OTITIS MEDIA AGUDA Y CRONICA




OTITIS MEDIA: es la presencia de exudado (seroso, mucoso, purulento o mixto) en la cavidad media del oído.

Otitis media aguda (OMA): Se define como la presencia sintomática de exudado en el oído medio.

Otitis media crónica (OMC): Se divide en dos grupos:

OMC con exudado. Es una OME con una duración del exudado > 3 meses.

OMC supurada. Es una supuración superior a 3 meses. Si el tiempo de supuración es inferior se denomina subaguda.



La OMA es una enfermedad propia de lactantes y niños pequeños. Se calcula que a la edad de 5 años más del 90% de los niños han sufrido algún episodio de OMA y un 30% tiene OMA recurrente. Los factores epidemiológicos se pueden dividir en personales y externos.

Factores epidemiológicos personales.

  • Antecedentes familiares aumenta el riesgo.
  • Sexo, más frecuente en niños que en niñas.
  • Comienzo del primer episodio. Mientras más temprano mayor es el riesgo.
  • Lactancia materna. Esta disminuye el riesgo.

Factores epidemiológicos externos.

  • Asistencia a guardería. Incrementa el riesgo.
  • Presencia de fumadores. Incrementa el riesgo.
  • Clima frío.

Los patógenos más frecuentes de la OMA son Streptococcus pneumoniae, 30% de los casos, Haemophilus influenzae, 20-25% y Moraxella catarrhalis 10-15%.

Otros patógenos menos habituales son Streptococcus pyogenes, Staphylococcus aureus, y, más excepcionalmente, bacilos anaerobios y Gram negativos como E. coli y Pseudomonas aeruginosa. Se acepta que la infección vírica de vías respiratorias es un factor favorecedor de la OMA, aunque se discute el papel etiológico de los virus, considerándose a la OMA como un proceso fundamentalmente bacteriano.

 


El diagnóstico de OMA debe pasar por considerar los signos y síntomas más específicos como son:

La otalgia, la otorrea aguda o la otoscopia con datos inequívocos de inflamación, suprimiendo otros más inespecíficos como la fiebre, la rinitis, los vómitos y la otoscopia poco significativa.

 

La Asociación Americana de Pediatría, ha propuesto los siguientes criterios diagnósticos:

1. presentación aguda

2. presencia de exudado en la cavidad media del oído demostrada por abombamiento timpánico, neumatoscopia patológica u otorrea

3. signos y síntomas inflamatorios como otalgia o evidente enrojecimiento del tímpano.

 

OMA confirmada.

1. Otorrea de aparición en las últimas 24-48 horas

2. otalgia de aparición en las últimas 24-48 horas, más abombamiento timpánico con o sin fuerte enrojecimiento.

 

OMA probable.

1. Sin otalgia. Evidencia de exudado en oído medio con fuerte enrojecimiento timpánico + catarro.

2. Sin otoscopia. Otalgia explicita en el niño mayor o llanto injustificados de presentación brusca, especialmente nocturno y después de varias horas de cama, en el lactante + catarro reciente.



Sintomático. El tratamiento de elección en todos los casos es la analgesia, siendo suficiente en la mayoría de los casos ibuprofeno o paracetamol. En caso de no respuesta debe plantearse la timpanocentesis.

 

Antibioterapia. La OMA presenta una curación espontánea entre alrededor del 80-90%, lo cual  debe considerarse en la valoración del tratamiento. No obstante, esta curación espontánea no es igual para los diferentes patógenos causales, siendo superior en M. catarrhalis y H. influenzae y mucho menor en S. pneumoniae. Igualmente es inferior en los niños menores de 2 años y en OMA graves y en enfermos con historia familiar.

 

1.    Niño con diagnóstico evidente y afectación leve o moderada:

– Amoxicilina, 80-90 mg/kg/día, repartida cada 8 horas, 5-7 días

– si fracaso clínico a las 48-72 horas de tratamiento: cambiar a Amoxicilina ácido clavulánico 8:1, 80 mg de amoxicilina/kg/día, repartida cada 8 horas, 5-10 días.

– en los niños mayores de 2 años sin factores de mal pronóstico evolutivo, una alternativa a la antibioticoterapia es el tratamiento analgésico con reevaluación al cabo de 48 horas.

 

2. Niños con diagnóstico evidente y afectación intensa (fiebre 39ºC o importante otalgia) o menores de 6 meses :

– Amoxicilina-ácido clavulánico 8:1, 80 mg de amoxicilina/kg/día, repartida cada 8 horas, 7-10 días.

– si falta de respuesta clínica adecuada las 48-72 horas de tratamiento: timpanocentesis y tratamiento según tinción de Gram, cultivo y antibiograma.

 

3. Niños con “posible” OMA

– procurar efectuar un diagnóstico de seguridad

– si cuadro leve o moderado: conducta expectante

– si cuadro intenso: valorar el inicio de tratamiento con amoxicilina asociada o no a ácido-clavulánico según la edad del niño y los antecedentes.

 

4. Fracaso del tratamiento anterior (falta de respuesta clínica)

– si tratamiento inicial con amoxicilina dar amoxicilina-ácido clavulánico 8:1, 80 mg/Kg/día 7-10 días.

– si tratamiento inicial con amoxicilina ácido clavulánico: ceftriaxona im 50 mg/kg/d 3 dias.

– si tratamiento con ceftriaxona: timpanocentesis y tratamiento según tinción de Gram, cultivo y antibiograma.

 

5. Niños con alergia a la penicilina

Reacción no anafiláctica: cefpodoxima proxetilo o cefuroxima axetilo, 5-10 días reacción anafiláctica (de tipo 1): azitromicina (o claritromicina). Tener en cuenta la posible conveniencia de hacer una timpanocentesis si la afectación es importante o si hay fracaso clínico.



Mastoiditis aguda. La mastoiditis aguda se divide en mastoiditis simple, mastoiditis con periostitis y mastoiditis con osteitis (coalescente en la literatura americana). El primer proceso es muy frecuente, suele ser asintomático (solo diagnosticable por imagen) y evolucionar dentro del curso de una OMA. La mastoiditis con periostitis u osteitis se manifiesta con edema inflamatorio retroauricular y ambas formas solo se pueden identificar por imagen (TAC preferiblemente), distinción importante, ya que en la osteitis es obligada la intervención quirúrgica.

 

Parálisis facial. La parálisis facial secundaria a OMA es la segunda complicación más frecuente, aunque también rara en la actualidad. Suele tener buen pronóstico y evolución con el tratamiento.

 

Laberintitis. Complicación excepcional. Se presenta con signos de vértigo de tipo periférico y nistagmus en el contexto de una OMA evidente.

 

Meningitis. Es una complicación excepcional, aunque, sin duda es una de las más graves. La vía de acceso puede ser hematógena o por proximidad, siendo esta aún más rara.

 

Absceso cerebral. Se produce por extensión de la infección local. Son extradurales o subdurales y son muy graves.



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