HEPATITIS C

 


La hepatitis C es una infección viral del hígado ocasionada por el virus de la hepatitis C (VHC), denominado virus hepatitis no A no B, previo al año de 1989. El VHC es un virus RNA, miembro de la familia flaviviridae, género hepacivirus, que se replica preferentemente en los hepatocitos y que al no ser directamente citopático, se asocia a una infección persistente.

 

 Existen 6 genotipos y más de 50 subtipos, la amplia heterogeneidad genética del VHC tiene importantes implicaciones diagnósticas y clínicas, dificulta el desarrollo de vacunas y se relaciona con el tipo de respuesta al tratamiento. El genotipo 1, es responsable de 70 a 75 por ciento de todas las infecciones por VHC en Estados Unidos de Norteamérica y México y se ha asociado con una menor tasa de respuesta al tratamiento

 

La hepatitis C constituye un grave problema de salud pública que requiere atención prioritaria en el ámbito nacional e internacional. La enfermedad crónica producida por el VHC en la mayoría de los casos cursa de forma silenciosa, aspecto que determina su importancia epidemiológica.

 

Se ha estimado que la infección crónica por el VHC, será responsable de alrededor de 250000 y 350000 defunciones al año, esencialmente relacionadas con la descompensación de la cirrosis, enfermedad hepática terminal y el carcinoma hepatocelular

 

Es difícil determinar la incidencia de la infección por VHC, debido a que la mayoría de las infecciones agudas son asintomáticas, las pruebas serológicas que se emplean actualmente para el escrutinio no permiten distinguir entre infección aguda, crónica o resuelta y la gran mayoría de los países no recolectan información de forma sistemática sobre los casos incidentes de enfermedad aguda

Existen diferencias tanto geográficas y temporales en los patrones de infección por el VHC, afectando a población económicamente activa y con importante repercusión en sobrevida y calidad de vida. La infección por el VHC se ha situado como la principal causa de hepatopatía crónica en el mundo, cerca del 27% de los casos de cirrosis y el 25% de los casos de hepatocarcinoma en el mundo ocurren en individuos con infección crónica por VHC

 

La evolución clínica de la infección por VHC es variable, aproximadamente 55 a 85% tienen un curso crónico, de ellos, entre 5 a 25 % desarrollan cirrosis hepática en un lapso de 20 a 25 años y con un riesgo aproximado de 1 a 2% por año de aparición de carcinoma hepatocelular.



La hepatitis C es una infección viral del hígado ocasionada un virus RNA, miembro de la familia flaviviridae, género hepacivirus, que se replica preferentemente en los hepatocitos y que al no ser directamente citopático, se asocia a una infección crónica y persistente. Existen 6 genotipos y más de 50 subtipos.


La hepatitis C constituye una causa importante de muerte prematura, predominantemente en hombres, con etnia hispana y mayores de 60 años de edad 

La edad > 40 años en el momento de la infección es particularmente asociada con una mayor y rápida progresión de la fibrosis hepática

 

La infección crónica por VHC se asocia con un riesgo significativo de progresión a cirrosis y carcinoma hepatocelular 

Un índice de masa corporal > 25 se asocia con incremento en el riesgo de esteatosis hepática

 

El tabaquismo es un factor de riesgo independiente de inflamación y fibrosis en pacientes con infección crónica por VHC 

Es prioritario implementar medidas de prevención primaria e identificación de factores de riesgo en población en riesgo

 

Se debe informar a los pacientes con infección crónica por VHC, que el tabaquismo y el consumo de alcohol pueden acelerar la progresión de la enfermedad hepática

 

Las fuentes potenciales de transmisión de virus de hepatitis C, incluye: personas hemotransfundidas, empleo de drogas endovenosas, aplicación de tatuajes, piercing y reutilización de agujas terapéuticas

 

Las condiciones asociadas con alta prevalencia de infección por virus de hepatitis C, incluye: pacientes con infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH), pacientes con hemofilia, pacientes en hemodiálisis, trabajadores de la salud, pacientes sometidos a trasplante y en aquellos con elevación inexplicable de aminotransferasas

 

Otros factores de riesgo de infección por hepatitis C incluyen: historia de transfusión sanguínea o sus derivados, promiscuidad sexual, hombres que tienen sexo con hombres, hijo de madre infectada por el virus C, empleo de tatuajes o perforaciones corporales

 

Ante la sospecha de uno de los factores de riesgo, se debe evitar compartir instrumentos punzo cortantes de uso personal (rastrillo, cepillos de dientes, corta-uñas)

 

A toda persona que ingresa a un reclusorio, predominantemente en aquellos con factores de riesgo, se debe considerar el ofrecer la realización voluntaria de un estudio serológico de anti-VHC

 

Los factores que influyen en mayor progresión de la enfermedad a cirrosis son: alcohol >50 gr/d, obesidad, edad >50 años, sexo masculino, grupo étnico, valores de ALT y AST séricas, coinfección con HIV, VHB, grado de actividad inflamatoria y el estado histológico

 

Se recomienda evitar el consumo de alcohol en aquellos pacientes con anti-HCV positivo y fomentar el control de peso.

Se debe considerar la vacunación contra hepatitis A y B en pacientes infectados con hepatitis C

 

Cuando se estime la tasa de progresión de enfermedad avanzada en pacientes con infección por VHC se debe considerar la edad, género, etnia, estilos de vida y el antecedente de infección activa o previa por hepatitis B.


Factores de Riesgo y Pruebas de Detección Específica

 En todas las personas con factores de riesgo para infección por el virus de hepatitis C, se deben realizar estudios de detección específicos

 

Se debe realizar pruebas de detección para infección por VHC como prueba inicial en poblaciones de alto riesgo: donadores de sangre/tejidos, pacientes en hemodiálisis y en trabajadores de la salud que realizan procedimientos que los hacen proclives a riesgo de transmisión

 

Se debe ofrecer prueba de detección contra VHC en: pacientes con elevación persistente e inexplicable de alanino aminotransferasa, aquellas con uso de drogas intravenosas, portadores VIH, personas que recibieron transfusión de sangre o derivados antes del año 1996 y en personas que han tenido contacto sexual con portadores de VHC

 

Todo usuario de drogas, infectado por VHC, debe recibir asesoramiento sobre las medidas para prevenir la transmisión de la infección a otros usuarios

 

Se debe aconsejar a las personas infectadas con VHC, evitar compartir cepillo de dientes o utensilios de afeitar, compartir o reutilizar jeringas, donar sangre, órganos y tejidos. Se debe recomendar realizar prácticas de sexo seguro

 

Se debe informar a las personas infectadas por VHC las medidas para evitar la transmisión de la infección a otras personas. 

Se debe recomendar a las personas coinfectadas con VHC/HIV, realizar prácticas de sexo seguro y fomentar el uso de preservativo

 

Dado que ciertas coinfecciones incrementan el riesgo de daño hepático, se debe informar e investigar factores de riesgo para enfermedades de transmisión sexual, particularmente infección por virus de inmunodeficiencia humana


Diagnóstico Clínico y evaluación inicial pre-tratamiento

 

Como resultado de una evaluación médica integral, se debe investigar en todas las personas conductas o factores que impliquen alto riesgo de infección por el virus C de la hepatitis

 

Como resultado de una evaluación médica integral, se debe investigar en todas las personas conductas o factores que  impliquen alto riesgo de infección por el virus C de la hepatitis

 

La evaluación inicial de un paciente con sospecha de infección por virus de hepatitis C debe incluir química sanguínea, biometría hemática completa, radiografía de tórax y ultrasonido abdominal.

 

La evaluación inicial de un paciente con sospecha de infección por virus de hepatitis C debe incluir un interrogatorio detallado con énfasis en factores de riesgo, así como una exploración física completa

 

En pacientes con infección crónica por VHC es necesario solicitar previo al inicio de tratamiento: marcadores bioquímicos de lesión y función hepática (ALT, AST, albúmina, bilirrubinas, tiempo de protrombina) biometría hemática, cuenta de plaquetas, creatinina sérica, ultrasonido abdominal y pruebas de función tiroidea. Investigar coinfección de VHB y VIH. Se debe solicitar glucosa o hemoglobina glucosilada ante el antecedente de diabetes y electrocardiograma en aquellos con enfermedad cardiaca preexistente

 

Se debe investigar en todos los pacientes la presencia de enfermedades psiquiátricas, particularmente, depresión y  riesgo de suicidio

 

En la evaluación médica inicial se debe investigar la presencia de enfermedades autoinmunes asociadas (reumáticas, gastrointestinales, endocrinas, dermatológicas, entre otras). El tratamiento con interferón puede exacerbar o complicar enfermedades autoinmune (diabetes, enfermedades tiroideas, psoriasis, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn´s, entre otras)

 

Se debe obtener una prueba de embarazo en mujeres que se encuentran en edad reproductiva. Cabe recordar que el embarazo constituye una contraindicación para recibir ribavirina, debido a que es un fármaco teratogénico

 

En pacientes sin factores de riesgo para enfermedad de retina es recomendable realizar una evaluación oftálmica basal previa a inicio de tratamiento. En pacientes con factores de riesgo de enfermedad retiniana (diabetes, hipertensión) las revisiones por el médico oftalmólogo deberá ser basal y durante el tratamiento con la finalidad de identificar cualquier alteración mientras reciban interferón

PRUEBAS DIAGNOSTICAS

En la medida de lo posible, las pruebas de diagnóstico deben realizarse en suero o plasma. 

El anticuerpo anti-virus de hepatitis C (VHC) se utiliza como prueba de escrutinio desde 1990. Se determina por ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) y ha evolucionado de primera a tercera generación. Con una sensibilidad del 97 al 100%. Representa un estudio  sencillo y factible de realizar

 

En pacientes con sospecha de infección por hepatitis C aguda o crónica se deberá realizar en primera instancia la prueba Anti-VHC mediante ELISA de tercera generación

 

La prueba de ELISA anti–VHC es una prueba de escrutinio. No permite identificar si existe viremia, no distingue entre casos nuevos y crónicos. Su positividad

Dado que comunicar al paciente una prueba de virus de hepatitis C positiva, representa una situación delicada, se  recomienda solicitar una segunda prueba para confirmar la correcta identificación de la muestra original

 

En pacientes con una prueba anti-VHC positiva, se debe realizar prueba PCR-RNA-VHC  (reacción en cadena de polimerasa para virus de hepatitis C) 

Se deber solicitar prueba de RNA del VHC en los pacientes en quienes se está considerando administrar tratamiento antiviral. Se debe emplear una prueba cuantitativa sensible

 

El virus de hepatitis C puede clasificarse en 6 genotipos principales (1 al 6), los cuales tienen una variación en la secuencia de nucleótidos de aproximadamente el 30% 

En México, la prevalencia del genotipo 1 es del 72.2%, la del genotipo 2 es del 18% y la del genotipo 3 es del 9.8%

 

La genotipificación debe determinarse en todas las personas infectadas por VHC previo al tratamiento, con el propósito de planear dosis, duración del tratamiento y estimar la probabilidad de la respuesta

 

Se debe considerar realizar biopsia hepática en pacientes con infección crónica por VHC, toda vez que el paciente y médico deseen información sobre el grado de fibrosis, el cual es marcador pronóstico, o bien para apoyar la toma de decisiones con respecto al tratamiento. 

Se recomienda realizar biopsia hepática ante situaciones que sugieran una enfermedad hepática adicional

 

Se debe considerar repetir la biopsia hepática en pacientes con enfermedad leve que permanecen sin tratamiento, si la progresión de la fibrosis hepática puede influir en la decisión de iniciar tratamiento antiviral. 

La biopsia hepática no debe ser considerada como una prueba esencial previo al inicio de tratamiento antiviral, especialmente en pacientes con genotipo 2 y 3

 

Es importante señalar, que hasta el momento, los métodos no invasivos (Fibrotest, fibroescan, actitest, Fibroindex, Fibrometer, Hepascort) no sustituyen a la biopsia hepática en la evaluación del grado de lesión hepática

 

Se puede sugerir combinar las pruebas no invasivas como la elastografia (fibroescan) y marcadores serológicos directos e indirectos para incrementar la exactitud diagnóstica del grado de fibrosis en pacientes con hepatitis C crónica

 

Los marcadores bioquímicos de fibrosis no deben ser utilizados como alternativa a la biopsia hepática para estadificar grados intermedios de fibrosis. 

Las pruebas bioquímicas pueden ser utilizadas como alternativa a la biopsia hepática para diagnosticar cirrosis o bien detectar complicaciones de la fibrosis



TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

Todo paciente con infección crónica por VHC que no reciba tratamiento antiviral, requiere supervisión clínica y con  estudios bioquímicos, al menos una vez al año. Los pacientes con cirrosis requieren una vigilancia cada seis meses

 

La combinación de interferón pegilado (Peg-interferón) y ribavirina es el tratamiento estándar para el manejo de  pacientes con infección crónica por virus de hepatitis C

 

La respuesta viral sostenida debe ser empleada como un marcador de eliminación viral. 

Debe evaluarse el inicio de tratamiento, en pacientes con fibrosis portal o en los que presentan cirrosis compensada y que tienen contraindicación para recibir el tratamiento antiviral

 

En pacientes con genotipo 1 y 4, el tratamiento con interferón pegilado más ribavirina deberá administrarse durante 48 semanas 

Pacientes con genotipo 2 y 3 deberán ser tratados con interferón pegilado más ribavirina (dosis fijas de 800 mg) durante 24 semana


La duración del tratamiento combinado, interferón pegilado más ribavirina, en principio, se debe administrar de 12 a 24 semanas en pacientes con genotipo 2 y 3 y, de 48 semanas para pacientes con genotipo 1 y 4

 

En el caso de genotipo 1 y 4, la administración de interferón pegilado más ribaviria deberá planearse a 48 semanas. La dosis de interferón pegilado alfa 2a, será de 180 μg semanal, vía subcutánea en combinación con ribavirina, vía oral, frecuencia diaria. La dosis de ribavirina será de 1,000 mg para aquellos con peso ≤ 75 kilogramos  y de 1,200 mg en aquellos con peso > 75 kilogramos

 

En el caso de Peg-interferón alfa 2b la dosis óptima es de 1.5 μg/kg por semana, vía subcutánea en combinación con  ribavirina, vía oral, diaria, de acuerdo al peso del paciente.

La dosis de ribavirina, será de 800mg en pacientes con peso < 65 kg, de 1,000

mg en aquellos con peso entre 65 a 85 kg, de 1200 mg en pacientes con peso de 85 kg a 105 kg y de 1400 mg para aquellos con peso > 105 kg y menor de 125. 

Se recomienda realizar una prueba de PCR-RNA-VHC, cuantitativa y altamente sensible, a la semana 4 (respuesta viral rápida) y a la semana 12 de tratamiento

 

En pacientes con genotipo 1 se debe investigar respuesta virológica temprana a la semana 12. Si alcanzaron una respuesta virológica temprana, el tratamiento deberá continuarse hasta la semana 48. 

Se debe descontinuar el tratamiento, en aquellos pacientes con genotipo 1 que no alcanzan una respuesta virológica  temprana a la semana 12

 

Los pacientes que no alcanzaron una respuesta virológica temprana completa (RNA-VHC indetectable a la semana 12 de tratamiento) deben ser reevaluados a la semana 24, si el RNA del VHC continua positivo el tratamiento debe ser suspendido

 

Para pacientes infectados con VHC genotipo 1 en quienes tienen retraso en la eliminación del virus (prueba de RNA VHC que puede ser negativa entre la semana 12 y 24) se deberá considerar extender el tratamiento por 72 semanas

 

En pacientes con infección por virus de hepatitis C y genotipo 1 que continuaron el tratamiento entre 48 a 72 semanas y tuvieron prueba de RNA VHC negativa, se

deberá realizar prueba de RNA para VHC 24 semanas después de terminado el tratamiento para evaluar la respuesta virológica sostenida. 

Aquellos pacientes con cirrosis relacionada con infección por el VHC que alcanzan respuesta virológica sostenida, independientemente del genotipo, deben continuar su

vigilancia a intervalos de 6 a 12 meses, debido al riesgo de desarrollar hepatocarcinoma

 

Se debe informar a los pacientes mayores de 40 años que existe una probabilidad menor de alcanzar una respuesta viral sostenida

Se debe informar que la etnia hispana reduce la probabilidad de alcanzar una respuesta viral sostenida. 

Se recomienda evitar el consumo de alcohol y fomentar el control de peso en pacientes con infección por el VHC

Precaución y Contraindicaciones del Tratamiento antiviral

La depresión es común en pacientes que reciben tratamiento estándar para infección por VHC

 

Los pacientes con problemas de salud mental estables, podrían no ser excluidos del tratamiento. Deben vigilarse sus síntomas psiquiátricos, antes y durante el tratamiento con interferón

Los trastornos psiquiátricos no controlados, constituyen una contraindicación para el tratamiento antiviral, específicamente, el uso de interferón

 

El tratamiento estándar para hepatitis C está contraindicado en mujeres embarazadas, en pacientes con historia de algún tipo de cáncer, depresión severa

 

El tratamiento antiviral está contraindicado en pacientes sometidos a transplante de órgano sólido (riñón, corazón o pulmón), hepatitis autoinmune, enfermedad tiroidea no controlada, hipertensión arterial grave, insuficiencia cardiaca, enfermedad arterial coronaria, diabetes melllitus pobremente controlada, EPOC, edad menor de 2 años e hipersensibilidad a los fármacos empleados en el tratamiento de infección por VHC

 

En aquellas parejas, en la que uno de ellos reciba el tratamiento estándar, se sugiere el uso de dos métodos anticonceptivos hasta seis meses depues de terminado el mismo

 

Retratamiento Ante Recaída y Falla al Tratamiento

 

No se recomienda retratamiento con interferón pegilado más ribavirina en pacientes que no alcanzaron respuesta viral sostenida después de un primer curso completo del tratamiento combinado, independientemente del tipo interferón pegilado utilizado

 

El retratamiento con IFN pegilado más ribavirina puede ser considerado en pacientes no respondedores o con recaída quienes previamente han sido tratados con:

 a) IFN no pegilado con o sin ribavirina,

 b) monoterapia con IFN pegilado, particularmente en los que tienen fibrosis o cirrosis

 

No se recomienda mantener el tratamiento en pacientes con fibrosis o cirrosis que han tenido falla a tratamiento con interferón pegilado y ribavirina

 

Principales efectos adversos

 

Los pacientes que reciben tratamiento estándar pueden experimentar síntomas parecidos a gripe, tales como fiebre, mialgias, escalofrío, artralgia y cefalea, los cuales son menos graves después del primer mes de tratamiento

 

 

Se debe advertir a los pacientes sobre la pérdida del cabello informándole que es reversible al concluir el tratamiento

 

Hemólisis y náusea, son los principales efectos adversos de la ribavirina

Anemia, obstrucción nasal, prurito, diarrea, y eczema, son manifestaciones frecuentes de la ribavirina

Intervenciones como el uso de paracetamol, incremento en el consumo de líquidos y reposo pueden mejorar o reducir los síntomas

 

Los niveles de hemoglobina (Hb) deberán mantenerse en un nivel ≥ 9 gr/dl, requiriendo el ajuste de la dosis de ribavirina cuando exista un descenso de los niveles de Hb permitidos, permitido hasta 200 mgs de ribavirina por cada descenso de un gr. de Hb, hasta una dosis no inferior de 400 mgs al día

 

Se recomienda valorar el uso de eritropoyetina recombinante cuando el descenso de Hb ≤ de 9 gr/dl

 

La administración de factor estimulante de colonia de granulocitos-macrófagos (G-CSF) filgrastrim, debe ser considerada en pacientes que reciben tratamiento estándar

y que presentan neutropenia significativa, limitando la suspensión del tratamiento antiviral

 

A los pacientes quienes desarrollan depresión se les debería considerar tratamiento con antidepresivos y referirse con psiquiatría de ser necesario

 

Todos los pacientes que reciben tratamiento deberán ser advertidos sobre la apropiada higiene de la piel e hidratación, evitar sobre exposición a la luz solar y favorecer rotación de los sitios de inyección. Se recomienda y el uso de emolientes. tópicos debiendo considerar valoración por Dermatología

 

Se debe investigar la función tiroidea antes del empleo de Peg-interferón a las 12 semanas de tratamiento y en cualquier momento en que exista la sospecha clínica, en tal caso, deberá referirse a Endocrinología

 

Aquellos pacientes que reciben interferón pegilado y ribavirina y refieran disnea que no se relaciona a anemia deberá ser evaluado para investigar problemas cardiopulmonares

 

Los pacientes con infección crónica por virus de hepatitis C que tiene hipertensión, y/o diabetes mellitus deberán tener una evaluación oftalmológica previa al inicio del tratamiento, poniendo particular atención en la búsqueda de exudados algodonosos o hemorragia retiniana

 

Cualquier paciente que refiera alteraciones visuales mientras este recibiendo Peg-interferón deberá suspenderlo hasta la resolución de los síntomas y deberá ser evaluado por el oftalmología para investigar lesión retiniana

 

 

OTRAS TERAPIAS

 

No se recomiendan en el manejo de pacientes con infección crónica con VHC, ante recaída previa o en aquellos que nunca han respondido al tratamiento:

amantadina más interferón solo o en combinación con ribavirina, ribavirina en monoterapia e IL-12

 

 

SITUACIONES ESPECIALES

Independientemente de los niveles séricos de aminotransferasas, la decisión de iniciar tratamiento con peginterferón y rivabirina debe ser individualizada en base

a la severidad de la enfermedad hepática fundamentada por biopsia hepática, considerar los potenciales eventos adversos, la probabilidad de respuesta y la presencia de comórbidos

 

El esquema de tratamiento para pacientes con infección VHC y aminotransferasas normales debe ser el mismo para pacientes con aminotransferasas elevadas

 

Todos los pacientes con enfermedad renal crónica en tratamiento sustitutivo de la función renal en hemodiálisis y o candidatos a transplante renal deben ser estudiados para VHC con el propósito de planear el manejo y tratamiento

 

La decisión de desarrollar biopsia hepática en pacientes con enfermedad renal debe de ser individualizada con base a una evaluación clínica de la necesidad del tratamiento antiviral y la gravedad de la enfermedad hepática

 

Pacientes con infección HVC y enfermedad renal moderada (IFG > 60ml/min.), deben de ser tratados con la misma combinación de terapia antiviral como la que se utiliza en pacientes sin enfermedad renal

 

Pacientes seleccionados con insuficiencia renal (IFG > 60ml/min.), con o enfermedad renal terminal con VHC pueden ser tratados con Peg-interferón y dosis ajustadas de ribavirina a 200 mg/día

 

En pacientes con infección crónica por VHC y enfermedad renal grave no sometidos a hemodiálisis deben tratarse con dosis reducida de peginterferón alfa-2a, 135 μg/semana; alfa 2b, 1 μg/Kg/semana) y rivabirina (200-800 mg/día) con monitoreo estricto de efectos adversos

 

El tratamiento para pacientes con VHC sometidos a diálisis peritoneal debe considerar interferón convencional (2a o 2b) en dosis de 3mUI/2 veces por semana, o bien una dosis reducida de Peg-interferón 2ª (135 μg por semana) o Peg-interferón 2b (1 μg/kg/ semana)

 

En pacientes con infección por VHC y sometidos a diálisis peritoneal el tratamiento con ribavirina puede emplearse en combinación con interferón, en dosis notablemente reducidas y con seguimiento cuidadoso de anemia y otros efectos adversos

 

No se recomienda tratamiento antiviral en pacientes con infección crónica por VHC que han recibido transplante renal, a menos que desarrollen hepatitis fibrótica

colestásica

 

En pacientes con crioglobulinemia y proteinuria moderada a grave que tienen enfermedad renal lentamente progresiva deben ser tratados con interferón convencional o dosis reducidas de Peg-interferón alfa y rivabirina

 

En pacientes con crioglobulinemia y proteinuria importante, que tienen evidencia de enfermedad renal  progresiva o exacerbación de crioglonulinemia, pueden ser

tratados con rituximab, ciclofosfamida mas metilprednisolona, plasmaféresis seguido de interferón una vez que la fase aguda se ha resuelto.

 

Los pacientes con cirrosis compensada (CTP child-Tucote-Pugh, clase A) relacionada con VHC, pueden ser tratados con Peg-interferón y ribavirina, siendo necesaria una estrecha vigilancia de los efectos adversos

 

Los pacientes con cirrosis hepática clínicamente descompensada, deben ser referidos para evaluar trasplante hepático. No son candidatos a tratamiento por infección de hepatitis C

 

En pacientes con cirrosis descompensada (CTP, clase B y C), el tratamiento con Peg-interferón, puede ser iniciado en dosis bajas, siempre y cuando los pacientes hayan sido aceptados para trasplante hepático. El tratamiento debe ser administrado por médicos con experiencia bajo una estrecha supervisión de los efectos adversos

 

Se pueden emplear factores estimulantes de colonias y eritropoyetina, en el tratamiento de la anemia y leucopenia asociadas al tratamiento, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y limitar la necesidad de disminuir las dosis del tratamiento antiviral en pacientes con cirrosis descompensada

 

La administración de Peg-interferón alfa con o sin ribavirina, debe ser el régimen preferido en pacientes con VHC sometido a trasplante hepático 

No se debe emplear Peg-interferón en receptores de trasplante de pulmón, corazón o riñón, excepto para pacientes que hayan desarrollado hepatitis fibrótica colestásica


Los pacientes con infección aguda deben ser referidos de forma inmediata al médico Gastroenterólogo e Infectologo.

 

Se debe enviar a la especialidad de Medicina Interna (segundo nivel de atención) a los pacientes con factores de riesgo para hepatitis en los que existe sospecha clínica y de laboratorio de infección crónica por VHC

 

Se enviará a segundo nivel de atención, a aquellos pacientes con elevación persistente e inexplicable de aminotransferasas

 

El paciente con prueba de ELISA para VHC positivo, deberá enviarse a la Clínica de Hígado o su equivalente (en el segundo y tercer nivel de atención) al menos con: prueba de ELISA, transaminasas, biometría hemática completa, tiempos de coagulación, y estudios de función renal

 

Se debe enviar a Gastroenterología a todo paciente con infección aguda por VHC y aquellos con infección crónica sin evidencia de cirrosis avanzada, para determinar el tratamiento y las acciones de seguimiento específico. Se evaluarán en las Clínicas de Hígado o su equivalente, las poblaciones especiales (coinfección VIH, VHB, insuficiencia renal), aquellos con complicaciones y los que presentan efectos adversos al tratamiento


Se deberá revalorar a todo paciente respondedor cada 6 meses durante los dos primeros 2 años con pruebas de funcionamiento hepático, ultrasonido de hígado y vías biliares y RNA – HVC

 

Aquellos pacientes sin indicación para tratamiento antiviral o contraindicaciones para la terapia (EPOC, diabetes mellitus con daño a órgano mayor), pacientes que no aceptan el tratamiento y pacientes que no alcanzaron una respuesta virológica sostenida, deberán ser vigilados por un Gastroenterólogo por lo menos de forma anual con estudios bioquímicos (transaminasas, albúmina, bilirrubina, tiempos de coagulación y biometría hemática)

 

Pacientes con cirrosis relacionada a virus de la hepatitis C que alcanzaron respuesta virológica sostenida independientemente del genotipo deben continuar vigilancia en intervalos de 6 a 12 meses para investigar carcinoma hepatocelular













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