LESIONES PRECURSORAS DEL CANCER DEL CUELLO UTERINO
Según
estimaciones de la International Agency for Research on Cancer (IARC) en 2018
ocurrirán en el mundo 311 365 muertes provocadas por cáncer de cuello uterino,
lo que representará el 7.5% de todos los fallecimientos femeninos atribuibles a
neoplasias malignas. En ese mismo año, se reportarán 569 847 casos nuevos de
esta enfermedad, lo que la ubicará como el cuarto cáncer más frecuente entre
las mujeres a nivel mundial.
En
México, el cáncer de cuello uterino constituye la segunda causa de muerte por
neoplasia maligna entre las mujeres mayores de 25 años de edad. Según cifras
oficiales publicadas por el Instituto Nacional de Estadistica y Geografía
(INEGI), en 2016 ocurrieron en el país 4 050 fallecimientos atribuibles al
cáncer de cuello uterino (11 por día), lo que representó el 1.32% de todas las
muertes femeninas que se presentaron en ese año con una tasa de 11.4 decesos
por cada 100 000 mujeres de 25 años de edad y más.
El
grupo con mayor número de casos reportados se ubicó entre los 25 a 45 años de
edad,
En los
datos señalados, únicamente a partir de los 70 años de edad es posible observar
un descenso importante en la presencia de esta neoplasia maligna (Hoja de datos
sobre el cáncer de cuello uterino, 2016).
Como ya
es sabido, la infección persistente por virus del papiloma humano de alto
riesgo oncogénico en el cuello uterino, constituye la causa necesaria asociada
a otros factores para la manifestación de la enfermedad pre invasora.
Entre
los factores de riesgo considerados se menciona a: tabaquismo, ser portadora
del virus de la inmunodeficiencia humana u otra afección que disminuya la
respuesta inmunológica (enfermedades autoinmunes, trasplante de órganos, etc.),
infección por herpes genital, clamidia u otras infecciones de transmisión
sexual, uso de anticonceptivos orales durante más de 5 años, múltiples
embarazos a término y edad temprana al primer embarazo, número de parejas
sexuales (tanto de la mujer como de sus parejas), debut sexual en la
adolescencia y nivel socioeconómico bajo,
En la literatura
mundial hay abrumadora evidencia que señala a la infección persistente por el
virus del papiloma humano de alto riesgo oncogénico, como el factor más
importante para el desarrollo de lesiones pre invasoras y de la mayoría de los
tipos cáncer de cuello uterino. Y es que a pesar de que la infección por virus
del papiloma humano es con mucho la infección de transmisión sexual más común
en la mujer, en la gran mayoría de las ocasiones es pasajera y se resuelve de
manera espontánea sin intervención médica. Es más, la infección que progresa a
lesión preinvasora y ulteriormente a cáncer, requiere de muchos años de
evolución, lo que se traducen en una amplia ventana de oportunidad de
intervención a lo largo de la vida de la mujer en riesgo. Esta situación,
califica al cáncer de cuello uterino como potencialmente prevenible en muy alto
grado si se tamiza de manera sistemática al grupo etario en riesgo. Sin
embargo, a pesar de esa condición, un número importante de mujeres continúan
muriendo por esta neoplasia maligna, muchas de ellas compartiendo denominador
común: no haber sido tamizadas de manera adecuada.
Entre los co-factores de riesgo destacan los siguientes:
- Infección persistente por VPH-AR que es el más relacionado
- Inicio de actividad sexual a edad temprana
- Edad temprana al primer nacimiento
- Multiparidad
- Múltiples compañeros sexuales
- Pareja de alto riesgo
- Historia de infecciones de transmisión sexual como O Chlamydia trachomatis
- Herpes genital
- Uso prolongado de anticoncepción hormonal oral
- Tabaquismo ( más significativo)
- Historia de neoplasia intraepitelial vaginal o vulvar
- Inmunosupresión
Se
sugiere considerar el riesgo beneficio de proscribir los AO por su relación con
el CCU. Evitar con los AO un embarazo no deseado o las graves complicaciones
potenciales que conlleva la interrupción del mismo en condiciones no asépticas,
puede resultar de gran beneficio para la mujer, en comparación con el mínimo
riesgo de cáncer asociado a su uso.
Se
recomienda limitar el uso de AD, va sean simples o combinados. como método de
planificación familiar por no más de cinco años en mujeres que están infectadas
con VPH-AR
Si no
se prefiere o no se dispone de otro método anticonceptivo diferente a los AO,
se debe informar a la mujer del minimo riesgo de presentar CCU y la importancia
de someterse a los programas de tamizaje para esta neoplasia maligna.
Entre
las estrategias más representativas para disminuir la incidencia y las muertes
por CCU, se cuenta con la vacunación para VPH y el tamizaje.
Las
vacunas contra el VPH ayudan a prevenir la enfermedad al reducir la infección
por VPH-AR, y son más efectivas si se administran antes de la exposición al
virus. Son seguras, bien toleradas y con alta eficacia para prevenir la
infección, disminuir su persistencia y evitar el desarrollo de lesiones
precursoras.
Existe
evidencia de adecuada calidad que analiza la efectividad de las tres vacunas
actualmente disponibles las cuales tienen diferentes perfiles de protección:
bivalente contra VPH 16/18, tetravalente contra 6,11,16 y 18 y nonavalente
contra VPH 6, 11, 16,18, 31, 33, 45, 52 y 58.
Se
recomienda administrar la vacuna bivalente o tetratavalente contra el VPH en
dos dosis, con un intervalo de 0 y 6 meses, a todas las mujeres entre 9 a 13
años de edad que no hayan iniciado vida sexual. Los intervalos entre una
aplicación y otra podrían ser de 5 a 13 meses
Para
los grupos de alto riesgo y otras poblaciones se recomienda seguir los
lineamientos de la OPS para la vacunación contra el VPH.
http://iris.paho.org/xmlui/bitstream/handle/123456789/28512 19789275318799
spa.pdf?ua
El
esquema de tres dosis (0, 1 a 2 y 6 meses) se recomienda para mujeres de 15
años de edad y más, así como para inmunocomprometidas o infectadas con VIH
(independientemente si se encuentran recibiendo terapia antirretroviral).
En
condiciones donde los recursos son escasos, no se recomienda como prioridad, la
vacuna contra VPH en varones. La evidencia indica que la prioridad debe ser
reducir el CCU con la vacunación a tiempo y con una alta cobertura con cada
dosis en mujeres jóvenes.
No se
requiere tamizar para infección por VPH o por VIH antes de inmunizar contra
VPH.
Las
vacunas contra el VPH no sustituyen la educación en salud y el tamizaje, se
requieren además, estrategias complementarias para contar con un programa
integral de prevención. Las mujeres que han recibido esquema completo de
vacunación contra VPH, deberán ser tamizadas para CCU, con iguales estrategias
disponibles, en las mismas edades e intervalos que las mujeres no vacunadas.
Para
ampliar el perfil de protección, se sugiere considerar la aplicación de la
vacuna contra VPH a hombres y mujeres entre 9 a 45 años de edad. Sin embargo la
inclusión de esta recomendación requiere investigación complementaria a nivel
nacional para su consideración dentro del Sistema Nacional de Salud.
Se
recomienda aplicar la vacuna nonavalente contra el VPH dentro de los mismos
rangos de edad que el resto de las vacunas, siempre y cuando se cuente con el
recurso.
Su introducción
dentro de los actuales esquemas de vacunación en México requiere de estudios
adicionales de costo beneficio para poder justificar la sustitución de las
vacunas vigentes.
En México, con alguna de las vacunas disponibles (tetravalente y bivalente), el esquema de inmunización de dos dosis con un intervalo de 0 y 6 meses, está dirigido a niñas de quinto año de primaria y de 11 años de edad no escolarizadas, idealmente antes del inicio de sus relaciones sexuales. En mujeres VIH positivas asintomáticas o no, con edades entre 11 a 49 años de edad, el esquema de vacunación consta de tres dosis a intervalos de 0.1 y 6 meses o de 0,2 y 6 meses para la vacunabivalente y tetravalente respectivamente. https://www.gob.mx/salud|censia/documentos/manual-devacunacion-edicion-2017
La
prevención de la aparición de lesiones precancerosas de cuello uterino implica
controlar posibles co-factores de riesgo a través de:
- Retrasar el inicio de la actividad sexual hasta después de la adolescencia
- Limitar el número de parejas sexuales (monogamia de preferencia)
- Evitar las relaciones sexuales con personas que han tenido muchas parejas sexuales
- Evitar las relaciones sexuales con personas que evidentemente presentan verrugas genitales
- Dejar de fumar
- Uso de métodos anticonceptivos de barrera
La
abstinencia sexual sería la estrategia más eficaz, sin embargo, en la realidad
resulta poco viable.
Se
recomienda el uso del condón masculino en parejas sexualmente activas para
tratar de disminuir el riesgo de infección por VPH y otras infecciones de
transmisión sexual (ITS). El uso del condón confiere alguna protección, pero no
protege completamente contra VPH.
Se
recomienda el uso de DIU en poblaciones con accesibilidad limitada a los
exámenes de tamizaje y en los sitios en los que existe una gran incidencia de
CCU. El beneficio no anticonceptivo podría ser más importante en estas
situaciones.
El CCU
se origina principalmente en la llamada zona de transformación, en la unión
entre el epitelio columnar del endocervix y el epitelio escamoso del
ectocérvix, sitio de continuos cambios metaplásicos que ocurren especialmente a
partir de la pubertad y después del primer embarazo, hasta la menopausia. La
infección del cervix por VPH-AR es necesaria aunque no suficiente para el
desarrollo del CCU. Es la ITS más común a nivel mundial y la mayoría de los
individuos de ambos sexos la adquiere en algún momento de su vida. La mayoría
de las infecciones cervicales por VPH independientemente de la edad y del tipo
de VPH, sufrirán regresión espontánea, en un lapso de hasta tres años, pero en
una pequeña proporción de mujeres, la infección persistirá en el tiempo. La
infección epitelial persistente por uno o más tipos oncogénicos de VPH, puede
conducir al desarrollo de lesiones precancerosas, de las cuales, una proporción
pequeña puede progresar a cáncer invasor en un período de 10 a 20 años.
En
México, no hay estudios con adecuada calidad metodológica acerca del
rendimiento real de las estrategias de tamizaje (disminución de la mortalidad,
sobre diagnóstico, sub diagnóstico, sobre tratamiento, referencia innecesaria),
ni tampoco estudios que sugieran cual es la edad con mayor beneficio para iniciar
o terminar las pruebas de tamizaje para CCU. Por tal motivo, se toma como
evidencia para la toma de decisiones, la información de las publicaciones
internacionales, la proveniente de la OMS/OPS, aunado a la experiencia de los
médicos que elaboraron la presente guía.
Se debe
realizar tamizaje para CCU por lo menos una vez en la vida de cada mujer que
haya iniciado vida sexual; el grupo con más beneficio de las estrategias de
tamizaje es el comprendido entre los 30 a 49 años de edad.
Por
consenso del grupo desarrollador, se sugiere que en México, el tamizaje para
CCU se realice a toda mujer que en algún momento de su vida haya tenido
relaciones sexuales. La detección deberá iniciar a partir de los 25 años y
terminar, salvo situaciones especiales, a los 69 años de edad. La citología
cervical (convencional o en base líquida) está indicada en el grupo de 25 a 34
años de edad. En el grupo de 35 a 69 años, la detección biomolecular de VPH-AR
sola o combinada con citología (cotesting) son las pruebas de elección para
tamizaje primario. Si no se dispone del recurso, la citología cervical
(convencional o en base líquida) se puede utilizar como detección primaria
también en ese grupo de edad.
Los
intervalos de realización del tamizaje dependerán del tipo de prueba de
tamizaje primario utilizada.
Un
programa para la prevención del CCU será efectivo si utiliza alguna de las
estrategias disponibles (citología cervical, prueba de VPH-AR sola o en
combinación) siempre y cuando, privilegie: la extensión de la cobertura de
tamizaje, la inclusión de la mujer inadecuadamente tamizada y el tratamiento y
seguimiento puntual de las lesiones precursoras.
Hasta
que en nuestro país no se realicen estudios bien estructurados para evaluar las
edades de mayor beneficio del tamizaje, la decisión de inicio y término del
tamizaje para CCU seguirá siendo por consenso y no con base en la mejor
evidencia científica.
La
decisión sobre que método de tamizaje y cual debe ser el intervalo para
llevarlo a cabo y además sea adoptado por un país, debe fundamentarse mediante
la interacción de varios factores como: ventajas e inconvenientes posibilidad
de que las mujeres continuen su seguimiento, costos y disponibilidad de
equipamiento así como de los recursos humanos necesarios.
Se debe
incluir dentro de las estrategias para incrementar las tasas de tamizaje para
CCU un sistema de recordatorio a la mujer, de la fecha de su próximo estudio, a
través de llamadas telefónicas, SMS o correo electrónico, independientemente de
cual sea su filiación a los servicios de
salud (público o privado).
Se
deben de incluir estrategias educativas dirigidas a todas las mujeres mexicanas
para aumentar su par las campañas de tamizaje. Al ser México un país tan
diverso social y económicamente, no es posible contar con una estrategia única,
por tal motivo se deben instrumentar tácticas que tomen en cuenta estas
características.
Se
sugiere considerar auto toma de la muestra en el domicilio de la mujer, como
una estrategia que puede resultar muy útil para alcanzar una mayor cobertura de
tamizaje. Se puede incluir a mujeres que no acuden a realizarse el tamizaje o
que no responden a los recordatorios.
A nivel
mundial, se ha estudiado de manera extensa e individual la utilidad de varias
estrategias de tamizaje para la detección de CCU, como:
- Citología cervical convencional (CC) o en base líquida (CBL)
- Pruebas biomoleculares de detección de VPH-AR
- Prueba conjunta de citología y VPH-AR (cotesting)
- Citología complementaria a prueba de VPH-AR positiva Inspección visual con ácido acético (IVAA)
- Impresión colposcopica
Las
mujeres con citología positiva deben referirse para confirmación diagnóstica y
tratamiento a los establecimientos de colposcopia para lesiones precursoras o a
unidades de atención oncológica para los casos de cáncer. Es importante hacer
notar que en el caso de la detección a través de prueba biomolecular para
detección de VPH las mujeres positivas deben contar con un estudio de
evaluación complementaria mediante citología previa a la colposcopia
Se
recomienda la detección del VPH como prueba primaria de tamizaje de CCU en las
mujeres con edad mayor o igual de 30 años. Dentro de las pruebas de tamizaje
para CCU resulta ser la de mayor
beneficio a cualquier edad.
En
México, con base en el consenso de los autores y considerando la incidencia,
prevalencia y mortalidad en los diferentes grupos de edad, se sugiere iniciar
el tamizaje basado en citología cervical anual a partir de los 25 y hasta los
69 años de edad, lo cual está respaldado por resultados preliminares del SICAM
que registra datos del comportamiento epidemiológico del CCU en México.
Si se
dispone del recurso, en mujeres de 35 a 69 años de edad, se recomienda utilizar
la detección biomolecular del VPH-AR sola o en combinación con citología
(cotesting), como pruebas de detección primaria.
Hay una
serie de protocolos para el manejo de resultados anormales obtenidos por la
citología, prueba de VPH-AR o cotesting. La evidencia de ensayos clínicos
sugiere que el manejo con diferentes protocolos generalmente tiene tasas de
detección similares para NIC 2 y NIC3, y que proceder directamente al
diagnóstico colposcópico conduce a un número mucho mayor de procedimientos
muchas veces innecesarios, por lo que se recomienda que:
La
mujer con resultado de citología negativa, sea programada para nuevo estudio en
un año. Si el resultado es negativo por dos años consecutivos, la perodicidad
de la detección será cada 3 años.
La
mujer con muestra de citologia calificada como inadecuada para el diagnóstico,
debe ser localizada para repetir la prueba en un plazo no mayor a 21 días
hábiles. Después de dos citologías inadecaudas la recomendación es enviarla a
colposcopia.
Dependiendo
de la edad, la mujer con citología positiva (ASC US+) deberá ser referida a
colposcopia o sometida a vigilancia estrecha con nuevos estudios anuales. Si se
dispone del recuso, se podrá solicitar en cualquiera de estos tres casos,
prueba de VPH-AR: reporte citológico de ASC-US, como seguimiento a tratamiento
de NIC3, o en ausencia de correlación cito-colposcópica ante sospecha de LEIAG.
En
mujer de 35 años y más de edad, con prueba de VPH-AR negativa o cotesting
negativo, el próximo estudio se podrá realizar en cine años i la prueba de
VPH-AR es positiva, se solicita citología complementaria y si ésta es positiva,
deberá referirse a clínica de colposcopia: si la citología complementaria es
negativa, se podrá solicitar nueva prueba de VPH-AR en un año.
En
mujer de 35 años y más, tamizada con cotesting, si ambas pruebas resultan
negativas, las próximas pruebas se podrán realizar en cinco años. Si es
positivo para VPH-AR con citología negativa, se deberán repetir los estudios en
un año. Si el resultado del cotesting es negativo, la mujer podrá regresar a su
periodicidad habitual. Si alguna de las pruebas es positiva, se envía a la
mujer a colposcopia. Con prueba de VPH-AR negativa y citología conjunta
positiva se deberá solicitar nuevo estudio en seis meses o valorar su envío a
colposcopia. Con cotesting positivo, la mujer deberá ser referida a colposcopia.
Cuando
se elija la citología cervical como método de tamizaje primario, se puede
utilizar la convencional o la citología en base líquida.
Únicamente
en los lugares de alta marginalidad o de difícil acceso, se sugiere utilizar la
prueba de IVAA.
Se sabe
que la citología cervical es más específica pero menos sensible que la prueba
de VPH, para detectar NIC2+. De tal manera que para tratar de aumentar la
utilidad diagnóstica de la citología se ha utilizado una combinación de
biomarcadores indicativos de progresión de la infección por VPH (doble
inmunotinción para p16/Ki-67), los cuales pueden proporcionar mayor
sensibilidad para detección de NIC2+, manteniendo alta especificidad.
Hasta
hace poco, la presencia de NIC2 se consideraba como un estado biológico
intermedio entre NIC1 y NIC3. Ahora se sabe que solo hay 2 estados biológicos
causados por el VPH: lesión escamosa intraepitelial de bajo grado (LEIBG)
(infección viral productiva) y la lesión escamosa intraepitelial de alto grado
(LEIAG) (infección transformadora por VPH), NIC2 es una entidad amorfológica
sin un correlato biológico. Biológicamente es una mezcla de LIEBG y LIEAG. Se
ha llegado a la conclusión con base en evidencia sólida, recomendar la tinción
con p16 para ayudar a aclarar el significado de las lesiones epiteliales. Los
resultados p16 positivos sirven para categorizar de manera correcta las
lesiones precancerosas, La tinción negativa favorece fuertemente una
interpretación de enfermedad de bajo grado o una patología no relacionada con
el VPH.
El uso
biomarcadores parece resolver las dificultades en las interpretaciones
histopatológicas y mejoran la precisión diagnóstica (Cuadro 17).
Se
recomienda realizar la técnica de inmunohistoquímica para la detección de
biomarcadores p16/Ki-67, como sustitución de la técnica de citología
convencional, ya que es una técnica que aumenta la sensibilidad y presenta
igual especificidad para NIC de alto grado Ikenb sobre todo en mujeres jóvenes
(menores de 30 años).
Se
sugiere que la citología para tinción dual se procese en base líquida, ya que
mejora el rendimiento diagnóstico cuando se compara con la técnica
convencional. La decisión de realizar esta técnica deberá basarse en la
disponibilidad de recursos de la unidad hospitalaria. En un futuro parece una
opción prometedora para sustituir a las técnicas convencionales de tinción.
Los
intervalos para tamizaje para CCU dependen del tipo de prueba, del grupo de
edad y del resultado. Cuando la detección del VPH sea la primera opción para el
tamizaje, se recomienda hacerlo cada 5 años si la prueba es negativa. Para la
prueba basada en citología se recomienda realizarla de los 25 a los 29 años de
edad; cuando la primer a prueba es negativa se puede realizar cada 3 años, ya
que representa un intervalo de equilibrio razonable entre daños y beneficios.
Establecer
un intervalo de tres años para la detección de CCU puede ser difícil para las
mujeres y los prestadores del servicio, por lo cual, se sugiere realizar
recordatorios a través de las vías de comunicación más populares e
institucionales.
A las
mujeres con prueba para VPH-AR positiva, con informe de citología negativa o
probable LEIBG Y NICI confirmado histológicamente, se les debe repetir la
prueba de VPH-AR a los 12 meses:
- Si al repetir la prueba para el VPH no se detecta VPH-AR, la mujer debe volver a la evaluación de rutina en cinco años
- Si al repetir la prueba para el VPH-AR es positiva (no para 16/18) y el informe de la citología es negativo o LIEBG, se repetirá la prueba de VPH en 12 meses
- Si la segunda prueba de seguimiento para el VPH es negativa, la mujer debe regresar a la evaluación sistemática en cinco años
- Si la segunda prueba de seguimiento es positiva para el VPH se debe de referir para evaluación colposcópica previa citología complementaria.
- Si al repetir la prueba para HPV-AR resulta positiva (no 16/18) y el informe de LBC es de posible LEAG, se debe referir para evaluación colposcópica Si al repetir la prueba para el VPH oncogénico (16/18) es positiva, se debe referir para evaluación colposcópica informada por citología complementaria.
En las
mujeres embarazadas con NIC1, se prefiere la colposcopia, sin embargo, es
recomendable diferir la colposcopia hasta 6 semanas después del parto.
Las
mujeres con el diagnóstico histológico de LIEAG (NIC2) deben tratarse para
reducir el riesgo de desarrollar carcinoma cervical invasivo, por lo que se
enviarán a colposcopia.
En
algunas circunstancias, puede ser aceptable ofrecer un período de observación
(generalmente 6 a 12 meses) a las mujeres que tienen el diagnóstico histológico
de LEIAG (NIC2), siempre y cuando se disponga de un colposcopista experimentado
o en un centro especializado para su observación y seguimiento:
- Mujeres que no han completado su maternidad
- Mujeres con histologia discordante y predicción de posible LEIBG Ó LEIBG
- Mujeres con cambios menores focales en colposcopia y LEIAG (NIC2) en histología Mujeres recientemente tratadas por LEIAG (NIC2)
Las
mujeres con diagnóstico histológico de LEIAG (NIC3) deben tratarse para reducir
el riesgo de desarrollar carcinoma cervical invasivo, por lo que deben
referirse para realizar la colposcopia con fines de diagnóstico confirmatorio y
terapéutico.
La
mujer con diagnóstico de carcinoma epidermoide invasivo o superficialmente
invasivo (carcinoma de células escamosas) histológicamente confirmado debe
referirse a un centro oncológico para su evaluación.
Criterios para suspender el tamizaje:
Mujer
con antecedente de histerectomía total secundaria a proceso benigno. En estas
condiciones, la continuación de la citología cervical para "tamizaje del
cáncer de vagina" no se justifica ya que el riesgo de padecer esta
neoplasia maligna luego de histerectomía total por proceso benigno, es muy
bajo. En pacientes histerectomizadas con antecedente de NIC2+ se sugiere
continuar el esquema de tamizaje habitual para su edad, año y medio a dos años
después del procedimiento y culminarlo hasta 20 años después de la
histerectomía
El
seguimiento de NIC extirpada de manera incompleta continúa hasta 65 años o hasta
diez años después de la cirugía (lo que sea más tarde)
Paciente
con más de 69 años de edad con antecedente de tres citologías negativas
consecutivas durante los 10 años previos
La
evidencia actual en la mayor parte del mundo sugiere que se suspenda el
tamizaje a partir de los 65 años ya que el riesgo de padecer una neoplasia
maligna es mucho menor que en el resto de la población femenina, sin embargo,
es información local, y en México no contamos con los datos estadísticos
suficientes para corrobar este hecho. Datos arrojados por el SICAM del 2016
muestran una incidencia significativa de casos nuevos de CCU a nivel nacional
en mujeres de 65 años de edad y más, por lo que estaría parcialmente
justificada la extensión del tamizaje hasta los 69 años de edad.
Mujer
mayor de 69 años de edad con dos pruebas de tamizaje mediante detección de VPH,
negativas consecutivas durante los 10 años previos con el más reciente
efectuado en los últimos 5 años
Las
siguientes no son indicaciones para realizar tamizaje para CCU fuera de la edad
e intervalos programados:
- Ser usuaria activa de anticonceptivos orales o antes de iniciar el consumo de los mismos. Antes de aplicar un DIU
- Se encuentre con terapia de reemplazo o inicie su administración
- Con tabaquismo
- Con múltiples parejas sexuales
- Pareja sexual reciente, incluida mujer histerectomizada
No se
debe realizar tamizaje no programado a mujeres que lo soliciten fuera de los
esquemas establecidos. No se aconseja que a solicitud de la mujer sea alterada
la edad de inicio del tamizaje, los intervalos el tipo de prueba ni la
frecuencia. Siempre debe ser una decisión informada que debe ser consensuada
entre el prestador de servicios y la mujer.
¿Cuáles
son las herramientas diagnósticas con mayor utilidad para identificar las
lesiones cervicales precursoras y el cáncer de cuello uterino en el 20 nivel de
atención?
La
utilidad diagnostica de la colposcopia aumenta cuando se realiza como parte de
un procedimiento secuencial, en este caso, la mejor prueba inicial de detección
es la del VPH seguida de colposcopia, por lo tanto, la colposcopia lebe ser
considerada como una prueba subsecuente con utilidad diagnóstica para la detección de NIC 2 o NIC
3.
No se debe utilizar la colposcopia como herramienta de tamizaje, ya que presenta una probabilidad muy importante de falsos positivos v por lo tanto de sobre diagnóstico consecuente sobre tratamiento. Debe ser parte de un proceso secuencial y se debe utilizar como método diagnóstico posterior a una prueba primaria de tamizaje positiva para toma de biopsia y con fines terapéuticos para LEIAG y AIS.
Se debe
realizar la colposcopia después de haber presentado una prueba positiva para
VPH de alto riesgo o haber presentado un resultado en la citologia de ASCUS+.
Para
realizar el diagnóstico de certeza de LEIAG, la colposcopia se debe
complementar con la toma de biopsias dirigidas (mínimo dos)
La
técnica de colposcopia debe cumplir los estándares de índice de calidad
propuesto por la OMS, deberá realizarse por personal capacitado y certificado
por una institución avalada Idealmente, la mujer deberá acudir a mitad del
ciclo menstrual v sin datos de infección activa, ya que pueden alterar los
resultados de la prueba Dentro de las efectos adversos de la colposcopia se
pueden presentar reacciones alérgicas al yodo, por lo que se sugiere preguntar
antecedentes al respecto
En
ciertas mujeres que son sometidas a colposcopia con fines de diagnóstico y
tramiento, existe la posibilidad que presenten complicaciones (reflejo vagal
grave o sangrado) que amerite su envío al área de urgencias, por lo que se
justifica haya comunicación directa con dicho servicio,
Se
sugiere que en pacientes peri y postmenopauisicas en las cuales la colposcopia
sea no adecuada (unión escamo columnar fisiológica no visible) se administre
tratamiento con estrógenos locales en dosis bajas (1/3 del aplicador de
estrógenos conjugados 0.625 mg) diariamente por 2 meses Después de completado tratamiento
la mujer puede ser sometida nuevamente a colposcopia. Este tratamiento madura
el epitelio cervical y mejora la visualización del conducto cervical, además de
que se ha observado que mejora la interpretación de las citologías subsecuentes
Para
las mujeres que se han sometido a la colposcopia con una discordancia
significativa entre la histopatología y la citología de referencia, ambas
muestras deben ser revisadas por un patólogo de al menos uno de los
laboratorios que dieron el resultado, los cuales deben transmitir los
resultados de la revisión al colposcopista para justificar el plan de manejo
En las
siguientes situaciones clínicas, la mujer debe ser referida con un
colposcopista más experimentado o a un centro oncológico.
- Adenocarcinoma in situ (cuando no se disponga del persona con experiencia) Anormalidades en el embarazo.
- Mujeres inmunodeficientes
¿Cuál
es la intervención con mayor efectividad clínica para la lesión escamosa
intraepitelial de alto grado en las mujeres mayores de 25 años de edad?
Todas
las mujeres deben tener una evaluación colposcópica adecuada antes del
tratamiento
Se
recomienda el tratamiento de las LEIAG con procedimiento escisional o ablativo,
una vez que se hayan cubierto los criterios para realizar cada una de las
técnicas No existe evidencia acerca de la superioridad de una técnica Martin
Hirsch M. sobre la otra en cuanto a la eficacia y la morbilidad.
El
tratamiento debe reservarse para mujeres con LEIAG confirmado histológicamente
(NIC2/NIC3) o AIS, a excepción de las mujeres que requieren biopsia escisional
diagnóstica.
El uso de cada técnica dependera de la edad, extensión y localización de la lesión (endocervical, exocervical o ambas), se deben corroborar los siguientes puntos
- Se puede visualizar toda la zona de transformación (colposcopia adecuada)
- No hay ninguna sugerencia de enfermedad microinvasiva o invasiva
- No hay sospecha de enfermedad glandular
- La citologia y la histologia corresponden
¿Cuál
es la intervención con mayor efectividad adenocarcinoma in situ?
Se
considera a adenocarcinoma in situ (AIS) como el precursor del adenocarcinoma
endocervical invasiva. Cuando se usan criterios citológicos bien definidos,
esta categoría se correlaciona bien con el resultado histológico Al igual que
las LEAG, la citologia convencional detecta el 63.3% de los casos de AIS que
fueron confirmados histológicamente como AIS y el 26.7% se confirmaron como
adenocarcinoma.
Se
recomienda realizar CBF de la zona de transformación como tratamiento para la
mujeres con AIS confirmado mediante histología. La muestra debe presentar
márgenes interpretables para la evaluación histológica
Como
opción se sugiere realizar el procedimiento de escisión por LEEP: si es
ejecutado por un ginecólogo con capacitación y experiencia adecuadas se aumenta
la probabilidad de obtener resultados más confiables.
La
profundidad y el alcance de la biopsia en cono debe adaptarse a la edad de la
mujer y sus deseos de fertilidad. Por lo general, se requiere una escisión tipo
3 de la zona de transformación.
La
enfermedad multifocal se reporta en 13 a 17% de los casos de AIS, aunque la
mayoría de las lesiones son unifocales. Si el margen es cercano, pero
aparentemente extirpado (menos de 5 mm), se sugiere vigilancia estrecha
mediante la técnica de ver y tratar de acuerdo a las pautas establecidas Bajo
esta situación no se considera necesaria una nueva extirpación.
En el
caso del adenocarcinoma microinvasor, se debe hacer el diagnóstico mediante
biopsia. De cualquier forma se requiere el espécimen de conización, LEEP o
traquelectomía para establecer la dimensión y profundidad de la infiltración y
si hay o no compromiso de los márgenes.
Las
mujeres que tienen un resultado positivo para VPH-AR con citología sugerente de
presencia de adenocarcinoma invasivo, deben remitirse al centro oncológico para
su evaluación urgente, idealmente dentro de las 2 semanas siguientes de otorgar
el resultado
Las
mujeres que tienen un resultado positivo en la detección de VPH-AR, con
presencia en la citología de células glandulares/endocervicales atípicas de
importancia indeterminada, deben enviarse con el ginecólogo con experiencia en
la evaluación colposcopia de tumores malignos o con el oncólogo ginecólogo.
A las
mujeres con resultado positivo en la prueba de VPH-AR con presencia en
glandulares/endocervicales la citología atípicas de de células importancia
indeterminada y con colposcopia normal, se sugiere realizarles la prueba
conjunta que incluya VPH-AR y citologia, a los 6 a los o a 12 meses.
Si la
prueba conjunta o cotesting de seguimiento es negativa, debe repetirse
anualmente hasta que se tengan dos pruebas conjuntas negativas consecutivas,
después de lo cual se evaluará a los 5 años.
Si el
resultado de la prueba de VPH-AR es positivo o la citología anormal (cualquier
de las dos que no sean negativas), la paciente debe enviarse para evaluación
colposcópica y considerar la escisión diagnóstica de la zona de transformación
Las
mujeres con prueba de VPH AR positiva y con presencia en la citologia de
células glandulares/endocervicales atipicas de importancia indeterminada, se
les debe examinar el tracto genital superior (endometrio, trompa de Falopio u
ovario) mediante la toma de muestra endometrial y/o ecografía pélvica, antes de
realizar la escisión diagnóstica de la zona de transición o recomendar a la
mujer que regrese para realizar la colposcopia y pruebas adicionales en 6 a 12
meses.
Cuando
se realiza el diagnóstico de etapas más allá del AIS se sugiere envío a un
centro de oncología ginecológica
¿Cuáles
son las estrategias de seguimiento más efectivas para disminuir el índice de
recidiva (recurrencias) de las lesiones precursoras del cáncer de cuello
uterino?
Después
de que las mujeres reciban el tratamiento de lesiones precursoras de CCU, el
seguimiento debe consistir en pruebas de detección de VPH-AR a los 12 meses. Si
los resultados a los 12 meses son positivos se debe continuar el examen anual,
si son negativos deberá regresar a la rutina del tamizaje
Todos
los colposcopistas deben de asegurar márgenes libres en las cirugias de
escisión de las LEIAG y del AIS dado que se asocia con mayores tasas de
curación y menor número de recidivas.
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