INSUFICIENCIA HEPATICA CRONICA


De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la insuficiencia hepática crónica o cirrosis hepática, la define como un proceso difuso caracterizado por fibrosis y la conversión de la arquitectura normal en una estructura nodular anormal como consecuencia de un gran número de padecimientos inflamatorios crónicos que afectan al hígado.

Los aspectos epidemiológicos de la cirrosis hepática se caracterizan por una diferencia marcada entre géneros, grupos étnicos y regiones geográficas. En países occidentales el alcoholismo y la hepatitis vírica C son las causas principales de la enfermedad hepática crónica.

 

En el caso de los hombres representó la tercera causa de mortalidad general, precedida por la diabetes mellitus y la isquemia cardiaca. En el caso de las mujeres la cirrosis hepática, representó la octava causa de mortalidad y el hepatocarcinoma secundario a cirrosis hepática correspondió 2,523 casos representa la tercera neoplasia maligna en este género, precedida por los cánceres del cuello uterino y de mama.

 

Las principales causas de cirrosis hepática se relacionan con el consumo excesivo de alcohol, la infección por los virus C y B. Se reconoce que en menor medida las relacionadas con las hepatitis autoinmune, la cirrosis biliar primaria y probablemente las hepatopatías metabólicas.

Se considera que existen alrededor de 100,000 a 200,000 pacientes cirróticos en México.

Las principales complicaciones de la cirrosis hepática se relacionan con la hipertensión portal hemorrágica, la encefalopatía y la ascitis refractaria, las infecciones que evolucionan a sepsis grave y desde luego la malnutrición que afecta directamente la sobrevida del paciente. 

 

La Insuficiencia Hepática Crónica ó Cirrosis Hepática es una enfermedad asociada a Falla Hepática, se caracteriza por un proceso difuso de fibrosis y la conversión de la arquitectura normal en una estructura nodular anormal, que puede presentarse como la etapa final de diversas enfermedades hepáticas de diferentes causas.

 

Las principales causas de cirrosis hepática se relacionan con el consumo excesivo de alcohol, la infección por los virus C y B, hepatitis autoinmune, la cirrosis biliar primaria y probablemente las hepatopatías metabólicas. Se considera que existen alrededor de 100,000 a 200,000 pacientes cirróticos en México. Las principales complicaciones de la cirrosis hepática se relacionan con la hipertensión portal hemorrágica, la encefalopatía y la ascitis refractaria, las infecciones que evolucionan a sepsis grave y desde luego la malnutrición que afecta directamente la sobrevida del paciente.

 

Dentro de los factores de riesgo están: Ingesta crónica de alcohol, pacientes con infección crónica por virus B y C de la hepatitis, La obesidad, la dislipidemia y la hiperglucemia son padecimientos que producen una enfermedad hepática grasa no alcohólica que puede culminar en cirrosis, pacientes con enfermedades autoinmunes, enfermedades metabólicas genéticas, obstrucción biliar, alteraciones vasculares, uso crónico de medicamentos hepatotóxicos y el desarrollo de cirrosis hepática.

 

La insuficiencia hepática temprana compensada puede ser asintomática (40%) o manifestarse con datos inespecíficos como: anorexia, pérdida de peso, debilidad, fatiga y aún osteoporosis.

 

La exploración física en esta etapa puede ser inespecífica. Los hallazgos físicos son ictericia, ascitis, asterixis, osteoartropatía hipertrófica, hedor hepático, ginecomastia, hepatomegalia, eritema palmar, telangiectasias, esplenomegalia y atrofia testicular, distribución ginecoide del vello,

 

Las pruebas de laboratorio incluyen: Biometría Hemática (BH), Pruebas de coagulación, Química sanguínea, ultrasonido abdominal, ultrasonido doppler y Pruebas de funcionamiento Hepático (PFH).


Suspender la ingesta de alcohol equivalente a 12 onzas de cerveza o un litro de vino y enviar a un grupo de apoyo psicosocial.

 

Se considera como individuos de alto riesgo para adquirir infección por virus de hepatitis B y C : individuos con antecedente de hemotransfusiones previo a 1992 uso de drogas intravenosas e intranasales portadores de tatuajes y piercings promiscuidad sexual personal de salud en contacto con sangre, hemoderivados y fluidos corporales.

 

Por lo que se considera a este grupo de individuos con mayor probabilidad de desarrollar insuficiencia hepática crónica.

 Identificar a los individuos con actividades ó conductas de alto riesgo para adquirir infección por virus de la hepatitis B y C. Es recomendable en este grupo de individuos realizar pruebas de función hepática y detección serológica para virus de la hepatitis B y C.


Factores de riesgo

En los pacientes con infección crónica por virus de la hepatitis B y C considerados de alto riesgo de desarrollar insuficiencia hepática crónica se recomienda una vigilancia estrecha en el servicio de gastroenterología en el segundo y/o tercer nivel.

 

Todo paciente con obesidad, dislipidemia e hiperglucemia sin evidencia clínica y bioquímica de insuficiencia hepática crónica es recomendable se maneje en el primer nivel de atención.

 

El médico familiar debe evaluar en forma individualizada si se requiere manejo farmacológico

Todos los pacientes de este grupo deben recibir:

1. Indicaciones dietéticas específicas por medio del servicio de Nutrición

2. Actividad física acorde a la condición clínica de cada paciente.

 

Se recomienda vigilancia de los pacientes con:

  • Enfermedades autoinmunes
  • Enfermedades metabólicas genéticas
  • Obstrucción biliar
  • Alteraciones vasculares
  • Uso crónico de medicamentos hepatotóxicos.

 

En los individuos que se identifiquen datos clínicos de insuficiencia hepática crónica, solicitar:

PFH si se encuentran alteradas, enviar a consulta externa de Gastroenterología para evaluar la realización de:

1. Ultrasonido hepático convencional

2. Ultrasonido doppler.

Todo paciente con sospecha de insuficiencia crónica se debe iniciar su estudio y manejo en el nivel de atención que cuente con los recursos recomendados previamente.


La insuficiencia hepática temprana compensada puede ser asintomática (40%) y/ó manifestarse con datos inespecíficos como:

  •  Anorexia
  •  Pérdida de peso
  •  Debilidad
  •  Fatiga
  •  Osteoporosis.
  •  La exploración física en esta etapa puede ser inespecífica.

 

En pacientes con factores de riesgo y síntomas sugestivos, se deben buscar intencionadamente signos clínicos de insuficiencia hepática.

 

La insuficiencia hepática descompensada puede manifestarse con datos de hipertensión portal. Los hallazgos físicos son:

  •  Ictericia
  •  Ascitis
  •  Asterixis
  •  Osteoartropatía hipertrófica
  •  Hedor hepático
  •  Ginecomastia
  •  Hepatomegalia
  •  Eritema palmar
  •  Telangiectasias,
  •  Esplenomegalia
  •  Atrofia testicular
  •  Distribución ginecoide del vello.

 

Se reconoce que ninguno de los datos clínicos ha demostrado ser sensible y específico para el diagnóstico de insuficiencia hepática crónica.

 

Se recomienda conjuntar los factores de riesgo y los datos clínicos para la sospecha de insuficiencia hepática crónica. (Consultar Clasificación de Child-Pugh-Turcotte anexo 6.3 cuadro 1).


 


En los pacientes con insuficiencia hepática crónica se recomienda realizar biopsia hepática en las siguientes circunstancias:

  • Sin etiología
  • Falta de diagnóstico de certeza de cirrosis hepática por medio de los hallazgos clínicos y paraclínicos

 

En los casos de cirrosis hepática sin etiología y en caso de duda diagnostica de insuficiencia hepática se recomienda realizar biopsia hepática.

En busca de un impacto favorable en diagnóstico etiológico y/o el tratamiento de la enfermedad hepática crónica.

 

Previo a la biopsia hepática se sugiere contar con:

  • biometría hemática
  • cuenta de plaquetas (>80,000 /mm3)
  • Tiempo de Pro trombina.

 

Es conveniente investigar si el paciente consume acido acetil salicílico y/o antiinflamatorios no esteroideos, sugerir evitar su uso al menos 7 a 10 días previos al procedimiento.

 

En todo paciente con diagnóstico de insuficiencia hepática crónica se recomienda evaluar por medio de endoscopia gastro esofágica.

En pacientes sin várices deberá realizarse una endoscopia de control cada 2 años.

 

Los datos clínicos que sugieren ascitis son:

  • aumento del perímetro abdominal
  • signo de la ola
  • signo del témpano de hielo
  • Más objetivo es a la percusión matidez cambiante.

 

Se propone la clasificación actual de la ascitis en:

  • ascitis no complicada: grados I, II y III
  • Ascitis refractaria (resistente y/o refractaria a diuréticos).


 

El paciente con encefalopatía hepática presenta:

  • cambios en el estado de alerta: euforia, apatía, ansiedad, letargia, somnolencia,
  • confusión,alteración del ciclo sueño/vigilia, asterixis, estupor y coma.
  • Sin embargo este diagnóstico se realiza por exclusión  (Ver 6.3 anexo 3)

 



Ante estos datos clínicos se debe estratificar al paciente (de acuerdo a los Criterios de West-Haven y Escala de Coma de Glasgow) para determinar el tipo de manejo que debe recibir.


PRUEBAS DIAGNOSTICAS


En pacientes con sospecha clínica de insuficiencia hepática crónica solicitar laboratorios:

  • Biometría hemática completa con cuenta plaquetaria
  • Tiempo de protrombina
  • Pruebas de funcionamiento hepático
  • Química sanguínea.

 

Se sugiere de acuerdo a las características clínicas del paciente individualizar para la toma de decisión de otras pruebas específicas de acuerdo a los factores de riesgo

 

El Ultrasonido abdominal convencional y Doppler tiene una sensibilidad y especificidad en pacientes con cirrosis hepática del 91.1 y 93.5%, respectivamente.

 

En pacientes con hallazgos clínicos y de laboratorios sugestivos de cirrosis hepática se sugiere:

  • Ultrasonido abdominal convencional
  • Ultrasonido Doppler Considerarlos de primera intención por su utilidad, no ser invasivo, accesible y económico.

 

A todo paciente con cirrosis hepática con ascitis y sospecha de peritonitis bacteriana espontánea que se hospitalizado realizar:

  • Ultrasonido Doppler
  • Paracentesis diagnóstica: citoquímico, citológico y cultivo

 

En los pacientes con insuficiencia hepática con sospecha de encefalopatía hepática se sugiere eliminar otras posibilidades diagnósticas por lo que se sugiere solicitar:

  • Biometría hemática completa
  • Glucosa, urea, creatinina
  • Sodio, potasio, cloro
  • Gasometría arterial
  • Electroencefalograma y/o potenciales evocados.

 

Evaluar de acuerdo a evolución clínica y resultados de laboratorio la realización de Tomografía Axial Computarizada de cráneo.

 

Dado que la encefalopatía hepática es un diagnóstico de exclusión y puede ser desencadenada por factores precipitantes es necesario solicitar estudios paraclínicos.

 

En todo paciente con diagnóstico de cirrosis hepática se recomienda evaluar con endoscopia gastroesofagica y los hallazgos positivos a várices esofágicas clasificar de acuerdo a la GPC de hipertensión portal.

En pacientes sin várices se sugiere realizarse una endoscopia de control cada 2 años.

 

En los casos de insuficiencia hepática crónica con sospecha de cirrosis hepática sin etiología y en caso de duda diagnostica se recomienda realizar biopsia hepática.

Con la intención de un impacto favorable en el tratamiento y/o diagnóstico etiológico de certeza.

En los pacientes con insuficiencia hepática crónica realizar endoscopia gastroesofágica en busca de datos de hipertensión portal.


TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

 

Se ha identificado en la insuficiencia hepática  crónica retención de sodio y agua, con la consecuente expansión del volumen plasmático lo que conlleva a una circulación hiperdinámica y la formación de ascitis, en diferentes grados, esta clasificación permite un manejo y pronóstico de acuerdo a la gravedad.

 

La primera línea de tratamiento en la ascitis grado II (moderada) consiste en: uso de diuréticos: espironolactona, furosemida y amilorida.

 

La respuesta clínica se evalúa con base a  la pérdida de peso y presencia de edema periférico. (Ver 6.3 anexo 3) 

Esta indicado el uso de diuréticos para el manejo de la ascitis grado II (moderada). 

Se recomienda:

Iniciar con espironolactona: 100 MG hasta 400 MG/día; de no presentar respuesta clínica en 2-3 semanas, agregar furosemida 40 MG hasta 160 MG/día.

 

Se sugiere evaluar la respuesta clínica con base al peso, sin exceder de 0.5 Kg. /día en el paciente sin edema periférico y de 1 Kg. /día con edema periférico.

 

En caso de intolerancia a la Espironolactona se puede utilizar  Amilorida 5 a 30 MG/día.

 

Se reconoce el tratamiento de la ascitis grado III (a tensión)

1. paracentesis evacuadora

2. continuación de diuréticos.

3. de acuerdo a la cantidad de líquido de ascitis extraído dependerá la reposición de volumen.  (Ver 6.3 anexo 3)

 

El tratamiento de la ascitis grado III (a tensión) paracentesis evacuadora continuación de diuréticos de acuerdo a la cantidad de líquido de ascitis extraído dependerá la reposición de volumen:

1. En caso de extracción < 5 litros se recomienda: expansores del plasma:

dextran, haemacel a razón de 125 mLl por cada litro extraído, por vía intravenosa.

2. Extracción > 5 litros se recomienda: albúmina humana de 8 a 10 g por litro de líquido extraído, por vía intravenosa.

 

En la ascitis refractaria se recomienda:

paracentesis evacuadora de repetición, de requerir 3 o más extracciones por mes:

evaluar colocación de una prótesis intrahepática porto sistémica (TIPS) o derivación percutánea porto sistémica intrahepática (DPPI).

Considerar el trasplante hepático en las unidades que se cuente con el recurso.

 

En el cuadro interinstitucional no están contempladas:

prótesis intrahepática porto sistémica (TIPS) o derivación percutánea porto sistémica intrahepática (DPPI).

 

Se reconoce en la insuficiencia hepática crónica y la encefalopatía hepática asociación entre:

 El incremento de amonio portal

 Mayor permeabilidad de la barrera hematoencefálica, lo que favorece:

1. alteración en los neurotransmisores a nivel neuronal

2. Alteración en las funciones neuropsiquiátricas

 

Dentro de las causas identificadas como factores precipitantes:

  •  Mayor ingesta de proteínas
  •  Estreñimiento
  •  Sangrado digestivo
  •  Infecciones
  •  Alteraciones electrolíticas
  •  Fármacos

 

En la encefalopatía hepática se recomienda identificar y corregir los factores precipitantes:

 

Se sugiere administrar disacáridos no absorbibles vía oral o rectal:

1. Lactosa

2. Lactulosa

3. Antibióticos no absorbibles: neomicina, metronidazol

4. l-ornitina y l-aspartato, en caso de no contar con ellos, se recomienda utilizar únicamente los antibióticos no absorbibles.

 

TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO

Se recomienda en los pacientes con insuficiencia hepática crónica indicar una dieta: Hipercalórica,

Con un aporte proteico entre 0.8 hasta

1.5 g/kg. De predominio vegetal

 Rica en fibra

 Aporte de sodio de 1 a 2 g.

 Con restricción de líquidos, si se presenta hiponatremia < de 125 mEq/L. (Ver 6.3 anexo 3)

 

El paciente con insuficiencia hepática crónica debe abstenerse del consumo de alcohol.

 

Se sugiere una intervención temprana en los individuos con un consumo moderado de alcohol. La suspensión de la ingesta de alcohol requiere la intervención de un grupo multidisciplinario: médico, psicólogo, trabajadora social, la familia y en caso necesario grupos especiales de atención.

Los pacientes con insuficiencia hepática y  cirrosis hepática deben ser referidos a una unidad especializada en trasplante hepático.

Tomar en cuenta el grado de disfunción hepática (Child-Pugh-Turcotte igual o > a 7 y MELD igual o > a 10)

En presencia de complicaciones refractarias al manejo convencional.

 

Se recomienda en todo paciente con insuficiencia hepática envío a segundo nivel de atención para evaluar biopsia hepática.

 

El beneficio de la biopsia hepática sobrepasa el riesgo y se ha postulado que tiene un impacto favorable en el tratamiento de la insuficiencia hepática crónica.

 

Al integrar en el primer nivel de atención el diagnóstico presuncional de insuficiencia hepática crónica basado en:

  • factores de riesgo
  • datos clínicos y de laboratorio que
  • apoyen insuficiencia hepática crónica,
  • enviar a consulta externa de gastroenterología de su HGZ para completar estudio.



El paciente con cirrosis hepática compensada se recomienda:

  • Evaluar clínicamente cada 2 meses
  • Cada 6 meses con exámenes de  laboratorio: biometría hemática completa, química sanguínea, tiempo de protrombina, pruebas de funcionamiento hepático en el primer nivel de atención médica.
  • Realizar endoscopia cada dos años en pacientes con cirrosis hepática sin várices, y en el caso de várices pequeñas cada año. Ver guía de várices gastroesofagica.

Se recomienda en pacientes con insuficiencia hepática crónica con alto riesgo para desarrollar carcinoma hepatocelular incluidas:

  1. personas alcohólicas,
  2.  Infección crónica por virus de hepatitis B y C
  3.  hemocromatosis
  4.  cirrosis biliar primaria.

Realizar ultrasonido hepático y alfafetoproteína: al menos cada 12 meses en presencia de nódulos hepáticos sospechosos, menores de 1 cm., se sugiere realizar ultrasonido y alfafetoproteína cada 3 a 6 meses.

En caso de no presentar modificación en tamaño en un periodo de 2 años se sugiere regresar a la vigilancia






 

En pacientes con diagnóstico de insuficiencia hepática crónica descompensada en tratamiento médico ambulatorio evaluar de 2 a 3 semanas de incapacidad. Individualizar para la toma de decisión de acuerdo a los factores de riesgo


No hay comentarios.:

Publicar un comentario