DISPEPSIA FUNCIONAL
Dispepsia
se refiere a un grupo de síntomas gastrointestinales que ocurren comúnmente en
adultos. En algunos casos puede ser secundario a una causa orgánica pero la
gran mayoría de los pacientes sufren de una dispepsia funcional.
La
prevalencia de dispepsia varía considerablemente entre diferentes poblaciones.
Esta diferencia en la prevalencia también puede estar dada por la definición
utilizada para su medición, por lo que existen variaciones en la prevalencia
que van de 7 hasta 34% a nivel mundial.
La
elaboración de una GPC de dispepsia se justifica por: su alta prevalencia, su
asociación con enfermedades que pueden ser graves (cáncer, ulcera péptica) y la
gran variabilidad en la prescripción de fármacos y tratamientos.
El
impacto económico es alto, no solo por la gran cantidad de recursos en salud
que utilizan (consultas y medicamentos) sino también por el retraso en el
diagnóstico oportuno de otras patologías que lleva a la aparición de mayor
cantidad de complicaciones con aumento en la morbilidad y mortalidad.
El
propósito de esta GPC es ser una herramienta para estandarizar el diagnóstico y
tratamiento de la dispepsia funcional en el primer nivel de atención.
Dispepsia
funcional dispepsia no ulcerosa: conjunto de síntomas que se caracteriza por
dolor o malestar referido a la parte central y mitad superior del abdomen, que
se presenta por lo menos el 25% en las últimas cuatro semanas, que no guarda
relación con la ingesta y no hay causa orgánica o alteración metabólica que
justifique los síntomas. El dolor localizado en otras regiones del abdomen, el
dolor irradiado, pirosis, regurgitaciones ácidas, asociación con trastornos en
el hábito intestinal, no son parte de la dispepsia funcional y sirven en el
diagnóstico diferencial.
Se
recomienda que en toda la población, se fomente un programa educativo que
incluya la adopción de estilos de vida saludables, buenos hábitos de
alimentación, actividad física y manejo de estrés.
Se observa que el consumo de tabaco, alcohol, café y las dietas ricas en grasas son factores que se han asociado a dispepsia funcional.
Los pacientes con estrés, ansiedad, depresión y neurosis presentan mayor riesgo de dispepsia funcional.
La prevalencia de H. pylori se incrementa en relación a la edad y el nivel socioeconómico, y no se ha logrado confirmar o refutar su asociación con dispepsia.
El tabaco y los AINE son los factores de mayor riesgo para úlcera péptica y dispepsia.
DIAGNOSTICO CLINICO
La
definición de dispepsia funcional requiere la exclusión de otras patologías
locales y/o causas metabólicas.
En los
pacientes con dispepsia se deben valorar dieta, peso, tabaquismo, consumo de
alcohol e ingesta de medicamentos, especialmente AINE
El
paciente con antecedente de dispepsia que tiene recurrencia de los síntomas
entre 1 y 6 meses después de haber suspendido el tratamiento, debe ser de nuevo
evaluado buscando signos y síntomas de alarma.
Los
padecimientos que con más frecuencia se asocian a dispepsia son ERGE, ulcera
péptica y cáncer gástrico.
La
clasificación de Roma III, recomienda la subdivisión de DF en dos subgrupos:
síndrome de dolor epigástrico (SDE) y síndrome de estrés postprandial (SEP).
Tiene utilidad para identificar subgrupos que tienen una fisiopatología
homogénea y que podrían responder a una terapia específica.
En
todos los pacientes con dispepsia se deben buscar intencionadamente signos y
síntomas de alarma (anexo 6.3, cuadro I).
Para
establecer el diagnóstico de dispepsia funcional se debe cumplir lo siguiente:
Que los
síntomas se presenten al menos en el 25% de los días en las últimas 4 semanas.
Ausencia
de daño orgánico demostrado por endoscopia gastrointestinal alta.
PRUEBAS DIAGNOSTICAS
La
endoscopia es el procedimiento de elección para el estudio de la dispepsia y
enfermedades asociadas (Valor Predictivo Positivo 1.00, Valor Predictivo
Negativo 0.89).
En los
pacientes con dispepsia que tienen cualquier signo y síntoma de alarma, esta indicada
la realización de endoscopia.
En la
primera consulta de los pacientes con dispepsia se deben solicitar BHC, VSG y
QS, para evaluar la presencia de anemia (signo de alarma) y otras patologías
asociadas. De ser normales no es necesario volver a solicitarlos.
Otros
estudios de laboratorio como pruebas de función hepática (PFH) o radiografías
simples, serie esofagogastroduodenal (SEGD) no son útiles para el diagnóstico
de dispepsia funcional.
PFH,
estudios de rayos X y SEGD, no se recomiendan de manera rutinaria en el estudio
de la dispepsia funcional.
Dada la
alta prevalencia de H pylori en nuestra población, la prueba de aliento no se recomienda
de rutina.
TRATAMIENTO
FARMACOLOGICO
En
todos los pacientes con dispepsia sin signos y síntomas de alarma o manifestaciones
de ERGE se debe iniciar tratamiento empírico.
En los
pacientes con dispepsia se recomienda dar tratamiento empírico inicial en el
siguiente orden:
1.
Procinéticos, como metoclopramida
2.
Ranitidina
3.
Omeprazol (anexo 6.3, cuadro II)
Si
después de 4 a 12 semanas de tratamiento empírico no hay respuesta, dar
tratamiento de erradicación para H. pylori, siempre y cuando no existan
síntomas y signos de alarma o manifestaciones de ERGE. (terapia triple) (anexo
6.3, cuadro III)
Después
del tratamiento de erradicación, si hay recurrencia de los síntomas a las 4
semanas, se recomienda verificar el apego terapéutico y valorar repetir el
tratamiento de erradicación de H. pylori, incorporando al esquema terapia
cuádruple (anexo 6.3, cuadro III)
Si hay datos de dispepsia y pirosis tratar de primera instancia como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ver guía correspondiente).
En
pacientes con uso de AINE y dispepsia suspenderlos si es posible.
En
pacientes con dispepsia y uso de AINE que no sea posible suspender, se debe
indicar omeprazol o reemplazar el AINE con paracetamol (dolor) o celecoxib (si
es necesario el antiinflamatorio y no existe contraindicación).
En
pacientes con dispepsia y uso de AINE que no mejoran con el uso de omeprazol o
cambio de AINE en 4 a 8 semanas, se recomienda enviar a segundo nivel.
En
pacientes con antecedente de dispepsia y recurrencia de los síntomas después de
6 meses de suspendido el tratamiento y sin signos/sintomas de alarma, se debe
repetir el tratamiento empírico.
Si
después de 4 a 12 semanas de tratamiento empírico hay remisión de los síntomas,
no existe indicación para continuar el tratamiento farmacológico.
TRATAMIENTO
NO FARMACOLOGICO
A los
pacientes se les debe de alentar a seguir un plan nutricional, programa de
ejercicio, control del peso, suspender tabaquismo y moderar la ingesta de
alcohol. Lo cual se puede reforzar si se les otorga por escrito estas
recomendaciones (anexo 6.3, cuadro IV).
En caso
de que el paciente presente estrés, ansiedad, depresión o cualquier otro
trastorno emocional se recomienda enviar a psicología para valoración.
Los
pacientes con dispepsia que persisten con síntomas a pesar del tratamiento
empírico inicial y de los dos esquemas de tratamiento para erradicación de H.
pylori, deben ser referidos a segundo nivel. Previa verificación del apego al
tratamiento.
Los
pacientes con dispepsia y cualquier signo y síntomas de alarma requieren envío
a segundo nivel para la realización de endoscopia.
Los
pacientes con inicio de síntomas después de los 50 años deben ser enviados a
segundo nivel.
En
pacientes con dispepsia y uso de AINE que no mejoran con el uso de omeprazol o
cambio de AINE en 4 a 12 semanas, se recomienda enviar a segundo nivel
Se
recomienda que una vez remitidos los síntomas y suspendido el tratamiento se
cite al paciente en 4 a 8 semanas para control.
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