INTESTINO IRRITABLE
El síndrome de Intestino
Irritable (SII) es una patología crónica caracterizada por un trastorno del
sistema gastrointestinal, se presenta con dolor abdominal y alteración
funcional de los hábitos intestinales sin una causa orgánica que lo justifique,
teniendo distintos subtipos, ya sea predominantemente diarrea (SII-D),
constipación (SII-C) o mixto (SII-M), que afecta seriamente la calidad de vida
de quien lo padece.
Además, es una de las
patologías gastrointestinales diagnosticadas con más frecuencia y supone cerca
del 28% de las derivaciones al gastroenterólogo.
En conclusión, debido a
que el SII es un motivo de consulta frecuente en la población en etapa
productiva tanto en el primer nivel como en el segundo nivel de atención, además
de su asociación con múltiples patologías, ocasiona un deterioro en la calidad
de vida y desempeño laboral, teniendo un impacto económico negativo en el
individuo, la sociedad y el Sistema de Salud, se decide realizar la
actualización de la guía de práctica clínica diagnóstico y tratamiento del
síndrome de intestino irritable con el fin de estandarizar los procedimientos
diagnósticos y terapéuticos, reducir costos, mejorar los procesos de atención e
incrementar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
El síndrome del
intestino irritable (SII) se define como una afectación crónica de dolor o
molestia abdominal asociado a alteraciones en el hábito intestinal, durante al
menos 3 días por mes en los últimos 3 meses, sin causa orgánica que lo
justifique.
Se desconoce su etiología y se cree que es de causa multifactorial en la que pueden coexistir distintos factores:
- Genéticos.
- Alteraciones en la secreción o motilidad intestinal en respuesta a diferentes estímulos (comidas, distensión, estrés emocional, mediados por serotonina).
- Factores psicosociales. Cerca de la mitad de los afectados padecen depresión, ansiedad, hipocondriasis o somatización.
- Alteración en la función inmune del tracto gastrointestinal.
- Alteración de la microbiota fecal.
- Alteración en la regulación del eje cerebral-intestinal.
- Hipersensibilidad intestinal con una percepción visceral de dolor aumentada.
- Alteración en la inervación extrínseca autonómica que podría asociarse con
predominio de estreñimiento cuando la disfunción es vagal, o con diarrea si es
adrenérgica.
De acuerdo al patrón en
los hábitos defecatorios, el síndrome de intestino irritable (SII) se clasifica
en tres subtipos:
· SII con constipación. Heces duras más
del 25% de las veces y deposiciones disminuidas de consistencia menos de 25% de
las veces).
· SII
con diarrea. Deposiciones disminuidas de consistencia más
del 25% de las veces y heces duras menos del 25% de las veces.
· SII
mixto. Heces duras más del 25% de las veces y deposiciones
disminuidas de consistencia más del 25% de las veces).
Los pacientes con
síndrome de intestino irritable se presentan con una amplia variedad de
síntomas incluyendo manifestaciones gastrointestinales y extraintestinales.
Síntomas
gastrointestinales:
· Dolor
abdominal crónico.
·
Hábitos intestinales alterados (diarrea o constipación).
·
Reflujo gastroesofágico.
· Disfagia
· Saciedad temprana.
·
Dispepsia intermitente.
·
Náuseas.
· Dolor
precordial de origen no cardiaco.
·
Flatulencia.
·
Eructos.
Síntomas
extraintestinales:
·
Depresión mayor.
·
Ansiedad.
·
Desorden somatomorfo.
·
Insomnio.
·
Disfunción sexual y dispareunia.
·
Dismenorrea.
·
Incremento en la frecuencia urinaria.
·
Urgencia urinaria.
· Síntomas
de asma.
·
Cefalea primaria.
Los siguientes son
trastornos no psiquiátricos con asociación a SII mejor documentada:
·
Fibromialgia.
·
Síndrome de fatiga crónica.
·
Desorden de articulación temporo-mandibular.
· Dolor
pélvico crónico.
A pesar de la
variabilidad del dolor abdominal, las siguientes características clínicas no
son compatibles con síndrome de intestino irritable y debe investigarse de
forma oportuna causas orgánicas:
· Dolor
asociado a anorexia, malnutrición o pérdida de peso. (Extremadamente raro en
SII a menos que existan patologías psiquiátricas asociadas).
· Dolor
progresivo, que ocasiona despertar de noche o que interfiere con el sueño.
Los hábitos intestinales
varían desde diarrea, constipación, alternancia de diarrea y constipación o
hábitos intestinales normales con diarrea y/o constipación.
Es importante el
interrogar sobre la presencia de sangre, moco o pus en las heces y evaluar la
forma habitual de las deposiciones, utilizando la escala de Bristol (Ver Anexo
5.3. Cuadro 1).
La diarrea se
caracteriza usualmente por evacuaciones frecuentes de pequeño a moderado
volumen, ocurren predominantemente en la mañana y después de las comidas. La
mayoría de las deposiciones son precedidas de dolor abdominal, urgencia y puede
seguir de sensación de evacuación incompleta. Algunos experimentan pérdida del
control intestinal.
Para la evaluación del
paciente con sospecha de SII se recomienda una historia clínica detallada, con
particular atención en:
·
Presencia de síntomas sugestivos de ansiedad o depresión.
·
Hábitos dietéticos.
· Grado
de actividad física.
·
Fármacos (especialmente si alteran la movilidad intestinal o causen dolor
abdominal).
·
Comorbilidades.
·
Intervenciones quirúrgicas previas.
El diagnóstico de SII
debe basarse en la identificación de los síntomas positivos compatibles con
esta condición y que se resumen en los Criterios de Roma.
Se recomienda utilizar
los Criterios de Roma III para el diagnóstico:
· Inicio
de los síntomas por lo menos 6 meses antes del diagnóstico.
· Dolor
o molestia abdominal recurrente más de 3 días por mes en los últimos 3 meses.
· Por lo
menos dos de los siguientes: o Mejoría con la defecación. O Se acompaña de
alteraciones de la frecuencia de las deposiciones. o Se acompaña de variación
de la forma de las deposiciones.
Se debe de evaluar los
“datos de alarma” o “síntomas atípicos” que no sean compatibles con SII, debido
a que pueden representar afectación orgánica, estos incluyen:
·
Sangrado rectal.
· Dolor
abdominal nocturno o progresivo.
·
Pérdida de peso.
·
Anormalidades como anemia, elevación en marcadores de inflamación o
alteraciones electrolíticas.
· Fiebre
sin causa explicable.
·
Aparición de síntomas después de los 50 años.
·
Antecedentes familiares de cáncer de colon, enfermedad celiaca, enfermedad
inflamatoria intestinal.
· Tumor
abdominal o rectal.
Los diagnósticos
diferenciales del síndrome de intestino irritable incluyen entre otros:
·
Enfermedad inflamatoria intestinal.
· Cáncer
colorrectal.
·
Infecciones intestinales.
·
Alteraciones hormonales sistémicas.
·
Intolerancia a alimentos.
·
Enfermedad celiaca.
·
Enfermedad tiroidea.
·
Sobrecrecimiento bacteriano intestinal.
·
Malabsorción de ácidos biliares.
·
Neuropatía o miopatía entérica.
·
Efectos secundarios de medicamentos.
Se deben realizar los
exámenes complementarios de acuerdo a las características clínicas e
individualizarse en cada paciente
Ante la sospecha de
intolerancia a la lactosa (por medio de revisión diaria de alimentos), la
prueba de hidratos de carbono en aliento ha demostrado utilidad para su
diagnóstico.
El estudio
parasitoscópico de heces es útil ante la sospecha clínica de parasitosis
intestinal o en zonas geográficas con alta prevalencia de esta.
Se recomienda realizar
colonoscopia en pacientes con SII con datos de alarma y en pacientes mayores de
50 años con el objetivo de escrutinio de cáncer colorrectal.
Los niveles altos de
calprotectina y de elastasa de neutrófilos polimorfonucleares (PMN-e) fecal han
demostrado utilidad para diferenciar entre enfermedad intestinal inflamatoria y
SII.
Existen varios
desencadenantes de los síntomas del SII, como estrés, infecciones, uso de
antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos y cirugía. Sin embargo, los
síntomas son provocados principalmente por el tipo de alimentación.
Los alimentos ricos en
hidratos de carbono, altos en grasa, café, alcohol, ricos en histamina,
picantes y condimentos son reportados frecuentemente como causantes de
síntomas.
Se recomienda llevar un
registro diario de alimentos para evaluar el grado de exacerbación de los
síntomas intestinales. Estos síntomas se presentan entre 15 minutos a 3 horas
después de la ingestión de alimentos. Se deberá retirar de uno por uno,
valorando su efecto en los síntomas.
En el tratamiento
nutricional de SII incluye diversas estrategias que han mostrado su utilidad,
tales como:
·
Alimentos bajos en hidratos de carbono de cadena corta (FODMAPs: Fermentable,
Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos, And Polioles)
. · Fibra.
·
Probióticos y simbióticos.
·
Restricción de alimentos (café, alcohol y grasa).
FODMAPs son un grupo de
hidratos de carbono de cadena corta que tiene 3 características en común:
· Baja
absorción en el intestino delgado.
·
Rápidamente fermentados por las bacterias colónicas.
·
Incrementan el paso deliberado de agua dentro del intestino, debido a su alta
actividad osmótica. (Ver Anexo 5.3, Cuadro 2)
La importante de esas
dos acciones (aumento en la retención de agua intestinal y la producción de
gases)- es que favorecen la distensión intestinal y la sintomatología en los
pacientes con SII. (Ver Anexo 5.3, Cuadro 2).
La dieta baja en
hidratos de carbono de cadena corta (FODMAPs) proporciona mejoría de los
síntomas del SII, incluyendo distensión, flatulencia, alteración en la
motilidad y dolor abdominal en comparación con la dieta estándar. (Ver Anexo
5.3, Cuadro 3). En cambio, la dieta con alto contenido de FODMAP empeora los
síntomas y se recomienda evitarlos (Ver Anexo 5.3, Cuadro 4).
Existe una aplicación
para dispositivos móviles que permite identificar los alimentos con alto
contenido de FODMAPs, que puede ser útil para el médico, nutriólogo y los
pacientes. Esta aplicación puede ser descargada como “SIMPLE FODMAP
El uso de fibra,
proporciona alivio de los síntomas en SII, en especial en la distensión y dolor
abdominal. Por lo que se recomienda el uso de psyllium plantago.
Los principios básicos
para el uso de la terapia de fibra, son comenzar con una dosis baja que se irá
incrementando lentamente, hasta la tolerancia (exceso de gases) y
regularización del tránsito intestinal
Los probióticos ejercen
su efecto sobre la microbiota intestinal por diversos mecanismos:
·
Estabilizan la motilidad.
· Mejoran
la barrera intestinal alterada en el SII
. ·
Producen bacteriocidinas.
·
Previenen la adherencia de patógenos al epitelio intestinal.
·
Mejoran la inmunoregulación de la mucosa intestinal a través de efectos
anti-inflamatorios.
·
Disminuyen la hipersensibilidad visceral.
El uso de probióticos
mejora la distensión, flatulencia y secundariamente el dolor en el SII.
Se recomienda
proporcionar las siguientes medidas de dietoterapia en pacientes con SII:
· Hacer
las comidas regulares, evitando tiempos largos de ayuno.
·
Ingerir agua solo al final de los alimentos
. ·
Realizar la ingesta lentamente.
· Evitar
bebidas que contengan cafeína (refrescos de cola, café, té negro, etc.).
· Evitar
la ingesta de alcohol y bebidas gaseosas.
·
Reducir la ingesta de "almidón resistente" que a menudo se encuentra
en los alimentos procesados.
·
Revisar las etiquetas nutrimentales y evitar los alimentos que contengan
sorbitol (goma de mascar y algunos productos bajos en calorías), ya que pueden
incrementar la diarrea, por aumento en la osmolaridad intestinal.
Debido al porcentaje
elevado de personas con intolerancia a la lactosa, que llega a ser de 35%, y la
similitud de la forma de presentación de ambas patologías, se recomienda
realizar un interrogatorio dirigido a pacientes con SII variedad diarrea o
mixto y orientar el tratamiento nutricional.
Los grupos
farmacológicos más utilizados en el control del síndrome de intestino irritable
son:
·
Antiespasmódicos.
·
Antidiarreicos.
· Laxantes.
·
Antidepresivos.
·
Antibióticos.
·
Agentes serotoninérgicos.
Dentro de los
antiespasmódicos que han mostrado utilidad en el tratamiento SII encontramos:
1.
Agentes
relajantes directos del músculo liso:
a. ·
Trimebutina 100-200mg cada 8 horas.
b. · Mebeverina
200mg cada 8 horas.
c. ·
Pargeverina 10mg cada 8 horas.
2.
Agentes
anticolinérgicos o antimuscarínicos derivados de la escopolamina.
a. ·
Bromuro de butilhioscina 10mg cada 8 horas.
b. ·
Dicicloverina 10mg cada 8 horas.
3.
Agentes
anticolinérgicos, antimuscarínicos o antagonistas del calcio derivados de
amonio.
a. ·
Bromuro de otilonio 40mg cada 8 horas.
4.
Agentes
bloqueadores de los canales del calcio.
a. ·
Bromuro de pinaverio 100 mg cada 8 o 12 horas
Se recomienda el uso de
los siguientes antiespasmódicos para el control del dolor en pacientes con SII
por periodos cortos.
·
Bromuro de pinaverio 100 mg cada 8 o 12 horas
. ·
Bromuro de butilhioscina 10mg cada 8 horas
Algunos antiespasmódicos
se han utilizado en combinación con dimeticona o simeticona, estos agentes
actúan mediante la disminución de formación de gas y así mejoran la distensión
abdominal.
Los medicamentos
antiespasmódicos pueden ser utilizados como tratamiento inicial en el control
de los síntomas en SII, además pueden ser acompañado de loperamida o psyllium
plantago dependiendo de los síntomas predominantes (diarrea o constipación).
En los pacientes con SII
con predominio de diarrea, el antidiarreico más estudiado y utilizado es la
loperamida (opioide sintético), mismo que en estudios solo demostró disminución
de la frecuencia de las evacuaciones, más no así mejoría en el dolor.
Se recomienda el consumo
recurrente de fibra en la dieta en especial en aquellos con SII variante
constipación, sin embargo las fibras insolubles frecuentemente causan distensión
y malestar abdominal.
Se recomienda el uso de
psylluim plantago (fibra soluble) como laxante en SII con constipación ya que
provee mejoría de este síntoma.
Se sugiere aplicar la
escala de valoración de ansiedad de Hamilton en pacientes con datos de síndrome
de intestino irritable (Ver Anexo 5.3, Cuadro 5).
Se recomienda utilizar
antidepresivos como segunda opción de tratamiento en el SII una vez que los
antiespasmódicos en conjunto con antidiarreico y/o psyllium no han controlado
los síntomas.
Se recomienda utilizar
antidepresivos en dosis menores a las usadas en depresión para mejorar el dolor
de origen visceral.
En caso de SII con
predominio de constipación o mixto, se recomienda utilizar un antidepresivo
inhibidores selectivo de recaptura de serotonina.
Al utilizar
antidepresivos en SII, se recomienda iniciar con dosis bajas, ajustarse de
acuerdo a tolerancia y respuesta, además de reevaluar en 3 a 4 semanas antes de
incrementar dosis.
Se recomienda que si el
paciente no tolera un antidepresivo deberá utilizarse el del otro grupo.
Los antidepresivos
utilizados en los estudios aleatorizados y a doble ciego que han demostrado
eficacia en SII son los siguientes:
·
Paroxetina.
·
Citalopram.
·
Doxepina.
·
Amitriptilina.
·
Imipramina.
· Nortriptilina.
·
Desipramina.
·
Trimipramina. (El rango de dosis y los principales efectos secundarios se
resumen en el Anexo 5.3, Cuadro 6).
Los antibióticos pueden
ser utilizados en aquellos pacientes que persisten con síntomas principalmente
diarrea y no tengan control adecuado con antiespasmódicos, antidiarreicos y
antidepresivos.
El Cuestionario de
Gravedad de Síndrome de Intestino Irritable es útil para clasificar a los
pacientes con SII en función de su gravedad y para valorar su respuesta al
tratamiento.
La adaptación a español
del Cuestionario de Gravedad de Síndrome de Intestino Irritable es un
instrumento reproducible capaz de identificar la respuesta al tratamiento. (Ver
anexo 5.3, Cuadro 7).
Consta de 5 preguntas
que puntúa de 0 a 100, que va desde un mínimo de 0 hasta un máximo de 500. De
acuerdo a la puntuación total se clasifican:
· 0-50
indica sujetos sin enfermedad o en remisión.
· 75-150
enfermedad leve.
·
175-300 enfermedad moderada
. · >
300 enfermedad grave
Se recomienda utilizar
el Cuestionario de Gravedad de Síndrome de Intestino Irritable para evaluar la
respuesta al tratamiento y determinar la continuidad o modificación del
tratamiento establecido.
Se deberá referir a
segundo nivel de atención a aquellos pacientes que no obtengan respuesta
favorable al tratamiento inicial (antiespasmódico y sintomático) asociado al
tratamiento antidepresivo posterior a 3 meses de manejo.
En aquellos pacientes
que presenten dolor abdominal, distensión y alguno de los siguientes datos de
alarma, se deberán enviar al segundo nivel de atención para complementación
diagnóstico terapéutica:
· Anemia
sin causa aparente.
·
Sangrado de tubo digestivo bajo.
·
Síntomas nocturnos o progresivos.
·
Pérdida de peso inexplicable.
· Uso
reciente de antibióticos.
·
Aparición de síntomas en mayores de 50 años.
·
Enfermedad inflamatoria del intestino.
·
Enfermedad celiaca.
·
Antecedentes familiares de cáncer colorrectal u ovario.
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