RUPTURA PREMATURA DE MEMBRANAS PRETERMINO
La
ruptura prematura de membranas (RPM) se define como la solución de continuidad
de las membranas corioamnióticas que se presenta antes del inicio del trabajo
de parto, ocurre en el 10% de las gestaciones. La ruptura prematura de
membranas de pretérmino (RPMP) es aquella que se presenta antes de las 37
semanas de gestación. Se clasifica en previable, remoto del término y cerca del
término.
La RPMP
puede presentarse por diversos motivos, pero principalmente se debe a
modificaciones fisiológicas de las membranas y a la fuerza ejercida por las
contracciones uterinas. La etiología de la RPMP es multifactorial pero muchas
mujeres pueden tener múltiples etiologías y factores asociados. El pronóstico
perinatal y el manejo está relacionado con la edad gestacional al momento en
que se rompen las membranas
Dentro
de los factores de riesgo para RPM se encuentran infecciones de transmisión
sexual, infecciones urinarias, índice de masa corporal bajo, tabaquismo, parto
pretérmino previo, distención uterina por polihidramnios o embarazo múltiple,
nivel de evidencia socioeconómico bajo, conización cervical, cerclaje cervical,
amniocentesis, deficiencias nutricionales de cobre y ácido ascórbico, y
sangrado vaginal del segundo o tercer trimestre del embarazo.
La RPMP previable es la que ocurre antes de la viabilidad fetal. Este limite de viabilidad varia de acuerdo a cada institución y experiencia de su unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
La RPMP
cerca del término es cuando se presenta de las 32 a las 36 semanas de
gestación. El principal riesgo para el neonato en este caso, consiste en que es
más la infección que las complicaciones de la prematuridad. El nacimiento
expedito de un producto no infectado y sin asfixia se asocia a un mejor
pronóstico, con elevada posibilidad de supervivencia y bajo riesgo de
morbilidad severa. En general, la supervivencia neonatal es alta, y las
secuelas son poco comunes después de las 32 semanas de gestación. No es
recomendable el manejo conservador en embarazos mayores de 34 semanas de
gestación.
El
pilar del diagnóstico en la actualidad es el antecedente descrito por la
paciente de salida de líquido transvaginal y la presencia de líquido en vagina
y/o la salida de líquido a través del orificio cervical.
El diagnóstico
de ruptura espontánea de membranas estará mejor documentado por la historia
materna, seguido de la revisión vaginal (ver figura 1).
Cuando
la historia materna y la revisión vaginal no. son concluyentes en el
diagnóstico de RPMP, la cristalografía y nitrazina son pruebas útiles para c
confirmar el diagnóstico.
AMNIOCENTESIS
La
amniocentesis de rutina no está recomendada en mujeres con RPMP para la
detección temprana de corioamnionitis.
MANEJO
CONSERVADOR
Las
pacientes con RPM entre la viabilidad fetal y antes de las 32 semanas, son
candidatas a manejo conservador si no existen contraindicaciones maternas o
fetales.
Temperatura
por arriba de 37.8 grados C., secreción vaginal fétida y taquicardia fetal
(frecuencia cardiaca mayor a 160 latidos por minuto) indican corioamnionitis
clínica en pacientes con diagnóstico de RPM.
En el
manejo expectante de mujeres con RPMP la detección de corioamnionitis es
clínica y no se recomiendan realizar biometría hemática seriada
En las
mujeres con RPMP se deben vigilar datos clínicos de corioamnionitis cada 12
horas.
El
perfil biofísico o la evaluación con Doppler de la arteria umbilical no deben
ser empleados como de primera línea para sobrevida o prueba diagnóstica de
infección fetal.
Se
recomienda el monitoreo fetal diario usando estudio cardiotocográfico para
detectar taquicardia por el alto riesgo de corioamnionitis. (Figura 1)
Realizar
ultrasonido obstétrico para determinar la edad gestacional, presentación fetal,
cantidad de líquido amniótico y vigilar modificaciones cervicales a las
pacientes que tengan antecedentes de conos, insuficiencia istmico cervical y de
partos pretérminos.
Un
curso único de esteroides antenatales debe administrarse en embarazos menores
de 32 semanas de gestación para reducir el riesgo de síndrome de dificultad
respiratoria, hemorragia intraventricular, enterocolitis necrosante y mortalidad
perinatal, sin que se relacione a un incremento del riesgo de infección
materna.
CORTICOESTEROIDES
Se
recomienda el uso de un solo esquema de corticosteroides en mujeres embarazadas
entre las 24 0/7 y las 34 0/7 semanas de gestación, y deberá de considerarse
para mujeres embarazadas desde las 23 0/7 semanas de gestación que estén en
riesgo de tener un parto dentro de los próximos 7 días.
Los
corticoesteroides deben ser administrados a todas las pacientes con embarazos
de 24 a 34 semanas y RPMP, usando betametasona О dexametasona. Un esquema único
reduce los riesgos de morbimortalidad.
Los
esquemas de corticoesteroides recomendados son:
- Betametasona 12 mg IM cada 24 horas por 2 dosis
- Dexametasona 6 mg IM cada 12 horas por 4 dosis
Los
organismos y servicios de salud deben contar con políticas y protocolos para el
tratamiento con corticosteroides, ya que el costo y la duración de la estancia
en cuidados intensivos neonatales se reduce
El
intervalo óptimo entre el tratamiento con corticoesteroides y el parto deberá
ser mayor a 24 horas y menos de 7 días de su inicio.
ANTIBIOTICOS
Se
recomienda una terapia de ampicilina y eritromicina intravenosa durante dos
días, seguido de amoxicilina oral y eritromicina durante 5 días en el manejo
expectante de RPMP con edad gestacional menor a 34 semanas. Este tratamiento
debe darse en los fetos pretérmino, aunque se haya dado profilaxis contra
estreptococos del grupo B para prevenir la transmisión vertical
El uso
de amoxicilina con ácido clavulánico se asocia con enterocolitis necrosante por
lo cual no se recomienda.
Se
deben obtener cultivos cervicales para Chlamydia trachomatis y Neisseria
gonorrhoeae, así como para estreptococo del grupo B en caso de no haber sido
tomados en las últimas seis semanas; y considerar el tratamiento profiláctico
para este último.
Deberá
otorgarse tratamiento intraparto profiláctico con penicilina en pacientes
portadoras del estreptococo del grupo B con RPMP y feto viable, a fin de
prevenir la transmisión vertical.
En
pacientes con embarazos mayores de 34 semanas portadoras de cerclaje y RPM se
recomienda la interrupción de la gestación.
En
embarazos viables menores a 34 semanas y RPM se valorará el manejo conservador
posterior al retiro del cerclaje cervical, ya que conservar el mismo podría
incrementar la morbilidad infecciosa.
El manejo
en pacientes con VIH y RPMP debe ser individualizado y siempre debe ser
evaluado en conjunto con un experto en manejo de mujeres embarazadas con esta
enfermedad.
El
parto por cesárea debe recomendarse a todas las mujeres con una carga viral de
VIH mayor que 1,000 copias
Todas
las mujeres embarazadas con infección por VIH deben recibir terapia
antirretroviral con zidovudina
La
infusión con zidovudina debe aplicarse al inicio del trabajo de parto o ruptura
de las membranas y/o por lo menos 3 horas antes de la operación cesárea
TOCÓLISIS
La
tocólisis en mujeres con RPMP no está recomendada porque este tratamiento no
mejora los resultados perinatales.
No se
recomienda el uso de tocólisis profiláctica ni terapéutica en mujeres con RPMP.
Las
pacientes con RPMP antes de las 32 semanas de gestación que presentan riesgo de
parto inminente deben ser consideradas candidatas neuroprotección fetal con
sulfato de magnesio.
Los
selladores a base de fibrina no están recomendados como rutina en el tratamiento
de RPMP.
MANEJO
CONSERVADOR
En RPMP
que se presenta después de la semana 34 de gestación se recomienda la
interrupción del embarazo.
En
pacientes con embarazos de 32 a 33 semanas de gestación y RPMP, con madurez
pulmonar fetal comprobada puede inducirse el trabajo de parto.
Cuando
el manejo expectante este recomendado antes de las 32 semanas de gestación, la
madre debe ser informada del riesgo de corioamnionitis contra la R disminución
de problemas respiratorios del neonato, admisión a la terapia intensiva
neonatal y cesárea.
El
manejo expectante en embarazos pre viables no se justifica, por lo que la
interrupción del embarazo en esos casos es recomendado en virtud del pronóstico
neonatal malo y el riesgo de morbilidad materna.
AMNIOINFUSION
La
amnioinfusión transvaginal en el parto, no está recomendada en mujeres con RPMP
La
amnioinfusión transabdominal no esta recomendada como un método de prevención
de hipoplasia pulmonar en RPMP.
El
manejo conservador de la paciente con RPMP se debe efectuar en medio
hospitalario, ya que no se cuenta con evidencia que demuestre la seguridad del
manejo en domicilio de la paciente.
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