PANCREATITIS AGUDA
La
pancreatitis aguda se considera una enfermedad grave, a pesar de que en la
actualidad existen avances considerables en el diagnóstico y tratamiento de
esta patología. Su incidencia oscila desde 4.9 a 35 casos por cada 100 000
habitantes y año. En 15% de los casos se presenta como pancreatitis grave
(necrosis pancreática) y en 85% se presenta como pancreatitis leve
(intersticial), que cursa con buena evolución. La mortalidad promedio, general,
es de 5%, con diferencias: en la pancreatitis leve, 3%; en la grave, 17%.
Por
otro lado, su elevada mortalidad se ha abatido, debido al mejor entendimiento
de su historia natural y a los avances en cuidados intensivos. El manejo óptimo
de esta enfermedad requiere de un alto índice de sospecha, estratificación de
la gravedad del cuadro, reanimación hídrica adecuada y referencia oportuna al
segundo o tercer nivel de atención.
La
pancreatitis aguda (CIE 10: K-85 Pancreatitis aguda) es un proceso inflamatorio
agudo del páncreas, con afección variable de otros tejidos regionales u órganos
y sistemas a distancia, que cursa con dolor abdominal, elevación de amilasa y
lipasa sérica o hallazgos de pancreatitis en la tomografía axial computada o en
la resonancia magnética.
Definiciones operativas:
Pancreatitis aguda leve: está
asociada con disfunción orgánica mínima y una recuperación sin complicaciones.
La falta de mejoría en 48 a 72 horas después de iniciar el tratamiento obliga a
investigar complicaciones de la pancreatitis. La característica macroscópica e
histológica de la pancreatitis aguda leve es el edema intersticial
Pancreatitis aguda grave: está
asociada con falla orgánica (respiratoria, renal, hepática, cardiovascular,
hematológica y neurológica) y complicaciones locales como necrosis, absceso o
pseudoquiste
La falla orgánica se define como:
- Estado de choque (TAS <90 mm Hg) Insuficiencia respiratoria (PaO2 <60 mm Hg)
- Falla renal (creatinina >2 mg% después de la rehidratación)
- Sangrado gastrointestinal (>500 cc en 24 horas)
También pueden presentarse complicaciones sistémicas, como coagulación intravascular diseminada (plaquetas <100 000/mm, fibrinógeno <100 mg/dl, productos de degradación de la fibrina >80 ug/ml), trastornos metabólicos graves (hipocalciemia <7.5 mg/dl)
Promover
una alimentación adecuada y evitar el exceso en el consumo de alcohol.
En
muchas series, la colelitiasis representa la causa de pancreatitis aguda en
aproximadamente la mitad de los casos, de los cuales aproximadamente 20% a 25%
está relacionado con el abuso de alcohol. Un pequeño número de casos son
generados por otras causas, y un grupo residual no tiene una causa obvia, por
lo que son etiquetados como "idiopáticos".
Los
factores de riesgo identificados para desarrollar pancreatitis aguda son:
Mecánicos
- Colelitiasis
- Ascaris lumbricoides
- Disfunción del esfinter de Oddi
- Diverticulo periampular
- Cáncer periampular
- Estenosis ampular o duodenal
Tóxicos
- Alcohol
- Veneno de escorpión
- Organofosforados
Congénitos
- Pancreas divisum
- Coledococele
- CFTR y gen del tripsinógeno catiónico
- Cirugia abdominal
Fármacos
- Didanosina
- Pentamidina
- Metronidazol
- Tetraciclina
- Furosemida
- Tiazida
- Sulfasalazina
- 5-ASA
- Azatioprina
- Ácido valproico
- Sulindaco
- Salicilatos
- Calcio
- Estrógenos
Infecciones
- Virus: Coxsackie B, parotiditis, hepatitis B, citomegalovirus, Varicella-zoster, Herpes simplex, VIH, Epstein-Barr, vaccina, adenovirus y rubéola)
- Bacterias: (Mycoplasma, Legionella, Leptospira, Salmonella)
- Hongos: (Aspergillus)
- Parásitos: (Toxoplasma, Cryptosporidium,
Ascaris)
Vascular
- Isquemia
- Ateroembolismo
- Vasculitis (poliarteritis nodosa, lupus eritematoso sistémico, sindrome de Sjögren)
Miscelánea
- Embarazo
- Pos-CPRE
- Trasplante renal
- Deficiencia de alfa-1 antitripsina
- Metabólicas
- Hiperlipidemia (1, IV, y V)
- Hipercalciemia
La
puntuación de APACHE II se basa en 12 parámetros clínicos, más la presencia de
complicaciones crónicas y la edad, se considera una herramienta útil en la
evaluación de la gravedad en 24 horas. Una puntuación de APACHE II de 6 o más
tiene un valor predictivo positivo de 40% sensibilidad de 95% para pancreatitis
grave. La evaluación de la gravedad debe realizarse con un sistema de
puntuación como APACHE II.
Algunos factores de riesgo de gravedad de la pancreatitis aguda al ingreso del paciente son:
1. Edad
mayor de 55 años
2.
Obesidad (indice de masa corporal >30) 3. Falla orgánica al ingreso
4.
Derrame pleural, o infiltrado
Los pacientes con estas características deben trasladarse a una unidad de cuidados intermedios o intensivos.
Investigar
la presencia de los factores de riesgo antes mencionados.
Realizar historia clínica enfocada en identificar factores de riesgo para pancreatitis aguda, incluyendo los antecedentes familiares de colelitiasis pancreatitis, antecedente personal de colelitiasis, alcoholismo, hiperlipidemia, hipercalciemia, uso de medicamentos e infecciones virales.
Deben investigarse factores de riesgo de gravedad (edad mayor de 55 años, índice de masa corporal >30, entre otros).
Los
pacientes habitualmente refieren dolor abdominal intenso en la región superior
del abdomen, transfictivo al dorso, acompañado de anorexia, náusea y vómito.
Los
hallazgos en la exploración física del abdomen varían, desde dolor a la
palpación profunda en epigastrio hasta abdomen agudo con distensión y
disminución de los ruidos intestinales. Los hallazgos exploratorios no
correlacionan con la intensidad del dolor manifestado por el paciente. Otros
signos asociados pueden ser fiebre, hipertensión, deshidratación e ictericia.
taquicardia,
Algunas
veces la pancreatitis aguda se manifiesta con cambios de coloración en la piel,
como el signo de Grey-Turner (en los flancos), el signo de Cullen
(periumbilical). y el signo de Fox (inferior al ligamento inguinal). Estos
signos aparecen en sólo 3% de los pacientes y también se encuentran en otras
patologías, por lo que su valor diagnóstico es bajo.
Las
enzimas pancreáticas se liberan al torrente sanguíneo durante el evento agudo.
Sus niveles alcanzan su pico máximo tempranamente y disminuyen a los 3 o 4 lo
el 4 días. Por lo tanto, el diagnóstico de pancreatitis aguda no debe basarse
en niveles arbitrarios de 3 a 4 veces su límite mayor.
La vida
media de la amilasa es más corta que la lipasa. La lipasa tiene una mayor
sensibilidad, especificidad y eficacia global que la amilasa, ya que permanece
elevada por más tiempo después del inicio del evento debido a que se produce
únicamente en el páncreas.
El uso combinado de amilasa y lipasa en sangre no mejora el diagnóstico de pancreatitis aguda.
El diagnóstico correcto de pancreatitis aguda debe realizarse en todos los pacientes dentro de las primeras 48 horas de la valoración inicial.
Aunque
la amilasa está ampliamente disponible y provee una eficacia diagnóstica
aceptable, si se tiene disponible la determinación de lipasa es preferible en
el diagnóstico de pancreatitis aguda.
ESTUDIOS
DE IMAGEN
Las
radiografias de abdomen pueden mostrar fleo, signo de asa centinela en el
cuadrante superior izquierdo, aumento del asa duodenal, signo de colon cortado,
gas retroperitoneal, colelitiasis y litiasis pancreática. La radiografia de
tórax puede ser normal o bien mostrar derrame pleural izquierdo o bilateral.
Ninguno de estos signos es especifico de pancreatitis aguda. Pueden ser diagnóstico.
útiles para excluir otro
Ante la
sospecha de pancreatitis aguda, deben realizarse radiografías de abdomen y
tórax para evaluar la presencia de cualquier cambio radiográfico causado por la
pancreatitis aguda.
El ultrasonido puede mostrar crecimiento pancreático y cambios inflamatorios peripancreáticos, por lo que puede ser útil en el diagnóstico. Sin embargo, en casos graves el páncreas y los tejidos peripancreáticos pueden no ser visualizados por gas intestinal.
El
ultrasonido es útil para detectar colelitiasis y dilatación del conducto biliar
común, así como otras patologías no relacionadas con el páncreas, como
aneurismas de aorta.
El
ultrasonido es uno de los primeros estudios que deben realizarse en los
pacientes con duda diagnóstica de pancreatitis aguda. Debe realizarse en el
segundo nivel de atención. La guía italiana del 2011 no lo recomienda
(recomendación C) en el diagnóstico
La
tomografía computarizada del páncreas permite diferenciar la pancreatitis aguda
de otras enfermedades abdominales. Los hallazgos útiles son crecimiento
pancreático, cambios inflamatorios peripancreáticos, colecciones liquidas y
densidades heterogéneas del parénquima pancreático. Está indicada
ocasionalmente para el diagnóstico, cuando los hallazgos clínicos y de laboratorio
no son concluyentes, especialmente cuando los signos abdominales sugieren la
posibilidad de otra urgencia abdominal, como perforación o infarto intestinal
La
tomografía computada de abdomen debe realizarse en el segundo nivel de atención
cuando el diagnóstico de pancreatitis aguda no puede establecerse con los datos
clínicos y de laboratorio.
La
resonancia magnética (MRI) muestra crecimiento pancreático y cambios
inflamatorios alrededor del páncreas. Puede distinguir entre el tubo digestivo
y áreas de necrosis pancreática.
La
resonancia magnética contrastada puede identificar zonas de necrosis
pancreática. La resonancia magnética describe eficazmente el estado de
necrosis, el conducto pancreático principal y la extensión de la inflamación
Tiene
la ventaja de la no exposición a Rayos X. Sin embargo, escanear el páncreas
lleva mucho mayor tiempo que la tomografía computada La
colangiopancreatorresonancia (MRCP) tiene una alta eficacia para detectar
coledocolitiasis. La resonancia magnética es uno de los estudios más
importantes en el diagnóstico de la pancreatitis aguda y de sus complicaciones
intraabdominales. Debe realizarse en el segundo nivel de atención.
Establecer
clínicamente la sospecha de pancreatitis aguda será motivo de envió inmediato a
un hospital con capacidad para
proporcionar tratamiento a estos pacientes.
La
referencia y manejo en una unidad especializada es necesaria en pacientes con
pancreatitis aguda grave o en aquellos que requieren de manejo en una unidad de
cuidados intensivos, de radiología o
intervencionista, procedimientos endoscópicos o quirúrgicos.
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