ENFERMEDAD DE MENIERE

 


La Enfermedad de Ménière fue descrita por Prospero Ménière en 1861, es provocado por un hidrops endolinfático, se le ha considerado como una enfermedad crónica de origen idiopático, la presentación clínica clásica incluye la presencia se episodios de vértigo recurrente y espontáneo, hipoacusia, acúfeno y/o sensación de plenitud aural, aunque la clinica puede ser atipica donde los sintomas vestibulares y cocleares predominan.

 

La característica fundamental de la Enfermedad de Ménière es la clinica y el diagnóstico se basa en datos indirectos como la clinica, estudios audiológicos, pruebas especiales

El Síndrome de Ménière es una patología del oído interno caracterizada por ataques espontáneos de vértigo, hipoacusia neurosensorial fluctuante a bajas frecuencias, plenitud ótica y acúfeno.

 

Cuando el síndrome es idiopático o no puede ser atribuido a otra causa (por ejemplo: sifilis, enfermedad autoinmune, trauma quirúrgico), es llamado enfermedad de Ménière.

 

La enfermedad de Ménière se define como una entidad idiopática de hidrops endolinfático definida clínicamente por episodios espontáneos de vértigo recurrente, hipoacusia, plenitud ótica y acúfeno.

Las 2 características específicas de la enfermedad de Ménière que nos permiten el diagnóstico son la inestabilidad y el involucro de la audición y el balance. Los pacientes con solo hipoacusia o solo con síntomas vestibulares no cuentan con criterios para diagnosticar enfermedad de Ménière.

 

Los pacientes con enfermedad de Ménière tienen una gama muy amplia de síntomas que varían de paciente a paciente. Los síntomas pueden ser en racimos o esporádicos

 

Los paciente pueden presentar fluctuación de la audición o pedida rápida de la audición con episodios poco frecuentes de vértigo: patrón auditivo, ataques de vértigo frecuentes y severos pero con poco fluctuaciones mínimas de la audición: patrón vestibular o, síntomas auditivos y vestibulares que ocurren al mismo tiempo o con la misma frecuencia: patrón mixto.

 

La edad de presentación de los síntomas varían entre los 28 y 72 años, con un promedio de edad de 42.9 años.

 

La característica fundamental de la enfermedad de Ménière es la clínica constituida por: vértigo episódico, hipoacusia perceptiva endococlear fluctuante, acúfenos y sensación de plenitud ótica.

 

Las crisis de vértigo se pueden repetir con intervalos de días, semanas, o aún meses. Aunque los ataques son discontinuos, estos síntomas aparecen de forma sincrónica.

 

Se aplica el término enfermedad de Ménière cuando no se identifica ninguna causa conocida. Cuando los síntomas son secundarios a una enfermedad conocida por ejemplo meningitis se usa el término síndrome de Ménière.

 

Las 2 características específicas de la enfermedad de Meniere que nos permiten el diagnóstico son la inestabilidad y el involucro de la audición y el balance. Los pacientes con sólo hipoacusia o sólo con síntomas vestibulares no cuentan con criterios para diagnosticar enfermedad de Ménière.

 

Los pacientes pueden presentar fluctuación o pérdida rápida de la audición, con episodios poco frecuentes de vértigo. Cuando hay presencia ataques de vértigo frecuentes y severos, pero sólo con minimas fluctuaciones de la audición se le llama patrón vestibular, y cuando hay síntomas auditivos y vestibulares que ocurren al mismo tiempo o con la misma frecuencia se le llama patrón mixto.

 

La característica fundamental de la enfermedad de Ménière es la clínica constituida por: vértigo episódico, hipoacusia perceptiva endococlear fluctuante, acúfenos y sensación de plenitud ótica.

 

Las crisis de vértigo se pueden repetir con intervalos de días, semanas, o aún meses. Aunque los ataques son discontinuos, estos síntomas aparecen de forma sincrónica.

 

Se aplica el término enfermedad de Ménière cuando no se identifica ninguna causa conocida. Cuando los síntomas son secundarios a una enfermedad conocida por ejemplo meningitis se usa el término síndrome de Ménière.

 

Las 2 características específicas de la enfermedad de Meniere que nos permiten el diagnóstico son la inestabilidad y el involucro de la audición y el balance. Los pacientes con sólo hipoacusia o sólo con síntomas vestibulares no cuentan con criterios para diagnosticar enfermedad de Ménière.

 

Los pacientes pueden presentar fluctuación o pérdida rápida de la audición, con episodios poco frecuentes de vértigo. Cuando hay presencia ataques de vértigo frecuentes y severos, pero sólo con minimas fluctuaciones de la audición se le llama patrón vestibular, y cuando hay síntomas auditivos y vestibulares que ocurren al mismo tiempo o con la misma frecuencia se le llama patrón mixto.

Sando e Ikeda, describieron la relación entre la pobre neumatización del hueso temporal en la enfermedad de Ménière.

 

Gibson y Aremberg, establecieron una relación entre los pacientes con enfermedad de Ménière, los cuales presentaban un acueducto vestibular estrecho que causaba un flujo endolinfático disminuido hacia el saco endolinfático.

 

Se ha descrito que en los pacientes con enfermedad de Ménière, existe una ausencia de neumatización periacueductal, una ausencia de neumatización medial a la eminencia arcuata, Pap un acueducto vestibular corto, una estrechez en la apertura externa del acueducto vestibular y una mastoides poco neumatizada, todo lo anterior han sido mencionadas como factores de riesgo.

 

Tanto un trauma físico como un trauma acústico, juegan un rol importante en el desarrollo de algunos casos de enfermedad de Pap Ménière.

 

El trauma acústico ocasiona una disfunción bioquímica en las células que producen o absorben la endolinfa, lo que ocasiona hidrops endolinfático.

El paciente tiene que haber padecido al menos dos episodios típicos de vértigo de al menos 20 minutos de duración, que se acompañan de desequilibrio y frecuentemente de cortejo vegetativo, obligan a descansar, y siempre presentan nistagmus horizontal u horizontal-rotatorio. 

La hipoacusia, de tipo neurosensorial, debe estar constatada audiométricamente al menos en una ocasión. Aunque lo habitual es que la audición fluctúe este fenómeno no es esencial Pérez para el diagnóstico, siempre que se haya constatado la hipoacusia coclear. 

 

Los acúfenos, la plenitud ótica o ambos deben estar presentes en el oído afectado para poder realizar el diagnóstico. 

La evaluación de sintomatología, relacionada con la edad, mostró que en los pacientes con afectación bilateral la edad de presentación es menor (33.7%) comparado con los pacientes  con afectación unilateral (47.5%).

 

La hipoacusia se puede observar en uno o en los dos oídos. La prevalencia de enfermedad bilateral es del 25-40%, y el riesgo de desarrollar enfermedad de Ménière bilateral en pacientes ya diagnosticados con enfermedad unilateral es del 14%.

 

La hipoacusia neurosensorial, comúnmente inicia en un solo oído y esta puede aparecer y puede aparecer en el segundo oído en un intervalo de 7 años, y esto ocasiona un impacto  significativo en la calidad de vida del paciente con diagnóstico  de enfermedad de Ménière.

CRISIS DE TUMARKIN

Son crisis otolíticas en las que se presenta una sensación súbita de vértigo con caída al suelo en ocasiones. Frecuente sensación de desequilibrio con dificultad para movimientos rápidos y para caminar en sitios oscuros. Ocurre en cualquier momento de la enfermedad. El origen de este trastorno parece ser una estimulación lesiva para los órganos otolíticos.

 

FENÓMENO DE LERMOYEZ

Consiste en la mejoría de la audición en el momento de iniciarse el vértigo. Ocurre muy pocas veces y en tales ocasiones este tipo de crisis domina el cuadro del paciente de tal manera que la recuperación auditiva se mantiene durante semanas o meses para posteriormente comenzar un declive gradual hasta que una nueva crisis lleva a la mejoría auditiva.

 

La causa más probable es la rotura del laberinto membranoso y una disparidad de recuperación de la función coclear y vestibular debido a diferentes fenómenos tensiónales y anatómicos en el oído interno.

La etiología se clasifica en tres grupos embriopática, adquirida e idiopática..

 

Embriopáticas están representadas por hipoplasia del oído interno tipo Mondini, asociada a sordomudez

  • El hidrops autoinmune de Yoo Zazama
  • El hidrops familiar y hereditario (13%) puede estar asociado a glaucoma
  • Ausencia de cruz común
  • Hipoplasia del acueducto del vestíbulo.

 

ADQUIRIDAS

Secundarias a procesos de naturaleza diversa como son (inflamatoria, infecciosa, alérgica o traumática) que alterarían la resorción de la endolinfa. 

El hidrops endolinfático ha sido una característica histopatológica muy común en las investigaciones, el primer Sando, reporte que se realizo fue por Hallpike,Cairns y Yamakawa

 

Schuknecht y col, reportaron la presencia de rupturas (fístulas) en el laberinto membranoso entre el espacio endolinfático y peri linfático.

 

La ruptura de la membrana en el oído interno, causa un desequilibrio electrolítico y se piensa que es la causa de los ataques agudos de la enfermedad de Ménière con vértigo agudo y pérdida de la audición.

 

Si la ruptura de la membrana ha ocurrido, y la subsecuente reparación ha ocurrido, esto produce una extensión hacia el espacio per linfático.

 

Se ha reportado en huesos temporales de pacientes con enfermedad de Ménière e hipoacusia severa neurosensorial, la presencia de pérdida de la células ciliadas cocleares y de células del ganglio espiral, principalmente de la porción apical de la cóclea.

 

El problema fundamental en la enfermedad de Ménière, se piensa que es debido a la mal absorción del líquido endolinfático, ya sea en el conducto endolinfático o en el saco endolinfático.

 

Se ha demostrado en puercos de Guinea, que la composición de la endolinfa se mantiene gracias a la striavascularis, ésta se encarga de controlar la entrada de líquido y modifica su contenido iónico.

 

El drenaje de la endolinfa hacia el saco endolinfático es un proceso activo, existen gradientes osmóticos dentro del saco que crean un flujo longitudinal hacia el mismo.

 

Si el saco no se recibe suficiente endolinfa debido a una obstrucción (por ejemplo, como en la enfermedad de Ménière), entonces se puede producir hormonas como saccina que aumentan la producción de endolinfa.

 

El saco también puede producir glicoproteínas que osmóticamente atraen a la endolinfa hacia el saco endolinfático.

 

Cuando se acumula suficiente endolinfa detrás de la obstrucción, puede haber flujo de salida repentina a través de la obstrucción hacia la salida, provocando vértigo.

 

Por lo tanto, hidrops endolinfático en la enfermedad de Ménière es una disfunción primaria de flujo longitudinal. Si se produce un exceso de endolinfa, esta se reabsorbe a la striavascularis (flujo radial).

 

Solo en circunstancias excepcionales, cuando se produce una gran cantidad de volumen, la endolinfa se mueve de manera longitudinal al saco endolinfático.

 

Las personas pueden mantener el balance de la endolinfa por el mecanismo radial únicamente y raramente será necesario que se produzca un flujo longitudinal. 

El exceso de volumen tiende a acumularse en la región apical de la cóclea, donde las membranas son más laxas que en otros lugares, a pesar que la presión endolinfática es igual en todos los lugares de la cóclea.

 

En circunstancias normales, pequeñas cantidades del exceso de endolinfa puede ser retirada a través del flujo radial, pero volúmenes grandes de endolinfa requieren un drenaje de tipo longitudinal.

 

Cuando el exceso de endolinfa se desplaza hacia el conducto endolinfático, el seno del conducto endolinfático puede acomodar temporalmente cualquier exceso que el saco endolinfático no está listo para recibir.

 

Por lo general, se elimina este exceso de líquido sin ninguna alteración vestibular, ya que la válvula endolinfática de Bast ayuda a aislar la pars superior y evita la endolinfa drene fuera del utrículo.

 

Si hay un conducto endolinfático óseo estrecho limitando el tamaño del conducto endolinfático, o si los residuos se ocluye parcialmente el conducto, endolinfa puede acumularse excesivamente en el seno del conducto endolinfático durante el flujo longitudinal, y el desbordamiento se produce la apertura de la válvula por lo endolinfa entra en la pars superior.

 

Inicialmente el incremento de la endolinfa en el utrículo se distorsiona las crestas hacia una dirección produciendo un ataque de vértigo.  Mientras el exceso de endolinfa es drenado, y las crestas vuelven a su posición original, alterando la dirección del nistagmus.

Para considerar que un enfermo tiene una Enfermedad de Ménière debe presentar: 

1. Vértigo espontáneo episódico y recurrente. Debe haber presentado al menos 2 episodios de 20 minutos o más largos para su definición. 

2. Hipoacusia perceptiva, documentada audiométricamente en al menos una ocasión. 

3. La audiometría del paciente presenta suficientes criterios a juicio del médico como para considerarla una hipoacusia, la fluctuación en la audición no se considera como estrictamente necesaria para el diagnóstico de Ménière. 

4. Acúfeno o presión auditiva: debe estar presente al menos uno de los dos para el diagnóstico.

 

De acuerdo con los preceptos anteriores, se establece una escala con cuatro categorías:

1.- EM Segura o Cierta: Cumple todos los requisitos clínicos y además se ha podido comprobar histológicamente (casos excepcionales). 

2.- EM Definitiva: Cumple todos los requisitos clínicos y se han excluido otras etiologías que puedan provocarlos, pero no se ha efectuado estudio histológico. 

3.- EM Probable: Padece acúfenos e hipoacusia pero solo ha tenido una crisis de vértigo. Se han excluido otras etiologías. 

4.- EM Posible: Ha presentado varios episodios de vértigo sin poder documentar la hipoacusia o la hipoacusia esta documentada pero no tiene los típicos episodios de vértigo. Serían las formas equivalentes a las definiciones más antiguas de EM vestibular y EM coclear.

 

A pesar de existir diversas clasificaciones, ninguna de ellas se encuentra totalmente aceptada

Audiometría

Para considerar una hipoacusia como tipo Ménière, debe presentarse al menos una de estas situaciones: 

•La media de 250, 500, 1000 c/s es 15 dB. Peor que la media de 1000, 2000 y 3000 c/s.

• En enfermedades unilaterales, la media de 500, 1000, 2000 y 3000 c/s. es al menos 20 dB peor que la media del lado contrario.

• En casos bilaterales, la media del umbral de 500, 1000, 2000 y 3000 c/s en cada oído estudiado es peor de 25 dB.

 

Electrococleografía

Estudio el cual registra los eventos que se producen en la cóclea incluyendo potenciales evocados en respuesta a un estímulo el cual es captado por un electrodo intra o extra timpánico.

 

La electrococleografía puede ser útil en el diagnóstico en casos difíciles si se realiza en las primeras 48 horas del ataque. Sin embargo, la sensibilidad del exámenes sólo de 70%.

 

Las características que se encuentran característicamente en una enfermedad de Ménière son las siguientes: 

  • relación de potencial sumatorio/potencial de acción, mayor de 0.4
  • Amplitud del potencial de acción mayor de 3 milisegundos.
  • Puede haber resultados negativos en etapas tempranas o finales de la enfermedad.

 

La electrococleografía no es fácil de utilizar, ni es una técnica muy difundida en el estudio de estos pacientes por lo que ha dejado de practicarse en muchos centros hospitalarios

 

Prueba de glicerol

La prueba de glicerol (ingesta en ayunas de glicerol a dosis de 1.5 g/kg de peso) provoca una expansión del líquido extracelular por salida del agua intracelular con hiperosmolaridad e hiponatremia. Consideramos que el resultado es valorable cuando se obtiene una adecuada deshidratación medida por un incremento de la osmolaridad plasmática superior a 10 mOsm/kg.

 

Si a las dos horas se produce una mejoría en el umbral tonal al menos 10dB en tres frecuencias consecutivas o cuando el porcentaje de discriminación presenta un aumento del 10% respecto de los valores pre-ingesta consideramos que el resultado de la prueba de glicerol es positiva.

 

Pruebas vestibulares

Crisis: nistagmus espontáneo de tipo irritativo en un principio para después pasar a un nistagmus destructivo con la fase rápida dirigiéndose hacia el oído sano. Prueba calórica, resultados dispares, por lo que lo más concluyente y representativo es una disminución de la excitabilidad vestibular en el lado afectado.

 

Potenciales miogénicos

Evalúan el sistema vestibular registrando la actividad eléctrica del músculo esternocleidomastoideo (reflejo vestíbulo espinal) trasmitida a través del nervio vestibular a partir de los receptores laberínticos del sáculo.

 

En los oídos de pacientes afectados con enfermedad de Ménière se encuentran aumentados el umbral, la amplitud y la latencia de dichos potenciales.

 

La cantidad de estudios diagnósticos es amplia, sin embargo los mas utilizados en el CMN 20 de Noviembre del ISSSTE son la audiometría y las pruebas vestibulares

TRATAMIENTO MEDICO

El tratamiento con gentamicina intratimpánica ha demostrado tener una tasa global de éxito para la recuperación total del 80% y una tasa de recuperación total o sustancial del 92,7%. 

La reducción global de la audición observada con el uso de gentamicina intratimpánica fue de 1,5 dB.

 

El uso de gentamicina intratimpánica ha demostrado una reducción del 2% del reconocimiento de palabras en la logoaudiometría posterior al tratamiento. 

 

El uso de gentamicina intratimpánica para manejo de la enfermedad de Ménière intratable parece eficaz en el alivio del vértigo, la cocleotoxicidad y ototoxicidad no son efectos secundarios sustanciales del tratamiento.

 

No se ha demostrado beneficio en el control de los episodios de vértigo, la hipoacusia, acufenos o plenitud aural con el uso de diuréticos. 

La Academia Americana de Otorrinolaringología (AAO), propone comparar la situación auditiva y la frecuencia de los vértigos los 6 meses previos al tratamiento con un periodo distante del mismo y de la misma duración (meses 12 a 18 tras instauración del tratamiento)

 

A pesar de que existen ensayos individuales con resultados positivos, no existe evidencia en estudios controlados aleatorizados que demuestren que la betahistina sea efectiva o inefectiva en el tratamiento de la enfermedad de Ménière. 

No existe evidencia significativa que apoye la función de la restricción de sal en la dieta como monoterapia para la reducción de frecuencia y gravedad de los síntomas de la EM.

 

Los niveles recomendables de restricción de sal en la dieta varían pero el intervalo a menudo es de 2 g cada 24 horas hasta 1 g cada 24 horas. 

Las ventajas potenciales del uso de esteroides intratimpánico incluyen el bajo riesgo de complicaciones y beneficio en la conservación de la audición. 

  1. Medidas Higiénicas
  2. Dieta hiposódica
  3. Evitar tabaquismo
  4. Evitar alcoholismo
  5. Evitar grasas, picantes, dulces
  6. Ejercicio moderado diario
  7. Evitar situaciones de estrés

 

Evitar la adición de sal a la comida, poner atención a la  información nutrimental de la comida así como evitar alimentos procesados.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

 

REQUISITOS IMPRESCINDIBLES PARA EL CAMBIO DE TRATAMIENTO 

1.- Haber seguido tratamiento médico controlado durante al menos un año. 

2.- Control periódico por especialista donde deberá valorar estado funcional de acuerdo a la escala de afectación funcional y su estado auditivo. 

3.- Vértigo incapacitante a pesar de tratamiento médico. 

4.-Explicación clara a paciente, familiares, expectativas, efectos secundarios, secuelas de los procedimientos y de otras opciones de tratamiento. 

5.-Firma de consentimiento informado.


Pruebas complementarias antes de plantear un tratamiento quirúrgico 

1.- Potenciales evocados auditivos de tallo cerebral 

2.- Electronistagmografia para valorar el estado de la función laberintica 

3.- Resonancia magnética nuclear para descartar patología retrococlear 

4.- Tomografía computarizada si se propone cirugía.

 

La gentamicina intratimpánica a dosis bajas constituye un método eficaz de bajo costo y con bajo riesgo de hipoacusia y debe considerarse en el tratamiento en el manejo de enfermedad de Ménière resistente a tratamiento médico.

Protocolo del tratamiento quirúrgico de la enfermedad de Ménière 

Para la elección quirúrgica se debe valorar factores internos propios de la enfermedad y factores externos ajenos a la misma.

 

Factores internos propios de la enfermedad:

• Afectación de la audición medida con audiometria tonal como con audiometría verbal.

• Grado de incapacitación por la enfermedad (severidad de la enfermedad de Ménière).

 

Factores externos ajenos a la enfermedad:

• Medio hospitalario en el que se desenvuelve el servicio y su organización en el área otoneurológica. Tener una estrecha colaboración con el servicio de neurocirugía.

• Habilidad y entrenamiento en los diferentes tipos de cirugía de cada unidad hospitalaria.

 

PROTOCOLO VÁLIDO 

1.- Pacientes con nivel auditivo útil (audiometria tonal, con media de 500, 1000, 2000 y 3000 mejor de 80 dB, y/o audiometria verbal útil) 

a) Procedimiento no destructivo: 

- Laberintectomía química con gentamicina en una o varias dosis (preferiblemente 3-4 dosis separadas por una semana, con comprobación previa del nivel auditivo). Normalmente se utilizan 40 mg de gentamicina (1cc) tamponada con bicarbonato 1/6 molar (0,5cc), a través de pequeña punción sobre cuadrante postero-inferior.

- Descompresión de saco endolinfático.

 

 b) Si no acepta los anteriores o si han fallado en el control del vértigo:

- Neurectomia Vestibular (se puede utilizar la via de fosa media, en colaboración con el servicio de neurocirugía), se recomienda la técnica que mejor se domine.

 

 2.- Pacientes con nivel auditivo no útil (audiometria tonal con media de 500, 1000, 2000 y 3000 peor de 80 dB y/o audiometría verbal no útil)

a) Laberintectomía química con gentamicina.

b) Si falla o no acepta la anterior: Laberintectomia quirúrgica.

PROCEDIMIENTOS DESTRUCTIVOS

 Laberintectomia farmacológica 

El agente utilizado es la gentamicina, en dosis de 20 a 40 mg. (1/4 de ampolleta) con bicarbonato de sódico 1/6 M para evitar la irritación del oído medio, previa anestesia local del conducto auditivo externo se puede administrar de formas variadas. 

  • A través de un drenaje transtimpánico 
  • Paracentesis en el cuadrante posteroinferior 
  • A través de cánula en el oído medio

 

Es indispensable mantener al paciente en reposo con la cabeza lateralizada para evitar que el medicamento salga al exterior en un lapso mínimo de media hora. 

La gentamicina intratimpánica puede ser un tratamiento eficaz para las quejas de vértigo incapacitante en la enfermedad de Ménière, pero con lleva el riesgo de aumento de pérdida de la audición. 

La gentamicina intratimpánica a dosis bajas constituye un método seguro, eficaz, de bajo costo y con bajo riesgo de hipoacusia y debe considerarse el tratamiento de elección en el manejo de la enfermedad de Ménière resistente al tratamiento médico.


PROCEDIMIENTOS CONSERVADORES 

Procedimientos conservadores 

La cirugía descompresiva del saco endolinfático es la única que es verdaderamente conservadora en el sentido de que no invade el espacio laberíntico y, por tanto, minimiza el riesgo de afectación de la audición.

 

Descompresión del saco endolinfático 

En la actualidad la cirugía del saco endolinfático es el procedimiento quirúrgico más frecuente realizado en la Enfermedad de Ménière.

 

La enfermedad se fundamenta en la pérdida de las capacidades del saco endolinfático de distenderse y su capacidad de absorber la endolinfa producto de la fibrosis producida por la enfermedad, por lo que este procedimiento consiste en retirar la cubierta ósea de la cara mastoidea del saco y producir un puente para el drenaje de endolinfa entre este y la cavidad mastoidea o al espacio subaracnoideo.

 

En general la calidad de vida de los pacientes luego de la cirugía de descompresión del saco endolinfático mejora en un 87%, de los casos. Su éxito temprano en la eliminación y/o control del vértigo varía entre un 80% y un 90%, no así para el acufeno que se logra eliminar en el 25% al 30%, mientras que la audición se logra preservar en el 99 % e incluso existen reportes de mejoría hasta en el 30% de los casos.

 

Los resultados son muy discutidos. Podemos tener según Paparella un 70% de eliminación de los sintomas vestibulares y un 90% de mejoría de la sintomatología con preservación de la audición en el 90% de los pacientes.

 

Con la descompresión del saco endolinfático, los resultados en el control de vértigo es mejoría en el 85 % de los casos. La audición se preserva y no se demostró efecto del procedimiento sobre el acúfeno.

 

La cirugía sobre el saco se practica tras realizar una mastoidectomía amplia, abriendo la duramadre de fosa posterior por detrás del conducto semicircular posterior y por debajo de una línea que prolongue el conducto semicircular externo.

 

Después se puede practicar desde la simple descompresión del saco hasta una apertura del saco con colocación o no de un drenaje hacia la mastoides o hacia la meninge.

 

El procedimiento más extendido es la colocación de un drenaje en la zona más inferior del saco, pero no dirigido directamente hacia la mastoides. Es fundamental la asepsia e incluso la colocación de un drenaje transtimpánico para favorecer el drenaje de las secreciones del oído medio.

 

Saculotomia 

El procedimiento consiste en colocar una punta sobre la platina del estribo, abriendo el sáculo para que drene en caso de existir una hiperpresión (procedimiento de la "tachuela"). Según Cody se obtienen unos buenos resultados en cuanto al vértigo en el 79% de los pacientes, pero con la consecuencia de provocar hipoacusia neurosensorial profunda en el 40% de ellos.

 

Descompresión del nervio vestibular El Abordaje retrosigmoideo para la descompresión del nervio vestibular puede ser considerado u método seguro y efectivo utilizado en pacientes refractarios a tratamiento médico de enfermedad de Ménière porque permite preservar la audición.

REHABILITACION VESTIBULAR

El tratamiento rehabilitador del Paciente debe planearse de acuerdo a la fase en la que se encuentra la enfermedad, no se recomienda cuando está en fase activa el proceso en que la perdida de la función GO es fluctuante.

 

Es útil cuando la pérdida funcional es definitiva. Está totalmente indicada posterior al tratamiento médico y/o quirúrgico, se ha de realizar a base de ejercicios específicos destinados a acelerar la adaptación en los casos de perdida funcional unilateral, y  en caso de déficit bilateral aprovechar el remanente de la función.

 

MEDIDA DE LA INCAPACIDAD FUNCIONAL EN LA ENFERMEDAD DE MÉNIERIE

Debido a que la cuantificación del vértigo es difícil por su naturaleza subjetiva, se han introducido posibilidades de medida del estado del paciente en cuanto al vértigo: 

Una escala de afectación funcional que trata de medir el efectodel vértigo en la actividad diaria, dividiendo la situación en 6 grados. 

Es el paciente el que marca su situación según la considera subjetivamente él mismo. 

El modelo recomendado debe fijarse en la situación entre las crisis, no durante una crisis aguda: 

Grado 1: Mi vértigo no afecta a mis actividades en absfunción

Grado 2: Cuando me mareo tengo que parar en mi actividad por un tiempo, pero enseguida que pasa puedo continuar con ella. Puedo continuar trabajando, conduciendo y efectuando mi actividad sin ninguna restricción. No he cambiado mis planes o actividades a causa del vértigo.

 Grado 3: Cuando me mareo tengo que parar en mi actividad.

 

por un tiempo, pero enseguida que pasa puedo continuar con ella. Puedo continuar trabajando, conduciendo y efectuando mi actividad, pero he tenido que cambiar algunos planes y hacer alguna restricción a causa de mil mareo.

 

Grado 4: Puedo trabajar, conducir, viajar, convivir normalmente con mi familia o efectuar la mayoría de mis actividades, pero me exige un gran esfuerzo. Debo hacer constantes cambios en mis planes.

 

Grado 5: Soy incapaz de trabajar, conducir o convivir normalmente con mi familia. Soy incapaz de ejecutar la mayoría de las actividades que yo solía practicar, Incluso actividades esenciales deben ser limitadas. Me encuentro incapacitado.

 

Grado 6: He estado incapacitado por un año o más y/o recibo compensación económica a causa de mi mareo o problema de equilibrio. 

Valoración de la frecuencia de las crisis vertiginosas: número de crisis en un mes.





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