RINITIS ALERGICA






La rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria crónica de la mucosa nasal mediada por anticuerpos IgE alérgenoespecíficos, con participación de diversas células, citocinas y mediadores, cuyos síntomas principales, desencadenados por la exposición a alérgenos, son la rinorrea, obstrucción nasal, prurito nasal y estornudos en salva, los cuales remiten espontáneamente o con tratamiento. Frecuentemente los pacientes con rinitis alérgica presentan síntomas conjuntivales y de asma.


La rinitis alérgica es la primera causa de consulta en Alergología en muchos países incluyendo México, y una de las diez principales en la atención primaria. La prevalencia mundial de rinitis alérgica ha aumentado en las últimas décadas y se estima entre 10 y 25%.

Esta enfermedad tiene un mayor impacto epidemiológico en la población infantil. Los niños con rinitis alérgica tienen mayor riesgo de presentar asma si no se tratan adecuadamente. La aplicación de inmunoterapia, único tratamiento que modifica la respuesta alérgica, en niños con rinitis alérgica reduce el riesgo de desarrollar asma.

 

El tratamiento farmacológico más eficaz y de mayor costo beneficio, por su nivel de evidencia y grado de recomendación, para la rinitis alérgica persistente es con esteroides nasales. Pero en la práctica clínica real se utilizan más los antihistamínicos que los esteroides nasales, lo que conduce a una mala respuesta al tratamiento, con efectos negativos en la calidad de vida y en el rendimiento de las actividades diarias.

 

La prescripción de esteroides nasales en el primero y segundo nivel de atención, como lo recomiendan las guías internacionales, ayudaría a controlar la rinitis alérgica en la mayoría de los pacientes y evitaría su referencia a los otros niveles de atención, con menos complicaciones y costo institucional.



Los pacientes alérgicos al látex, especialmente aquellos con espina bífida, tienen el riesgo de presentar reacciones alérgicas en procedimientos médicos y dentales (sondas, guantes, catéteres, etc.) y con alimentos como plátano, kiwi, aguacate.


Los antecedentes de atopia familiar y la exposición a ambientes adversos como el tabaquismo familiar, ácaros del polvo y epitelios de animales, entre otros, son factores de riesgo para el desarrollo de rinitis alérgica. En los adultos es importante investigar factores ocupacionales, empleos previos, actividades específicas de trabajo, sustancias presentes en el área laboral, medidas de protección y la presencia de síntomas durante o posterior al trabajo y en días de descanso.



Interrogar en forma intencionada la presencia de prurito nasal y faríngeo, estornudos en salva, moco nasal y síntomas conjuntivales, así como horario de presentación de los mismos.

Realizar exploración física completa con énfasis en presencia de ojeras, líneas de Dennie y surco nasal transversal.

En el interrogatorio preguntar acerca de la frecuencia, duración e intensidad de los síntomas así como de su intermitencia, estacionalidad y factores desencadenantes



INTERROGATORIO

 

Preguntar acerca de la frecuencia, duración e intensidad de los síntomas así como de su intermitencia, estacionalidad y factores desencadenantes.

El diagnóstico clínico de rinitis alérgica se establece con la presencia de: prurito nasal y faríngeo, estornudos en salva, moco nasal y síntomas conjuntivales. La mayoría de los pacientes tiene síntomas transitorios por las mañanas. Interrogar predominancia de rinorrea u obstrucción nasal.

La rinorrea es más común cuando los síntomas son estacionales y la obstrucción nasal se presenta más en rinitis perenne.

 

EXPLORACIÓN

En la exploración física se pueden encontrar facies adenoidea, estigmas alérgicos (ojeras, líneas de Dennie, surco nasal) y alineación nasal.

La citología nasal positiva es diagnóstica. Esta técnica tiene una sensibilidad de 18% y especificidad de 96%, valor predictivo positivo de 81% y valor predictivo negativo de 55%, Las pruebas cutáneas con alérgenos se deben realizar en pacientes con diagnóstico probable de rinitis alérgica persistente moderada/severa y que después de 3 meses de tratamiento supervisado con medidas de control ambiental y medicamentos no obtienen mejoría.

 

No se recomienda aplicar las pruebas en pacientes con dermografismo, lesiones extensas de la piel o en embarazadas.

Solicitar las prueba intradérmicas como segundo recurso cuando los resultados por punción (pruebas cutáneas) son débilmente positivos y es alta la sospecha de rinitis alérgica.



Los antihistamínicos H1 (antiH1) son de gran importancia en el tratamiento de la rinitis alérgica. Los antiH1 de primera generación como la clorfenamina, cloropiramina y la difenhidramina tienen el inconveniente de efectos sedantes y anticolinérgicos.

 

Los antiH1 de segunda generación (epinastina, fexofenadina, loratadina) causan poca sedación, son más selectivos de receptores H1, tienen un inicio de  acción más rápido y su efecto dura más de 24 horas.

Se recomiendan los antihistamínicos de segunda generación. No producen taquifilaxia, carecen de efecto cardiotóxico. Se pueden usar desde los 2 años

de edad. El alcohol no potencia su efecto. En adultos mayores no es recomendable usar antiH1 de primera generación por sus efectos sobre el sistema nervioso central.

 

Los esteroides nasales se consideran la primera línea de tratamiento de la rinitis alérgica persistente, sobre todo en la obstrucción.

Utilizar esteroides nasales en rinitis alérgica persistente, son medicamentos bien tolerados a largo plazo no causan atrofia de la mucosa nasal. La aplicación del medicamento se debe dirigir hacia los cornetes para no lesionar la mucosa septal.

Los esteroides nasales son un tratamiento efectivo para la rinoconjuntivitis alérgica y se ha demostrado que dosis recomendadas de budesonida, mometasona y fluticasona no afectan el crecimiento.

Los descongestionantes cuando se aplican localmente, en cursos cortos, son muy efectivos para aliviar la obstrucción nasal, pero no controlan el prurito, los estornudos o la rinorrea.

 

No utilizar por más de una semana, pueden causar efecto de “rebote” y rinitis medicamentosa.

Los descongestivos orales no se recomiendan en adultos mayores, embarazadas, pacientes con hipertensión, cardiopatía, hipertiroidismo, hipertrofia prostática, glaucoma y los que usan bloqueadores o inhibidores de la MAO.

El cromoglicato es menos efectivo que los antihistamínicos tópicos u orales y que los esteroides tópicos.

No se recomiendan en menores de un año por su margen estrecho entre dosis terapéuticas y tóxicas.

 

Por los resultados de su eficacia clínica en el tratamiento de la rinoconjuntivitis alérgica asociada a asma, sobre todo en pacientes con hipersensibilidad a la aspirina, los antileucotrienos pueden tener un papel terapéutico más importante.

 

El efecto de los antileucotrienos (zileutón, montelukast, pranlukast y zafirlukast) es menor al de los esteroides intranasales. Algunas guías clínicas los consideran como tercera opción para tratar la rinitis alérgica.

 

La Inmunoterapia con Alérgenos (ITA) es la administración gradual de concentraciones crecientes de extractos alergénicos, a los que el paciente está sensibilizado, con el fin de inducir tolerancia inmunológica específica y mejorar sus síntomas.

La aplicación de ITA en pacientes monosensibilizados y en fases tempranas de la rinitis alérgica puede prevenir el desarrollo de nuevas sensibilizaciones y de asma en 72%.

 

En el caso de mujeres gestantes no se recomienda el inicio de la inmunoterapia, por el riesgo de reacciones adversas, pero si ya la usaban antes del embarazo pueden continuar con ella.

 

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

 

Clorfenamina tabletas: 1 tableta c/6h

Clorfenamina compuesta: 1 tableta c/8h

Difenhidramina jarabe25 a 50 mg cada 6 a 8 horas. Dosis máxima: 100mg/kg/día

Epinastina tabletas: una tableta c/24 h

Fexofenadina comprimido: 120 mg al día

Oximetazolina envase gotero líquido: dos o tres gotas en cada fosa nasal cada 12 horas con el paciente en decúbito

Fenilefrina gotas nasales: 12 gotas en cada narina c/6h





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