En los
traumatismos graves y en los accidentes de alta velocidad los afectados suelen
sufrir múltiples lesiones, simultáneamente las fuerzas de mayor intensidad
tienen una probabilidad más alta de ocasionar fracturas.
Debido
a su prominente posición anatómica la mandíbula es un blanco vulnerable a las
lesiones.
Entre
los huesos faciales la mandíbula ocupa el segundo lugar en frecuencia de
fracturas y constituye la mayoría de las lesiones traumáticas tratadas por los
cirujanos maxilofaciales. La etiología varia de un país a otro, pero a nivel
mundial las principales causas de fractura mandibular son los accidentes de
automovilísticos y las agresiones físicas
La
incidencia de estas lesiones es más alta en los hombres jóvenes.
La
mandíbula es el único hueso móvil del esqueleto facial, conforma el tercio
inferior del tamaño de la cara y desempeña un papel importante en el lenguaje,
en la deglución y en la respiración; además ocupa una prominente zona estética
dando a los individuos una característica facial única.
El
diagnóstico de las fracturas de mandíbula es fundamentalmente clínico, sin
embargo, es necesaria la realización de pruebas de imagen para ayudar al
diagnóstico y a la decisión terapéutica. El manejo involucra hospitalización e
intervención quirúrgica en más de la mitad de los pacientes con fractura
mandibular, el tratamiento puede clasificarse como abierto o cerrado de acuerdo
al método de reducción utilizado.