DIARREA AGUDA EN PACIENTES ADULTOS
La
diarrea aguda, se define como el aumento en el contenido de líquido, volumen o
frecuencia de las deposiciones (mayor que lo habitual para la persona), con una
duración menor de 14 días.
La
diarrea aguda en adultos puede ser de origen infeccioso (virus, bacterias,
parásitos y hongos), o no infeccioso (efectos adversos de medicamentos,
enfermedades gastrointestinales, endócrinas, entre otras), la causa infecciosa
más común es de etiología viral, la cual
suele ser auto limitada.
Una de
las causas más importantes de diarrea en el paciente adulto es el cólera, que
sigue siendo una amenaza mundial para la salud pública, así como, un indicador
de inequidad y de falta de desarrollo social. La diarrea por Vibrio cholerae,
es una de las que tienen mayor incidencia en la población adulta.
Los
principales factores asociados con la diarrea aguda en adultos son el consumo
de agua y alimentos contaminados, medidas deficientes de higiene, tanto personal
como al manipular o preparar alimentos, falta de saneamiento básico, aumento de
los viajes a lugares endémicos, entre otros.
La
diarrea aguda puede tener dos presentaciones clínicas: la de tipo acuoso, en la
que se incluye el cólera, y la disentérica (con sangre). Ambas suelen estar
asociadas con otros signos y síntomas, como náuseas y vómitos, los cuales
pueden conducir a deshidratación, por lo que es fundamental realizar una
evaluación clínica integral que permita establecer su tratamiento adecuado.
La
enfermedad diarreica es la tercera causa de mortalidad en países con bajos
ingresos, los patógenos bacterianos, virales y protozoarios que causan diarrea
se transmiten principalmente por vía fecal-oral, a través del consumo de alimentos
y agua fecalmente contaminados.
Se debe
promover la distribución de agua clorada para reducir los cuadros de diarrea
aguda.
Puede
reducir el riesgo de diarrea el lavarse las manos con agua y jabón:
- Después de defecar
- Después del cambio de pañales
- Antes de preparar y comer alimentos
- Promover el lavado de manos reduce los episodios de diarrea en aproximadamente un 30%.
- El lavado de manos, puede promoverse a través de la capacitación grupal o individual sobre educación en higiene, conciencia sobre la salud, uso de carteles, folletos, cómics, canciones y teatro.
Se
recomienda lavarse las manos con jabón después de defecar, antes de preparar y
consumir alimentos, para reducir el riesgo de diarrea.(Figura 1 y 2)
Se
recomienda el lavado de manos efectivo o el uso regular de sanitizadores para
manos, a base de alcohol, para prevenir la diarrea aguda.
Otros
factores de riesgo para la diarrea aguda incluyen beber agua no tratada o leche
no pasteurizada, beber agua de piscinas; asistir a lugares donde la
probabilidad de ingerir una fuente común de alimentos contaminados es más probable,
como en guarderías, fiestas, eventos y hogares para ancianos.
Promover
acciones como: hervir el agua para consumo humano, la cocción de alimentos como
pescados y mariscos, el lavado de frutas, verduras y legumbres con agua y
jabón, la disposición y eliminación de basura y excretas, disminuyen la
prevalencia de enfermedad diarreica aguda.
Se
recomienda evitar la contaminación cruzada de otros alimentos o superficies de
cocción y utensilios durante la preparación de alimentos y en su
almacenamiento.
Asegurarse de que los alimentos que contienen carnes y huevos se cocinen y mantengan a temperaturas adecuadas.
Las prácticas adecuadas de seguridad alimentaria evitan la contaminación, y por lo tanto, previenen la aparición de cuadros diarreicos en la población.
Las
campañas de saneamiento, así como, la promoción de la salud son de gran
utilidad para prevenir casos de diarrea por cualquier etiología.
La
historia clínica debe incluir el tipo y la duración de los síntomas, las
condiciones médicas subyacentes, los viajes recientes y la terapia
farmacológica reciente o actual.
Se debe
observar el inicio, duración, gravedad y frecuencia de la diarrea, con especial
atención a las características de las evacuaciones (acuosa, con sangre, con
moco, purulenta, entre otras). El paciente debe ser evaluado en busca de signos
de deshidratación que incluyan oliguria, sed, mareos y cambios en el estado
mental. El vómito sugiere enfermedades virales o enfermedades causadas por
ingestión de toxina bacteriana preformada.
Los síntomas más sugestivos de diarrea bacteriana invasiva (inflamatoria) incluyen: fiebre, tenesmo y heces sanguinolentas. El interrogatorio adecuado generalmente orienta al agente causal.(Cuadro 1).
La mayoría de los casos de diarrea leve son de etiología viral, mientras que la diarrea grave, especialmente la asociada con fiebre y heces con sangre, tiende a ser de origen bacteriano, algunas veces indica una enfermedad invasiva.
La diarrea crónica también puede ser causada por parásitos.
Entre
los patógenos más importantes de la diarrea aguda están el rotavirus, Cryptosporidium
sp, Escherichia coli, Salmonella sp, Shigella sp, Campylobacter jejuni, Vibrio
cholerae, Giardia lamblia y Entamoeba histolytica.
El
cólera es causado por la ingesta de alimentos o agua que contiene la bacteria
Vibrio cholerae, la que produce una enterotoxina, que induce en la mucosa del
intestino delgado hipersecreción de agua y electrolitos. Los síntomas incluyen
diarrea acuosa aguda (agua de arroz), vómitos, deshidratación grave, puede
conducir a la muerte por choque, sino se trata durante las primeras 24 h.
Se debe
sospechar el diagnóstico de cólera no solo en pacientes que presenten un cuadro
diarreico grave,caracterizado por evacuaciones en “agua de arroz” acompañadas
de deshidratación grave o choque, sino en todo paciente con cinco años de edad
o más que presente cinco o más evacuaciones diarreicas en 24 horas y cuyo
cuadro clínico no sea mayor a cinco días de evolución (regla de los cinco).
Las
personas con fiebre o diarrea sanguinolenta deben ser evaluadas para detectar
enteropatógenos, para los cuales los agentes antimicrobianos pueden conferir un
beneficio clínico, incluida la subespecie de Salmonella enterica, Shigella y
Campylobacter.
Se debe
considerar la fiebre entérica cuando una persona febril (con o sin diarrea)
tiene un historial de viajes a áreas en las que los agentes causales son
endémicos, ha consumido alimentos preparados por personas con exposición
endémica reciente o tiene exposición de laboratorio a Salmonella enterica.
La
evaluación diagnóstica usando cultivo de heces y métodos independientes del
cultivo, si están disponibles, deben usarse en situaciones donde el paciente
tiene un alto riesgo de propagar la enfermedad a otros, y durante brotes
conocidos o sospechosos.
Se debe
realizar prueba de heces para identificar especies de Salmonella sp., Shigella
sp., Campylobacter sp., Yersiniasp., C. difficile, en pacientes con
sintomatología específica.
Yersinia:
pacientes con diarrea enterocolítica, persistencia de dolor abdominal (niños en
edad escolar), dolor en cuadrante inferior derecho, pacientes con fiebre y
riesgo epidemiológico.
Analizar
muestras de heces para especies de Vibrio cholerae, en personas con
evacuaciones abundantes, características en agua de arroz, o exposición a aguas
saladas o insalubres, consumo de mariscos crudos o poco cocidos, o viaje a
zonas endémicas en los tres días previos a la sintomatología.
La
historia clínica debe incluir el tipo y la duración de los síntomas, las
condiciones médicas subyacentes, los viajes recientes y la terapia
farmacológica reciente o actual.
Se debe
observar el inicio, duración, gravedad y frecuencia de la diarrea, con especial
atención a las características de las evacuaciones (acuosa, con sangre, con
moco, purulenta, entre otras). El paciente debe ser evaluado en busca de signos
de deshidratación que incluyan oliguria, sed, mareos y cambios en el estado
mental. El vómito sugiere enfermedades virales o enfermedades causadas por
ingestión de toxina bacteriana preformada.
Para el
tratamiento del paciente con diarrea, se recomiendan dos tipos de
clasificación: gravedad de la deshidratación (leve, moderada y grave) y tipo de
diarrea (diarrea aguda con sangre, disentería y diarrea persistente).
Las
recomendaciones clave para el tratamiento del paciente con diarrea son las
siguientes:
Los
pacientes con diarrea aguda sin sangre en heces con una deshidratación
moderada, deben rehidratarse por vía oral y no necesitan antibióticos.
La
terapia con antibióticos solo se recomienda para la disentería
El tratamiento para la diarrea persistente se basa en la posible causa: antihelmíntico para la sospecha de parasitosis y metronidazol para la sospecha de giardias.
Se
recomienda que los pacientes adultos con diarrea aguda sean evaluados para
detectar algún grado de deshidratación, puesto que la evidencia señala que aumenta
el riesgo de enfermedades y muerte.
Para
evaluar la deshidratación, el manual de procedimientos estandarizados para la
vigilancia epidemiológica de cólera, de la Dirección General de Epidemiología
2012, recomienda utilizar el método Dhaka.
El primer paso para tratar la diarrea aguda es la rehidratación, preferiblemente por vía oral.
La SRO con osmolaridad reducida (≤270 mmol/l) es recomendada como terapia de primera línea en deshidratación de leve a moderada por diarrea por cualquier causa y en personas con deshidratación leve a moderada asociada con vómitos o diarrea grave.
Las SRO
con osmolaridad reducida son seguras y efectivas en el tratamiento de las
diarreas agudas, los beneficios incluyen tanto la reducción en la producción de
heces como la duración de la diarrea. La OMS y la UNICEF recomiendan que los
países usen y fabriquen formulaciones con una osmolaridad total de 245 mmol/l.
Para el
tratamiento de la deshidratación oral en adultos con diarrea se recomienda el
siguiente manejo.(Cuadro 5)
El
cólera, es una enfermedad que se trata fácilmente. La mayoría de los casos
pueden tratarse de forma satisfactoria mediante la pronta administración de
SRO. El sobre estándar de SRO de la OMS y la UNICEF se disuelve en unlitro de
agua salubre. Los pacientes adultos pueden necesitar hasta seis litros de SRO
en el primer día, para tratar una deshidratación moderada.
En
zonas endémicas para cólera, el uso exclusivo de SRO con osmolaridad ≤ 270
mmol/l no está del todo definido, debido a que la enfermedad ocasiona
hiponatremia, lo que puede condicionar que la solución no reponga por completo
los requerimientos para el paciente, ocasionando crisis convulsivas, paro
respiratorio, coma, e incluso la muerte.
La
rehidratación vía intravenosa se recomienda en pacientes sin respuesta
favorable al uso de SRO o con deshidratación grave.
Debido
a que la diarrea aguda suele ser causada por virus y autolimitada, no se
recomienda el uso rutinario de antibióticos para la mayoría de los adultos con
diarrea acuosa no grave. Además, el uso excesivo de antibióticos puede provocar
resistencia, erradicación dañina de la flora intestinal normal, prolongar la
enfermedad y el estado de portador, inducir E. coli productora de toxinas de
Shiga y mayor costo. Sin embargo, cuando se usan apropiadamente, los
antibióticos son efectivos para la shigelosis, campilobacteriosis, C.
difficile, diarrea del viajero e infecciones por protozoos.
En la
mayoría de las personas con diarrea acuosa aguda, sin antecedente de viajes
internacionales recientes, no se recomienda la terapia empírica antimicrobiana.
La
loperamida puede causar una prolongación peligrosa de la enfermedad en
pacientes con diarrea sanguinolenta o inflamatoria, por lo tanto, debe
reservarse para pacientes con diarrea no sanguinolenta.
Se
recomienda considerar el tratamiento sintomático con agentes antimotilidad y
antieméticos, una vez que el paciente tenga un adecuado estado de hidratado,
pero su uso no sustituye la terapia con líquidos y electrolitos.
Se
puede utilizar loperamida en adultos inmunocompetentes con diarrea acuosa
aguda, pero se debe evitar en casos sospechosos o comprobados de megacolon
tóxico que pueden resultar en diarrea inflamatoria con fiebre.
Se
recomienda el uso de SSB en pacientes con diarrea del viajero leve a moderada,
a fin de reducir el número de evacuaciones.
No se
recomienda el uso de suplementos de zinc en adultos con diarrea aguda, debido a
que no hay evidencia que compruebe su
efectividad.
En
adultos inmunocomprometidos con diarrea aguda grave o sanguinolenta, se
recomienda considerar el tratamiento antibacteriano empírico.
En
pacientes asintomáticos en quienes se han identificado especies de Salmonella
enterica en heces, se recomienda el tratamiento antibacteriano para reducir el
riesgo de transmisión, especialmente en los que laboran en el cuidado de
infantes y adultos mayores, así como, en el manejo de alimentos.(Cuadro 2 y 3)
Se debe
modificar o interrumpir el tratamiento antimicrobiano cuando se identifique un
agente causal clínicamente plausible.
Se
recomienda seleccionar el tratamiento antimicrobiano de la diarrea aguda según
el agente causal identificado. (Cuadro 2 y 3)
Se recomienda la terapia antimicrobiana con loperamida complementaria debido a que ofrece ventaja sobre los antibióticos solos, al disminuir la duración de la enfermedad y aumentar la probabilidad de curación clínica temprana.
Se recomiendan los probióticos solo en adultos con diarrea aguda asociada al uso de antimicrobianos, debido a que puede reducir la gravedad y duración de la sintomatología.
No se recomiendan las dietas restrictivas en pacientes con diarrea aguda, debido a la limitada evidencia de su beneficio.
Los
pacientes con diarrea aguda deben evitar actividades relacionadas con el agua
(nadar, bucear, pescar, entre otras), así como, el contacto sexual cuando se
encuentran sintomáticos.
En
adultos con diarrea aguda causada por enterobacterias, que realicen actividades
relacionadas con el cuidado infantil, de adultos mayores y manejo de alimentos,
se recomienda dar seguimiento con coprocultivos, hasta asegurar la erradicación
del patógeno, a fin de disminuir el riesgo de transmisión.
En el
primer nivel de atención, la prescripción de la incapacidad temporal para el
trabajo la determinará el personal médico con base en la gravedad del cuadro
clínico y la actividad laboral de cada paciente
La
estancia hospitalaria es con el objetivo de mantener el estado hídrico y manejo
antimicrobiano de forma intravenosa
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