TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICO
El
traumatismo craneoencefálico (TCE) es el traumatismo más frecuente en la edad
pediátrica, ya sea de forma aislada o como parte de un politraumatismo.
Representa el 6% de los accidentes infantiles, supone un problema habitual en
los servicios de urgencias pediátricas, aunque generalmente es leve, es la
primera causa de mortalidad entre los niños de 1 a 14 años de edad.
Además,
la morbilidad asociada es muy importante, ya que pueden producirse secuelas
graves, todavía no bien conocidas fundamentalmente en el aspecto
neuropsicológico, que generan un gran coste humano y económico. A la vez que se
investiga y mejora el manejo del TCE, es primordial el conocimiento
epidemiológico profundo obtenido mediante la elaboración de registros que
permitan establecer políticas de prevención adecuadas.
La
lesión cerebral adquirida, en específico el TCE, es una de las principales
causas de muerte y discapacidad en el mundo entero, también es motivo frecuente
de atención médica en los servicios de primer contacto y salas de urgencias.
En
nuestro país no se cuenta con datos epidemiológicos de incidencia de casos de
esta entidad, o estos provienen de fuentes diversas y con información en muchas
ocasiones incompleta, pero en general, la máxima incidencia del TCE se presenta
en el grupo de edad activa (15 a 35 años de edad). siendo más frecuente en
hombres, con una razón hombres/mujeres de 3:1.
El
relación con el trauma en general en un estudio en la Ciudad de México, el
trauma de cráneo ocupa el 46.3% del total de casos, es el segundo lugar como
causa de muerte en el grupo de 1 a 4 años de edad por accidentes, y en general
el 25% del total de las muertes, disminuyendo hasta 18% en la etapa escolar, a
diferencia del registro nacional donde los accidentes ocupan el primer lugar
como causa de muerte hasta en un 33% del total en el mismo grupo de edad.
Las actividades registradas que más se asocian
a estas lesiones son los accidentes en bicicleta, práctica de football
americano y soccer, basketball y actividades en parques de diversión entre los
años 2001 a 2009, según los registros de la CDC.
¿Cuáles son las herramientas diagnósticas con mayor utilidad para determinar la gravedad y manejo del TCE en pacientes menores de 18 años?
La
historia clínica es la herramienta fundamental en todos los pacientes. En niños
con TCE leve o moderado que aún no han llegado a la etapa de comunicación
verbal, el interrogatorio indirecto brindará datos clave. El interrogatorio
realizado a los niños con TCE, ya sea indirecto o directo, es común que muchas
veces se tenga un argumento poco claro por parte de los padres o de los
cuidadores, y que los pacientes se presentan con poca o ninguna evidencia
física de trauma.
La
información clinica completa es aquella que de manera estructurada recoja los
datos con mayor sensibilidad y especificidad para TCE clínicamente importantes
(muerte. necesidad de neurocirugía, hospitalización por más de dos días,
necesidad de TC), en apego con la presencia de signos y síntomas que
correlacionen con el mecanismo de lesión así como también registrar los
antecedentes más importantes que ayudarán a identificar a los pacientes con
mayor riesgo de complicaciones.
Los
médicos del primer contacto deben evaluar todo niño antecedente de TCE, por
cualquier causa, abordándolo mediante un enfoque sistemático que asegure la
identificación de lesiones aparentes y ocultas, que potencialmente puedan
empeorar el pronóstico.
La
evaluación debe ir encaminada a estimar la probabilidad de lesión intracraneal
(LIC), estimar la probabilidad de necesidad de envío a una unidad especializada
para realizar TC, o para el manejo definitivo.
Se
sugiere considerar que se realice el interrogatorio y la exploración física
dirigida a descartar maltrato infantil en todo niño con antecedente de TCE.
Dentro de los datos importantes a tener en cuenta al realizar la historia clínica son:
- Documentar adecuadamente el mecanismo de lesión
- Los datos más relevantes de la exploración física
- Los datos arrojados de la exploración neurológica básica que evalúe de manera rápida la integridad del funcionamiento cerebral
Se debe
diagnosticar TCE secundario a abuso infantil, cuando el paciente haya
presentado periodos de apnea, hemorragia retiniana, fracturas de huesos largos,
convulsiones, y estar asociado a las imágenes tomográficas sugerentes de
hematoma subdural o lesión hipóxico isquémica y edema cerebral. Aunado Kemp a
una historia clínica que se vincule a maltrato o que resulte poco clara en
relación a la gravedad o a las lesiones presentadas.
Todo
niño con diagnóstico de TCE por maltrato infantil independientemente de la
gravedad del mismo, deber ser ingresado a una unidad hospitalaria
especializada.
Recomendamos
que el diagnóstico de la gravedad del trauma, se realice mediante el uso de la
ECG, y su versión modficiada para los que se encuentren en la etapa preverbal.
Con
base en la conjunción de la evidencia y la experiencia de los desarrolladores
de esta guía, se debe de tener especial atención en su aplicación e
interpretación en los menores de cinco años, quienes sugieren que la ECG no
debe utilizarse de manera aislada para establecer la gravedad de los pacientes
con TCE; además deben evaluarse otros parámetros como son:
- El tamaño y la reactividad pupilar
- El fondo de ojo
- La tensión arterial
- La temperatura
La
periodicidad de las mediciones de estos parámetros dependerá de las
características clínicas de cada paciente.
Se
requiere una estandarización adecuada en la educación o formación académica
para aplicar la ECG, con la finalidad de aumentar el rendimiento de esta
herramienta diagnóstica en los pacientes con TCE.
Se
sugiere utilizar la escala de AVDI, para evaluar a los pacientes con TCE (en el
medio extrahospitalario), como una opción para el personal médico y no médico,
que no esté familiarizado con el uso y los procedimientos para obtener la
puntuación global de la ECG.
Un
paciente con evaluación D (que solo responde al dolor) o l (inconsciente),
amerita el envió a un centro hospitalario especializado.
Se
recomienda no utilizar la EMS en sustitución de la ECG en la población
pediátrica, ya que aún no existe la suficiente evidencia que pruebe su
verdadera utilidad clínica.
No se
deben utilizar los biomarcadores como complemento, ni de manera aislada para
identificar la condición de gravedad, ni para establecer el tratamiento en
pacientes pediátricos que han sufrido
TCE.
No se
recomienda utilizar a las radiografías como método diagnóstico en los niños con
TC. Tanto para detectar lesión cerebral, así como lesión cervical, la TC
sustituye por completo a la radiografía simple.
Pregunta 2. ¿Cuáles son los criterios clínicos que tienen mayor asociación para predecir lesión neurológica clínicamente importante en los pacientes con TCE leve o moderado para decidir su envío a un centro especializado?
Se debe
enviar a un centro de atención especializada en neurotrauma a todo niño con TCE
leve que presente
- Fractura de cráneo palpable (o en su caso radiológica)
- Datos compatibles con fractura de la base del cráneo.
- Agitación
- Somnolencia
- Preguntas repetitivas
- Respuesta lenta a la comunicación verbal (para niños >2 años de edado a la interacción en niños<2 años de edad)
Se debe
enviar a un centro de atención especializada en neurotrauma a todos los
pacientes con TCE moderado.
Se debe
enviar a un centro especializado a los niños con antecendente de mecanismo de
trauma de alto riesgo para LIC. aunque no presenten datos clínicos evidentes de
compromiso neurológico.
Para el
subgrupo de pacientes con coagulopatía o neurocirugía previa
(independientemente de la edad), se debe de tener especial cuidado en su
evaluación y siempre tener en cuenta que tienen mayor riesgo de lesión
intracraneal importante, que no siempre es directamente proporcional a la
gravedad del trauma. por lo que se deben a enviar a un centro especializado.
Para
los niños con TCE leve y moderado, que han presentado cefalea, amnesia
anterógrada o retrograda (< 5 minutos) o disminución del estado de alerta
(ECG 15), un evento convulsivo, vómito en una o varias ocasiones, cefalea
intensa no se encuentra bien definido el tiempo de vigilancia por el médico de
primer contacto; sin embargo, se sugiere mantenerlos bajo vigilancia
hospitalaria durante un mínimo de 4 h. para poder tomar la decisión con base a
la experiencia clínica, estudios complementarios a la ECG (regreso a la
puntuación de 15), para egresarlos o referirlos a un centro especializado. En
casa se sugiere vigilar su estado durante 48 h despues del trauma, siempre
dando información pertinente a los padres de los sintomas que alerten a la
probable presencia de una LIC posterior al egreso.
(Cuadro
8)
¿Cuáles son los criterios
clínicos con mayor asociación a una lesión intracraneal de importancia para
indicar que se realice una TC en los pacientes con TCE no grave?
Se
recomienda aplicar el algoritmo del grupo PECARN en conjunto con el juicio
clínico para detectar a los niños con TCE leve que no requieren que se les
realice una TC (Cuadro 1)
En
niños menores de 2 años de edad con TCE leve, se debe realizar TC cuando tenga
Calificación
global en la ECG s 14 y presenten:
- Datos de fractura palpable de cráneo
- Agitación
- Somnolencia
- Respuesta lenta a la comunicación verbal
En
niños mayores de 2 años de edad, con TCE leve se realizar TC cuando tenga:
Calificación global en la ECG s 14 y presenten:
- Datos de fractura de la base de cráneo
- Agitación
- Somnolencial
- Preguntas repetitivas
- Respuesta lenta a la comunicación verbal
La regla más investigada y con sustento para su uso es la del grupo PECARN; sin embargo, parece ser que la regla de CHALICE y la del grupo CATCH se complementan para establecer el uso racional y adecuado de la TC. (Cuadro 2 y 3)
Estas
reglas de decisión clínica deben ser sometidas a validación en la población
mexicana, para evaluar su impacto en la práctica médica, y así ayudar a los
grupos de expertos pertinentes a decidir cuál resulta ser la más adecuada para
implementar a nivel nacional.
Se debe realizar TC en:
- Todo paciente con TCE moderado
- Niños menores de 1 año de edad con ECG < 15
- Presencia de hematoma en piel cabelluda, edema local laceración > 5 cm si el niño es <1 año de edad
- Niños con fontanelas a tensión
- Con un evento neuroquirúrgico previo
- Coagulopatía
- Mecanismo del trauma de alto riesgo
- Con más de dos episodios de vómito Convulsiones postraumáticas
- A todos los niños con sospecha de TCE por maltrato
- Sospecha de lesión cervical
- Se debe de realizar TC a todos los pacientes con TCE grave.
Se
sugiere considerar a los pacientes que presenten una calificación en la escala
de AVDI con respuesta al estímulo doloroso y a los que no responden, como
candidatos con alta probabilidad para realizar una TC. Se deberá incluir el
criterio de la evaluación intrahospitalaria.
¿Cuáles son las estrategias
terapéuticas iniciales con mayor efectividad clínica en pacientes pediátricos
con TCE?
La meta
de manejo inicial debe enfocarse a prevenir cambios en la presión intracraneana
(PIC) y en la presión de perfusión cerebral (PPC) para todos los pacientes con
TCE, con especial énfasis en el TCE grave, a través de mantener una apropiada
homeostasis que promueva la oxigenación tisular cerebral adecuada, evitando en
todo momento eventos de hipotensión, por lo tanto de lesión cerebral
secundaria.
El
manejo será de acuerdo a los principios de reanimación básica y avanzada
estándar aprobado (Reanimación básica y avanzada pediátrica).
A pesar
de que el manejo inicial óptimo de los pacientes con TCE grave se desconoce, y
debido a la situación geográfica de México y a la localización de algunas
unidades de atención medica, se sugiere establecer todas aquellas medidas
profilácticas aprobadas, que eviten la lesión cerebral secundaria de manera
efectiva segura, desde el lugar del accidente y durante el traslado. Lo cual
incluye haber asegurado la estabilidad clínica, un transporte adecuado, seguro
y rápido, adecuada coordinación con la unidad receptora y personal de atención
primaria con una certificación para la atención de este tipo de pacientes. El
diagnóstico del origen de la hipertensión intracraneal v su tratamiento deben
de llevarse a cabo dentro de la primera hora posterior al trauma en el caso del
TCE grave.
No se
recomienda la intubación prehospitalaria de manera
rutinaria
en los pacientes con TCE grave. Se recomienda que se realice la intubación
prehospitalaria solo en casos adecuadamente seleccionados, en los que la
experiencia del médico asegure que esta intervención será eficaz y segura
A pesar
de que el manejo inicial óptimo de los pacientes con TCE grave se desconoce, es
necesario establecer estrategias que ayuden a evitar el incremento de la
morbimortalidad, por lo cual, sugerimos que después de haber asegurado la
estabilidad clínica del paciente, se debe enviar al centro hospitalario cercano
que cuente con los recursos necesarios para diagnosticar y tratar dentro de la
primera hora el origen de la hipertensión intracraneal
Por
todo lo anterior, el personal que se encargue del traslado, deberá estar
ampliamente capacitado, además la unidad en la que se transporte al paciente y
la comunicación con la unidad receptora deben de llevar acciones conjuntas de
la manera más eficiente posible.
¿Cuáles son las estrategias
terapéuticas con mayor efectividad para disminuir la morbimortalidad del
paciente que presenta TCE grave y no grave?
Se
recomienda utilizar como medicamento de elección al etomidato, en una sola
dosis, como inductor sedante en los pacientes que presentan TCE grave con
elevación grave de la PIC. puesto que confiere un espectro de seguridad mayor a
corto plazo; sin embargo, debe considerarse el posible riesgo de supresión
adrenal.
Se
recomienda no utilizar barbitúricos en pacientes con TCE grave para inducir
sedoanalgesia, ni para controlar la PIC durante el manejo inicial.
Se
recomienda el uso de ketamina en bolo como medicamento sedante en pacientes con
TCE grave que dentro de la atención primaria requieran intubación.
En caso
de no contar con etomidato o ketamina, se sugiere utilizar el sedante con mayor
perfil de eficacia y seguridad posible en los diferentes grupos de edad
pediátrica, vigilando siempre la hipotensión como efecto secundario adverso de
mayor importancia, dado que puede influir sobre la PPC y la sobrevida,
sugerimos que el medicamento empleado sea el midazolam, porque es el
medicamento con mayor disponibilidad en los diferentes servicios hospitalarios
en nuestro sector salud.
Las
medidas para disminuir la inflamación cerebral, deben reservarse para aquellos
pacientes con deterioro neurológico o datos en la TC de herniación inminente,
no debiendo utilizarla de manera preventiva. Es muy importante conocer el
origen de la HIC antes de establecer el manejo con manitol o solución salina
hipertónica, debido a las caracteristicas farmacológicas de cada uno.
Su uso
requiere como mínimo del monitoreo de la uresis, de los electrolitos séricos y
la tensión arterial.
Se
recomienda iniciar anticonvulsivante profiláctico, para disminuir el riesgo de
presentar CC postraumáticas tempranas, a todo paciente pediátrico que presentó
lo siguiente
TCE con
pérdida de la conciencia
ECG
menor de 8 TC anormal
Se
recomienda utilizar fenitoina sobre cualquier otro anticonvulsivante en todo
paciente que presente o tenga riesgo de CC postraumática temprana, y en los que
hayan presentado evento convulsivo. Como segunda opción se puede utilizar la
carbamazepina
Se
sugiere evitar el uso de medicamentos anticonvulsivantes profilácticos de
manera generalizada en los pacientes con TCE
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