TRATAMIENTO QUIRURGICO DE LA OBESIDAD




El sobrepeso y la obesidad constituyen un grave problema de salud pública a nivel mundial, dada su magnitud, la rapidez de su incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece, al incrementar significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), la mortalidad prematura y el costo social de la salud.





Con relación al impacto y enfermedades asociadas con la obesidad, se estima que 90% de los casos de diabetes mellitus tipo 2 son atribuibles al sobrepeso y la obesidad.

Es de suma importancia reconocer que la obesidad es una enfermedad sistémica, crónica y multicausal, en la que se involucran la susceptibilidad genética, estilos de vida y del entorno, con influencia de diversos determinantes subyacentes, como la globalización, la cultura, la condición económica, la educación, la urbanización y el entorno político y social

Cada año fallecen al menos 2.8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad.

El sobrepeso junto con la obesidad afectan a 7 de cada 10 adultos y esto representa un serio problema de salud pública.

La cirugía bariátrica representa una alternativa de tratamiento quirúrgico costo-efectiva en la atención integral de la obesidad mórbida, la cual permite una remisión o mejoría significativa de enfermedades relacionadas con la obesidad, entre las que se incluyen diabetes mellitus tipo 2, apnea obstructiva del sueño, hipertensión arterial y dislipidemia; así como una reducción significativa en el porcentaje de exceso de peso en comparación al tratamiento médico convencional

La cirugía bariátrica se define como el conjunto de procedimientos quirúrgicos, que está indicada principalmente en aquellos casos en los que el tratamiento médico (dieta, ejercicio, cambio en el estilo de vida y tratamiento farmacológico, cambio conductual y el apoyo psicológico) fracasa en conseguir una pérdida de peso sostenida. En términos generales la cirugía bariátrica se clasifica de acuerdo con su mecanismo de acción en 3 grupos principales: cirugías restrictivas (manga gástrica), cirugías malabsortivas (derivación biliopancreática) y cirugías mixtas (bypass gástrico).







Los procedimientos de cirugía bariátrica se clasifican en tres tipos

  1. restrictivo 
  2. malabsortivo  
  3. combinado (restrictivo y malabsortivo).

La banda gástrica ajustable, la gastrectomía en manga, el bypass gástrico en Y de Roux y la derivación biliopancreática (DVBP) por vía laparóscopica, así como la DVBP con switch duodenal u otras técnicas relacionadas, son los procedimientos primarios que se pueden realizar en los pacientes que requieren pérdida de peso y/o control metabólico.

La cirugía bariátrica en comparación al tratamiento médico, permite una mayor reducción en la pérdida de peso y mejoría de las comorbilidades asociadas, independientemente del tipo de procedimiento quirúrgico utilizado. 




La cirugía bariátrica representa una opción de tratamiento en pacientes con un IMC ≥ 35 Kg/m2, que tienen una o más comorbilidades asociadas con obesidad (diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, apnea obstructiva del sueño, síndrome de hipoventilación, síndrome de Pickwick, enfermedad de hígado graso, esteatohepatitis no alcohólica, pseudotumor cerebri, enfermedad por reflujo gastroesofágico, asma, enfermedad por estasis venosa, incontinencia urinaria severa, artritis).

 

Los pacientes con IMC ≥ 40 kg/m2, sin comorbilidad asociada y en quienes los procedimientos quirúrgicos no se asocian con exceso del riesgo, podrían ser elegibles para cirugía bariátrica.

 

La cirugía bariátrica se debe considerar en individuos con un IMC de ≥ 40 Kg/m2 y en aquellos con un IMC de ≥ 35 Kg/m2 que tienen comorbilidad asociada, con el propósito de lograr la remisión o mejoría de las enfermedades asociadas.

 

La cirugía metabólica es una opción de tratamiento en pacientes adultos con diabetes tipo 2 que tienen un IMC ≥ 40 kg/m2, independientemente del nivel de control glucémico o la complejidad del régimen de tratamiento para la reducción de la glucosa.

 

La cirugía metabólica puede ser considerada como una opción de tratamiento en pacientes adultos con diabetes tipo 2 que tienen un IMC entre 35.0-39.9 kg/m2 en quienes existe un inadecuado control de la hiperglucemia a pesar de un control médico y cambios en estilo de vida óptimos. 


No existe suficiente evidencia para recomendar el uso de cirugía bariátrica en pacientes no obesos con DM. 


Independiente del IMC, no hay suficiente evidencia para recomendar un procedimiento de cirugía bariátrica específico, que tenga como finalidad el control exclusivo de la glucosa sérica, el control aislado de los lípidos o la reducción del riego de enfermedad cardiovascular.

 

La mejor elección para un procedimiento de cirugía bariátrica (tipo de procedimiento y abordaje), depende de las metas de tratamiento individualizada, experiencia local del cirujano y de la institución, preferencias del paciente y riesgo quirúrgico.

 

En los pacientes con hipertensión arterial potenciales candidatos a cirugía bariátrica, se sugiere realizar bypass gástrico en Y de Roux o gastrectomía en manga, a menos que este contraindicado, debido a una mayor reducción de peso a largo plazo y a una mejor remisión de la hipertensión en comparación a la banda gástrica ajustable por vía laparoscópica.

 

Se sugiere considerar la realización de bypass gástrico en Y de Roux como procedimiento de cirugía bariátrica de elección en pacientes con obesidad y síntomas moderados a graves de reflujo gastroesofágico, hernia hiatal, esofagitis o esófago de Barrett.

 

Se sugiere considerar la realización de procedimientos de cirugía bariátrica en pacientes, entre 18 y 65 años, con obesidad de larga evolución (3-5 años) y que tienen documentado el fracaso al tratamiento médico-dietético por un especialista, durante un lapso de 6 meses.

 

El paciente candidato a cirugía bariátrica debe conocer y comprender el procedimiento al que será sometido, así como los riesgos asociados. Por otra parte, no deberá tener contraindicación anestésica u otros factores o enfermedades asociadas graves que incrementen el riesgo quirúrgico (cardiaca, respiratoria, renal, hepática, trombótica o neoplasia activa).

 

El paciente candidato a cirugía bariátrica, no debe tener patología psiquiátrica grave. En caso de trastornos de ánimo y ansiedad, trastorno por atracón y síndrome de alimentación nocturna, deben tener tratamiento adecuado y tener control estricto. (ver cuadro 5)

 

Todos los pacientes adultos con obesidad que son potenciales candidatos a cirugía bariátrica por laparoscopia, deben recibir una evaluación médica, nutricional y psicológica previa a la cirugía. También se debe tener en cuenta los requerimientos mínimos indispensables en la capacidad instalada y la infraestructura de los servicios disponibles en la unidad médica.

 

El cirujano encargado de realizar los procedimientos de cirugía bariátrica, idealmente deberá documentar: 

    a) especialidad en cirugía general, cirugía gastrointestinal y endoscópica 

    b) adiestramiento en cirugía bariátrica y conocimientos del tratamiento integral del paciente con obesidad mórbida, 

    c) certificación vigente de la especialidad correspondiente, así como cédula legalmente expedida y registrada por la autoridad educativa competente, 

    d) entrenamiento y experiencia en cirugía gastrointestinal abierta y laparoscópica

    e) cursos de adiestramiento en cirugía laparoscópica básica y avanzada. 




La evaluación preoperatoria del paciente candidato a cirugía bariátrica, debe incluir: historia clínica y exploración física completa, evaluación psicológica, valoración endocrinológica-nutricional y estudios de laboratorio para evaluar el riesgo quirúrgico.


Los pacientes candidatos a cirugía bariátrica, deben someterse a evaluación preoperatoria, con el propósito de identificar las causas y comorbilidad asociada a la obesidad, así como tener especial atención en aquellos factores que pueden afectar la indicación para la cirugía bariátrica.

 

Se debe optimizar el control glucémico preoperatorio. Las metas razonables de control incluyen hemoglobina glucosilada 6.5-7%, glucosa en ayuno <110 mg/dl y glucosa postprandial a las 2 horas < 140mg/dl. En pacientes con diabetes mellitus de larga duración, con complicaciones de la enfermedad e inadecuado control de la glucosa se considera aceptable un valor de hemoglobina glucosilada <8%.

 

Glitazonas, glinidas e inhibidores de la dipeptidil-dipeptidasa 4, se deben suspender 24 horas antes de la cirugía con una reducción de la dosis de insulina a 0.3 unidades/kg. La metformina debe suspenderse el día de la cirugía.

 

Los pacientes con obesidad deben someterse a exámenes de detección de enfermedad cardiovascular, por lo que es necesaria una historia clínica, exploración física, así como pruebas adicionales o derivación al especialista, con base en el estado de riesgo de enfermedad cardiovascular.

 

En todos los pacientes con antecedentes de enfermedad cardiaca establecida, se recomienda una valoración por Cardiología previa a la cirugía.

 

En los pacientes con antecedente de trombosis o cor pulmonale, se sugiere una evaluación diagnóstica apropiada para investigar trombosis venosa profunda.

 

Se recomienda solicitar perfil tiroideo, perfil de lípidos completo y excluir causas secundarias de la obesidad

 

Se recomienda evaluar la función renal en todos los pacientes, especialmente en aquellos con diabetes e hipertensión arterial sistémica.

 

Ante pacientes con enfermedad pulmonar intrínseca o trastornos en los patrones del sueño, se recomienda una evaluación por neumología e incluir medición de gases arteriales, cuando el conocimiento en de estos resultados pueda alterar el cuidado del paciente.

 

La polisomnografía y otros estudios del sueño, deben considerarse en pacientes con alto riesgo de apnea del sueño con base en la presentación clínica y la gravedad del exceso de adiposidad.

 

Ante la evidencia clínica de síntomas gastrointestinales significativos previos a la cirugía, se sugiere considerar estudios de imagen, serie gastrointestinal superior o endoscopia.

 

Se sugiere considerar la solicitud de ultrasonido abdominal y panel viral de hepatitis, ante el paciente con elevación 2 a 3 veces el límite superior normal de las pruebas de función hepática y factores de riesgo para enfermedad hepática.

 

Previo a la cirugía bariátrica, se debe considerar la realización de endoscopia en pacientes con síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico.

 

El incremento de la actividad física reduce la grasa intraabdominal y aumenta la masa magra (muscular y ósea), mientras que reduce la presión arterial, mejora la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina, el perfil lipídico y la aptitud física. Por otra parte, mejora el cumplimiento del régimen dietético, la sensación de bienestar y autoestima y reduce la ansiedad y la depresión.

 

Previo a la cirugía bariátrica, se sugiere que el paciente logre una pérdida de peso entre 6-10%, en un período de 6 a 12 meses.

 

Se sugiere una dieta muy baja en calorías (600kcal/día) previo a la cirugía para reducir el peso corporal y el volumen hepático del paciente.

 

El tiempo de tratamiento con dietas muy bajas en calorías debe ser el que consiga mayor adherencia durante un tiempo lo más prolongado posible, preferentemente no inferior a 4-6 semanas.

 

Antes de la cirugía bariátrica, se debe suspender el consumo de tabaco al menos 4 semanas.

 

Ante el paciente con antecedente de gota y previo a la cirugía bariátrica, se recomienda utilizar medidas profilácticas para evitar ataque agudo de gota.

 

Previo a la inducción anestésica, los pacientes pueden tomar líquidos claros hasta 2 horas y sólidos, hasta 6 horas previas. Se necesitan más datos en pacientes diabéticos con neuropatía autonómica debido al riesgo potencial de aspiración.

 

En cirugía bariátrica electiva, se debe adoptar la ventilación con protección pulmonar

 

Se recomienda administrar 8 mg de dexametasona por vía intravenosa, preferiblemente 90 minutos antes de la inducción de la anestesia para reducir las náuseas y vómitos posoperatorios, así como la respuesta inflamatoria.

 

Todas las mujeres en edad reproductiva, deben recibir asesoría respecto al anticonceptivo más apropiado posterior a la cirugía bariátrica.

 

Previo a la cirugía bariátrica, se recomienda suspender la terapia con estrógenos (1 ciclo de anticonceptivos orales en mujeres pre menopáusica y al menos 3 semanas de reemplazo hormonal en mujeres postmenopáusicas), con el propósito de disminuir el riesgo de tromboembolismo en el postoperatorio.

 

En la evaluación integral de los pacientes candidatos a cirugía bariátrica, se recomienda la participación de un equipo interdisciplinario con experiencia en el manejo de la obesidad. La conformación y participación de las especialidades, se establecerá en función de las comorbilidades del paciente con obesidad.

 

El paciente candidato a cirugía bariátrica debe estar plenamente informado acerca de las opciones de procedimiento quirúrgico, alternativas de tratamiento, efectos a largo plazo, morbilidad,

 

Durante la evaluación preoperatoria es importante optimizar el tratamiento de las comorbilidades para reducir los riesgos del procedimiento quirúrgico, evaluar la motivación y adherencia a los programas, asegurarse que el paciente está bien informado sobre los beneficios, los riesgos y las consecuencias de las opciones quirúrgicas, explicar al paciente respecto a los cambios alimentarios requeridos posterior a la cirugía, así como reiterar la necesidad de un seguimiento a largo plazo.

 

La evaluación psiquiátrica y psicológica de los pacientes candidatos a cirugía bariátrica tiene como objetivo la detección de trastornos mentales, psiquiátricos y psicológicos, que por sus características pudieran interferir, de manera significativa, en el proceso que conlleva la realización del procedimiento quirúrgico.




Entre los procedimientos quirúrgicos más efectivos para tratar la obesidad se incluyen: son banda gástrica ajustable, manga gástrica, bypass gástrico en Y de Roux y la derivación biliopancreática con switch duodenal (DBP/SD).


En general, los procedimientos de cirugía bariátrica por vía laparoscópica se prefieren a los procedimientos por vía abierta, siempre que exista le experiencia disponible, debido a una menor morbilidad y mortalidad posoperatoria temprana. 





Las complicaciones quirúrgicas de la cirugía bariátrica se dividen en tempranas (< 30 días) y tardías (>30 días).

 

Los procedimientos de cirugía bariátrica, se deben realizar por cirujanos con experiencia en cirugía de la obesidad y en los hospitales con mayor experiencia institucional.

 

En un paciente clínicamente estable, los estudios contrastados del tracto gastrointestinal superior (trago de material hidrosoluble o baritado) o la tomografía podrían ser considerados para investigar fugas anastomóticas en pacientes con tal sospecha.

 

Las úlceras anastomóticas, deben ser tratadas con bloqueadores H2, inhibidor de bomba de protones, sucralfato y si H. pylori está presente hay que iniciar terapia de erradicación con triple esquema terapéutico.

Los pacientes que fueron sometidos a BPGYR y que desarrollaron fístula anastomótica o hernia, con reganancia de peso, úlceras marginales, estenosis de la gastroyeyunoanastomosis o reflujo gastroesofágico se pueden beneficiar de un procedimiento de revisión.


Los pacientes que se someten a procedimientos de cirugía bariátrica, deben recibir asesoramiento periódico por parte de un nutricionista respecto a las modificaciones dietéticas a largo plazo. El asesoramiento debe considerar el tipo de procedimiento quirúrgico realizado y aspectos cualitativos generales de un dieta saludable y rica en nutrientes.

 

El inicio de la dieta y su progresión durante el postoperatorio, se debe otorgar por una Especialista en Nutrición, Nutriología Clínica Especializada y/o Licenciado en Nutrición, con conocimiento en el manejo del paciente con obesidad mórbida sometido a cirugía bariátrica.

 

Se recomienda que la dieta postoperatoria inmediata durante las primeras dos semanas se realice con una dieta líquida, que aporte 60 g/día de proteínas.

 

Se recomienda que la dieta postoperatoria después del primer mes contribuya con un aporte de proteínas mayor de 60 g/día o > 1.2 g/kg peso ideal/día para evitar la pérdida de masa magra.

 

Se debe evitar el consumo de dulces, posterior al bypass gástrico en Y de Roux, para minimizar los síntomas del síndrome de dumping, así como después de cualquier procedimiento bariátrico para reducir la ingesta de calorías

 

Los líquidos se deben ingerir lentamente, preferiblemente 30 minutos después de las comidas para prevenir síntomas gastrointestinales y en cantidades suficientes para mantener una hidratación adecuada (más de 1,5 litros al día).

 

La ingesta de proteínas debe ser individualizada, evaluada y guiada por un especialista en nutrición, que considere la edad, el género y el peso del paciente.

 

En el postoperatorio temprano, se debe vigilar la ingesta de proteína. Es obligatoria, la suplementación de hierro, vitamina B12 y de calcio.

 

En pacientes con obesidad mórbida, la evaluación del estado nutricional, debe considerar las necesidades o requerimientos nutricionales, análisis de indicadores clínicos, antropométricos (peso, estatura, circunferencia de cintura/cadera, complexión, circunferencia de cuello, pliegues cutáneos, tricipital y subescapular), dietéticos, socioculturales y bioquímicos.

 

Posterior a la cirugía bariátrica, se debe recomendar realizar actividad física regular, incorporando actividad física aeróbica moderada con un mínimo de 150 min/semana y una meta de 300 min/semana, así como ejercicios de fortalecimiento 2-3 veces por semana.

 

Se recomienda la detección de deficiencia de tiamina en los siguientes grupos de alto riesgo:

 

• Pacientes con factores de riesgo para deficiencia de tiamina

• Mujeres

• Raza negra

• Pacientes que no asisten a una clínica nutricional después de la cirugía

• Pacientes con náuseas y vómitos intratables, dilatación yeyunal, megacolon o estreñimiento.

• Pacientes con condiciones médicas concomitantes como insuficiencia cardíaca (especialmente aquellos que reciben furosemida)

 

Ante la presencia de signos, síntomas o factores de riesgo para deficiencia de tiamina en pacientes sometidos a cirugía bariátrica, se recomienda evaluar su nivel al menos durante los primeros 6 meses y posteriormente cada 3-6 meses hasta que desaparezcan los síntomas.

 

Se recomienda que en todos los pacientes a los que se les realice cirugía bariátrica, se les indique tomar al menos 12 mg de tiamina al día y preferiblemente una dosis de 50 mg de tiamina de un suplemento de complejo B o multivitamínico una o dos veces al día, para mantener los niveles sanguíneos de tiamina y prevenir su deficiencia.

 

Se recomienda evaluar el nivel de hierro dentro de los 3 meses posteriores a la cirugía bariátrica, así como cada 3-6 meses durante el primer año y luego con periodicidad anual.

 

Las opciones de tratamiento para la anemia incluyen sulfato y fumarato ferroso vía oral en dosis de 200 mg/día.

 

En pacientes con diabetes mellitus, se recomienda el control posoperatorio estricto de la glucosa y los lípidos.

 

Durante los primeros 7-10 días posteriores a la cirugía, se debe evitar el uso de sulfonilureas y otros medicamentos que aumentan el riesgo de hipoglucemia.

 

En pacientes con IMC >50 kg/m2, apnea obstructiva del sueño grave o saturación de oxígeno ≤90% con oxígeno suplementario, se debe considerar el tratamiento con CPAP.

 

No se recomienda el embarazo en los primeros 12-18 meses siguientes a la cirugía bariátrica.

 

Se recomienda reemplazar el uso de anticonceptivos orales por otros métodos no orales, en los pacientes que se someten a bypass gástrico y derivación biliopancreática, debido a la reducción de su eficacia posterior a la realización de dichos procedimientos.

 

En todos los pacientes sometidos a procedimientos de cirugía bariátrica, se recomienda la profilaxis contra la trombosis venosa profunda (TVP). Las opciones incluyen: dispositivos de compresión secuencial, heparina no fraccionada administrada por vía subcutánea o heparina de bajo peso molecular dentro de las primeras 24 horas posteriores a la cirugía bariátrica.

 

Se recomienda fomentar la deambulación temprana.

 

La evaluación del paciente sometido a cirugía bariátrica que presenta osteoporosis, debe incluir: nivel sérico de hormona paratiroidea, calcio total, fósforo, 25 - hidroxivitamina D, y niveles de calcio en orina de 24 horas.

 

Ante el paciente con dolor periumbilical de inicio súbito y grave o episodios recurrentes de dolor abdominal intenso, en cualquier momento posterior a la cirugía bariátrica, deben ser evaluados con una tomografía abdomino-pélvica para investigar complicaciones potencialmente mortales, entre ellas la obstrucción de asa intestinal.

 

La cirugía reconstructiva se debe realizar cuando se ha estabilizado la pérdida de peso (12 a 18 meses después de la cirugía bariátrica). 

 

Bibliografía:

 GPC:Tratamiento quirúrgico de la obesidad en el adulto


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