Meningitis bacteriana

 


El diagnóstico de una meningitis bacteriana aguda se basa en la exploración física completa y en un examen del completo de líquido cefalorraquídeo.

 

Los síntomas más frecuentes en pacientes con meningitis bacteriana aguda se caracterizan por la triada clásica constituida por fiebre, rigidez de cuello y alteraciones del estado mental. Esta triada es más común en los pacientes con meningitis bacteriana de origen neumocócica que meningocócico Otros signos y síntomas presentes son cefalea, náuseas, vómitos, fotofobia, convulsiones y déficit neurológico focal (afasia, hemiparesia, parálisis de pares craneales).

 

Los agentes más frecuentemente aislados, de acuerdo a la evidencia científica, son Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis hasta en el 80% de los casos, seguidos por Listeria monocytogenes y estafilococos. Los bacilos Gram negativos (E. coli, Klebsiella, Enterobacter y P. aeruginosa) contribuyen en menos del 10% de los casos. Haemophilus influenza tipo b es una causa menos frecuente debido a la inmunización universal.

 

El diagnóstico de meningitis bacteriana aguda requiere de un alto índice de sospecha clínica; sin embargo, se deben considerar otras causas de meningitis o meningoencefalitis infecciosa (viral, tuberculosis, fúngica, leptospira o amebiana primaria): encefalitis viral; absceso cerebral; absceso epidural espinal (cervical); infección parameningea (osteomielitis craneal, empiema subdural); meningitis aséptica (lupus eritematoso, Enfermedad de Behcet sarcoidosis); meningitis química (después de la administración de inmunoglobulina humana, hemorragia subaracnoidea)

 

El diagnóstico de meningitis aguda es clínico, apoyado con estudios de laboratorio que además permiten el diagnóstico diferencial (estudio de liquido cefalorraquídeo). Importante es realizar la detección oportuna para administrar el tratamiento antibiótico adecuado, así como determinar qué pacientes se benefician con el uso de esteroides (dexametasona), así como del tratamiento adyuvante, con el objetivo final de limitar la aparición de complicaciones agudas y de secuelas.



La meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad en el adulto inmunocompetente es producto de la presencia de bacterias en el espacio subaracnoideo, con una consecuente reacción inflamatoria, que comprende a su vez al parénquima cerebral y las meninges.



VACUNACIÓN

 

Los factores de riesgo para adquirir meningitis bacteriana aguda dependen del agente causal.

 

En los casos de meningitis neumocócica, ocurre en pacientes con antecedentes de enfermedades como neumonía, otitis media aguda y sinusitis aguda.

 

Los grupos con mayor riego incluyen pacientes de edad avanzada, fumadores, diabéticos, alcohólicos y quienes desarrollan rinorrea de liquido cefalorraquídeo posterior a una fractura de la base de cráneo.

 

Se deberá aplicar inmunización contra Meningococo y H. influenzae tipo B al personal de salud ante un brote sospechado de la enfermedad, así como a todos los grupos de alto riesgo.


En los casos meningocócica de meningitis se deberá proporcionar quimioprofilaxis a los contactos cercanos, independientemente de su estado de vacunación. Sobre todo, se recomienda a aquellos con contacto cercano prolongado durante los siete días previos a la aparición de la enfermedad y a aquellos contactos cercanos, pero de manera transitoria, expuestos a las secreciones del paciente (por ejemplo: a través del beso, reanimación boca a boca, intubación y manipulación de tubo endotraqueal).

 

Un esquema de quimioprofilaxis a los contactos cercanos a los pacientes con diagnóstico o sospecha de meningitis meningocócica a base de cualquiera de estos esquemas antibióticos:

 

  1. Rifampicina a dosis de 600 mg cada 12 horas por 2 días (4 dosis).
  2. Ciprofloxacino 500 mg (dosis única)
  3. Ceftriaxona 250 mg a 1 g intramuscular o endovenoso (dosis única).


Los agentes etiológicos causantes de meningitis bacteriana adquirida en la comunidad dependen de factores como la edad, el estado inmunológico y los factores de riesgo.

 

En los pacientes adultos inmunocompetentes los agentes más frecuentemente aislados como causa de meningitis bacteriana aguda de la comunidad son Streptococcus pneumoniae y Neisseria meningitidis hasta en el 80% de los casos, seguidos por Listeria monocytogenes Y estafilococos.

 

Los bacilos Gram negativos como E. Coli, Klebsiella, Enterobacter y P. aeroginosa contribuyen en menos del 10% de los casos.


Haemophilus influenza tipo b (alrededor del 10%) es una causa menos frecuente, debido inmunización universal.



El diagnóstico de una meningitis bacteriana aguda se basa en la exploración física completa.

 

Así como en un examen del Líquido Cefalorraquídeo (LCR) después de una punción lumbar.

 

Realizar una exploración física completa que incluya la evaluación del estado de conciencia, parálisis de nervios craneales, déficit focal, signos meningeos, signos de incremento de la presión intracraneana y trauma grave.

 

El diagnóstico de meningitis bacteriana aguda requiere de un alto índice de sospecha clínica. Se debe hacer diagnóstico diferencial con meningitis viral, micótica, tuberculosa, aséptica inducida por drogas o enfermedades inflamatorias (lupus eritematoso sistémico, Enfermedad de Behcet, Sindrome de Sjögren, etc.), meningitis carcinomatosa o linfomatosa.

 

En casos de temperatura normal o moderadamente elevada, acompañada de cefalea de inicio súbito, considerar hemorragia subaracnoidea. En presencia de alteración del estado de conciencia, déficit neurológico focal o crisis convulsivas de reciente inicio, aunadas a la presencia de la triada clásica, el diagnóstico diferencial incluye encefalitis viral, trombosis del seno venoso, abscesos cerebrales y empiema subdural.

 

El diagnóstico de una meningitis bacteriana aguda se basa en la exploración física completa, así como en un examen del Líquido Cefalorraquídeo (LCR) después de una punción lumbar.

 

Realizar una punción lumbar a todos los pacientes con sospecha de meningitis aguda, excepto en los casos donde exista una contraindicación clara.

 

Los hallazgos más frecuentes en el análisis del liquido cefalorraquídeo son los siguientes:

 

  1. Presión de apertura de 200 a 500 mm H20. 
  2. La apariencia del líquido cefalorraquídeo puede ser turbia, dependiendo de la concentración de glóbulos blancos, glóbulos rojos, bacterias y/o proteínas.
  3. En meningitis bacteriana no tratada la cuenta de leucocitos es alta, en rango de 1000 a 5000 células/mmº; aunque este rango puede ser amplio, desde <100 a > 10,000 células/mm, con predominio de polimorfonucleares del 80 a 90%; aproximadamente hasta en el 10% de los casos puede haber predominio linfocítico.
  4. La concentración de glucosa es <40 mg/dl en el 50 al 60% de los pacientes. 
  5. La concentración de las proteínas se encuentra elevada en prácticamente todos los pacientes con meningitis bacteriana aguda.
  6. Los resultados del cultivo del LCR son positivos en el 70 al 85% de los pacientes que no recibieron terapia antimicrobiana previa. 


Las contraindicaciones absolutas para realizar una punción lumbar son la presencia de signos de incremento de la presión intracraneana (papiledema, posición de descerebración), infección local en el sitio de inserción de la aguja, evidencia de hidrocefalia obstructiva, edema cerebral o herniación cerebral evidenciada por tomografía de cráneo, o resonancia magnética).
 
Las contraindicaciones relativas incluyen sepsis o hipotensión (presión sistólica <100 mmHg, presión diastólica <60 mmHg): el paciente debe ser reanimado de manera satisfactoria; alteraciones de la coagulación (coagulación intravascular diseminada, trombocitopenia <50,000/mm3, uso terapéutico de warfarina): se debe realizar la corrección adecuada de la coagulación; presencia de déficit neurológico focal, especialmente cuando se sospecha lesión de la fosa posterior; escala de coma de Glasgow 8 y crisis convulsivas.

No realizar la punción lumbar en pacientes con contraindicaciones absolutas, así como en los casos de contraindicaciones relativas deberá primero implementar las medidas terapéuticas apropiadas y corregirlas antes de la punción lumbar.

 

A pesar de que el diagnóstico de la meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad es hecho en su mayoría con los hallazgos clínicos, los exámenes de laboratorio y gabinete que ayudan a confirmar el diagnóstico son:

  • La tinción de Gram de liquido cefalorraquídeo.
  • La tomografía computada cráneo (TAC).

 



Los exámenes de laboratorio de líquido cefalorraquídeo necesarios para el diagnóstico diferencial de meningitis bacteriana versus meningitis viral son:

 

1. La determinación de Proteina C Reactiva (PCR): Es de utilidad en pacientes con hallazgos de líquido cefalorraquídeo compatibles con meningitis bacteriana aguda cuya tinción de Gram en líquido cefalorraquídeo resulte negativa.

 

2. La determinación procalcitonina sérica.En adultos, la concentración sérica de procalcitonina >0.2 ng/mL tiene una sensibilidad y especificidad superior al 100% para el diagnóstico de meningitis bacteriana.

 

3. La reacción en cadena de polimerasa (RCP) de líquido cefalorraquídeo. La determinación de la transcriptasa reversa del enterovirus ha demostrado en diferentes estudios clínicos ser más sensible que el cultivo viral para la detección del enterovirus, con una sensibilidad y especificidad del 86% 100% y 92%-100% respectivamente.

 

1. Tinción de Gram.

 Una vez obtenido el líquido cefalorraquídeo por punción lumbar se deberá realizar en todos los pacientes con sospecha de meningitis bacteriana aguda.

 

2. Tomografía (TAC).

Solo se deberá realizar una tomografía computada de cráneo en las siguientes condiciones: Antes de la punción lumbar en los pacientes con sospecha de meningitis bacteriana aguda con estado de inmunocompromiso (infección por VIH o SIDA, terapia inmunosupresora trasplante), antecedente de enfermedad del sistema nervioso central (lesiones ocupativas, evento vascular cerebral o infección focal), crisis convulsivas de reciente inicio (dentro de una semana de presentación), papiledema (la presencia de pulso venoso sugiere ausencia de incremento de la presión intracraneana), alteraciones del estado de conciencia y la presencia de déficit neurológico focal (por ejemplo: pupilas dilatadas sin respuesta, alteración de la movilidad ocular, anormalidades del campo visual, parálisis de la mirada, brazo o piernas).

 

Realizar TC o IRM de cráneo en los pacientes con meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad con sospecha de complicaciones agudas como isquemia o infarto, absceso cerebral, empiema subdural, trombosis del seno venoso, hidrocefalia y ventriculitis.

 

3. Aglutinación en látex.

 No aglutinar en látex determinación de la para la etiología bacteriana en meningitis de forma rutinaria.

 Realizar en pacientes con tinción de Gram de líquido cefalorraquídeo negativa a gérmenes.

 Es de utilidad en pacientes que han recibido tratamiento antimicrobiano previo, en donde la tinción de Gram y cultivos de líquido cefalorraquídeo son negativos.

 

4. Reacción en Cadena de Polimerasa (RCP).

Para pacientes con meningitis bacteriana en quienes la tinción de Gram del líquido cefalorraquídeo es negativa.

 

1. La determinación de la Proteina C Reactiva sérica (PCR).

Determinar en casos de duda diagnostica de meningitis bacteriana y a su vez hacer diagnóstico diferencial con meningitis viral debido a su gran valor predictivo negativo.

 

2. La determinación sérica de la procalcitonina.

 Para el diagnóstico diferencial entre meningitis bacteriana y viral.

 

3. La técnica de RCP.

 Determinar para descartar la presencia de enterovirus.

 

Realizar una nueva punción lumbar (si no hay contraindicaciones) y análisis de LCR (que incluyan estudios especiales) en los pacientes que no responden satisfactoriamente después de 48 horas de un manejo antimicrobiano y complementarios adecuados.



Si se sospecha de meningitis bacteriana aguda el tratamiento antibiótico se iniciará inmediatamente después de la toma de hemocultivos y punción lumbar. En caso de que exista contraindicación para realizar la punción lumbar dentro de la primera hora no hay que atrasar la administración del tratamiento antimicrobiano.


 

El tratamiento antibiótico se administra vía parenteral, ya que por esta vía se asegura del una concentración adecuada fármaco en el liquido cefalorraquídeo.

 

Se deberá iniciar el tratamiento antimicrobiano inmediatamente después del diagnóstico clínico y de la toma de hemocultivos y punción lumbar. En caso de que exista contraindicación para realizar la punción lumbar dentro de la primera hora, no se deberá atrasar la administración del tratamiento antimicrobiano.

 

Se debe administrar el tratamiento antibiótico por vía parenteral, ya que por esta vía se asegura una mejor penetración у concentración del fármaco en el LCR. 

 

Cuando existe respuesta adecuada al tratamiento debe continuarse al menos durante 6 días y posteriormente se puede evaluar el cambio de vía de administración.

 

El tratamiento antimicrobiano empírico en paciente adulto inmunocompetente con meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad es a base de una cefalosporina de tercera generación y como alternativa meropenem o cloramfenicol. El antimicrobianos es uso de debido estos los a patrones de susceptibilidad de los principales agentes patógenos.

 

El meropenem ha demostrado tener una mejoría clínica y microbiológica similar a las cefalosporinas de tercera generación, pero con mayor espectro antipseudomonas.

 

En caso de sospecha de meningitis neumocócica resistente a penicilina o cefalosporina, utilizar ceftriaxona cefotaxima más vancomicina. Si se sospecha infección por listeria, utilizar ampicilina o amoxicilina.

 

En el tratamiento antimicrobiano empírico de primera elección en paciente adulto inmunocompetente con meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad se deberá administrar ceftriaxona 2 g cada 12 o 24 horas o cefotaxima 2 g cada 6 u 8 horas.

 

Manejo alternativo para cualquiera de estos dos:

1. Meropenem 2 g cada 8 horas.

2. Cloramfenicol 1 g cada 6 horas.

 

 

En caso de sospecha de meningitis neumocócica resistente a penicilina o cefalosporina, se deberá administrar ceftriaxona cefotaxima más vancomicina 60 mg/kg/24 horas, en dosis de carga (ajustado a la depuración de creatinina) y continuar con 15 mg/kg al día.

 

En caso de sospecha de listeria administrar ampicilina o amoxicilina 2 gramos intravenosos cada 4 horas.

 

En pacientes adultos inmunocompetentes con meningitis bacteriana aguda adquirida en la comunidad y alergia a los antimicrobianos betalactámicos el tratamiento alternativo se ha realizado con Vancomicina o Cloramfenicol.

 

En los pacientes con alergia a betalactámicos se deberá administrar vancomicina 60 mg/kg/24 en dosis de carga (ajustada a función renal) y continuar con 15 mg/kg/24 horas en meningitis neumocócica у cloramfenicol 1 g/6 horas en meningitis meningococcica.

 

La duración del tratamiento antimicrobiano en los pacientes con meningitis bacteriana aguda es en base al agente patógeno aislado.

La duración del tratamiento antimicrobiano debe ser en base al agente patógeno aislado.

Dar tratamiento de acuerdo a la evolución clínica del paciente y respuesta microbiológica.


En el tratamiento antibiótico dirigido según patógenos se recomienda:

1. En los casos de meningitis inespecífica de 10 a 14 días.

2. Neisseria meningitidis de 5 a 7 días.

3. Haemophilus influenzae tipo B de 7 a 14 días.

4. Streptococcus pneumoniae 10 a 14 días.

5. Bacilos Gram negativos у Pseudomona meningitis de 21 a 28 días.

6.- Listeria meningitis de 21 días.


TRATAMIENTO CON ESTEROIDES

 

El tratamiento con dexametasona se continúa si la tinción de Gram de líquido cefalorraquídeo reporta diplococos Gram positivos o si los cultivos de sangre y líquido cefalorraquídeo son positivos para S. pneumoniae.

 

En pacientes con sospecha de meningitis neumocócica que reciben dexametasona se valora agregar rifampicina al manejo antimicrobiano.

 

Los pacientes que ya reciben tratamiento antimicrobiano adecuado o no por la sospecha de meningitis aguda bacteriana no son candidatos al uso concomitante previo de dexametasona. El uso de dexametasona en estos pacientes puede aumentar el riesgo de complicaciones y descontrol metabólico.



TRATAMIENTO FARMCOLOGICO ADYUVANTE

 

Las alternativas de tratamiento adyuvante en los pacientes con meningitis bacteriana aguda están enfocadas al manejo del edema cerebral.

 

Las crisis convulsivas son frecuentes en los pacientes con meningitis bacteriana aguda у están asociadas con inflamación grave, lesión estructural del parénquima cerebral, y meningitis neumocócica e incrementan mortalidad, por lo cual se indica anticonvulsivantes intravenosos.

 

En los pacientes con edema cerebral usar manitol al 20% intravenoso en bolos de 1 g/kg durante 10 a 15 minutos, repitiendo la dosis cada 4 a 6 horas o intervalos más frecuentes con dosis de 0.25 g/kg cada 2 a 3 horas para mantener una osmolaridad sérica objetivo entre 315 a 320 mOsm/1.

 

En el manejo de las crisis convulsivas usar anticonvulsivantes intravenosos como la fenitoina o fosfenitoina.

 

Todos los pacientes con riesgos tromboembólicos deben recibir tratamiento tromboprofiláctico.

 

El tratamiento anticoagulante terapéutico debe administrarse a los pacientes con meningitis bacteriana con deterioro neurológico por trombosis del seno venoso y requieren de un monitoreo estrecho de la coagulación y de imagen cerebral.

 

La utilización de la dexametasona no ha demostrado utilidad en los casos de meningitis causado por otros patógenos bacterianos, por lo que es importante considerar suspender su administración si no hay indicadores de infección neumococos. Algunos recomiendan continuar por expertos su administración si las escalas de gravedad (Glasgow) indican enfermedad moderada o grave.

 

El uso conjunto de dexametasona en los pacientes con sospecha o diagnóstico de meningitis neumococcica a dosis de 0.15 mg/kg cada 6 horas durante 2 a 4 días, con la primera dosis administrada 10 a 20 minutos antes o de manera conjunta con la primera dosis de antimicrobiano.

 

Administrar dexametasona a todos los pacientes con meningitis neumococcica e incluso si el microorganismo es altamente resistente a penicilinas y cefalosporinas.

 

En pacientes con sospecha de meningitis neumocócica que reciben dexametasona adicionar rifampicina o la combinación empírica de vancomicina más cefalosporina de tercera generación en la espera de resultados de cultivos у de sensibilidad in vitro.

 

No utilizar la dexametasona en pacientes con meningitis aguda que ya reciben manejo antimicrobiano, ya que su utilización no ha demostrado que mejore el pronóstico de los pacientes.

 

No emplear dexametasona en casos de meningitis bacteriana aguda causada por otros agentes bacterianos, ya que la evidencia científica es insuficiente. Sin embargo, algunas autoridades utilizan la dexametasona en todos los adultos, ya que la etiología de la meningitis no siempre es la comprobada en la evaluación inicial.




Agudas

 

Los pacientes con meningitis bacteriana aguda deben ser manejados como una emergencia médica y, cuando esté disponible, ser tratados en una unidad de cuidados intensivos neurológicos en caso de cursar con choque séptico, sepsis grave, meningococcemia y/o estado convulsivo.

 

El Síndrome de Austrian es una complicación aguda mortal de la enfermedad neumocócica invasiva y se caracteriza por meningitis, endocarditis y neumonía.

 

Las complicaciones agudas por Meningitis debido a N. meningitidis se presentan alrededor de las 12 a 24 horas de inicio de los síntomas.

 

Crónicas

 

Las secuelas neurológicas pueden ocurrir del 20 al 40% de los pacientes. Se caracterizan por alteraciones auditivas, visuales, disfunción cognitiva, cambios del comportamiento, hidrocefalia persistente, convulsiones у déficit motor en pacientes adultos con meningitis bacteriana aguda.

 

El déficit motor pos meningítico se caracteriza por hemiparesia uní o bilateral, debilidad de los movimientos oculares, paraparesia espástica, con pérdida de la sensibilidad (debido a lesión del cordón espinal) y raramente síndrome tabético por el compromiso de las raíces de nervios lumbosacros.


Los criterios para decidir el egreso hospitalario de un paciente con meningitis bacteriana aguda son los siguientes: terapia antimicrobiana intrahospitalaria 2 6 días, ausencia de fiebre en las ultimas 24 a 48 horas previas a su egreso, neurológica no significativa, hallazgos focales y sin convulsiones, estabilidad y mejoría clínica, capacidad para la ingesta de líquidos vía oral, acceso a una casa de cuidados de salud para la administración de antimicrobianos, línea intravenosa y equipo de infusión (en caso necesario), disponibilidad de personal médico las 24 horas, establecer un plan de visitas del personal médico enfermería, seguimiento de laboratorio y de emergencias, cumplimiento estrecho del programa por parte del paciente y/o familia, y entorno seguro con acceso a teléfono, servicios públicos, alimentos y refrigerador.




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