PENFIGO VULGAR
El pénfigo es una enfermedad ampollosa
autoinmune, rara, crónica y potencialmente fatal que afecta piel y las mucosas.
Se caracteriza por la producción de autoanticuerpos dirigidos contra proteínas
de adhesión intercelular de la superficie de los queratinocitos que se
denominan desmogleínas, ocasionando acantolisis que se manifiesta por la
aparición de ampollas intraepidermicas.
Los factores genéticos juegan un papel
importante, así como factores exógenos: fármacos, agentes físicos, virus,
hormonas, alimentos, y estrés, tienen un efecto detonante.
Afecta a hombres y mujeres en la misma
proporción e inicia generalmente de forma tardía, entre los 40 y 60 años de
edad.
En México su incidencia es baja; sin
embargo, en los hospitales regionales y nacionales su frecuencia ha ido en
aumento, así como la mortalidad por pérdida epitelial, el desequilibrio
hidroelectrolítico y la sepsis.
El pénfigo vulgar es la forma más común
(de los diferentes tipos de pénfigo); sin embargo, esto depende de la
localización geográfica, pues en Sudamérica el foliáceo es el más frecuente.
El Pénfigo vulgar es la forma clínica más
frecuente. Las lesiones características son ampollas y exulceraciones, las
cuales pueden localizarse de forma cutánea, mucocutánea o exclusivamente
mucosa.
La gravedad de la enfermedad generalmente
va de la mano de la superficie corporal afectada, y si no se trata de manera
oportuna y adecuada puede ocasionar la muerte del paciente.
Es importante proporcionar una guía
clínica actualizada que oriente al médico a tomar las mejores decisiones
terapéuticas con base en la mejor evidencia científica disponible.
El termino pénfigo proviene del griego
pemphix, que significa ampolla o burbuja, y engloba a un grupo de enfermedades
ampollosas crónicas de origen autoinmune que afectan piel y mucosas.
Es una enfermedad adquirida autoinmune,
crónica, de baja prevalencia y potencialmente fatal; en la que anticuerpos IgG
se dirigen contra las proteínas desmosómicas para producir la formación de
ampollas mucocutáneas intraepiteliales. La desmogleína (Dsg) 3, es el antígeno
principal en el pénfigo vulgar, pero el 50-60% de los pacientes tienen
anticuerpos adicionales para Dsg1, el antígeno en el pénfigo foliáceo. El perfil
subyacente de anticuerpos es un determinante importante del fenotipo clínico de
PV.
La Dsg3 puede actuar como receptor
mediante la activación de eventos intracelulares complejos, incluyendo cambios
en la concentración de calcio intracelular, fosfocinasa C y activación de la
proteína p38 activada por mitógenos cinasa, regulación transcripcional, y la
actividad de la proteinasa, causando desmontaje de todos los desmosomas. El
desprendimiento de los queratinocitos puede producirse como consecuencia de la
activación de la maquinaria apoptótica por vía Fas-FasL.
Los glucocorticoides sistémicos
disminuyen la producción de anticuerpos y son el pilar de la terapia inicial en
la mayoría de los pacientes con pénfigo vulgar. La duración del tratamiento es
variable, las drogas son reducidas tan pronto como lo permita la respuesta del
paciente. Los pacientes con enfermedad limitada pueden responder a los glucocorticoides
intralesionales mientras que aquellos con enfermedad leve o moderada pueden beneficiarse
de dosis más bajas de glucocorticoides sistémicos.
Se recomienda tratar a los pacientes con
enfermedad leve con una dosis inicial de prednisona VO de 0.5- 1mg/kg/día y en
los casos más graves, 60-100 mg/día.(Cuadro 1)
Si no hay respuesta en las siguientes 2-3
semanas, la dosis debe ser aumentada en 50- 100% hasta que haya control de la
misma, es decir, ausencia de nuevas lesiones y curación de las existentes. (Cuadro
2)
Si la dosis a administrar es mayor de 100
mg/día, debe considerarse la administración de CS en pulsos.
Una vez que la remisión es inducida y
mantenida con la curación de la mayoría de las lesiones, la dosis de corticoesteroides
(CS) puede disminuirse con cautela de manera gradual tan pronto lo permita la
respuesta del paciente (2.5 mg semanales) en un intento de evitar completamente
la necesidad de medicamento y al mismo tiempo el control de la enfermedad.
Los corticoides administrados de forma pulsátil por vía endovenosa son la metilprednisolona o la dexametasona. Las guías británicas para el manejo del pénfigo recomiendan reservarlos para casos de enfermedad grave o recalcitrante, especialmente en casos de falta de respuesta a la vía oral. Se recomienda la aplicación de 250 a 1000 mg al día a pasar en 3 hs por 3 a 5 días seguidos. (Algoritmo).
Se recomienda realizar un seguimiento
estrecho (quincenalmente los primeros 2 meses y posteriormente cada mes)
durante el primer año, que es el periodo en el cual puede haber recaídas.(ver cuadro
2)
"La terapia inmunosupresora
adyuvante" se refiere a la adición de un agente inmunosupresor no
esteroide al régimen. La terapia adyuvante puede ser utilizada de dos maneras:
en primer lugar, se puede utilizar en pacientes que no logran obtener una
remisión o que experimentan graves efectos adversos secundarios al tratamiento.
En segundo lugar, se puede utilizar de
forma concomitante para disminuir la dosis total de glucocorticoides necesarios
y, por tanto, los efectos adversos; también permite la reducción de la dosis de
con relativa rapidez.
Se recomienda que en cuanto se consiga la
remisión completa, con la terapia combinada, se mantenga la dosis del fármaco
inmunosupresor y se disminuya lentamente la dosis de prednisona. Cuando se
alcance una dosis de 5-10mg/día, se debe intentar una disminución cuidadosa de
los fármacos inmunosupresores, los cuales se deben mantener durante 18-24 meses
(ver cuadro 2)
AZATIOPRINA
Aunque el efecto de azatioprina para
controlar la enfermedad parece ser menor que otros fármacos su efecto como
agente ahorrador de esteroide lo hace la mejor opción en la terapia del pénfigo
vulgar.
La dosis más comúnmente usada de
azatioprina es de 2.0- 2.5 mg/kg dependiendo de la extensión de la enfermedad.
El inicio de la administración de este
fármaco debe ser a la par del inicio del tratamiento con esteroides ya que los
efectos terapéuticos no son inmediatos, su administración debe mantenerse hasta
lograr la remisión de la enfermedad.(ver cuadro 2)
Se recomienda usarlo bajo protocolo de
estudio para determinar sus efectos a largo plazo.
La azatioprina puede aumentarse de manera
intermitente hasta 3 mg/kg dependiendo de la extensión de la enfermedad.
La dosis inicial de corticosteriodes debe
mantenerse hasta el inicio de acción de la azatioprina. (Algoritmo)
CICLOFOSFAMIDA
Se recomienda la administración de
ciclofosfamida como agente ahorrador de esteroide, en dosis vía oral de
1-3mg/kg/día como alternativa al uso de azatioprina.
Los pulsos endovenosos de ciclofosfamida
se combinan con dexametasona o metilprednisolona endovenosa, y se reservan para
casos recalcitrantes, la dosis recomendada es de 50 mg/kg día por 4 días.
Deben monitorizarse los efectos
secundarios de ciclofosfamida (neutropenia, alopecia, alteraciones gastrointestinales,
infertilidad secundaria, incluso cistitis hemorrágica y carcinoma de vejiga
urinaria).
Debido a la escasa existencia de ensayos
clínicos controlados con éste fármaco se debe administrar bajo protocolo de
estudio. (Algoritmo)
MICOFENOLATO MOFETILO
Se recomienda su administración como
terapia adyuvante en la inducción del control de la enfermedad, a dosis de 2
grs al día en 2 tomas.
No se recomienda a dosis de 3 grs o mas
ya que incrementan los efectos secundarios como infecciones.
Debido a la escasa existencia de estudios
bien diseñados con éste fármaco se recomienda su administración bajo protocolo
de estudio.
Se trata de un fármaco que ha demostrado
un mejor control de la enfermedad, pero un menor efecto ahorrador de corticoides.
Aunque caro, es bien tolerado y con un mejor perfil de seguridad que la azatioprina.
(Algoritmo)
Hasta el momento no existe evidencia
suficiente que justifique el uso de terapia combinada de rituximab con IgIV,
por lo tanto, si se decide esta opción debe hacerse bajo protocolo de estudio.
Se recomienda el uso de rituximab en
infusión a dosis de 375mg/m2, semanal, durante 4 semanas; en los casos de pénfigo
vulgar severo resistente a tratamiento convencional con CS sistémicos e inmunosupresores.
PLASMAFERESIS
No es recomendable como tratamiento de
rutina, puede ser considerado para casos difíciles y combinado con esteroides o
inmunosupresores. Entre sus desventajas se encuentra que se requiere de un
acceso venoso central, profesional de la salud especializado y costo elevado.
METOTREXATO
La evidencia pobre y la alta
morbimortalidad que seatribuyeron a metotrexato en los estudios han favorecido
que este fármaco adyuvante no sea comúnmente utilizado para el PV.
El metotrexato probablemente podría ser
considerado como un fármaco adyuvante si existe contraindicación para el uso de
otros medicamentos.
En caso de decidir su uso se recomienda
hacerlo bajo protocolo de estudio.
CICLOSPORINA
Bajo la evidencia actual, la ciclosporina
no puede utilizarse como una terapia en el tratamiento del PV.
CLORAMBUCIL
La evidencia es limitada por lo que se
podría considerar como tratamiento adyuvante de último recurso si las demás
opciones no pueden utilizarse y bajo protocolo de estudio.
DAPSONA
Debido a que solo existe un estudio con
resultados no concluyentes no se apoya su uso de manera rutinaria.
Si se contempla esta opción, administrar
100 mg/día, bajo protocolo de estudio.
ORO
El oro puede ser considerado como una
alternativa más de tratamiento adyuvante en los casos que no se puede utilizar
medicamentos más efectivos y bajo protocolo de estudio.
TETRACICLINAS
Existen mejores opciones terapéuticas,
sin embargo las tetraciclinas con o sin nicotinamida se pueden considerar como
tratamiento adyuvante en los casos leves de pénfigo.
Pentoxifilina/sulfazalasina
No existe evidencia suficiente hasta este
momento para apoyar su uso.
Si se usa, debe hacerse bajo protocolo.
Inhibidores de calcineurina
Hasta el momento la evidencia no
justifica su uso.
En caso de considerar su uso, hacerlo
bajo protocolo de estudio.
Pimecrolimus.
Puede utilizarse el pimecrolimus tópico
en lesiones orales para evitar el uso de esteroides tópicos que provocan más
efectos secundarios tales como infecciones.
Triamcinolona intralesional
Se recomienda de vía de administración en
pacientes que se presentan persistencia de lesiones orales a pesar de haber
llevado un tratamiento oral y tópico de esteroide, ya que va dirigido a las
áreas específicas.
Administrar triamcinolona a dosis de 25
mg⁄mL para 4 lesiones semanalmente, por lo menos durante 2 semanas.
CLOBETASOL
Hasta el momento no existe suficiente
evidencia para recomendar el uso de clobetasol tópico para el tratamiento de
PV. En caso de que se utilice debe ser bajo protocolo de estudio.
Para las erosiones orales múltiples, los
enjuagues bucales son más prácticos, por ejemplo mometasona a diferentes
diluciones, dependiendo de la gravedad de las lesiones o comprimidos de fosfato
de sodio de betametasona de 0.5 mg disueltos en 10 ml agua hasta cuatro veces
al día.
En caso de lesiones gingivales, el uso de
una guarda bucal de PVC con clobetasol, en aplicación nocturna es de gran
utilidad
Serán enviados los pacientes con
diagnóstico de pénfigo, en sospecha de asociación con otras enfermedades que precise
estudios complementarios y valoración, así como resistencia a tratamientos
usados de primera línea o que requiera tratamiento especializado no disponible
en 2° nivel.
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