TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR

 


La depresión mayor (DM) es un trastorno episódico y recurrente, que se caracteriza por 
 tristeza persistente y generalizada, pérdida de la capacidad de disfrutar las actividades cotidianas, irritabilidad, y síntomas asociados, tales como pensamientos negativos, falta de energía, dificultad para concentrarse, y alteraciones del apetito y el sueño. Las manifestaciones pueden variar dependiendo de la edad, el género, y antecedentes educacionales y culturales.


Es importante reconocer que, en los trastornos afectivos como el caso de la depresión, se van a compartir en cualquier etapa de la vida, sin embargo, durante la presente guía se irán especificando por grupos de edad, siendo fundamental para la presente los grupos de edad comprendidos en la infancia a la adultez

 

El DSM-5, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5, define como “trastorno depresivo mayor, episodio único” o “trastorno depresivo mayor recurrente”, y la CIE-10, Clasificación Internacional de Enfermedades, define como “episodio depresivo” y “trastorno depresivo recurrente” (la OMS en su página oficial refiere en la 72ª Asamblea de Salud de 2019, la revisión número 11 de la CIE entrará en efecto a partir de enero de 2022).

 

Para efectos de esta guía, se utilizarán los términos “depresión” para referirnos a los trastornos depresivos (episodios únicos y recurrentes), “episodio depresivo” para referirnos a los episodios únicos o de primera vez, y “depresión recurrente” para referirnos a los trastornos depresivos recurrentes (o recidivantes) y “depresión clínica” para referirnos a los casos que cumplen con los criterios establecidos.


“La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, durante 14 o más días” (OMS).

 

La depresión produce una sensación subjetiva de malestar con modificaciones en las vivencias emocionales de quien la padece, acompañadas de síntomas de tipo cognitivo, volitivo y físicos.

 

El trastorno depresivo no es derivado a los efectos fisiológicos directos de alguna enfermedad médica, por ejemplo: origen hormonal, metabólico, inmunitario, ni por efecto toxicológico fármaco o sustancia de potencial abuso.

 

INCIDENCIA

 

Los trastornos depresivos tienen una incidencia creciente de trastorno bipolar, suicidio y de la depresión mayor recurrente. Entre el 60 y 80% de las personas con DM pueden ser tratados con terapia breve y el uso de antidepresivos, sin embargo, en algunos países sólo el 10%, recibe estos tratamientos. En la Atención Primaria de Salud Integral (APS-I) que incluye a la medicina general, medicina familiar, psicología clínica, pediatría, enfermería y trabajo social necesitan tener la capacidad de detectar manifestaciones de la depresión y tener conocimiento de las recomendaciones terapéuticas actuales.

 

ETIOLOGÍA

 

Las causas se han descrito como multifactoriales, asociados con el inicio, mantenimiento y recurrencia de la depresión. Se ha propuesto una sólida interacción entre vulnerabilidad biológicas, psicológicas y ambientales en la depresión.

 

Esta descripción se ha relacionado entre las variables genómicas con enfoque al sistema monoaminas (serotonina 5-hidroxi- triptamina (5 HT)-norepinefrina (NE)-dopamina (DA).

 

En relación con eventos adversos en la infancia (como violencia en casa), se han observado algunos cambios fisiopatológicos como:

  1.  Aumento en las vías de la inflamación
  2.  Alteraciones en la longitud de los telómeros
  3.  Anomalías cerebrales como una reducción en el sistema límbico y de recompensa, que se traduce a un mayor riesgo en problemas en salud mental como depresión y consumo de sustancias psicoactivas

 



FACTORES GENÉTICOS

 

La hipótesis descrita es que, en la base de esta herencia compleja, estarían involucrados genes de efecto menor cuya expresión estaría modulada por varios factores ambientales. En esta guía ampliaremos los factores de riesgo que tienen implicaciones en la prevención, detección temprana y tratamiento detallado más adelante.


FACTORES QUÍMICOS:

 

Las alteraciones de neurotransmisores son niveles anormales en los neurotransmisores sobre las monoaminas (serotonina, norepinefrina y dopamina) que actúan en el sistema nervioso central y periférico en la fisiopatología de la depresión. Por ejemplo, alteración en sueño, apetito, fatiga, dolor, cognición y conducta.

 

FACTORES PSICOSOCIALES:

Experiencias adversas en la infancia; dificultades cotidianas y crónicas, eventos indeseables en la vida, red social limitada, baja autoestima entre otros son factores asociados al TDM.

 

FACTORES PSICOLÓGICOS:

 

Las alteraciones tanto conductuales y cognitivas a lo largo de todas las etapas del ciclo de vida han propuesto que la influencia de los patrones distorsionados en la percepción de uno mismo y su ambiente pueden contribuir al desarrollo de un TDM. Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva Cognitiva (TREC), propone una triada característica de las personas que sufren depresión:

1. Visión negativa de sí mismo, por ejemplo: “Las cosas son malas porque yo soy malo”

2. Visión negativa de sus experiencias, por ejemplo: “Todo ha sido siempre malo”

3. Visión negativa del futuro, por ejemplo: “Haga lo que haga fracasaré”

Estas creencias irracionales, aunado a los rasgos de personalidad de las personas y la

resiliencia personal, pueden explicar la generación del TDM.




FISIOPATOLOGÍA

 

Para entender cómo se desarrolla el TDM en una persona, es necesario saber la funcionalidad de algunos neurotransmisores, como la Serotonina, la Dopamina, la Noradrenalina y el Glutamato, así como las áreas neuroanatómicas involucradas en la misma.

 

Neurotransmisión y desregulación neuroendócrina:

Dentro de las teorías que más se han aceptado en cuanto a la fisiopatología del TDM y que es uno de los puntos principales con mayor evidencia científica para su tratamiento, son las alteraciones de la vía de la Serotonina.

 

Esta vía se ha propuesto desde 1969, en el que puede existir una disminución de la liberación de éste, a una alteración de la traducción de señales en los receptores de serotonina o en los transportadores específicos.

 

El transportador de serotonina se encuentra codificado en el gen SKC6A4 localizado en el cromosoma 17q11.1-17q12; los polimorfismos de este gen se han asociado a mayor riesgo de TDM.

 

Existe evidencia de observar una disminución en la liberación de noradrenalina, lo que puede estar asociado a alteraciones en el estado de alerta, la atención, disminución de la energía y bajo interés en la cotidianeidad.

 

Un tercer neurotransmisor involucrado es la dopamina, el cual a nivel neuronal se ha puntualizado un aumento en el transporte de éste y una disminución en los niveles de dopamina. Se han identificado mayores niveles de receptor de unión de tipo D2 en el putamen derecho e izquierdo, lo que puede explicar el retardo psicomotor.

 

La teoría glutamatérgica en el TDM se refiere a la desregulación a nivel glial, en específico de la reducida expresión de los transportadores de glutamato, promoviendo susceptibilidad al estrés crónico y a conductas depresivas. Esta teoría favorece la aplicación de nuevos tratamientos.

Los avances en la investigación biomédica, ha contribuido a una mejor comprensión de la fisiopatología del TDM, indican que la depresión ha sido ligada a los circuitos

neuroanatómicos que regulan la emoción, involucran áreas límbicas y paralímbicas, a la amígdala e hipocampo. Se han encontrado determinantes genéticos que incluyen genes que regulan la señalización de neurotransmisores y citocinas neurotróficas e inflamatorias.

 

De acuerdo a la teoría neuroendocrina en la depresión existe un hipercortisolismo tóxico para la neurogénesis en el hipocampo, sin embargo, los estudios que evalúan el cortisol en niños y adolescentes no muestran consistentemente el incremento de esta hormona; esto puede ser debido a factores como el desarrollo, la menor prevalencia de melancolía y probablemente, una adaptación más rápida al estrés en población pediátrica.

 

Influencia del ambiente:

El estrés psicosocial, especialmente cuando es continuo, promueven, en individuos vulnerables, cambios en la sensibilidad de los receptores de glucocorticoides en el sistema nervioso y otros órganos, disfunción del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, alteraciones en las funciones autonómicas y aumento en la producción y la liberación de citosinas proinflamatorias; todo lo cual confluye en variaciones estructurales y funcionales del sistema nervioso.

 

Los cambios se han relacionado con alteraciones en sustancias como el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BNDF, por sus siglas en inglés) y otras sustancias como la serotonina que sustentan la vitalidad neuronal y glial. En la depresión mayor, hay un curso progresivo hacia alteraciones cognitivas relacionadas posiblemente con los cambios estructurales en el cerebro, especialmente en la corteza prefrontal medial, la corteza anterior del cíngulo y el hipocampo.

 

El impacto del estrés crónico (un ejemplo: maltrato infantil) en la neurobiología del cerebro pueden causar disfunciones en el cerebro que perduren en el tiempo y dejan una huella indeleble en el sistema nervioso central principalmente en los individuos de alta

vulnerabilidad genética. Otros estudios en neuroendocrinología señalan que en los sujetos deprimidos los niveles de hormona de crecimiento no se incrementan tras la aplicación de fármacos estimulantes de la misma, y esto se ha sugerido como marcador de rasgo de la depresión.

 

En resumen, se ha establecido que los genes implicados en la enfermedad mental no determinan el desarrollo de una enfermedad específica, sino que los rasgos endofenotípicos incrementan el riesgo de morbilidad psiquiátrica. Se ha señalado que el alelo corto del gen promotor del 5 HTTPR aumenta la probabilidad de depresión e ideación suicida solo si las personas se encuentran expuestas a factores estresantes ambientales; si este factor ambiental es mínimo, es posible que no se desarrolle el cuadro clínico.

 

En el trastorno depresivo mayor y el suicidio, el alelo Val66Met se manifiesta con una actividad disminuida del BNDF y se ha asociado a cambios cerebrales estructurales como la reducción de la materia gris en la corteza prefrontal dorso lateral, la corteza prefrontal orbital lateral y el hipocampo.

 

Se ha observado la relación del gen del (BNDF) en la modulación de la capacidad de recuperación celular, la neuroplasticidad y la neurogénesis.

La vía fisiopatológica tiene que ver con alteraciones en el (BNDF) proteína asociada al proceso de plasticidad sináptica, se encuentra disminuido en pacientes deprimidos, y sus niveles se restablecen con el uso de antidepresivos. En cuanto a la bioquímica, las anormalidades en la función serotoninérgica evidenciadas en estudios neuroendocrinos, farmacológicos y de la función plaquetaria se han propuesto como un factor de vulnerabilidad o causales de depresión. Afecto positivo y negativo.

 

Los síntomas de depresión relacionados con el humor pueden ser caracterizados en término de su expresión afectiva, es decir, si causan una reducción del afecto positivo o un aumento del afecto negativo. El aumento del afecto negativo puede estar hipotéticamente relacionado con la disfunción serotoninérgica y quizás con la disfunción noradrenérgica.


ANATOMÍA PATOLÓGICA

La funcionalidad de cada área cerebral esta hipotéticamente asociada con una constelación diferente de síntomas. Correspondencia de los síntomas de episodio depresión mayor del DSM-IV con los circuitos hipotéticamente disfuncionales.



 

Las alteraciones en la actividad neuronal y en la eficiencia del procesamiento de la información en cada una de las 11 áreas cerebrales mostradas aquí pueden dar

lugar a los síntomas de un episodio depresivo mayor. Estudios de resonancia magnética demuestran una disminución en el volumen del lóbulo frontal y otras estructuras cerebrales.


 


FACTORES DE RIESGO

Es importante reconocer que los factores de riesgo se van a compartir en cualquier etapa de la vida, sin embargo, durante la presente guía se irán especificando por grupos de edad.

 

Los factores de riesgo no son las causas de TDM, sino que se asocian con el evento, tiene un valor predictivo y puede usarse para la prevención. La trayectoria del desarrollo de la depresión parece comenzar con las adversidades de la vida temprana y ocurre en el contexto de anomalías inmunes y cerebrales.

 

Comprender estos procesos biopsicosociales ayudará a mejorar nuestra capacidad para detectar individuos en riesgo de desarrollar depresión en la infancia y adolescencia. Sin embargo, la generalización está limitada por pocos estudios que examinen los factores de riesgo de estrés biológico y ambiental y la falta de estudios sobre adolescentes y adultos jóvenes en países de ingresos bajos y medios.

El TDM en NNA tiene múltiples factores de riesgo y pueden interactuar entre sí y tener un efecto acumulativo.

 



Factores de riesgo no modificables: Edad, intento de suicidio, antecedente de autolesionarse, minoría sexual, antecedentes de suicidio en familiares, antecedentes de problemas legales.


Factores de riesgo modificables: Ideas suicidas activas, desesperanza, síntomas psicóticos, ansiedad, impulsividad, afrontamiento al estrés, y condiciones comórbidas como el uso de substancias como el alcohol, desorden de estrés postraumático, desórdenes de personalidad del tipo B, dolor crónico por condiciones médicas, cáncer.




Durante los episodios depresivos, es prioritario identificar tres elementos:

  • Primero un cuadro clínico compatible con depresión.
  • Segundo la duración de los síntomas, que se reconoce en depresión de al menos dos
  • semanas con síntomas presentes durante el día y todos los días.
  • Tercero la pérdida de la función, pudiendo ser en lo personal, familia, escuela, trabajo, relaciones personales y pueden consistir en:

  1. Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza
  2. Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia
  3. Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes
  4. Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado
  5. Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren un esfuerzo
  6. Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso
  7. Ansiedad, agitación o inquietud
  8. Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales
  9. Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o autorreproches
  10. Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas
  11. Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio
  12. Problemas físicos inexplicables, como dolor de espalda o de cabeza 


Madurez cognitiva para hablar de sus ideas y muchas veces pueden expresarse con problemas del comportamiento. Cuando cursan con depresión psicótica, los niños tienen más probabilidad de presentar alucinaciones que delirios, dependiendo de su grado de madurez cognoscitiva.




CRITERIOS DIAGNÓSTICO

Criterios diagnósticos de episodio depresivo según CIE-10 y el DSM- 5

 





 

El episodio depresivo debe tener una duración de al menos dos semanas y cumple con los siguientes criterios

Criterios de Gravedad del CIE-10

 


Criterios diagnósticos de episodio depresivo y Clasificación de acuerdo a las características clínicas y severidad. CIE-10 y DSM-5





 

Similitudes entre el DSM-5 y la versión beta de la CIE-11: Trastornos del estado de ánimo en general.








Se debe evaluar la sintomatología depresiva en adultos en unidades de primer nivel de atención aplicando el instrumento de tamizaje PHQ-9; el cual es un instrumento que permite tamizar a personas con trastorno depresivo mediante una encuesta de autoevaluación, así como definir la severidad de dicho cuadro y el seguimiento del tratamiento.

Cuadro 1.

 





Se debe utilizar el instrumento de tamizaje PHQ-9 como herramienta para identificar sintomatología depresiva en adultos en primer nivel de atención.

 

Los instrumentos para detectar trastorno depresivo mayor en adultos, con fines de cribado para la detección oportuna de episodio depresivo deben contar con 

adecuadas propiedades psicométricas, breves, fáciles de administrar, de evaluar, fiables y válidos.

 

Se debe confirmar diagnóstico de depresión en adultos mediante una entrevista clínica estructurada basada en los criterios de la CIE-10 o DSM-5, por el personal de atención primaria.



Se debe utilizar el instrumento Inventario de Depresión de Beck al inicio del diagnóstico para valorar la respuesta a tratamiento a partir de los 13 años de edad en adelante.

Cuadro 3



 

Los instrumentos para detectar trastorno depresivo mayor en NNA, con fines de cribado para la detección oportuna de episodio depresivo deben contar con adecuadas propiedades psicométricas, breves, fáciles de administrar, de evaluar, fiables y válidos.

 

Se debe realizar el cuestionario de depresión Infantil (CDI) a todos los niños, niñas y adolescentes (NNA), y todos los que califiquen igual o mayor a 19 (punto de corte), deben ser referidos a atención primaria en salud para valoración y confirmar diagnóstico mediante entrevista clínica estructurada y semiestructurada en un lapso de 4 a 10 días después de la realización del inventario.

Cuadro 4.


 



Se recomienda que el personal de primer nivel de atención, reciba información y capacitación relacionada con temas de salud mental, psicoeducación, contención emocional, derivación adecuada y escalas de tamizaje sobre depresión y entrevistas estructuradas con los criterios de DSM-5 para el diagnóstico de depresión.

 

Si el reactivo 9 del cuestionario CDI es positivo (Pienso en matarme, pero no lo haría. Quiero matarme), y aunque el puntaje sea menor a 19 debe ser referido atención primaria en salud para su valoración


Se recomienda la aplicación del Cuestionario de Depresión Infantil (CDI) y realizar entrevista clínica incluyendo información de desarrollo del niño, niña o adolescente, de la familia y del entorno escolar.

Diagrama 3.

 



Si el puntaje del CDI es menor a 19 se deben realizar acciones de promoción y educación para la salud mental en el contexto escolar y familiar.

Diagrama 4.


 


Se recomienda clasificar la gravedad del cuadro puesto que, a mayor puntuación, mayor dificultad para la adaptación o realización de sus actividades escolares y psicosociales, así como de mayor riesgo suicida.

 

Se recomienda que el personal del primer nivel de atención y el personal de las escuelas, conozcan y se familiaricen con la aplicación del cuestionario CDI a niño, niña o adolescente que ha sufrido algún evento estresante agudo o que hayan estado expuestos por tiempo prolongado a factores de riesgo que impacten negativamente en su salud emocional y mental

 

Posterior a la detección de posibles casos de depresión en el ámbito escolar o familiar, deben canalizarse a primer nivel de atención médica para ser confirmado el diagnóstico, mediante entrevista clínica y exploración médica de acuerdo con los criterios diagnósticos del CIE-10 ó del DSM-5.

Cuadro 5.


 


Se recomienda que los profesores reciban en sus reuniones de consejo técnico escolar, información y psicoeducación sobre salud mental, así como del cuestionario CDI para la detección y derivación adecuada y oportuna de los casos detectados.

 

Se debe aplicar el cuestionario CDI a los escolares de 7 a 12 años y adolescentes hasta los 17 años de edad, después del primer bimestre del inicio de ciclo escolar, para dar tiempo de adaptación a la nueva etapa la escolar.


Se sugiere realizar entrevista clínica y estructurada en un lapso de 4 a 10 días (después de la aplicación del cuestionario CDI), con la finalidad de confirmar o descartar un trastorno depresivo.

Diagrama 3.


Se debe realizar la Historia Clínica completa, con interrogatorio dirigido enfatizando si hay uso de medicamentos (isotretinoína, corticoesteroides, hormonales y estimulantes); sustancias de abuso (anfetaminas, cocaína, marihuana, solventes y otros); que pudiesen estar ocasionando sintomas depresivos. Asimismo la exploración fisica para detectar cualquier signo (clinimetría alterada, lesiones, cicatrices,dismorfias, etc.) que orienten a la presencia de autolesiones, maltrato o negligencia.

 

Algunos medicamentos, sustancias o enfermedades tienen un cuadros clínicos que simulan un episodio depresivo, entre los que se incluyen:

 Medicamentos. - isotretinoína, corticoesteroides y estimulantes (p.ej., anfetaminas, metilfenidato)  Sustancias de abuso: anfetaminas, cocaína, marihuana, solventes

 Infecciones. - síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), mononucleosis, influenza

 Trastornos neurológicos. - epilepsia, migraña, lesión cerebral traumática

 Sistema endocrino. - enfermedad de Addison, enfermedad de Cushing, hipopituitarismo, trastornos de la tiroides

 

Se debe interrogar intencionalmente todas las causas de diagnóstico diferencial en pacientes con síntomas depresivos.

 

Se debe descartar cualquier tipo de padecimientos médico




Terapia cognitivo-conductual (TCC). Dentro de este modelo iniciado por Albert Ellis y consolidada por Aron Beck a finales de los años 70, y que es la intervención que ha


mostrado mayor utilidad en el tratamiento de la depresión. Este abordaje terapéutico incluye una serie de técnicas de intervención que se podrían resumir en: técnicas conductuales (activación conductual, técnicas de afrontamiento), técnicas emotivas y

técnicas de reestructuración cognitiva. Es una terapia centrada en el presente, cuyo eje principal de que la depresión está mediada por la percepción errónea de los sucesos y por el déficit de habilidades.

 

Se debe implementar un programa basado en el aprendizaje socioemocional y el comportamiento positivo.

 

Paciente con detección con síntomas depresivos se debe enviar a la terapia cognitiva conductual e interpersonal han mostrado evidencia de mejoría de los síntomas depresivos.

 

El tratamiento para la depresión moderada a severa, incluye el desarrollo de un plan integral para tratar el episodio depresivo, ayudar a la familia a responder de manera efectiva a las necesidades emocionales del paciente y de ser necesario, generar apoyo dentro del entorno escolar.

 

La OMS recomienda insistir en la prevención y ayuda en mejorar la calidad de la función de ser padres y de favorecer el desarrollo emocional y social de los NNA.

 

Se recomienda a los profesores

 Identificar las habilidades del menor y hacer uso de ellas durante el día escolar

 Reforzar conductas positivas, si es necesario llamar la atención, que sea en privado y sin avergonzarlo

 Evitar etiquetar, prejuzgar o estigmatizar

 Intentar que el alumno se sienta seguro, respetado y aceptado, conociendo sus capacidades y limitaciones

 

Se debe iniciar como parte de tratamiento para la depresión la terapia cognitivo-conductual (TCC), particularmente en formato individual, grupal y la terapia interpersonal (TIP), por grupo de edad y sexo. 

Se debe referir a Terapia cognitivo-conductual a los adultos con depresión mayor, en sesiones de 1 hora a la semana por un periodo de 8 a 16 sesiones y revalorar la respuesta.

 

Se debe referir a Terapia cognitivo-conductual a los niños, niñas, adolescentes con depresión mayor, en sesiones de 1 hora a la semana por un periodo de 8 a 16 sesiones y revalorar la respuesta.

La terapia cognitiva en pacientes con recaídas en tratamiento debe administrarse en grupos de 8 a 15 participantes y consiste en reuniones semanales de 2 horas durante 8 semanas y 4 sesiones de seguimiento en los 12 meses.



Antes de iniciar el tratamiento antidepresivo el personal del primer nivel de atención debe informar adecuadamente al paciente de los beneficios que se esperan alcanzar, los efectos secundarios y el posible retraso del efecto terapéutico.

 

Se debe valorar cada semana a los pacientes con alto riesgo suicida hasta que el riesgo sea bajo.

 

Si no se observa una respuesta durante las primeras 4 semanas, se debe considerar aumentar la dosis del antidepresivo y dar un tiempo estimado de 4 semanas más para valorar la respuesta.

Cuadro 7.





 

Se recomienda el uso de Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina por tener el mejor riesgo/beneficio de estos ante otro tipo de antidepresivos.

 

Se debe continuar el tratamiento de mantenimiento con la misma dosis con la que se alcanzó la respuesta.

Cuadro 8.



El seguimiento se debe valorar en el día 7 y 15 posteriores del inicio del fármaco, para evaluar efectos adversos y apego al tratamiento, y por lo menos tomarlo durante 6 meses una vez que hayan remitido los síntomas

 

Se debe aclarar todas las dudas del paciente y los familiares para poder contar con su apoyo al tratamiento y mantener siempre al paciente informado sobre los beneficios y los efectos adversos que puede esperar el paciente para tomar la decisión adecuada, así como su tolerabilidad a los fármacos.

 

Se debe iniciar tratamiento farmacológico para todos los tipos de TDM (moderado o grave) y se recomienda iniciar con los Inhibidor Selectivo de la Recaptura de Serotonina, como fluoxetina, sertralina o paroxetina).

 

Los siguientes medicamentos están contraindicados en el primer trimestre del embarazo: paroxetina, benzodiacepinas, litio, carbamazepina y ácido valproico

 

Se recomienda utilizar ISRS sobre otro tipo de antidepresivos en el embarazo, particularmente la Sertralina que tiene menos riesgo durante el embarazo.



Se debe aclarar todas las dudas del paciente y los familiares para poder contar con su apoyo al tratamiento y mantener siempre al paciente informado sobre los beneficios y los efectos adversos que puede esperar el paciente para tomar la decisión adecuada, así como su tolerabilidad a los fármacos.

 

Los niños, niñas y adolescentes de 8 a 17 años de edad con depresión moderada y grave deben iniciar tratamiento farmacológico asociado a TCC y terapia familiar, ya que se demostró menos tasas de recaída.

Se debe iniciar tratamiento en pacientes de 8 a 17 años de edad con los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) ya que se evidenció una mejor respuesta.

 

No se recomienda la paroxetina por estar asociada con un mayor riesgo de ideación o comportamientos suicidas entre los  adolescentes con depresión.

 

Se debe enviar a Paidopsiquiatria pacientes menores de 8 años con detección de depresión mayor.

 

Se debe enviar a Paidopsiquiatria e iniciar tratamiento en NNA de 8 a 12 años:

 1° Fluoxetina 20 a 60mg (iniciar con 10mg y aumentar gradualmente)

 2° Sertralina 50mg a 200mg (iniciar 25mg y aumentar gradualmente)

 

En adolescentes de 12 a 17 con depresión moderada, se debeutilizar una de dos opciones:

 Dosis inicial de fluoxetina 10 mg aumentando gradualmente hasta un máximo de 40 mg al día; o Escitalopram 5 mg al día hasta un máximo de 20 mg al día, según respuesta.

 

El seguimiento se debe valorar en el día 7 y 15 posteriores del inicio del fármaco, para evaluar efectos adversos y apego al tratamiento, y por lo menos tomarlo durante 6 meses una vez que hayan remitido los síntomas.

 

Se recomienda valorar respuesta a tratamiento con la aplicación del cuestionario CDI en la sesión 12 por Psicología o médico especialista

 

No se recomienda en niños y adolescentes Paroxetina por no demostrar ser eficaz.

 

Se deben evitar en niños y adolescentes los Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs) por sus efectos secundarios.

Se deben evitar en niños y adolescentes los antidepresivos tetracíclicos (ATeCs) en los niños.

Se recomienda Fluoxetina ya que tiene la mayor evidencia de su eficacia y está aprobada por la FDA para niños de 8 años o más.

 

Se recomienda Sertralina aprobada por la FDA para depresión en adolescentes.

 

Se debe hacer énfasis al paciente en el tiempo de respuesta del medicamento siendo este de 2 a 3 semanas (máximo 8 semanas) y debe mantener tratamiento de al menos 6 meses posterior a la remisión de los síntomas.

 

Se recomienda iniciar tratamiento con terapia cognitivo-conductual y fluoxetina para pacientes pediátricos con depresión.



Se debe otorgar un tiempo mínimo de 60 minutos y máximo de 120 minutos en la 1era Consulta en niños, niñas, adolescentes y adultos con probable episodio depresivo, donde se realiza la entrevista estructurada y semiestructurada.

 

Se debe otorgar un tiempo mínimo de 60 minutos y máximo de 80 minutos en la Consulta Subsecuente en niños y adolescentes con diagnóstico de depresión, para valorar la eficacia del nuevo tratamiento farmacológico y psicológico

 

Se deben ajustar el número de sesiones para lograr las metas dependiendo a las necesidades del paciente, a la gravedad de la enfermedad, y a otros factores relevantes.




Se recomienda monitorizar regularmente la gravedad de la depresión, utilizando una escala de evaluación (Cuadro del estado de ánimo semanal/adaptado mensual) realizada por su familiar o responsable y que será revisada por médico y psicólogo asignado.

Cuadro 9.


Se debe evaluar regularmente el riesgo suicida, interrogar ideas y pensamientos de muerte o suicidas, planeación o intentos suicidas, juegos o sueños de muerte, tanto al paciente como al familiar o responsable.

 

Se debe involucrar a los familiares o responsables del paciente en el proceso de evaluación y en el seguimiento de la respuesta al tratamiento con respecto a la evolución de los síntomas, efectos adversos y riesgos relativos.

 

Los pacientes deben lograr las siguientes metas:

Identificar la relación entre el estado de ánimo, los pensamientos y las actividades de la vida diaria

Desarrollar estrategias para generar pensamientos más útiles en respuesta a las situaciones estresantes (reestructuración cognitiva)

Desarrollar habilidades sociales, de comunicación y asertividad

Discriminar entre los pensamientos adaptativos y desadaptativos

Desarrollar habilidad de regulación emocional: enojo, ira, tristeza

Se recomienda hacer un seguimiento semanal de la evolución del paciente durante el primer mes del tratamiento farmacológico y continuar de 6 a 18 sesiones.

 

Se debe especificar el grado de depresión, así como, las comorbilidades presentes durante el curso de la enfermedad.

Cuadro 10


 


Se recomienda dar tratamiento psicológico y con antidepresivos mínimo 6 a 12 meses

 

Se debe vigilar en niñas, niños y adolescentes que mantengan relaciones sociales, las que a menudo son afectadas por la depresión; mediante el entrenamiento en habilidades sociales, de comunicación y asertividad.

Se debe vigilar de cerca (con supervisión de los familiares o responsable) el riesgo de suicidio cuando los niños, niñas y adolescentes toman medicamentos antidepresivos, particularmente en las primeras semanas de tratamiento.

 Se deben dar de 8 a 16 sesiones semanales de una hora de duración de intervenciones psicosociales (TCC y PIP) y dar seguimiento para reevaluar mejoría en depresión leve y moderada en niños, niñas y adolescentes.



Se recomienda mantener el tratamiento farmacológico por 6 meses más, a partir de la mejoría del 50% de la sintomatología

 

Se recomienda el tratamiento farmacológico prolongado por 12 meses a partir de la mejoría del 50% de la sintomatología en caso de:

 Depresión recurrente (dos o más episodios depresivos mayores)

 Distimia más depresión recurrente

 Distimia de al menos tres años de duración, asociada a deterioro en el funcionamiento, con antecedentes de recaída al suspender el fármaco

 

Se debe valorar Riesgo de Resistencia al Tratamiento a los pacientes con depresión que toman antidepresivos durante al menos 2 meses y no tienen adecuada respuesta, para modificar el tratamiento.

 

Los pacientes con tratamiento de mantenimiento a largo plazo deben ser reevaluadas periódicamente, vigilando:

 Condiciones comórbidas

 Factores de riesgo de recaída

 Gravedad y frecuencia de episodios de depresión


Se debe indicar psicoeducación a todo paciente que se detecte con depresión y se recomienda que ésta intervención se lleve a cabo en la Atención Primaria.

 

Se recomienda que la psicoeducación se lleve a cabo por el personal de atención primaria en salud APS

Se recomienda que la psicoeducación se lleve a cabo por el personal de atención primaria en salud APS

 

Se recomienda iniciar ejercicio físico ya que se encontró evidencia científica de una mejoría clínicamente significativa para disminuir los síntomas de la depresión.

 

Se recomienda realizar actividad física, ya que disminuye la probabilidad de desarrollar sintomatología depresiva, siendo la actividad física un factor protector para el desarrollo de depresión en población general

 

Se recomienda realizar psicoeducación junto con el fomento del autocuidado (Activación Física, alimentación saludable, higiene del sueño, manejo del estrés y la sociabilización) como una intervención básica para cualquier grado de depresión mayor.






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