ENFERMEDAD HEPATICA NO GRASA



La Enfermedad Hepática Grasa No Alcohólica (EHGNA) es una de las enfermedades hepáticas más comunes en el mundo y la principal en los países occidentales.

La EHGNA es más frecuente en los hombres, teniendo una proporción de 68% en los Estados Unidos. Se han encontrado diferencias significativas en la edad según la raza para la aparición de EHGNA siendo los México-americanos en quienes se presenta a menor edad, 36.7 años, comparados con los blancos no hispanos 43.1 años y los negros no Hispanos 39.5 años..

Los resultados de los estudios de prevalencia e incidencia de la progresión de la enfermedad de HGNA a esteatohepatitis no alcohólica varía substancialmente debido a las diferentes definiciones, distintas poblaciones estudiadas y a los métodos diagnósticos empleados. En población general, la progresión de HGNA a esteatohepatitis no alcohólica fue de un 10-20% y de HGNA a cirrosis de 0 a 4% en un periodo de 10 a 20 años. Por otro lado, la progresión de esteatohepatitis no alcohólica a cirrosis fue del 3 a 15% en el curso de 10 a 20 años y de insuficiencia hepática con cirrosis fue de 38-45% después de 7-10 años y de cirrosis a hepatocarcinoma es de un 2-5% por año. (LaBrecque D, 2012). (Ver anexo 5.3, Cuadro 1).




Igualmente, dentro de la trascendencia del HGNA, se le conoce como la manifestación hepática del síndrome Metabólico, además de la resistencia a la insulina, dislipidemia, obesidad central e hipertensión arterial sistémica.

 

Las causas de mortalidad en pacientes cirróticos con EHGNA son insuficiencia hepática, sepsis, hemorragia varicosa, hepatocarcinoma y enfermedad cardiovascular.  Por otro lado, la esteatohepatitis no alcohólica por su relación con el hepatocarcinoma actualmente es la tercera indicación más común para trasplante hepático (Yilmaz Y, 2014).


La Enfermedad Hepática Grasa no Alcohólica (EHGNA) es una entidad clínico-patológica compleja que surge de numerosos factores genéticos, ambientales, de comportamiento, así como de origen social, que se define como una acumulación excesiva de grasa en el hígado en forma de triglicéridos denominada esteatosis (histológicamente infiltración >5% de los hepatocitos) y comprende el Hígado Graso No Alcohólico (HGNA) y la Esteatohepatitis No Alcohólica.

 

El diagnóstico de Hígado Graso No Alcohólico, por definición, requiere de evidencia de esteatosis hepática, ya sea por imagen o por histología, además de la exclusión de causas secundarias de acumulación de grasa hepática como el consumo significativo de alcohol, fármacos, pérdida acelerada de peso y otras enfermedades hepáticas específicas. De igual forma, el Hígado Graso No Alcohólico tiene asociación estrecha con factores de riesgo metabólicos que influyen en su evolución, tratamiento y pronóstico

 

Por el contrario, la Esteatohepatitis No Alcohólica tiene potencial de progresión a enfermedad hepática avanzada y se caracteriza por la presencia de esteatosis hepática e inflamación con daño hepatocelular caracterizado por balonización de los hepatocitos con o sin fibrosis.

 


La Enfermedad Hepática Grasa no Alcohólica (EHGNA) se clasifica histológicamente en:

1) Hígado Graso No Alcohólico (HGNA).

2) Esteatohepatitis No Alcohólica

 

Hígado Graso No Alcohólico: Es la forma simple de la EHGNA manifestada por infiltración grasa macrovesicular del hígado en forma de triglíceridos en mas del 5% de los hepatocitos

 

Esteatohepatitis No Alcohólica: Definida por la necroinflamación con daño hepatocelular y balonización con una variable cantidad de fibrosis y potencial progresión a cirrosis.


Se recomienda tomar en cuenta a los factores de alto riesgo para desarrollar enfermedad hepática grasa no alcohólica: 

  • Obesidad. 
  • Diabetes mellitus. 
  • Dislipidemia. 
  • Sindrome metabólico. 
  • Etnia (hispanos, japoneses)

 

Se recomienda evaluar otras condiciones recientemente asociadas al desarrollo de enfermedad hepática grasa no alcohólica son: 

  • Ovario poliquístico. 
  • Hipotiroidismo. 
  • Apnea obstructiva del sueño. 
  • Hipopituitarismo. 
  • Hipogonadismo. 
  • Resección pancreático-duodenal.

 

Otros condiciones que favorecen la lesión hepática son : 

  1. Deficiencias vitamínicas. 
  2. Microbiota intestinal.

 

Existe evidencia que relaciona a la microbiota intestinal y la traslocación bacteriana con la esteatosis hepática. 

La microbiota intestinal afecta la absorción de nutrientes y la homeostasis de energía. 

La permeabilidad intestinal alterada puede favorecer el paso de derivados bacterianos a la circulación y causar un estado inflamatorio, característico del síndrome metabólico.

 

El síndrome metabólico se asocia con obesidad, alteraciones en diversos órganos, diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular. Siendo este una combinación de entidades como: 

  • Resistencia a la insulina.
  •  Aumento de grasa abdominal. 
  • Dislipidemia. 
  • Intolerancia a la glucosa. 
  • Hipertensión.

Estas condicionan disfunción del tejido adiposo con liberación de ácidos grasos libres y adipocitocinas (adiponectina, resistina, visfatina) responsables de inflamación y resistencia a la insulina, ambas contribuyentes al desarrollo de EHGNA.

 

La Obesidad tiene un desarrollo multifactorial, donde interactúan factores genéticos, ambientales, psicosociales y de comportamiento. Contribuye al depósito de grasa en tejidos no adiposos ocasionando EHGNA. Aunque no todas las personas obesas depositan grasa en el hígado y no todos los pacientes con EHGNA tienen diagnóstico de síndrome metabólico.

 

El riesgo cardiovascular se asocia al síndrome metabólico y la severidad varía de acuerdo a la combinación de los distintos componentes de éste. Mientras que en EHGNA permanece como un factor independiente de riesgo cardiovascular.

 

Los posibles mecanismos ligados a EHGNA y enfermedad cardiovascular son: 

  • Resistencia a la insulina. 
  • Aumento de depósito hepático de triglicéridos. 
  • Activación de la cascada inflamatoria (Apoptosis/necrosis, fibrosis). 
  • Disminución de la adiponectina (incremento de la lipogénesis). 
  • Disfunción endotelial. 
  • Dislipidemia aterogénica. 
  • Disfunción mitocondrial. 
  • Estrés oxidativo.

La mayoría de los pacientes con EHGNA, se encuentran entre la cuarta a quinta década de la vida, existiendo variabilidad según los estudios respecto al género.

Los pacientes con hígado graso no alcohólico habitualmente están asintomáticos; algunos con estatohepatitis no alcohólica pueden presentar fatiga, malestar general y dolor abdominal “vago” en cuadrante superior derecho.

 

Hallazgos de laboratorio en EHGNA: 

  • Elevación leve a moderada de aminotransferasas (niveles normales no excluyen el diagnóstico). 
  • Relación AST/ALT < 1 (el nivel de elevación de aminotransferasas no predice el grado de inflamación hepática o fibrosis). 
  • La fosfatasa alcalina puede estar elevada 2 a 3 veces el límite superior de la normalidad.  Albúmina y bilirrubinas en sangre suelen estar normales.

 

Existe evidencia que la ferritina en sangre mayor de 1.5 veces su valor normal en pacientes con EHGNA se asocia a mayor actividad de la enfermedad y a fibrosis hepática avanzada.

En pacientes detectados de forma incidental con hígado graso por estudios de imagen y con signos o síntomas atribuibles a enfermedad hepática y pruebas de funcionamiento hepático anormales, se recomienda realizar protocolo para confirmar EHGNA.

 

En pacientes que se detecta hígado graso de forma incidental por estudios de imagen, pero no tienen signos o síntomas atribuibles a enfermedad hepática, ni pruebas de funcionamiento hepático anormales, se recomienda evaluar y tratar los factores de riesgo metabólico (obesidad, intolerancia a la glucosa, dislipidemia) u otras causas de esteatosis hepática.

 

Se consideran factores de riesgo de progresión del hígado graso no alcohólico a esteatohepatitis: 

  • Datos de inflamación en la biopsia (2.5 veces riesgo de progresión). 
  • Presencia de balonización y cuerpos de Mallory, o fibrosis en la biopsia. 
  • Diabetes mellitus. 
  • Elevación de aminotransferasas (> 2 veces su valor normal). 
  • Índice de masa corporal > 28 kg/m2 . 
  • Edad avanzada.
  • El consumo de café esta asociado con menor riesgo de progresión de la enfermedad.

 

Para establecer el diagnóstico de enfermedad hepática grasa no alcohólica se requiere:

1. Demostrar hígado graso por imagen o biopsia.

2. Exclusión de consumo significativo de alcohol.

3. Exclusión de otras causas de esteatosis hepática.

4. Exclusión de causas coexistentes de enfermedad hepática crónica.

 

Estudios de imagen para el diagnóstico de enfermedad hepática grasa no alcohólica:  

  1. Ultrasonido. 
  2. Tomografía axial computada (TAC). 
  3. Imagen por resonancia magnética (IRM).

 

 

El ultrasonido es el método que se utiliza de primera elección para detección de EHGNA en la práctica clínica debido a:

  1.  Bajo costo. 
  2. Disponibilidad. 
  3. Sensibilidad de 60-94%. 
  4. Especificidad de 66-97%.

 

Las características de TAC en la esteatosis hepática son: 

  • Atenuación del parénquima hepático en relación a bazo. 
  • Diferencia de atenuación de hígado-bazo. 
  • Relación de atenuación hígado-bazo.

 

Cuando se evalúan pacientes con sospecha de EHGNA se debe considerar el consumo de alcohol. Existen varias definiciones de consumo significativo de alcohol, para fines de este documento, se considera lo siguiente:

  •  > 15 bebidas estándar por semana en un periodo de 2 años en hombres (210 gr de alcohol). 
  • > 10 bebidas estándar por semana en mujeres en un periodo de 2 años (140 gr de alcohol). (Ver Anexo 5.3, Cuadro 2).


 


Un hallazgo que sugiere enfermedad hepática grasa alcohólica más que EHGNA es la relación AST/ALT >2.

Se recomienda en la evaluación del paciente con sospecha de EHGNA, descartar otras causas de esteatosis y de enfermedad hepática crónica.


Otras causas comunes de esteatosis hepática macrovesicular secundaria que se deben descartar son: 

  • Consumo excesivo de alcohol. 
  • Hepatitis C (genotipo 3). 
  • Enfermedad de Wilson. 
  • Lipodistrofia. 
  • Nutrición parenteral. 
  • Inanición. 
  • Abetalipoproteinemia. 
  • Fármacos (por ejemplo, amiodarona, metotrexato, tamoxifeno, corticoesteroides).

 

Otras causas comunes de esteatosis hepática microvesicular secundaria que se deberán descartar son: 

  • Síndrome de Reye. 
  • Fármacos (valproato, anti-retrovirales). 
  • Hígado graso del embarazo. 
  • Síndrome de HELLP. 
  • Errores innatos del metabolismo (enfermedad de Wolman, enfermedad por depósitos de éster de colesterol, deficiencia de lecitina-colesterol acetiltransferasa)

 

Se sugiere realizar una historia clínica detallada para identificar otras causas EHGNA, como parte del proceso inicial del estudio diagnóstico.

 

El puntaje de fibrosis en enfemedad hepática grasa no alcohólica (NALFD fibrosis Score) se conforma de 6 variables: 

  • Edad. 
  • IMC.
  •  Hipertrigliceridemia. 
  • Conteo plaquetario,  Albúmina. 
  • AST/ALT. (Para cálculo, disponible en: http://nafldscore.com)

 

Una vez que la enfermedad hepática grasa no alcohólica es diagnosticada, el siguiente paso es determinar la severidad, misma que será necesaria para establecer el pronóstico.

La biopsia hepática se considera el “estándar de oro” para establecer el diagnóstico de estatohepatitis no alcohólica y evaluar el grado de fibrosis en pacientes con enfermedad hepática no alcohólica.

 

Limitaciones de la biopsia hepática: 

  • Costos. 
  • Error en la muestra. 
  • Complicaciones mayores 1-3%. 
  • Mortalidad en el 0.01%.

 

Se debe considerar biopsia hepática en pacientes con EHGNA que tiene un riesgo elevado de estatohepatitis y fibrosis avanzada.

Se recomienda realizar biopsia hepática en pacientes con EHGNA y en quienes otras etiologías de esteatosis hepática y enfermedad hepática crónica coexistente no pueden ser excluidas sin la biopsia

 

No se recomienda realizar biopsia hepática en pacientes con esteatosis hepática no sospechada, detectada en estudios de imagen que estén asintomáticos y que tengan pruebas de funcionamiento hepático normales.

 

Otras indicaciones de biopsia hepática en presencia de enfermedad hepática grasa no alcohólica: 

  • Síndrome metabólico con pruebas de función hepática anormales. 
  • Diabetes mellitus tipo 2 con pruebas de función hepática anormales. 
  • Durante la cirugía bariátrica. 
  • AST mayor que ALT. 
  • Trombocitopenia. 
  • Hipoalbuminemia.

 

Aunque existe controversia respecto que pacientes deben ser sometidos a estudios de escrutinio, existe dos situaciones en las que se recomienda realizar biopsia:  Donante vivo de trasplante hepático. (la esteatosis aumenta el riesgo de disfunción del injerto).  Resección hepática mayor (la esteatosis aumenta el riesgo de morbi-mortalidad posoperatoria).

 

Los hallazgos histopatológicos en la enfermedad hepática grasa no alcohólica incluyen:  

  1. Esteatosis.  
  2. Inflamación. 
  3. Daño celular. 
  4. Fibrosis

 

El criterio mínimo para establecer el diagnóstico de enfermedad hepática grasa no alcohólica es > 5% de hepatocitos esteatóticos en una sección de tejido hepático.

 

La clasificación de la esteatosis hepática se describe como. 

Grado 1 esteatosis leve (5-33%). 

Grado 2 esteatosis moderada (34-66%). 

Grado 3 esteatosis severa (66%).

 

El NAS proporciona una puntuación compuesta basado en:

Grado de esteatosis.

Balonización.

Fibrosis.

Los puntajes son:

1-2 corresponde a hígado graso no alcohólico.

3 -4 corresponde esteatohepatitis limítrofe.

≥5 corresponde a esteatohepatitis. (Ver anexo 5.3, Cuadro 3).



TRATAMIENTO NO FARMACOLOGICO

El tratamiento de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) consiste en tratar tanto la enfermedad hepática como las condiciones metabólicas asociadas tales como obesidad, hiperlipidemia, resistencia a la insulina y diabetes mellitus tipo 2.

 

Se recomienda evitar el consumo significativo de alcohol en todos los pacientes con EHGNA.

Las modificaciones al estilo de vida reducen los niveles de enzimas hepáticas y la esteatosis hepática.

 

Se requiere una reducción de al menos 3-5% del peso corporal para mejorar la esteatosis. Esto puede lograrse con una dieta hipocalórica sola o en conjunto con incremento en la actividad física.

Se recomienda enviar a un programa de reducción de peso guiado por nutriólogo con apoyo familiar y comunitario para los pacientes con sobrepeso u obesidad.

Se recomienda un programa de 150 minutos por semana que consiste en actividad física aeróbica o de resistencia, se debe incluir a todos los pacientes con EHGNA en la medida de lo posible.

Se recomienda bajar de peso por lo menos 10% del peso corporal con dieta hipocalórica con/sin actividad física como tratamiento primario de la EHGNA.

Se recomienda incluir a todo paciente con EHGNA a un programa de atención social a la salud comunitario para control de peso donde se incluya apoyo nutricional y actividad física a través del manejo multidisciplinario entre el médico familiar, nutriólogo(a) y médico especialista.


TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

El tratamiento farmacológico está enfocado a mejorar la enfermedad hepática y deben limitarse a pacientes con esteatohepatitis.

Las guías actuales no recomiendan el uso de metformina. Aunque el uso de metformina se puede considerar en pacientes diabéticos con esteatohepatitis no alcohólica, no hay evidencia que apoye su eficacia desde el punto de vista hepático.

 

La metformina no se recomienda como tratamiento específico en los adultos con EHGNA ya que no tiene efecto significativo en la histología hepática.

 

Pioglitazona puede usarse en pacientes con esteatohepatitis no alcohólica comprobada por biopsia. Su seguridad y eficacia a largo plazo no se ha establecido aún.

La dosis habitual de pioglitazona en los ensayos es de 30 mg al día.

 

Pioglitazona se ha asociado a reducción significativa de mortalidad, infarto de miocardio y evento vascular cerebral, sin embargo se observó mayor tasa de insuficiencia cardiaca congestiva (2.3% vs 1.8% grupo control), por lo que debe tener cautela en pacientes con alteración en la función miocárdica.


VITAMINA E

 

El uso de vitamina E (α-tocoferol) se asocia con disminución en los niveles de aminotransferasas en sujetos con esteatohepatitis no alcohólica.

La vitamina E mejora la esteatosis, la inflamación y la balonización, ayudando a la resolución de la esteatohepatitis. Sin embargo no tiene efecto en la fibrosis hepática.

La normalización de los niveles de ALT en pacientes con esteatohepatitis generalmente se asocia a mejoría de la actividad histológica. La vitamina E puede mejorar los niveles de ALT con o sin pérdida de peso.

 

Vitamina E (α-tocoferol) administrado a dosis de 800 UI al día puede ser considerado como terapia farmacológica de primera línea en pacientes no diabéticos con esteatohepatitis no alcohólica comprobada con biopsia.


OTROS TRATAMIENTOS

Es prematuro recomendar ácidos grasos omega-3 pero pueden considerar para tratar hipertrigliceridemia en pacientes con EHGNA.

Pentoxifilina inhibe la producción del factor de necrosis tumoral alfa, el cual en hipótesis contribuye a la progresión de la EHGNA. El tratamiento con 1200 mg diario por un año demostró que mejoró la esteatosis, inflamación y el puntaje NAS, aunque no tiene efecto en fibrosis y se requieren más estudios antes de recomendarla en EHGNA.

 

Al igual que pentoxifilina hay otros medicamentos que se han estudiado en EHGNA de los cuales hay escasa evidencia y se necesita mayor estudio antes de recomendarlos:  

Probucol. 

Betaína. 

Losartán.

 Atorvastatina

 

Atorvastatina al igual que otras estatinas pueden utilizarse para tratar la dislipidemia en pacientes con EHGNA. No deben ser usadas como terapia especifica en esteatohepatitis no alcohólica.

 

La cirugía bariátrica se asocia con control de sobrepeso y diabetes mellitus los cuales son factores de riesgo importantes en la EHGNA. No hay contraindicación de la cirugía en individuos obesos con esteatohepatitis no alcohólica sin cirrosis.


La EHGNA abarca una amplia variedad de patologías hepáticas desde simple grasa hepática hasta esteatohepatitis no alcohólica, esta última se caracteriza por la presencia de infiltración grasa además de lesión celular como inflamación y balonización del hepatocito.

 

Algunos pacientes con EHGNA desarrollan fibrosis hepática, otros progresan a cirrosis y sus complicaciones como hipertensión portal y hepatocarcinoma.

 

El pronóstico de la EHGNA a largo plazo es bueno, sin embargo depende estrechamente del estadio histológico al momento de su presentación. Aquellos sin evidencia de fibrosis severa o cirrosis tienen un riesgo similar de muerte comparado con la población general.

 

Los pacientes con EHGNA que han desarrollado cirrosis deben tener seguimiento continuo y durante éste, se debe realizar escrutinio para várices esofágicas y hepatocarcinoma.

La obesidad es un factor predisponente de progresión de daño hepático a cirrosis independientemente de la presencia o no de la EHGNA.

Los pacientes con EHGNA tienen un incremento de riesgo cardiovascular comparado con la población general. El riesgo cardiovascular es la principal causa de muerte en pacientes con EHGNA.

 

Las causas de muerte más frecuente en los pacientes con EHGNA son las enfermedades cardiovasculares y cáncer extra-hepático.

 

La EHGNA se asocia con eventos cardiovasculares debido a que los individuos con hígado graso, presentan más placas coronarias y carotideas.

El proceso de seguimiento de EHGNA que se recomienda es el siguiente: 

Se debe de valorar los factores de riesgo metabólicos y estratificar el riesgo cardiovascular en todos los pacientes con EHGNA, cada 6 meses. 

Se deberá llevar seguimiento no invasivo de EHGNA con ultrasonido hepático, pruebas de función hepática y marcadores de resistencia a la insulina cada 6 meses. 

La biopsia hepática no se debe de repetir antes de 5 años de la basal a menos que se sospeche de progresión de la enfermedad. 

La búsqueda de várices esofágicas o de hepatocarcinoma se deberá realizar en pacientes con esteatohepatitis y cirrosis.

 

Ante la presencia de paciente con hallazgo de hígado graso por estudio de imagen y elevación de aminotransferasas (ALT y AST) deberá ser enviado a segundo nivel de atención para evaluación por médico especialista (Medicina Interna o Gastroenterología).

 

El paciente con diagnostico histológico de Hígado graso no alcohólico sin esteatohepatitis por biopsia podrá llevar seguimiento en primer nivel con vigilancia de ALT y AST de forma semestral y control de factores de riesgo.

 

Ante la evidencia de elevación de ALT, AST o datos clínicos de cirrosis en paciente previamente diagnosticados con HGNA deberán reenviarse a segundo nivel de atención.

 

El paciente con EHGNA en seguimiento por médico especialista, con factores de riesgo y/o factores emergentes que persisten con elevación de aminotransferasas a pesar de modificaciones en el estilo de vida, pérdida de peso y control de co-morbilidades deberá ser sometido a biopsia hepática.

 

Los pacientes con diagnóstico histológico de esteatohepatitis no alcohólica son los únicos que deberán ser tratados con medidas farmacológicas según las recomendaciones descritas por médico especialista.

 

En pacientes con diagnóstico histopatológico de esteatohepatitis no alcohólica y cirrosis deberán ser referidos al servicio de Endoscopía para la búsqueda de várices esofágicas.






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