INFECCIÓN EN HERIDA QUIRURGICA POST CESAREA


 

La cesárea es el procedimiento quirúrgico que tiene como objetivo la extracción del producto de la concepción vivo o muerto, a través de laparotomía e incisión de la pared uterina, después de que el embarazo ha llegado a la viabilidad fetal.


Las infecciones que ocurren en una herida creada por un procedimiento quirúrgico invasivo son generalmente conocidas como infección del sitio quirúrgico, debido a que la piel esta normalmente colonizada por un número de microorganismos que pueden causar infección.

 

Definir una Infección de Herida Quirúrgica (IHQ) requiere evidencia de signos y síntomas clínicos más que evidencia microbiológica por sí sola.

Sin embargo se tiende a subestimar las Infección de Herida Quirúrgica (IHQ) ya que muchas de estas ocurren cuando el paciente fue dado de alta del hospital.

 

Los microorganismos que causan IHQ, usualmente provienen del mismo paciente (infección endógena), y pueden estar presentes en piel o en vísceras abiertas.

 

La infección exógena puede ocurrir por instrumental contaminado, por contaminación del ambiente operatorio, o cuando los microorganismos tienen acceso a la herida cuando esta ya ha sido cerrada, después de la operación.

 

Rara vez la infección puede provenir de diseminación hematógena o provenir de prótesis o implantes colocados en el sitio de la cirugía.


Las infecciones que ocurren en una herida creada por un procedimiento quirúrgico invasivo son generalmente conocidas como infección de herida quirúrgica (IHQ). 

La cesárea está considerada como un procedimiento contaminado cuando existe trabajo de parto previo o ruptura prematura de membranas y aséptico cuando estos dos eventos no se presentan.



1.- Infección Superficial de la incisión

2.- Infección profunda de la Incisión

3.- Infección con involucro de órganos o espacios 

 

1.- Infección Superficial de la incisión

La Infección ocurre durante los 30 días posteriores a un procedimiento quirúrgico involucrando únicamente piel y tejido subcutáneo de la incisión.

Presencia de pus en la incisión quirúrgica, con o sin cultivos positivos.

Organismos aislados en cultivos de tejido o fluido de la incisión superficial.

La presencia de al menos uno de los siguientes signos y síntomas: dolor, inflamación, enrojecimiento, y calor.

Diagnóstico de infección de la incisión superficial, por el cirujano o el médico tratante.

 

2.- Infección profunda de la Incisión

Infección que ocurre durante los 30 días posteriores a la cirugía.

Involucra, Tejidos blandos profundos de la incisión, (fascia y capa muscular) como:

Drenaje purulento de los tejidos blandos y profundos de la incisión pero que no involucren el órgano o sitio quirúrgico.

Dehiscencia espontanea de la incisión profunda o cuando es abierta deliberadamente por el cirujano cuando el paciente tiene uno de los siguientes signos y síntomas. Fiebre mayor de 38º C, dolor localizado, o hipersensibilidad, a menos que el sitio tenga un cultivo negativo.

Un absceso u otra evidencia de infección profunda que se encuentre en la incisión, o en la exploración durante la re-operación, o por histopatología o en el examen radiológico.

Diagnóstico de infección de la incisión superficial, por el cirujano o el médico tratante.

 

3.- Infección con involucro de órganos o espacios

 Infección que ocurre durante los 30 días posteriores a la cirugía,sí no hay implante en el sitio o dentro del primer año si se dejó implante en el sitio de la infección, con una relación estrecha con el procedimiento quirúrgico.

 Además de la presencia de infección que involucra cualquier parte de la anatomía (órganos o espacios) distintos a la incisión y que se manejan o son abiertos durante la cirugía.

Y al menos uno de los siguientes puntos:

Drenaje purulento a través de canalización dejada en el órgano o espacio.

Cultivos positivos obtenidos del cultivo de líquidos o tejidos del órgano o espacio.

Abscesos u otras evidencias de infección que involucran el órgano o espacio, encontrados durante la valoración médica, re operaciones, exámenes histopatológicos o en exploraciones radiológicas.

Diagnóstico de infección, por el cirujano o el médico tratante.


  1. EDAD
  2.  ENFERMEDADES CONCOMITANTES

Las pacientes complicadas con diabetes, desnutrición, anemia, obesidad, hipertensión, inmunocomprometidas y tabaquismo tienen un riesgo significativamente mayor de IHQ.

Respuesta inmunológica local deficiente (por ejemplo: cuerpos extraños, tejido dañado o formación de hematomas). 

Se recomienda en caso de pacientes con tabaquismo positivo suspender el hábito 30 días previos al procedimiento quirúrgico. 

Corrección prequirúrgica de los pacientes con algún grado de anemia. Y tratamiento de focos infecciosos pre existentes (vías urinarias, gastrointestinales, etc). 

Controlar el nivel pre quirúrgico de glucosa en sangre en pacientes diabéticas. 

No se recomienda cerrar el tejido celular subcutáneo cuando no exceda 2 cm de grasa subcutánea ya que no hay evidencia de que ésta practica disminuya la presencia de IHQ.

 

Iniciar el procedimiento quirúrgico ya con un plan quirúrgico definido, para disminuir en lo posible la duración de la cirugía. 

En pacientes pre quirúrgicas programadas se recomienda una ducha con agentes antisépticos la noche anterior al procedimiento. 

No se recomienda realizar tricotomía rutinaria, en caso de que el vello púbico no involucre la zona de incisión.

 

En caso que el vello deba ser removido, realizar el procedimiento inmediatamente antes de la cirugía. Utilizar máquina eléctrica, no se recomienda el uso de rastrillo para remover el vello porque incrementa el riesgo de IHQ. 

El grupo de trabajo considera innecesaria la tricotomía rutinaria ya que no incrementa el riesgo de infección de herida quirúrgica post cesárea

Todas las mujeres programadas para operación cesárea deben de recibir información completa del procedimiento y los cuidados postoperatorios y la identificación de signos y síntomas de infección quirúrgica. 

No se recomienda utilizar drenajes superficiales de la herida ya que no disminuye la infección o el hematoma

 

El antibiótico de elección en la profilaxis antibiótica para la operación cesárea puede ser ampcilina (2gr) o una cefalosporina de 1ª (cefalotina 2gr). Generación en dosis única, si la paciente es alérgica a la penicilina se puede utilizar clindamicina o eritromicina. 

Si el tiempo quirúrgico excede las 3 horas, o la perdida hemática es mayor de 1,500 ml , se debe administrar una dosis adicional de antibiótico de 3 a 4 horas posterior a la dosis inicial.

 

No se recomienda el uso de antimicrobianos tópicos para  reducir el riesgo de infección del sitio quirúrgico. 

Evitar la participación de personal enfermo (médicos, enfermeras, camilleros) en la realización del procedimiento.

 

Cambiar el apósito oclusivo cada 24 hrs. El grupo de trabajo recomienda como antibiótico de elección dicloxacilina 100-200 mg/kg/día. 

Se recomienda en casos de infección de la herida abrir el sitio quirúrgico, tomar cultivos, realizar lavado mecánico, e iniciar antibioticoterapia.

 

La revisión de la literatura demuestra que el agua corriente (de la llave) es suficiente para lavar las heridas quirúrgicas abiertas, sin embargo debemos considerar la calidad del agua en nuestro país y nuestra localidad.

Utilizar para dicho lavado agua previamente hervida o soluciones estériles. 

No se recomienda el uso de agentes enzimáticos o  dextranómeros para debridar el sitio quirúrgico infectado.

 

La presencia de tejido necrótico o dañado retrasa la cicatrización además de ser un medio de proliferación bacteriana, por lo que debe de ser removido. 

En caso de ser necesario se debe de realizar lavado quirúrgico con debridamiento cortante  (bisturí o tijeras) 

IHQ cerrada o abierta parcialmente se puede manejar ambulatoriamente  

IHQ abierta totalmente el manejo debe de ser hospitalario



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