HIPOTIROIDISMO CONGENITO
En
México, se estima que 1 de cada 1,900 recién nacidos/as presentan HC.
El
cuadro clínico es el mismo, al nacimiento menos del 5 % de los/as recién
nacidos/as presentan signos y síntomas de hipotiroidismo, éstos se van haciendo
evidentes en el transcurso de los primeros meses de vida.
Los niños y niñas con HC que no reciben tratamiento oportuno sufren diversos grados de retraso mental/discapacidad intelectual, retraso del crecimiento y desarrollo que limita su inclusión en la sociedad y en la vida productiva, lo cual representa un costo para el individuo, la familia y la sociedad. El diagnóstico temprano y tratamiento oportuno limita el daño y gravedad de la discapacidad, por estas razones se ha considerado al HC como una urgencia pediátrica que debe diagnosticarse y tratarse lo más pronto posible antes de los 15 días de vida extrauterina.
El
hipotiroidismo congénito primario es una enfermedad endocrina que se presenta
desde el nacimiento, como consecuencia de la deficiencia absoluta o relativa de
hormonas tiroideas durante la etapa intrauterina o bien al momento del
nacimiento.
Ocasiona
retraso mental / discapacidad intelectual y motriz severa, en los casos no
tratados puede llevar a la muerte.
El
hipotiroidismo congénito de acuerdo a su origen se clasifica en:
Hipotiroidismo congénito primario. Es la
insuficiencia para la síntesis de hormonas tiroideas por alteración primaria de
la glándula tiroides, con un eje hipotálamo-hipófisis íntegro y constituye la
mayoría de los casos de HC.
Hipotiroidismo
congénito secundario (deficiencia a nivel hipofisiario).
Hipotiroidismo
congénito terciario (deficiencia de estimulación por TSH, por
problema a nivel hipotalámico, con una glándula tiroides estructural y
funcionalmente íntegra).
El
hipotiroidismo primario puede ser de dos tipos:
- Permanente por disgenesia tiroidea (agenesia, hipoplasia y ectopia) o por alteración bioquímica (dishormogénesis )
- Transitorio (iatrogenia, deficiencia de yodo)
Causas de hipotiroidismo congénito primario permanente
- Agenesia, es la ausencia de tejido tiroideo funcional, es la más frecuente se presenta en el 40 % de los casos.
- Hipoplasia, es un deficiente desarrollo de la glándula tiroides, el tejido existente es pequeño llamado “nódulo tiroideo”.
- Ectopia, el tejido tiroideo funcional de localización extracervical, se asocia con hipoplasia, la más frecuente es el “nódulo sublingual”, el 50-60 % de HCP se deben a esta alteración.
- Dishormogénesis: Existe tejido tiroideo, presenta defecto parcial o total en los procesos bioquímicos de síntesis y secreción de hormonas tiroideas. Se presenta en el 5 % de los casos.
La
tiroides es una glándula endocrina que produce y secreta las hormonas tiroideas
tiroxina y triyodotironina, estas hormonas controlan el desarrollo del embrión
y el metabolismo en todas las etapas de la vida.
La falta absoluta o relativa de hormonas tiroideas da origen a la disminución de la función de todos los sistemas que en casos graves puede llevar al paciente al coma con mixedema y eventualmente la muerte.
La
tiroides es una glándula lobulada en forma de mariposa que se localiza en la
parte anterior del cuello, detrás del cartílago tiroides, y a los lados de la
traquea.
La
glándula tiroides inicia su formación en las primeras semanas de gestación, una
embriogénesis defectuosa origina disgenesia tiroidea que puede ser:
- Agenesia (ausencia completa de la glándula)
- Hipoplasia (glándula de menor tamaño)
- Ectopia (localización anormal de la glándula)
- Dishormogénesis (hay tejido tiroideo pero presenta defecto en la síntesis de hormonas tiroideas)
Hacia
el final de la vida intrauterina y durante el período neonatal, las hormonas
tiroideas son esenciales para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso
y esquelético. La falta de hormonas tiroideas en etapa intrauterina es de
graves consecuencias, origina retraso de la maduración ósea, la falta de
tratamiento en los primeros meses de vida de los/las niños/as afectados/as,
ocasiona retraso mental irreversible.
La
producción de las hormonas tiroideas requiere de una adecuada ingesta de yodo
en la dieta (la cantidad recomendada es de 150 µg/día para el adulto y 200
µg/día para la mujer embarazada).
La mayor cantidad del yodo se concentra en las células foliculares que lo incorporan como componente esencial para la producción de hormonas tiroideas tiroxina y triyodotironina (T4 y T3), hormonas que tienen un importante papel en el metabolismo energético para el crecimiento y desarrollo normal de los/las niños/as.
Las
hormonas tiroideas T 3 y T 4 liberadas al torrente sanguíneo son transportadas
por proteínas, una globulina (TBG), transtiretina y albúmina, las hormonas no
unidas o libres son las hormonas activas, el eje hipotálamo- hipófisis-tiroides
es el responsable de mantener los valores normales de hormonas libres.
La tiroides produce mayor cantidad de tiroxina (T4), hormona que tiene menor actividad funcional que la T3, además la tiroxina es de nada para producir T3 que es la hormona funcionalmente activa. El 80 a 90 % de la T3 es producida por tejidos periféricos.
Cuando
el laboratorio que procesa las muestras de tamiz obtiene un resultado
verificado de TSH fuera del punto de corte establecido como normal de acuerdo a
cada laboratorio, se debe solicitar una prueba confirmatoria.
Se deberá
localizar al niño o niña sospechoso/a para enviarlo lo antes posible al SINDIS
o al hospital de mayor capacidad resolutiva con clínica multidisciplinaria para
su atención y para realizar exploración física e iniciar abordaje diagnóstico,
toma de muestras confirmatorias.
El
cuadro clínico de HC independientemente de la causa es el mismo. Al momento del
nacimiento menos del 5 % de los recién nacidos presentan signos y síntomas de
hipotiroidismo, éstos se hacen evidentes en el transcurso de los primeros meses
de vida.
Signos y síntomas que pueden presentarse en hipotiroidismo congénito durante el primer mes de vida:
- Fontanela posterior > 1 cm.
- Fontanela anterior amplia
- Ictericia prolongada > de 7 días
- Piel seca y/o moteada
- Hernia umbilical
- Distensión abdominal
- Hipoactividad
- Hipotermia
- Constipación
- Facies tosca
- Succión débil y lentitud en la ingesta
- Llanto ronco y de poca intensidad
Para la
confirmación de HC, es necesario realizar las siguientes pruebas:
1. Perfil Tiroideo, por punción venosa, tomar una muestra de 4 ml de sangre (2 ml de suero), se determina tirotropina (TSH), tiroxina total (T4t) y tiroxina libre (T4L). Se trata de un caso de HC cuando los resultados indican: TSH mayor de 4.0 µU/ml, Tiroxina libre (T4l) menor de 0.8 ng/dl, Tiroxina total (T4t) menor de 4 µg/dl.
2. Ultrasonido Tiroideo y/o Gamagrafía de tiroides con Tecnecio-99, una vez confirmado el caso por el perfil tiroideo, se realiza para conocer la ubicación y cantidad de tejido tiroideo. La determinación de Tiroglobulina puede sustituir el gamagrama, si se analiza junto con la determinación de T3.
3. Determinación de edad ósea, son estudios complementarios que deben realizar mediante radiografía antero posterior de rodilla en recién nacidos/as y posteriormente en radiografía antero posterior de la mano no dominante (la edad ósea retrasada es un dato de HC que indica el grado de deficiencia de las hormonas tiroideas transplacentario).
Cuando los estudios confirmatorios resultan negativos, se trata de un caso falso positivo del proceso de tamizaje, el niño o niña se refiere a la unidad de salud primaria para continuar con el control de su nutrición, crecimiento y desarrollo.
Es importante considerar que un pequeño número de casos “falsos negativos“, son los que presentan incremento tardío de TSH (prematuros/as, bajo peso, dosis altas de esteroides, gravemente enfermos/as), o se trata de hipotiroidismo secundario, terciario o bien disminución paulatina de la función tiroidea en los primeros meses de vida (algunos casos con ectopia tiroidea o Sx de Down).
Por lo
tanto, los recién nacidos/as que cursan con alguna enfermedad o característica
especial son los únicos casos en que se debe tomar una segunda o incluso
tercera muestra de tamiz (retamizar):
Recién nacidos/as de bajo peso al nacimiento, menor de 2000gr. (realizar segunda toma entre la segunda y tercer semana de vida).
Recién nacido/a prematuro, menor de 34SDG (realizar segunda toma entre la segunda y tercer semana de vida).
En los
casos que se les inició el tratamiento sin haber realizado pruebas
confirmatorias se debe realizar la confirmación de HC permanente a los 3 años
de edad neurológica, que es cuando controla esfínteres tanto de día como de
noche y sube y baja escaleras alternando los pies sin necesidad de apoyar las
manos.
Se le
suspende el tratamiento por 6 semanas y se determina un perfil tiroideo, si
resulta alterado se hace un gamagrama de tiroides con Tecnecio -99m (Tc-99m).
Si las concentraciones de TSH y T4 son normales, se considera como hipotiroidismo transitorio, se suspende el tratamiento y se transfiere al niño a una unidad de salud de primer nivel de atención para continuar el control de su nutrición, crecimiento y desarrollo.
Si la concentración de TSH es mayor de 4.0 µU/ml (micro unidades por ml de suero) y la tiroxina libre (T4L) menor de 0.8 ng/dl (nanogramos por decilitro de suero), se trata de un hipotiroidismo congénito permanente, se reanuda el tratamiento con Levo-tiroxina a dosis de acuerdo a su peso/día mantenga la concentración de TSH en cifras por abajo de 4.0 µU/ml (micro unidades por ml de suero) y la T4L mayor de 0.8 ng/dl (nanogramos por decilitro de suero).
Si la concentración de TSH es mayor de 5.0 µU/ml y la tiroxina T4L se encuentra en límites normales, se deberán repetir las determinaciones hormonales en dos semanas, y en caso de persistir o incrementar los niveles de TSH, deberá reiniciar tratamiento.
Se debe
dar el tratamiento a:
1.-
Todo/a paciente con diagnóstico confirmado de HC.
2.- Todo/a paciente con sospecha por tamiz de HC a quien no se puedan realizar las pruebas confirmatorias antes de los 15 días de vida.
El
medicamento de elección es a Levo-tiroxina sódica, la dosis recomendada es de
12 a 15 µg/kilo de peso/día.
Se administra por vía oral, en una sola dosis, en la mañana en ayuno, la tableta se hace polvo y se mezcla con agua en una cucharita, se administra sujetando la mandíbula y vaciar el contenido para que el niño/a lo trague, ésta debe ser ingerida.
No se
debe administrar con jeringa, ni en biberón, ni en vaso.
Debe administrarse en ayuno, en niños o niñas que reciben lactancia materna puede ser incluso 10 minutos antes de la siguiente toma, cuando reciben otros alimentos o sucedáneos de la leche deben cumplir ayuno de 30 minutos antes del siguiente alimento.
En casos especiales como niños o niñas con compromiso cardiopulmonar la dosis de L-tiroxina se debe de instalar paulatinamente.
No se
debe suspender.
El/la
médico/a que realiza el seguimiento deberá ajustar la dosis de acuerdo a los
resultados del perfil tiroideo. En casos excepcionales, que no se cuente con
resultados de perfil tiroideo, se podrán utilizar las dosis ponderales de la
tabla.
El
perfil tiroideo deberá realizarse al paciente en ayuno, sin haber recibido la
dosis de ese día, misma que debe administrar una vez extraída la muestra de
sangre.
Deberá enviar al niño o niña a un programa básico de estimulación temprana y a medicina física y rehabilitación a aquellos que tengan un riesgo mayor de daño neurológico (inicio de tratamiento después de los 30 días de vida, atireosis, datos de alarma neurológica).
A las cuatro semanas de iniciado el tratamiento, se hace determinación de TSH, T4t y T4l en suero, se adecúa la dosis de L-tiroxina para mantener la concentración de TSH en cifras por abajo de 4.0 µU/ml y la de T4L en la mitad superior de los límites normales, generalmente por arriba de 0.8 ng/dl. Ante una concentración de TSH > 20 µU/mL a las 4 semanas de iniciado el tratamiento sugiere subdosificación, por lo que deberá interrogarse sobre la dosis y modo de administración.
Los/las pacientes con hipotiroidismo subclínico o compensado (TSH alta con T4 libre normal), requieren una nueva valoración con perfil tiroideo dos semanas después. De persistir este patrón funcional, el tratamiento debe ser reinstalado, ya que aunque este patrón puede mantenerse indefinidamente, los/las pacientes pueden descompensarse con el tiempo.
La edad
ósea se valora cada 12 meses (radiografía de mano no dominante), ésta debe
estar dentro de la variación normal para su edad cronológica.
El
control y el tratamiento del paciente se continúan durante toda la vida,
idealmente por un grupo multidisciplinarlo (pediatras, endocrinólogos/as
pediatras, médico/a especialista en rehabilitación, enfermeras/os,
trabajadoras/es sociales), por lo que es de vital importancia que todos los
estados de la República cuenten mínimo con un centro que funcione como
"Clínica de Hipotiroidismo".
Los/as niños/as con HC deben ser manejados por el/la médico/a pediatra e idealmente, por el/la subespecialista en endocrinología pediátrica hasta los 18 años en cumplimiento con las recomendaciones de la OMS. La participación de un equipo multidisciplinario (médicos/as pediatras, endocrinólogos/as pediatras, especialista en rehabilitación, enfermeras/os, trabajadoras/es sociales), sobre todo en los primeros años de vida, es de vital importancia para el óptimo desarrollo de estos niños y niñas, por lo que es necesaria la implementación de por lo menos de un centro en cada estado de la República Mexicana que funcione como “Clínica de Hipotiroidismo”.
La
participación de toda la familia es indispensable, ya que es la que va a llevar
a cabo el programa de rehabilitación bajo la dirección y supervisión de los/las
médicos/as, psicólogos/as y terapistas.
El
objetivo integral en cada paciente con HC es: asegurar un neurodesarrollo
óptimo, crecimiento, desarrollo puberal y favorecer la adquisición de
habilidades y destrezas, para fortalecer los vínculos afectivos e intelectuales
del binomio madre-hijo/a.
Es importante recalcar que el seguimiento de los casos afectados con hipotiroidismo congénito es de por vida.
Para lograr un tratamiento completo e integral es fundamental un programa de estimulación del neurodesarrollo, que se inicia desde el momento del diagnóstico con un programa de estimulación temprana.
El HC tiene efectos de decremento en el área cognitiva y en el desarrollo psicomotor con trastornos del control postural manifestado por deterioro y torpeza.
Los
resultados de un programa de estimulación temprana dependerá de: la severidad
del hipotiroidismo, el tiempo de evolución y la edad de inicio del tratamiento.
Un tratamiento temprano previene el deterioro irreversible del desarrollo del
cerebro, la disfunción neurológica, los trastornos motores, el IQ. bajo.
El/la
médico/a responsable directo del seguimiento de los niños y niñas con HC
deberán vigilar:
Crecimiento y Desarrollo
En cada consulta debe evaluar y graficar los siguientes datos en parámetros de referencia poblacional y familiar:
- Talla
- Peso ( Antes de los 2 años C/2 meses, posteriormente cada 3 o 6 meses)
- Perímetro cefálico (hasta los 2 años de edad)
- Los/las pacientes con hipotiroidismo congénito aún cuando reciben tratamiento y estimulación temprana tienen riesgo de no completar su desarrollo en áreas motoras y cognitivas, por lo que es fundamental evaluarlos constantemente.
- Neurodesarrollo
Para
lograr un desarrollo integral se requiere de una valoración adecuada y
detección oportuna que incluye:
- Explorar el nivel del desarrollo
- Postura
- Calidad de movimientos
- Nivel de destreza
- Exploración física del aparato locomotor y nervioso
- Detección de limitaciones articulares, deformidades
- Alteraciones neurológicas, motilidad voluntaria
- Funcionalidad manual
- Lenguaje
En los casos con HC es necesaria la aplicación de estimulación temprana que incluya técnicas educativas y de rehabilitación, aplicadas durante los primeros tres años de vida, con el fin de garantizar el adecuado desarrollo. Es necesaria una intervención temprana en rehabilitación en aquellos que presentan alteraciones del neurodesarrollo, para revertir deficiencias y limitar la discapacidad, para dar al niño/a y a la familia lo antes posible la ayuda necesaria a fin de disminuir las alteraciones del desarrollo y estimular al máximo sus potenciales residuales.
La intervención temprana centra sus acciones en el desarrollo del niño o niña tanto físico, emocional, intelectual y social.
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