/90 ml/Hg (NOM-030-SSA2-1999). Es producto del incremento de la resistencia vascular periférica y se traduce en daño vascular sistémico.

 

La hipertensión arterial es considerada como un predictor de morbimortalidad para enfermedades cardiovasculares, entre las que destacan la enfermedad cerebro vascular, el infarto del miocardio, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad arterial periférica y la insuficiencia renal. Para el control del paciente hipertenso, existe una gran variabilidad en el tratamiento farmacológico, en muchos casos, no se han instrumentado medidas no farmacológicas, y en un elevado porcentaje no existe un adecuado control de las cifras tensionales, con los consecuentes incrementos en el riesgo de daño en los órganos blanco, la discapacidad, los costos de la atención y su repercusión en la economía familiar, en los sistemas de salud y en el país. Proporcionar una herramienta eficiente a los médicos del primer nivel de atención, en la prevención (primaria y secundaria), el diagnóstico oportuno, detección temprana de complicaciones y el tratamiento adecuado de los pacientes con hipertensión.


Hipertensión arterial sistémica esencial primaria: La hipertensión arterial sistémica es un síndrome de etiología múltiple caracterizado por la elevación persistente de las cifras de presión arterial a cifras ≥ 140/90 ml/Hg.


ESTILOS DE VIDA

  1. Se recomienda aconsejar a las personas mantener un índice de masa corporal entre 18.5 y 24.9 kg/m2, para prevenir el riesgo de hipertensión arterial sistémica.
  2. Para el manejo del estrés se recomienda terapias conductuales acompañadas de técnicas de relajación. 
  3. Se recomienda un plan de alimentación con consumo alto de frutas y vegetales, así como con ingesta baja de grasas saturadas.
  4. Aconsejar al paciente la suspensión del hábito tabáquico y ofrecer su integración a grupos de apoyo.
  5. Aconsejar al paciente la reducción de sal en la dieta diaria familia
  6. Sugerir al paciente, disminuir el consumo excesivo de café y otros productos con alto contenido en cafeína.
  7. Proponer al paciente, realizar cambios en su estilo de vida, dado que la suma de varias intervenciones reduce la presión sistólica 10 mm Hg o más, aproximadamente.



El Riesgo Cardio-Vascular (RCV) consiste en la suma de múltiples factores que comprenden: antecedentes heredofamiliares y personales, así como factores que pueden determinarse a través del interrogatorio, la exploración física y pruebas específicas de laboratorio y gabinete.

 

La evaluación de Daño a Órgano Blanco (DOB) se establece a nivel renal, con:

  •  Identificación de microalbuminuria 30-300 mg/dl en el examen general de orina.
  •  Tasa de filtración glomerular (calculado): 30-60 ml/min

La determinación de niveles de perfil de lípidos (colesterol, triglicéridos, lipoproteínas de alta y baja densidad) es esencial para establecer el RCV y elegir el tratamiento complementario, cuando se requiera

La determinación de glucosa, así como la prueba de tolerancia a la glucosa es relevante sobre todo en pacientes que no tienen el diagnóstico de Diabetes Mellitus (DM); considerándose como riesgo cifras de glucosa de 102 a125 mg/dl.

Se recomienda realizar exploración neurológica para identificar probable daño a órgano blanco (cerebro).

Se recomienda realizar examen de agudeza visual (tabla de Snellen), así como exploración de fondo de ojo para identificar retinopatía.

Se recomienda estimar el riesgo RCV en pacientes adultos




La historia clínica y la exploración física en todos los pacientes candidatos de escrutinio preventivo logran la detección oportuna de hipertensión arterial, dirigiendo la búsqueda de causas de hipertensión secundaria, registro de factores de cardiovasculares y la identificación de Daño a Órgano Blanco (DOB) y otras enfermedades cardiovasculares

 

Con los antecedentes familiares del historial clínico puede investigarse la predisposición de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

El diagnóstico se establece tras dos mediciones de la presión arterial por consulta en al menos dos citas continuas.

 

La palpación del pulso en reposo determina el ritmo cardiaco y permite identificar arritmias, especialmente fibrilación auricular

Es conveniente el escrutinio de la hipertensión arterial a través de la toma periódica de la presión arterial mediante la estrategia oportunista en la consulta médica

 

Es preferible que las determinaciones de la presión arterial en las unidades de salud se realicen por personal de enfermería capacitado (Cuadro IV).




Se considera diagnóstico probable de HAS cuando exista elevación de la presión arterial sistémica con cifras iguales o mayores a 140/90 mm Hg, registradas por personal capacitado.

 

Los pacientes que acudan por datos de alarma o por urgencia hipertensiva se diagnostican como HAS, desde la primera consulta médica

 

De acuerdo a la presión arterial, los pacientes se estadifican en (Cuadro V):

  1. Óptima, 
  2. Normal, 
  3. Normal alta, 
  4. Hipertensión (3 grados)

 




El modelo de SCORE se aplica en pacientes con HAS asintomáticos, sin enfermedad cardiovascular, renal o diabetes mellitus

 

Establecer diagnóstico de HAS en la segunda consulta médica (al mes de la primera determinación de la presión arterial) cuando el paciente manifieste:  > 140/90 mm Hg,  Bitácora positiva (registro de presión arterial en su domicilio) o  Ambas situaciones

 

Integrar diagnóstico de HAS desde la primera consulta médica en todo paciente diabético con DOB o datos de insuficiencia renal de moderada a grave (filtración glomerular <60 mL/min/m2), que presente cifras de más de 140/90 mm Hg.

 

Se recomienda en personas con HAS, asintomáticas, sin enfermedad cardiovascular, renal o diabetes la estratificación del riesgo cardiovascular utilizando el modelo SCORE.

 

Se recomienda la búsqueda intencionada de daño a órgano blanco particularmente, en aquellos casos con riesgo moderado o alto, dado que predice la mortalidad independientemente del puntaje de SCORE (Cuadro VI).





Realizar una adecuada historia clínica con anamnesis detallada incluyendo historia familiar, factores de riesgo y una exploración física completa, para identificar la presencia de signos y síntomas relacionados a hipertensión secundaria, así como establecer el grado de DOB.

 

La somatometría incluye (en posición de pie):

  •  Peso 
  • Talla 
  • Circunferencia de la cintura,
  • Cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC)

 

La palpación de un pulso irregular puede sugerir la presencia de fibrilación auricular.

Como parte de la exploración, la determinación de la presión arterial se realiza conforme a la técnica previamente descrita.

 

Se recomienda tomar el pulso en reposo desde la primera consulta médica.

En la exploración física inicial se recomienda investigar, a profundidad:  Datos clínicos de DOB  Datos sugestivos de hipertensión secundaria.


Los exámenes de rutina aceptados internacionalmente para estudio de la enfermedad y daño a órgano blanco, así como identificación de comorbilidades asociadas en un paciente con HAS, son: 

  • Citometría hemática 
  • Química sanguínea y
  • electrolíticos séricos (cloro, sodio y potasio) 
  • Ácido úrico 
  • Perfil del lípidos (HDL, LDL; colesterol total y triglicéridos) 
  • Electrocardiograma (ECG)
  •  Examen general de orina

 

Entre las pruebas específicas que se realizan para búsqueda de DOB, incluyen: 

  • Hemoglobina glucosilada 
  • Proteinuria cuantitativa 
  • Ecocardiograma 
  • Monitoreo Holter 
  • Ultrasonografía (vascular, carotideo, arterial periférico, y renal) 
  • Fundoscopia

 

El protocolo de estudio del paciente con HAS consiste en: 

  • Citometría hemática 
  • Química sanguínea y 
  • Electrolíticos séricos, 
  • Ácido úrico 
  • Perfil del lípidos incluyendo HDL, LDL;
  •  colesterol total y triglicéridos 
  •  Examen general de orina

 

En establecimientos donde se cuenten con los recursos y el personal capacitado para la realización e interpretación del monitoreo de Holter (MAPA), se sugiere un estudio en las siguientes condiciones: 

  • Discordancia de la presión arterial registrada en casa y el consultorio, 
  • Sospecha de hipertensión nocturna por daño renal o apnea del sueño, 
  • Sospecha de hipotensión autonómica.

 

En aquellos lugares, en los que se cuenten con el recurso y personal capacitado, se sugiere la realización de teleradiografía de tórax (posterior-anterior), como parte del protocolo de estudio


Sin condiciones especiales

 

El tratamiento farmacológico reduce el RCV, y eventos cardiovasculares y cerebrovasculares, así como la muerte del paciente con HAS.

En el paciente anciano, el tratamiento se inicia cuando la presión arterial sistólica es ≥160 mm Hg.

 

El tratamiento antihipertensivo se considera en el anciano< 80 años de edad continuarlo cuando la PAS sea de 140 a 159 mm Hg, y el régimen terapéutico sea tolerado adecuadamente.

 

Persistiendo el descontrol hipertensivo al fármaco de primera línea, después de alcanzar la dosis máxima tolerada se adiciona un segundo de fármaco de otra clase (primera línea).

Cuando no se inicia con un diurético de tiazidas de primera elección en el paciente anciano, se recomienda adicionar este al régimen del tratamiento como segunda línea

 

Persistiendo el descontrol hipertensivo con el tratamiento de dos fármacos, se adiciona un tercer de fármaco de otra clase de primera línea. 

 

Ante la falla terapéutica de 3 fármacos, se recomienda buscar las posibles causas, entre ellas: a. pobre adherencia al tratamiento b. sobrecarga de volumen diastólico c. interacciones farmacológicas (ver cuadro medicamentos) d. condiciones asociadas (obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, resistencia a la insulina, pseudoresistencia al tratamiento y pseudohipertensión).

 

En paciente adulto mayor <80 años, se considera meta terapéutica de PAS < 140 mm Hg, y de PAD no menos de 65 mm Hg, de observarse tolerancia al tratamiento.

En un paciente adulto mayor >80 años con una PAS inicial >160 mm Hg, se recomienda reducir la PA entre 140 y 150 mm Hg, una vez probada una buena condición física y mental, así como disminuir la dosis de los fármacos de acuerdo a la tolerancia y sintomatología.

 

En un paciente anciano, se recomiendan diuréticos y calcio antagonistas como fármacos de primera línea para la hipertensión arterial sistólica aislada.

 

Los beta-bloqueadores no se utilizan como agentes de primera línea en pacientes jóvenes particularmente, aquellos con intolerancia o contraindicación a IECA y ARA II, y en mujeres de edad fértil o pacientes con evidencia de aumento de la actividad simpática

 

Se sugiere incluir en el esquema terapéutico de un paciente anciano con HAS, fármacos de primera línea que no sean beta-bloqueadores.

Prescribir terapia antihipertensiva si PAS es 140 a 160 mm Hg en presencia de DOB

Se recomienda dar tratamiento farmacológico en pacientes con HAS, con RCV alto por DOB, Diabetes Mellitus (DM), Enfermedad Cardiovascular (ECV) o Enfermedad Renal Crónica (ERC).

 

En pacientes de HAS con DM, iniciar tratamiento cuando la PAS se encuentre >140 mm Hg.

 

En el paciente con DM se recomienda, como orden de preferencia en la elección del fármaco (de primera línea), los siguientes:

1. IECA o ARA II,

2. Calcio-antagonistas, y

3. Tiazidas a dosis bajas

 

Realizar la elección del tratamiento farmacológico en el paciente con DM valorando siempre la presencia de ERC, así como la excreción urinaria de albumina y otras comorbilidades.

Utilizar terapia combinada con:

1) IECA o ARA II especialmente en enfermos con diabetes y proteinuria o microalbuminuria, 2) Más calcioantagonistas de efecto prolongado

 

En el paciente con DM, la meta recomendada es PAS <130 mm Hg y PAD < 80 mm Hg

 

Se recomienda en pacientes con síndrome metabólico:

1) Medidas generales: a. Bajar de peso y b. Realizar un programa de ejercicios aeróbicos. 2) Utilizar para la terapia combinada: a. IECA o ARA II, especialmente en enfermos con proteinuria o microalbuminuria b. Calcio-antagonistas de efecto prolongado c. Diuréticos ahorradores de potasio

 

En pacientes portadores de angina o infarto del miocardio con hipertensión arterial se utiliza la combinación de un beta-bloqueador y un IECA. En caso de intolerancia a IECA puede remplazarse con ARA II o calcio antagonistas en caso de existir contraindicación para el uso de betabloqueadores

 

La terapia inicial con beta-bloqueadores es igual de efectiva que otros agentes antihipertensivos para prevenir desenlaces coronarios en enfermos con infarto reciente y falla ventricular. Así como, para reducir el riesgo de exacerbaciones y la mortalidad en enfermedad pulmonar obstructiva crónica

 

Los calcioantagonistas tienen mayor efectividad que los beta-bloqueadores para reducir la hipertrofia ventricular izquierda.

 

En pacientes con hipertrofia de ventrículo izquierdo no se usa vasodilatadores como hidralazina o minoxidil.

 

En paciente con cardiopatía isquémica se recomienda mantener cifras de <130/80 mm Hg

Pacientes con angina estable, se prefiere el uso de los beta-bloqueadores o calcio antagonistas como terapia inicial.

 

En enfermos con infarto reciente se recomiendan betabloqueadores.

 

En enfermos con alto RCV, se recomienda la combinación de un IECA y un calcio-antagonista.

No se recomienda prescribir calcio-antagonistas en presencia de insuficiencia cardíaca con congestión pulmonar o evidencia radiológica de la misma.

En insuficiencia cardiaca y disfunción sistólica, los IECA y los beta-bloqueadores se recomiendan como terapia inicial.

 

En enfermos con insuficiencia cardíaca o disfunción grave del ventrículo izquierdo, se recomienda para el régimen terapéutico: a. Diuréticos, b. beta-bloqueadores, c. IECA o ARA II.

Utilizar calcio-antagonistas cuando los beta-bloqueadores están contraindicados o no son efectivos.

 

En enfermedad cardiovascular:

1) Alcanzar la meta recomendable: PAS <140 mm Hg

2) Utilizar terapia combinada con: a. IECA o ARA II b. Más calcio-antagonista

 

En enfermedades cardiovasculares con daño en arterias coronarias, evitarse el uso de Nifedipino de acción corta.

En pacientes con un evento agudo vascular cerebral no emplearse ni ECA ni ARA, a menos que se eleve extremadamente la presión arterial.

 

En pacientes con HAS asociada a enfermedad cerebrovascular se recomienda la combinación de IECA y diuréticos de tiazidas.

 

En pacientes con HAS e insuficiencia renal no asociada a DM y en ausencia de estenosis de la arteria renal, se recomienda de primera línea: IECA.

 

Hipertensión arterial y nefropatía diabética o no diabética, se recomienda:

1) Utilizar terapia combinada con:

 a. IECA o ARA II

 b. Calcioantagonistas de efecto prolongado

c. Los diuréticos de asa reemplazan a las tiazidas cuando la creatinina sérica es 1.5 mg/dL o la TFG es <30 mL/min/1.73 m.

 2) Mantener la meta recomendable PAS <130 mm Hg, en presencia de proteinuria.







Estilos de vida

 

Los cambios en el estilo de vida son la piedra angular en el tratamiento de la HAS.

 

Para mejorar los niveles de la presión arterial, se recomienda realizar cambios en el estilo de vida que incluya una mejora en la alimentación y actividad física diaria.

Se ha demostrado que el consumo de sal menos de 5 gramos, al día reduce la PAS en 4 a 5 mm Hg en pacientes con HAS y 1 a 2 mm Hg en pacientes sin HAS.

 

La ingesta de menos de 2 gramos de sodio disminuye la PAS: 3.47 mm Hg (0.76-6.18) y en PAD: 1.81 mm Hg (0.54-3.08).

 

Para pacientes con HAS se recomienda una ingesta de sodio: 

1,500 mg/día en menores de 50 años 

1,300 mg/día en 51 a 70 años 

1,200 mg/ día en mayores de 70 años

 

En pacientes con sobrepeso y obesidad, la reducción de 5 Kg. de peso corporal disminuye, en promedio, la PAS y PAD 4.4 y 3.6 mm Hg, respectivamente.

 

Aconsejar al paciente un consumo de sal de 5-6 gramos por día y reducir a 3 gramos por día, por sus posibles efectos beneficiosos largo plazo.

 

En pacientes hipertensos se recomienda reducción de peso corporal para lograr un IMC de 25 Kg/m. 2

 

Una dieta rica en frutas y verduras, baja en grasas saturadas y totales (plan DASH) reduce la presión arterial de 8 a 14 mm Hg.

 

Proporcionar al paciente los siguientes consejos para disminuir el consumo de sal y sodio: a. Escoger comidas y condimentos con poca cantidad de sal.

b. Comprar vegetales frescos, congelados o enlatados sin sal añadida.

c. Consumir aves frescas, pescados y cortes de carne delgado sin grasa en vez de los tipos enlatados, ahumados o procesados.

d. Escoger para el desayuno cereales con bajo contenido de sodio

e. Evitar el consumo de alimentos curados (jamón, tocino, etc.), alimentos enlatados en agua salada y condimentos.

f. Limitar el consumo de salsa de soya, salsa teriyaki, inglesa, cátsup y mostaza.

g. Cocinar con hierbas, especias, limón, lima, vinagre o mezclas de condimentos sin sal.

h. Comenzar por reducir la cantidad de sal que habitualmente se usa a la mitad.

 i. Disminuir el consumo de arroz instantáneo y comidas precocinadas.

j. Escoger frutas y verduras frescas en lugar de aperitivos o botanas saladas.

 

Se recomienda 4 a 5 frutas por día (por ejemplo: naranja, plátano, toronja o melón, entre otros).

 

Se recomienda aumentar el consumo de vegetales, fibra soluble, granos enteros y proteínas de origen vegetal, así como reducir el consumo de grasas saturadas.

 

En pacientes con HAS, se recomienda: a. Consumo de pescado por lo menos 2 veces por semana. b. Consumo de frutas y vegetales de 300 a 400 gr al día.

 

En pacientes con HAS, se recomienda:

a. Consumo de pescado por lo menos 2 veces por semana.

b. Consumo de frutas y vegetales de 300 a 400 gr al día.

 

Se recomienda al paciente con HAS adoptar un plan alimenticio (DASH) con alto consumo de frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa, fibra dietética y soluble, granos enteros y proteínas de origen vegetal, así como con bajo contenido grasas saturadas y colesterol.

 

El plan DASH es rico en magnesio, potasio, calcio, proteínas y fibra, considerar que la interacción de todos estos nutrientes ayuda a reducir la presión arterial.

 

En adultos sanos, se recomienda limitar el consumo de alcohol a 2 copas o menos por día, sin exceder por semana: 14 bebidas estándar en hombres y 9 bebidas estándar en mujeres. (Por ejemplo: una bebida estándar [comercial] equivale a: 13.6 gr o 17.2 ml de etanol o aproximadamente, 44 ml [1.5 oz] de 80° [40%] bebidas preparadas; 355 ml [12 oz] de cerveza a 5%; o 148 ml [5 oz] de vino a 12%).

 

La reducción en el consumo de alcohol disminuye 2 y 4 mm Hg la PAS y PAD, respectivamente.

 

El ejercicio se considera como una estrategia terapéutica en pacientes clasificados en:  Grado 1 (140–159/90-99 mm Hg), 

Grado 2 (160–179/100–109 mm Hg).

 

El ejercicio aeróbico tiene un efecto favorable para reducir la presión sanguínea y debe ser el principal modo de ejercicio en un programa diseñado para prevenir y controlar la hipertensión arterial.

 

Se aconsejará al paciente realizar ejercicio aeróbico moderado al menos 30 min al día, de 5 a 7 días por semana.

 

El ejercicio aeróbico de 30 a 60 min de 4 a 7 días, a la semana disminuye la PAS y PAD de 4 a 9 mm Hg.

Se recomienda proporcionar al paciente un programa de ejercicios aérobicos (caminar, trotar, ciclismo, aeróbico o natación).

 

Promover la suspensión del hábito tabáquico, y sugerirse la asistencia a grupos de apoyo, así como a un consejero profesional.




 



 

El registro de la presión arterial en casa es muy importante para el control y modificación de las dosis y cantidad de fármacos. En algunos casos especiales como: 

Sospecha de hipertensión por efecto de bata blanca, 

Hipertensión en el consultorio sin factores de riesgo con daño a órgano blanco, 

Presión arterial normal en el consultorio, asintomático y con daño a órgano blanco y  Sospecha de episodios de hipotensión secundaria a medicamento.

 

El paciente de HAS con RCV bajo y presión arterial controlada (meta alcanzada) puede evaluarse cada 3 meses, a criterio del médico tratante según la evolución y respuesta clínica, considerando que el paciente se encuentre controlado, con modificaciones en su estilo de vida.

 

El paciente con un RCV alto o descontrol en sus cifras de presión arterial se sugiere evaluarse cada 2 a 4 semanas, siendo necesario la individualización de cada caso dependiendo de la respuesta al tratamiento y evolución clínica.

 

Después del inicio del tratamiento antihipertensivo con medicamentos se recomienda citar nuevamente al paciente en intervalos de 2-4 semanas para valorar respuesta y posibles reacciones adversas por medicamentos.

 

En pacientes hipertensos con otras condiciones de alto riesgo (uso de anticoagulantes orales, enfermedad vascular cerebral, riñón único, alteraciones de la coagulación, aneurismas, entre otras), se recomienda control estricto de la presión arterial para alcanzar la meta recomendada de acuerdo a cada condición asociada en el paciente

 

En pacientes hipertensos con otras condiciones de alto riesgo (uso de anticoagulantes orales, enfermedad vascular cerebral, riñón único, alteraciones de la coagulación, aneurismas, entre otras), se recomienda control estricto de la presión arterial para alcanzar la meta recomendada de acuerdo a cada condición asociada en el paciente

 

Se recomienda realizar una valoración geriátrica integral a todo paciente anciano ≥70 años de edad con HAS, por lo menos una vez al año en atención primaria.




Ante la sospecha de hipertensión secundaria (renovascular o endócrina) el paciente debe ser referido a segundo nivel para evaluación completa por el servicio correspondiente.

 

En casos de crisis hipertensiva con o sin lesión a DOB, iniciar las medidas generales de tratamiento y referir a 2° o 3° nivel para su evaluación integral y control de la hipertensión arterial, según sea el caso.

 

El paciente hipertenso puede ser enviado anualmente a valoración oftalmológica, y a medicina interna con el propósito de detectar y controlar oportunamente la aparición de lesiones a órgano blanco.

 

Se sugiere enviar al paciente para valoración cardiológica, por antecedente, sospecha o presencia de daño cardiovascular, anualmente.

 

El paciente hipertenso puede ser enviado a valoración cardiológica, por HAS de difícil control.











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