HEPATOCARCINOMA
Los
tumores hepáticos en la edad pediátrica son poco frecuentes: en menores de 14
años, a nivel mundial se estima que su incidencia está por debajo de 1 caso por
1 000 000 de niños por año, comprenden de 1% a 2% de todos los tumores.
El
hepatoblastoma (HB), es la neoplasia hepática primaria más frecuente (48%),
seguido por el hepatocarcinoma (27%), otros tumores vasculares y sarcomas. El
hepatocarcinoma (HCC), tiene una incidencia de 0.3 a 0.45 casos por 1 000 000
por año; es más común en adolescentes (10 a 14 años de edad). pero se han
confirmado casos en menores de cinco años. Es más frecuente en hombres que en
mujeres, con una relación 3:1; la enfermedad se presenta en estadios más
avanzados en niños que en adultos y es una indicación cada vez más común de
trasplante hepático en niños.
Alrededor del mundo, algunos factores
etiológicos que se han asociado al HCC incluyen la cirrosis hepática debida a
la atresia de vías biliares, la nutrición parenteral total, el síndrome de
Fanconi la hepatitis B y C, así como la ingesta de alimentos contaminados con
aflatoxinas.
La
disminución del VHB debido a la vacunación neonatal ha llevado a reducir los
casos de hepatitis B en la infancia, lo que con el tiempo se verá reflejado en
la edad adulta. El El HCC tiene en las enfermedades metabólicas, como la
tirosinemia tipo causada por la deficiencia de la enzima hidrolasa
fumarilacetoacetato, que produce acumulación de metabolitos tóxicos a nivel
hepático. mayor incidencia en consecuencia aumenta el riesgo para desarrollar
HCC La enfermedad de almacenamiento de glucógeno tipo 1A es otro trastorno
metabólico que aumenta el riesgo de HCC; hay un grupo de HCC que son de novo,
que no tienen relación con la cirrosis.
Histológicamente
la rareza de estos tumores y la falta de clasificación hacen que el diagnóstico
sea confuso y difícil para los patólogos por lo que en marzo del 2011 se
realizó el Simposio Internacional de Patologia para definir la histopatología y
clasificación de los tumores hepáticos de la edad pediátrica. El espectro
morfológico del HCC en ocasiones se superpone con el HB; las tinciones de
inmunohistoquímica son de gran utilidad para distinguirlo de otros tumores, sin
embargo, en algunos casos es prácticamente imposible diferenciarlo del HB.
El HCC
fibrolamelar es una variante histológica que representa casi un tercio de todos
los HCC diagnosticados en la edad pediátrica, sin presencia de cirrosis o de
enfermedad hepática subyacente en las células hepáticas no neoplásicas, con
fibrosis en forma laminar alrededor de las células tumorales.
Un
pequeño número de tumores hepáticos malignos son difíciles de clasificar
histológicamente como HB o HCC estos tumores han mostrado en algunos casos una
mezcla de varios patrones histológicos en el mismo tumor; para hacer frente a
la dificultad para clasificarlos, se creó el término tumor de células hepáticas
de transición con base en la hipótesis de que estos tumores pueden tener una
célula de origen putativo, entre los linajes de hepatoblastos y hepatocitos.
La
presentación clínica de los tumores hepáticos en niños es insidiosa, con signos
y síntomas inespecíficos como el malestar abdominal debido al tamaño del tumor.
El lóbulo derecho se afecta con mayor frecuencia con presencia de dolor en el
cuadrante superior derecho. La pérdida de peso, la anorexia, la fiebre y la
debilidad pueden ser síntomas sistémicos. La ictericia y las alteraciones
bioquímicas se asocian a neoplasias en estadios avanzados. Ocasionalmente,
presentan signos clínicos de irritación abdominal, que sugieren rotura tumoral
con diseminación intraperitoneal. Al momento del diagnóstico, el HCC a menudo
se presenta con metastasis. Las áreas más comunes de diseminación son los
ganglios linfáticos mediastínicos y abdominales, los pulmones y los huesos. La
AFP sérica es el marcador tumoral clinico clave en el diagnóstico de respuesta
a tratamiento y sospecha de recaida, El HCC con AFP baja tiene un pronóstico
más pobre.
En los
exámenes de laboratorio para el diagnóstico de HCC no existen hallazgos
específicos en la biometría hemática, sin embargo, se pueden encontrar
alteraciones en las pruebas de función hepática, principalmente en pacientes
con cirrosis.
Los
estudios radiológicos que se llevan a cabo para delimitar el sitio, las características
del tumor y la presencia de metástasis, así como, para evaluar la resección
quirúrgica son el ultrasonido abdominal, que generalmente muestra una gran
masa, posiblemente con algunas lesiones satelitales y áreas hemorrágicas dentro
del tumor. El siguiente estudio diagnóstico tomografía por la tomografía axial
computarizada o la resonancia magnética. La emisión de positrones con fusión de
la tomografia axial computarizada utilizarse para detectar metástasis, que en
otros estudios de imagen son visibles, aunque su utilidad es controvertida. La
evaluación de los segmentos hepáticos afectados por el tumor y su relación con
los principales vasos hepáticos, son de suma importancia para planificar la
cirugía y la intensidad de la quimioterapia.
El HCC
desafortunadamente, al momento del diagnóstico, suele presentarse en estadios
avanzados, dando como resultado que la supervivencia general sea deficiente
(<30%).
A
finales de la década de los ochenta, el Society of Pediatric Oncology Liver
Tumor Study group (SIOPEL por sus siglas en fránces), desarrollo la
estadificación de acuerdo a la extensión prequirúrgica de la enfermedad
(PRETEXT), este sistema divide a los pacientes con cáncer hepático en cuatro
categorias, de acuerdo al número de lóbulos hepáticos no involucrados por el
tumor. La extensión extrahepática y la enfermedad metástasica se clasifican por
separado. La ventaja de la estadificación PRETEX es la de clasificar a los
pacientes para un tratamiento quirúrgico más efectivo
El
tratamiento básico consiste en combinar la quimioterapia con la resección
quirúrgica, los pacientes en quienes se logra resecar completamente el tumor se
obtienen altas tasas de curación. El HCC es relativamente quimiorresistente,
por lo tanto su pronóstico es malo, con una tasa de curación aproximadamente
del 15%. La resección quirúrgica o el trasplante hepático en enfermedad
localizada frecuentemente son la única esperanza. Los niños con tumores
resecables, tienen buen pronóstico, independientemente del subtipo histológico,
mientras que el pronóstico es malo para los niños con enfermedad avanzada al
momento del diagnóstico.
Hepatocarcinoma en adultos
EI HCC
en adultos es el tumor hepático primario más frecuente, es la sexta neoplasia a
nivel mundial y la segunda causa de muerte relacionada con cáncer; la mayoria
de los casos ocurren en países en desarrollo, pero aunque su incidencia es baja
en países occidentales, va en incremento debido a la cirrosis hepática
secundaria a la infección po VHB, el VHC y la esteatosis hepática no
alcohólicam
La
etiologia del HCC es multifactorial, dentro de los factores de riesgo más
importantes se encuentran las infecciones por el VHB y el VHC; la presencia de
hepatitis C aumenta 20 veces más el riesgo de desarrollar HCC en relación con
aquellas personas que no tienen esta infección. Los portadores del VHB tienen
100 veces más riesgo de presentar HCC que las personas que no son portadoras
del virus.
El
riesgo relevante se adquiere con la intensidad de la inflamación hepática
(relacionado con la carga viral y el genotipo), que produce daño estructural y
molecular responsable del proceso crónico de necrosis que evoluciona a
cirrosis, siendo este el parámetro a utilizarse para establecer el riesgo
clínicamente significativo. Una vez instaurada la cirrosis hepática, el riesgo
de desarrollar HCC, se mantiene a pesar de haber eliminado la infección viral
tras el tratamiento.
Cualquier
enfermedad que pueda dar lugar a cirrosis hepática (alcohólica, biliar,
sindrome metabólico, hemocromatosis, aflatoxina B1, entre otras), debe
considerarse como factor de riesgo para desarrollar HCC.
Recientemente
se ha demostrado un incremento de los tumores sólidos malignos, principalmente
en los grupos de 1 a 4 y 15 a 19 años de edad. Aproximadamente 75% de los casos
en el país son diagnosticados en etapas avanzadas de la enfermedad, lo que
implica menor posibilidad de sobrevivir, así como un tiempo más prolongado de
atención y tratamientos más sofisticados y menos eficaces, lo que incrementa
considerablemente los costos de atención
El HB y
el HCC, son las neoplasias hepáticas más frecuentes, representando 90% de todas
las neoplasias hepáticas en pediatria. El HCC es menos frecuente que el HB,
aunque existen diferencias epidemiológicas e histopatológicas, los niños con
tumores hepáticos malignos históricamente son tratados de manera similar.
Actualmente menos de 30% de los niños con HCC son curados. Durante las décadas
pasadas se realizaron importantes progresos en el tratamiento quirúrgico de los
tumores hepáticos en niños. Para el HCC la hepatectomía parcial no es
suficiente debido a las altas tasas de recurrencia. Los pacientes con HCC
irresecable tienen mal pronóstico y la respuesta a la quimioterapia
generalmente no es buena. Dado que la incidencia del HCC es baja, no ha sido
posible determinar cuales son las mejores alternativas de tratamiento para
disminuir la morbimortalidad en estos pacientes.
El HCC
ha aumentado su incidencia en los últimos años, el incremento más pronunciado
ha sido en las ciudades con alto nivel sociodemográfico: el factor de riesgo
principal para su desarrollo es la presencia de cirrosis subyacente, sin
embargo existen muchos otros factores que influyen en el desarrollo como son la
edad (45 a 65 años), el sexo (masculino) y el tipo de patológia hepática
subyacente (viral, alcohólica, entre otras) que da origen a la cirrosis.
Para el
manejo del HCC hay una gran variedad de opciones, la única con potencial
curativo sigue siendo la quirúrgica, con respecto a esta entre los diferentes
grupos lideres aún existe discrepancia de los criterios a utilizar para
seleccionar al paciente ideal, dentro de esta modalidad de tratamiento
quirúrgico se encuentra el trasplante hepático y la resección hepática
segmentaria como las principales opciones.
Sin
embargo, un alto porcentaje de pacientes estará fuera de estos criterios de selección
aún de los ampliados, para ellos existen otras opciones no quirúrgicas como son
la quimioembolización, la quimioterapia sistémica, la terapia hormonal y el
sorafenib, entre otros Es importante realizar una evaluación adecuada para
determinar el manejo ideal del paciente y ofertar el mayor beneficio con la
menor morbilidad posible.
Se
recomienda que los médicos busquen los factores de riesgo asociados a HCC en la
edad pediátrica (hepatitis B, hepatitis C y
hepatopatías metabólicas).
Se
recomienda que los médicos busquen en los pacientes adultos los factores de
riesgo asociados a HCC (cirrosis hepática, hepatitis C, hepatitis B,
alcoholismo, exposición a aflatoxinas y diabetes mellitus).
Se
sugiere que los médicos busquen factores de riesgo que pudieran asociarse a HCC
en adultos (obesidad, tabaquismo y esteatosis hepática), aunque no se encuentre
evidencia de alta calidad en este momento.
Se
recomienda que sean evaluados por el servicio de gastroenterologia o de
medicina interna los pacientes adultos con cirrosis, hepatitis B o Co con
hepatopatias metabólicas así como los que tienen obesidad, diabetes mellitus y
tabaquismo.
Se recomienda dar seguimiento a los pacientes adultos con hepatitis B o C por parte del servicio de medicina interna o de gastroenterología.
No existe suficiente evidencia para recomendar los tratamientos antivirales para disminuir el riesgo de HCC en pacientes con hepatitis C.
Se
recomienda informar a los pacientes con hepatitis B o C, sobre el riesgo de
desarrollar HCC
Se recomienda aplicar la vacuna contra hepatitis B de acuerdo a los lineamientos de la OMS, ya vertidos en las cartillas nacionales de salud y verificar su aplicación en las mismas.
Se
sugiere instaurar el tratamiento específico para hepatitis B o C de acuerdo a
lo recomendado en las guías específicas.
Se recomienda realizar tomografía computarizada multifásica abdominal o la resonancia magnética con contraste dinámico para estratificar el tumor en pacientes con sospecha de HCC.
Se
sugiere realizar la tomografia computarizada multifásica o la resonancia magnética
con contraste dinámico de forma individualizada tomando en cuenta las ventajas
y desventajas de cada método.
Se
sugiere informar a los pacientes y a sus familiares que el realizar la
tomografia computarizada multifásica implica exposición a radiación ionizante y
un bajo riesgo de alergia al contraste
Se
sugiere informar a los pacientes y a sus familiares que para efectuar la
resonancia magnética se requiere realizar apneas y mantener la postura durante
un tiempo mayor a 30 minutos, lo que puede ocasionar incomodidad al paciente y
que existe bajo riesgo de alergia al medio de contraste.
Se
recomienda realizar resonancia magnética con contraste dinámico en pacientes
con sospecha de HCC alérgicos al medio de contraste que se usa en la
tomografía.
Se
sugiere realizar cuatro fases en la tomografía Se sugiere realizar las
secuencias con contraste de forma dinámica en la resonancia magnética, si este
método diagnóstico fue el elegido.
Se
recomienda en pacientes pediátricos con HCC realizar tomografía computarizada
multifásica de abdomen y tomografía con cortes finos en tórax. computarizada
para el diagnóstico de HCC, si este método diagnóstico fue el elegido.
NIVELES DE ALFAFETOPROTEINA
Se
recomienda realizar ultrasonido con o sin AFP para detectar el HCC en etapas
iniciales en pacientes adultos con cirrosis hepática.
Se sugiere realizar vigilancia con ultrasonido con una frecuencia entre 6 a 12 meses en pacientes adultos con enfermedad hepática que incremente el riesgo de HCC como: cirrosis por hepatitis viral, cirrosis por esteato hepatitis no alcohólica y la enfermedad hepática alcohólica. (Algoritmo 2)
Se recomienda medir los niveles de AFP en todos los pacientes pediátricos con sospecha diagnóstica de HCC. (Algoritmo 1)
Se recomienda realizar los niveles de AFP para el seguimiento de pacientes con HCC que no puedan realizar estudios de imagen con contraste.
Se sugiere realizar la AFP para el seguimiento de pacientes con HCC. (Algoritmo 2)
Se recomienda considerar que los valores de AFP por arriba de cifras normales para la edad se asocian a actividad tumoral. (Cuadro 2)
El
tratamiento habitual de los pacientes pediátricos con HCC es la resección
quirúrgica De acuerdo al estadio existen diferentes tratamientos los locales
como la resección quirúrgica quimioembolización transarterial (TACE por sus
siglas en inglés) y la radiofrecuencia: los sistémicos como la quimioterapia
neoadyuvante, la adyuvante y las terapias blanco.
Se
recomienda trasplantar a los niños con HCC, si las condiciones de los pacientes
lo permiten y existen los insumos necesarios para realizar este procedimiento.
Se recomienda realizar resección hepática en niños con HCC resecable, si no se cuenta con las condiciones para realizar trasplante hepático.
Se sugiere realizar linfadenectomia en todos los pacientes pediátricos con HCC en quienes se realice trasplante hepático o resección hepática.
Se recomienda dar seguimiento a los pacientes postoperados de trasplante hepático y resección tumoral de la siguiente manera:
Primer
año: consulta mensual con estudios de AFP y PFH; cada 4 meses tomografía
computarizada multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax
Segundo
año :consulta bimensual con AFP y PFH con tomografía computarizada multifásica
de abdomen y tomografía computarizada de tórax cada 6 meses
Tercer
año: consulta trimestral con AFP y PFH con tomografía computarizada multifásica
de abdomen y tomografía computarizada de tórax cada 6 meses
Cuarto año en adelante: consulta semestral con AFP y PFH con tomografía computarizada multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax cada 12 meses.
Se sugiere en niños con HCC repetir el estudio de niveles de AFP si están por arriba de los valores normales para la edad si persisten altos realizar tomografía computarizada multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax.
Se recomienda realizar la resección quirúrgica con bordes negativos.
Se
recomienda que en caso de que los bordes quirúrgicos sean positivos, si las
condiciones del niño lo permiten, realizar una segunda cirugia para ampliar los
márgenes y realizar trasplante hepático.
Se recomienda realizar trasplante hepático a niños con HCC no resecable, no metastásico, si las condiciones del paciente lo permiten, y si se cuenta con los insumos necesarios para llevarse a cabo.
Se recomienda en pacientes pediátricos con HCC no resecable y sin metastasis aplicar quimioterapia neoadyuvante.
Se
recomienda aplicar quimioterapia transarterial a los pacientes pediátricos no
candidatos a resección quirúrgica o trasplante hepático.
Se recomienda agregar quimioterapia adyuvante al tratamiento quirúrgico solo si se realizó resección quirúrgica (Algoritmo 3)
Se sugiere que de acuerdo a los niveles de la AFP se planifique el número de ciclos de la quimioterapia adyuvante.
Se sugiere el uso de sorafenib en conjunto con otros esquemas de quimioterapia
Los pacientes que inicien vigilancia se recomienda llevar a cabo el seguimiento de la siguiente manera:
Primer
año: consulta mensual con estudios de AFP, PFH, cada cuatro meses tomografía
computarizada multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax
Segundo año: consulta bimensual con AFP y PFH. Tomografia computarizada
multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax cada seis meses
Tercer
año: consulta trimestral con AFP y PFH. Tomografia computarizada multifásica de
abdomen y tomografia computarizada de tórax cada 6 meses
Del
cuarto año en adelante: consulta semestral con AFP y PFH. Tomografía
computarizada multifásica de abdomen y tomografia computarizada de tórax cada
12 meses
Se sugiere repetir el estudio de niveles de AFP si estos se elevan por arriba de los valores normales para la edad si persisten altos realizar tomografia computarizada multifásica de abdomen y tomografía computarizada de tórax.
Se
recomienda aplicar quimioterapia con esquema PLADO sorafenib a todos los
pacientes pediátricos con HCC con metástasis.
Se recomienda evaluar la evolución de los pacientes pediátricos con HCC que reciben quimioterapia cada dos ciclos y si las condiciones lo permiten, realizar la resección primaria del tumor.
Se
recomienda en pacientes pediátricos que al momento del diagnóstico presenten
enfermedad local resecable con metástasis realizar resección primaria.
Se
recomienda en pacientes pediátricos con enfermedad local resecable y metástasis
pulmonares, si las condiciones lo permiten, realizar segunda cirugía para
resecar las metástasis pulmonares.
Se recomienda iniciar tratamiento paliativo a los pacientes pediátricos que posterior a dos ciclos de quimioterapia no presenten respuesta a tratamiento o tengan progresión tumoral.
Se recomienda
realizar resección quirúrgica en pacientes adultos con HCC resecable, adecuado
estado funcional, buena reserva hepática, futuro remanente hepático suficiente
(más de 40%). sin hipertensión portal
clinicamente significativa y sin enfermedad extrahepática.
Se
recomienda realizar trasplante hepático en pacientes adultos con HCC si se
cumplen criterios de Milán y se cuenta con los
insumos necesarios.
Se
recomienda realizar tratamientos locorregionales en pacientes adultos con HCC
resecable no candidatos a manejo quirúrgico, con buen estado funcional, buena
reserva hepática y sin enfermedad extrahepática.
Se recomienda que el tratamiento de los pacientes adultos con HCC resecable sea personalizado y se realice en centros especializados por un equipo multidisciplinario de expertos (oncólogo médico, cirujano oncólogo, cirujano de trasplantes, radiólogo, entre otros).
Se
recomienda que los centros especializados que atienden a los pacientes con HCC
tengan la infraestructura e insumos necesarios
Se
recomienda en pacientes con resección del HCC con bordes quirúrgicos positivos,
si las condiciones lo permiten ampliar los margenes quirúrgicos.
Se
sugiere en pacientes con resección del HCC con bordes quirúrgicos positivos,
cuando no sea posible ampliar los márgenes, realizar tratamiento ablativo o
sistémico.
Se
recomienda realizar el tratamiento quirúrgico o locorregional en pacientes
adultos con hepatocarcinoma resecable menor de 2 cm, adecuado estado funcional
y buena reserva hepática, acorde a la experiencia de cada centro.
Se
recomienda que los centros especializados donde se atienden a los pacientes con
HCC tengan la infraestructura e insumos necesarios.
Se
recomienda en pacientes adultos con HCC mayor de 3 cm realizar el tratamiento
acorde a la experiencia de cada centro.
Se
recomienda que el tratamiento de los pacientes con HCC mayor de 3 cm se realice
en centros especializados y con equipo multidisciplinario (oncólogo médico.
cirujano oncólogo, radiólogo intervencionista, entre otros).
Se
recomienda que los centros especializados que atienden a los pacientes con HCC
mayor de 3 cm tengan la infraestructura e insumos necesarios.
Se
recomienda realizar terapia de control locorregional en pacientes adultos con HCC
no resecable con buen estado funcional, evualuado por la Clasificación Grupo
Cooperativo de Oncologia del Este (ECOG O y 1), adecuada reserva funcional
hepática (Child-Pugh A o B) y sin enfermedad extrahepática
Se recomienda usar sorafenib o lenvatinib en pacientes con HCC no resecable, no candidatos a terapia de control locorregional, con buen estado funcional (ECOG O y 1) y con función hepática adecuada, preferentemente Child-Pugh A y casos seleccionados Child Pugh B.
Se
recomienda considerar el perfil de seguridad para seleccionar entre sorafenib y
lenvatinib en pacientes con HCC no resecable. no candidatos a terapia de
control locorregional, con buen estado funcional (ECOG O y 1) y función hepática
adecuada (Child-Pugh A), ya que lenvatinib, se ha asociado a mayor incidencia
de eventos adversos.
Se
recomienda mejor soporte médico en pacientes con HCC no resecable, pobre estado
funcional (ECOG 2 a 4) o con baja reserva de la función hepática (Child-Pugh
C).
Se recomienda que la terapia de control locorregional (radio embolización, quimioembolización o infusión intraarterial) se realice en centros con experiencia.
Se sugiere en pacientes con HCC no resecable elegir la terapia de control locorregional de acuerdo a los recursos disponibles.
No hay evidencia suficiente para recomendar los tratamientos sistémicos adyuvantes en pacientes con HCC posterior al tratamiento primario con intención curativa.
Se recomienda usar regorafenib en pacientes con HCC y falla a sorafenib con función hepática ECOG 0 oly Child-Pugh A.
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